Carl Dix habla en el Barrio Sur de Chicago el 22 de julio, vídeo en inglés.

Cara a cara en el
Barrio Sur de Chicago

De unos miembros del Club Revolución

26 de julio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El sábado 22 de julio, el Club Revolución-Chicago asestó un golpe político a la policía brutal y fascista de la Delegación 7 del Barrio Sur. El Club, y gente de la comunidad, se reunieron en un cruce en Englewood donde cinco de nosotros fueron arrestados el día anterior. El viernes por la mañana, el enjambre de cerdos policías no cayó ni una sola vez sino dos veces. La primera vez con 10 patrullas cerdas y la segunda con 20. Estos cerdos ocuparon todo el cruce y las calles laterales en una demostración masiva de fuerza para arrestar a cinco personas supuestamente por “colgar un letrero” en un poste y luego por amplificación de sonido.

Estas detenciones fueron el último acto de represión política de los cerdos. Estos cerdos han caído encima de la gente y los RevCom en lo que ha sido una batalla intensa en el vecindario. A partir de junio, cuando el comandante de la Delegación 7 se presentó durante el mitin en la calle del Club Revolución con un coche celular para intimidar, la policía ha venido trabajando muy duro para impedir que la gente se conecte con el mensaje del Club Revolución.

¿Y cuál es ese mensaje? “Este verano en Chicago NO será un baño de sangre en que se matan unos a otros; Este verano NO habrá carta blanca para que los policías maten y aterroricen a los negros, latinos y otra gente de color; Este verano nos organizaremos para una revolución que emancipe a toda la humanidad”. Obviamente, por sus acciones, estos cerdos muestran que ODIAN el que se difunda este mensaje y que están emperrados en impedir que la gente lo escuche, y mucho menos que se conecte con él.

Cuando el Club Revolución dirigió a la gente a sonar los silbatos contra la policía y a que así se pusiera de pie frente al terror que usan para mantener a los oprimidos en su lugar, los cerdos amenazaron con represalias contra todo el vecindario. Las represalias cayeron casi de inmediato y han estado en marcha con cada vez mayor intensidad. La misma noche de las amenazas de los cerdos, de manera sospechosa un incendio arrasó la casa vacía donde la gente había estado pasando el rato y los cerdos hicieron esas amenazas. Además del extremo de esposar a gente sin razón y de llevar a cabo una incursión indignante en una fiesta familiar del día feriado donde 13 personas fueron brutalizadas y arrestadas, hace aproximadamente una semana la policía comenzó a decirle a la gente que no se permitiera estar parado en la acera de las 7 de la mañana a las 3 de la tarde. Los cerdos están parando e interrogando a la gente que lleva puesta la camiseta Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!, por qué tienen puesta la camiseta. Han amenazado con arrestar a algunos si no se quitaran la camiseta. Han amenazado con violaciones de libertad condicional a aquellos que tienen ese estatus. A los RevCom los policías los han tachado de “perras” y los han filmado cuando simplemente recorren el vecindario hablando con la gente, y los cerdos los han señalado de manera amenazante.

Una vez más, ¿por qué? Debido al mensaje del Club Revolución: “Este verano en Chicago NO será un baño de sangre en que se matan unos a otros; Este verano NO habrá carta blanca para que los policías maten y aterroricen a los negros, latinos y otra gente de color; Este verano nos organizaremos para una revolución que emancipe a toda la humanidad”.

Polémica y lucha en el vecindario

Ha habido mucha polémica y lucha en todo el vecindario sobre todo esto y sobre el programa y el mensaje de los RevCom. ¿es correcto desafiar a la policía? ¿no hará “que caigan encima más policías”? ¿la gente debe conocer los RevCom, trabajar con ellos y seguirles a pesar de que los comunistas no creen en dios? ¿quién es Bob Avakian, y es esta la dirección que la gente necesita? ¿qué es una revolución, y todo esto va a lograr algo que realmente podría cambiar las cosas? La gente se ha puesto la camiseta de la Revolución y la gente se ha quitado la camiseta. La gente nos ha criticado con fuerza y luego ha empezado a explorar Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian. Y todo esto se da en el contexto de estas viles acciones y amenazas de los cerdos.

