El régimen de Trump y Pence impulsa maniobras con la sigilosa prohibición a los musulmanes
¡Hay que PARAR este atropello fascista!

29 de julio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Se oye mucho en las noticias sobre la Prohibición de Musulmanes 2.0 de Trump y Pence, pero no se ha publicado mucho las otras medidas con las que el régimen ya está avanzando agresivamente para cerrarle la puerta a la gente de países musulmanes. Un artículo de opinión en el New York Times de dos representantes del grupo Muslim Advocates (Defensores musulmanes) echa luz a esta situación (“Cómo Trump está llevando a cabo sigilosamente su prohibición de musulmanes” de Farhana Khera y Jonathan J. Smith, el 18 de julio).

Dos recientes fallos de la Suprema Corte (reportados en revcom.us aquí y aquí) dieron luz verde a importantes partes de la prohibición de musulmanes versión 2.0 de Trump, que prohíbe la entrada de todos los refugiados y de personas de seis países con mayorías musulmanes. La Corte determinará sobre la prohibición en totalidad en octubre. Pero este régimen ha dejado muy claro que no tiene ninguna intención de permitir que ni las cortes ni las leyes bloqueen su programa fascista. Como reportan Khera y Smith, “Han pasado desapercibidas, entre el alboroto sobre las restricciones a la entrada de ciudadanos de países de mayorías musulmanes por parte de la administración de Trump y la confrontación que se aproxima en la Suprema Corte, las medidas insidiosas con las que el gobierno ya empieza a imponer una prohibición de musulmanes. Lo hace por medio de medidas engañosamente aburridas: aumentando los obstáculos administrativos y consolidando o hasta expandiendo las restricciones actuales de entradas, restricciones que la corte no revisará. El impacto colectivo de estos cambios consagrará en la política migratoria estadounidense una prohibición musulmana permanente”.

Una de esas medidas sigilosas es el “escrutinio extremo” de las personas que solicitan una visa para inmigrar o viajar a Estados Unidos. Lo que de por sí era un proceso entrometido ahora ha alcanzado nuevos extremos, al requerir que provean información como la historia de sus viajes durante los últimos 15 años y cómo los pagaron; la historia laboral y domicilio durante los últimos 15 años; nombres y fechas de nacimiento de todos los esposos o parejas actuales y anteriores; y todas las plataformas y cuentas en las redes sociales que han usado en los últimos cinco años. Sean aprobadas o no las solicitudes para la visa, la información recopilada podría registrarse en una base de datos para etiquetar y atacar políticamente no sólo a esos individuos sino a otros conectados con ellos —tanto al exterior como al interior de Estados Unidos— por medio de vínculos personales o las redes sociales.

Exentos de estas reglas son 38 países considerados “amigos” — casi todos en Europa, además de unos otros pocos como Australia y Japón. Incluido es el resto del mundo. Como señalan Khera y Smith, aunque el Departamento del Estado dice que sólo somete al escrutinio extremo a “poblaciones que merecen un escrutinio mayor”, “Todos saben que eso es un código que significa personas de países predominantemente musulmanes”.

Otras medidas semejantes incluyen:

* En junio, Trump canceló un orden anterior que requería que el Departamento de Estado asegurara que la mayoría de las entrevistas con los solicitantes de visas no migratorios ocurran dentro de tres semanas.

* Los departamentos de estado, de seguridad de la patria, y algunas otras agencias mandaron informes a la Casa Blanca en julio sobre los procesos de la revisión de visas en Estados Unidos y otros países. Supuestamente ocuparán esa información para determinar si extenderán permanentemente la prohibición a corto plaza a personas de países con mayorías musulmanes y si añadirán otros países a la lista. El régimen se niega a publicar estos informes. Pero Khera y Smith afirman en su artículo de opinión, “Toda la evidencia circunstancial implica que el mayor peso de estas restricciones caerá sobre los países con mayorías musulmanes, que es exactamente lo que el presidente Trump ha pedido”.

Como resultado de las medidas sigilosas para prohibir a musulmanes, Estados Unidos ha expedido una cantidad de visas 55 por ciento menor a la del año pasado a personas provenientes de los seis países en la Prohibición de Musulmanes 2.0 (Irán, Siria, Sudan, Somalia, Libia, y Yemen) — y 20 por ciento menos a personas provenientes de casi 50 países con mayorías musulmanes.

Más allá de eso, la prohibición de musulmanes está azuzando la satanización de todos los musulmanes. Según el paradigma del “choque de civilizaciones”, en el que se basan los fascistas del régimen de Trump y Pence, los miles de millones de personas en las naciones salvajadas por Estados Unidos y otras potencias imperialistas, representan un grave peligro. A la medida que el yihadismo islámico reaccionario se haya arraigado en algunos de esos lugares —en la tierra y el ambiente que el imperialismo ha creado— han de aplastar este y cualquier otro reto al imperialismo estadounidense con la fuerza militar abrumadora. Y según este punto de vista genocida, hay que prohibir la entrada de musulmanes y tratarlos como parías porque socavan la coherencia supremacista blanca y cristiana de Estados Unidos. Es más, si todas las personas de países musulmanes son “terroristas potenciales”, según esta lógica fascista, ¿qué de los musulmanes en Estados Unidos?

¡Esto no se puede permitir! Hay que parar la prohibición de musulmanes oponiendo una resistencia amplia y feroz, como parte de la lucha para expulsar al régimen fascista.

 

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