       

El Club Revolución dirige a la gente a asumir una posición justa

En respuesta a la ley marcial extraoficial de la policía que le decía a la gente que no pudiera estar en la acera durante el día, el Club Revolución lanzó un aviso de que iba a desafiar esta orden ilegítima. Dijimos que íbamos a estar en la acera a partir de las 7 de la mañana y que íbamos a permanecer ahí hasta las 3 de la tarde (las “horas prohibidas”), y que al mediodía, Joe Veale, un partidario del Partido Comunista Revolucionario y ex miembro del Partido Pantera Negra, iba a estar en el cruce para hablar. Lanzamos el llamamiento al vecindario y a otros a que tomaran posición con la gente y los RevCom, que desafiaran la orden, saliera a escuchar a Joe Veale y se pusieran la camiseta ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS! ese día dondequiera que fueran.

Por toda la mañana, el Club Revolución se plantaba en la acera. Un hombre gritó y pidió que los RevCom se fueran, porque no quería que su casa también resultara incendiada, pues obviamente se había tragado el mensaje que salía de la pocilga de la Delegación 7. Pero retrocedió al no recibir ningún apoyo para esa posición de parte de otros en la cuadra. Con motivo de esta situación, varias personas se detuvieron y se adentraron con mayor profundidad en las cosas con los RevCom, y una persona se fue leyendo Lo BAsico. Una joven se unió en el acto, se puso una camiseta y acompañó al Club Revolución todo el día.

Alrededor de las 10 de la mañana los cerdos entraron para hacer su primer arresto. Y luego, al mediodía, justo en el momento en que Joe Veale estaba programado para hablar, volvieron a entrar en un rastrillaje aún mayor. Muchas personas, tanto jóvenes como mayores, estaban en el parque y por los alrededores cuando esto sucedió, y acudieron a ver y filmar y a veces a alzar la voz en contra de lo que la policía estaba haciendo. Un hombre que una hora antes había estado en una gran discusión con los miembros del Club Revolución, con argumentos a favor de la policía, ahora estaba filmando los arrestos y dándole el dedo a la policía.

Después de que los cinco miembros del Club Revolución fueron arrestados, otros, incluidos Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario y los activistas anti-represión Rdo. Gregg Greer y Mark Clements, se reunieron y celebraron una conferencia de prensa en frente de la Delegación 7. El comandante de esa delegación ya salió a lloriquear y quejarse, después de haber ordenado acudir muchísimas patrullas para tratar de suprimir los derechos de los revolucionarios y de la gente que querían hablar con ellos.

Los revolucionarios y activistas de la comunidad dejaron en claro: ¡volveremos al vecindario al día siguiente! No había manera de que el Club Revolución fuera a dejar de tomar posición con la gente y dirigir a la gente a luchar para superar la represión, como parte de asumir la responsabilidad efectiva de organizar a la gente para una revolución y dirigir a las masas por todo el camino hasta hacer una revolución. Como se dice en “COMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”: “Es necesario que nos opongamos y desbaratemos a las maniobras de los poderes gobernantes para aislar, ‘cercar’, brutalizar, encarcelar en masa y reprimir de manera sanguinaria a las personas que llevan la vida más dura bajo este sistema y que más necesitan esta revolución. Es necesario que nosotros los ‘cerquemos’ a ellos — al ver que nazca ola tras ola de personas que se levanten en decidida oposición a este sistema”.

La cara a cara del sábado

El sábado, el Club Revolución juntó unas fuerzas para que formaran parte del mitin a las 3 de la tarde en el cruce donde los arrestos habían tenido lugar el día anterior. La gente del Club y su entorno se puso al frente para responder a la necesidad. La gente cambió sus planes, se puso las camisetas y se presentó en el cruce y, una vez más, algunos activistas que no forman parte del Club Revolución también llegaron a tomar posición con la gente y tomar posición con los RevCom. Antes de que comenzara el mitin, la gente que había visto las detenciones en persona o en los vídeos que estaban circulando, vino a saludarnos. Se alegraron de que habíamos salido en libertad, algunos acudieron para darnos abrazos. Otras personas tenían miedo de hablar con nosotros, ante la intimidación de la policía y sus amenazas de arrestar a cualquiera que viera alrededor de nosotros o que hablaran con nosotros.

Frente a toda la intimidación de la policía en el vecindario, un grupo de personas del rumbo llegó directo hacia el cruce y se unió al mitin. Unas cinco de estas personas se pusieron las camisetas de la Revolución por primera vez y se quedaron para todo el mitin. Otros grupos de personas se reunieron frente a una tienda al otro lado de la calle, se sentaron en los bancos del parque o se recargaron en la cerca a las sombras, lo suficientemente cerca como para escuchar el mitin sin tener que ir a unírsele. El Rdo. Gregg Greer y el sobreviviente de la tortura policial Mark Clements hablaron en apoyo de lo que los RevCom han venido haciendo y en contra de la represión policial.

Los policías no son sino unos patrulleros atrapa-esclavos y miembros del Ku Klux Klan de hoy día

Carl Dix habló en el mitin sobre la policía de Chicago que impone los códigos negros de hoy día. “Bien allá por los días de la esclavitud había unas leyes que estipulaban que si un negro no estaba en la plantación, tenía que tener permiso del amo de esclavos y de las leyes que dictaban que si dos negros o más estuvieran juntos, eso era ilegal. Tenían un nombre para estas leyes, les llamaban los códigos negros, y así era cómo controlaban a los negros en ese entonces. Bueno, el departamento de policía de Chicago está aplicando los códigos negros de hoy día. Sus cerdos policías se presentan en este vecindario y le dicen a la gente que no puede estar en la calle a ciertas horas. Que no pueden estar delante de su propia casa. Están amenazando a las personas que hacen sonar los silbatos cuando observan que la policía abusa de la gente. Le dicen a la gente, No nos dejen verlos hablando con los revolucionarios, porque ustedes se meterán en problemas por ello. Para colmo, allanaron una fiesta familiar en la casa de la familia donde se había juntado la familia extendida el 4 de julio. Estos son los códigos negros de hoy día, esto es parte de la ley, ya sea oficial o extraoficial, y no tiene nada bueno, carajo”.

“La gente que ha salido hoy va a hacer la revolución”

Carl Dix también habló de lo que tenemos a nuestro favor para hacer la revolución que necesitamos, pero también de la necesidad y el potencial para que la gente haga suyo esto y luche por esto; dijo: “Tenemos la dirección [en Bob Avakian], tenemos la estrategia, tenemos una visión del mundo futuro que podemos crear y les diré, hermanas y hermanos, lo que hace falta son ustedes. Tienen que conectarse con esto, tiene que conectarse con esta revolución. Yo sé que cuando digo esto, hay algo más que está dando vueltas en la cabeza de mucha gente, porque este sistema y sus voceros nos han dicho una y otra vez que los de abajo de esta sociedad no valen nada, nunca van a llegar a nada. Nos dicen eso tan a menudo que alguna de nuestra gente lo interioriza y que las palabras del opresor comienzan a salir de sus bocas. Vendrán diciendo, Ah, esa gente allá abajo, pues está hecha un desastre tan grande, que no puede nunca hacer nada. Eso no es cierto.

“He aquí es lo que dice Bob Avakian: ‘Aquellos que el sistema ha desechado, aquellos que el sistema ha tratado como menos que humanos, podrían constituir la columna vertebral y la fuerza motriz de una lucha para eliminar su propia opresión y además eliminar por fin toda opresión y emancipar a toda la humanidad’. Eso es el potencial que existe en nuestra gente aquí en esta comunidad. Tenemos que llegar a estas comunidades y conectarnos con ese potencial.

“Ahora bien, dicho eso, permítame decirles otra cosa: ustedes no pueden hacer eso tal como son hoy. No pueden estar metidos en pelearse y matarse los unos a los otros, no puede estar metidos en tratar a las mujeres como si fueran sacos de boxeo u objetos sexuales o máquinas procreadoras de bebés, no pueden estar metidos en mirar al otro lado de la calle a otro grupo de hermanos y hermanas que son igualitos a ustedes y pensar que son el enemigo. Tienen que deshacerse de eso y tienen que deshacerse de la forma de pensar del sistema que nos tiene atrapados en todo eso. Porque ellos quieren que nosotros nos peleemos los unos contra los otros, quieren que nos peleemos los unos contra los otros, porque así es más fácil que ellos nos mantengan todos abajo, así que tenemos que dejar eso y entrar en esta revolución. Y esto es algo que ustedes pueden empezar a hacer ahora, aquí mismo, hoy. Pónganse esta camiseta, Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!, adquieran un ejemplar de Lo BAsico, adquieran un ejemplar de la Constitución [para la Nueva República Socialista en América del Norte], éntrenle a esta revolución y conéctense con su dirección y sean parte de los emancipadores de la humanidad”.

Cuando Carl dijo que la gente podía entrar en la revolución en el acto poniéndose la camiseta Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!, un hombre que estaba escuchando el discurso inmediatamente salió para ir a buscar su camiseta de la Revolución en su coche, volvió y se la puso.

Carl Dix le dice unas verdades al comandante de la Delegación 7

Carl Dix terminó sus comentarios así: “A uno y a todos: Mire, Sr. Cerdo, Departamento de Policía de Chicago, Kenneth Johnson, comandante de distrito, sabemos por qué usted tiene a sus cerdos aquí en la calle haciendo cumplir la ley marcial contra la gente, se debe a que usted tiene miedo. Teme que si la gente aquí se pusiera de pie, si dejara de pelear los unos contra los otros, si se reuniera y especialmente si se reuniera con la revolución, usted no podría mantenerlos todos abajo. Por eso arrestaron a los revolucionarios. Y vamos a estar aquí organizando a la gente para que se ponga de pie, vamos a traer este mensaje de que este será un verano de otro tipo, no será un verano en que los negros, latinos y otra gente de color se maten los unos a los otros, no será un verano en que la policía tiene la cancha libre para aterrorizar, brutalizar y matar a la gente, sino que será un verano de organizar a la gente en la revolución. Estamos decididos a hacer eso, no retrocederemos, no dejaremos que nos hagan retroceder, seguiremos profundizando lazos con la gente, organizando a la gente, poniéndonos de pie junto con la gente y diciendo basta ya de esta brutalidad, basta ya de este terror, lo haremos como parte de la organización de una revolución para emancipar a toda la humanidad”.

Al concluir Carl Dix, ¡vaya pero quién se arrimó en una patrulla de los cerdos policías salvo el comandante de la policía de la delegación 7, Kenneth Johnson! Se presentó con un séquito de cerdos y un coche celular detrás de él. El comandante cerdo se acercó desvariando con algunas tonterías realmente patéticas y necias acerca de cómo la policía está haciendo cosas buenas para la comunidad y los revolucionarios están llegando para estropear todo eso y no los quieren en el vecindario. Parecía que había copiado el guión de un alguacil del Ku Klux Klan del antiguo Sur de los años 1950, que amenazaba a los trabajadores de los derechos civiles de esos días.

Se deslindan los campos, la gente se activa

Carl se puso de pie para refutar las tonterías de este llamado “comandante” y comenzó a hablar sobre la realidad de lo que la policía ha venido haciendo en ese vecindario. Al hacerlo, más gente comenzó a acercarse y alinearse con los RevCom. Seis o siete personas que habían estado escuchando en el parque se acercaron caminando y agarraron las camisetas de la Revolución y se las pusieron ahí mismo.

Mientras el comandante cerdo no pudo más que gruñir que los revolucionarios ni siquiera viven en ese vecindario, una persona con una camiseta de la Revolución puesta se trepó a un cajón de leche y lanzó su mano en el aire y dijo: “¡Sí! ¡Vivo aquí!” Otros se le unieron diciendo lo mismo. Un señor grande que había estado escuchando desde el otro lado de la calle y nos había dicho antes cómo la policía también le había ordenado que abandonara la acera, se acercó a ponerse en las narices del comandante. Y cuando el comandante le dijo a Carl si él quería hablar con el vecindario, debiera sentarse y hablar con él, una de las personas en el mitin (que había estado trabajando con el Club) dijo: “¿Por qué quisiéramos hablar con usted? Queremos hablar con la gente, pero usted no quiere que hablemos con la gente, ¡no hay nadie que quiere hablar con usted!”

Después de la confrontación con el comandante, los RevCom juntaron a las personas que habían estado en el mitin y marcharon juntos por el vecindario. Cuando empezamos al mero inicio de la marcha, una mujer pasó por ahí con el puño en el aire y gritó insultos contra la policía. A lo largo de la marcha, otros expresaron su apoyo, entre ellos algunos que al principio del día en conversaciones individuales no habían apoyado.

Este fue un buen día. Pero fue solamente un solo buen día. Y de todos modos, no bastan los “buenos días”. Debemos apreciar los triunfos, pero aún más que eso debemos construir a partir de ellos. Tenemos que llevar esto hacia adelante a la construcción de un movimiento para la revolución, una revolución que puede hacer caer todo este sistema y llevarnos a un mundo completamente nuevo. Así es el reto. Se aprendieron importantes lecciones sobre la importancia de mantenerse firmes frente al enemigo... sobre luchar duro entre las personas por lo que es cierto y correcto... sobre volver con la gente y retarla y organizarla para activarse y ponerse de pie, no sólo contra estos cerdos policías asesinos, sino contra el sistema que estos cerdos refuerzan. Y sobre todo, luchar por algo mucho mayor: por la emancipación de toda la humanidad.

El Club Revolución-Chicago dice lo siguiente: Hablamos en serio y no retrocederemos ni le daremos la espalda a lo que hemos iniciado, a la gente que necesita esta revolución. Seguiremos persistiendo y echando raíces para fortalecer este movimiento para la revolución, para forjar las bases, ampliar la influencia y organizar las fuerzas que necesitamos para hacer la revolución. No seremos intimidados, obligados a retroceder ni ahuyentados.

 

 

 

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