Encuentros con los luchadores angelinos de la resistencia del 15 de julio

Michael Slate

2 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Se necesitaba ser valiente para estar entre los cientos que se reunieron en la esquina de la Hollywood con Highland, donde está la estrella de Trump en Hollywood, para manifestarse y marchar contra el régimen fascista de Trump y Pence el 15 de julio en Los Ángeles. Con anticipación los fascistas trumpistas habían amenazado a los manifestantes—y sí trataron de intimidar y callar a los manifestantes, y agredieron por lo menos a dos personas.

Michelle Xai de Rechazar el Fascismo de Los Ángeles, la joven que hizo de maestra de ceremonias desenmascaró a los fascistas con un poderoso y animado rap que fue al grano de lo que realmente es importante y urgente sobre la protesta, y movilizó a la gente para seguir adelante:

Estamos en una misión para sacar a este régimen fascista. Estas personas, ¿qué representan, a qué se oponen? ¿Qué quiere decir Donald Trump con eso de que Estados Unidos vuelve a tener grandeza? Quiere que Estados Unidos vuelva a ser blanco. Quiere volver a los tiempos cuando había separación, cuando los negros tenían que usar baños diferentes a los de los blancos, cuando se les trataba como menos que humanos. Nosotros le decimos NO a todo eso, y estamos decididos a sacar del poder a este régimen fascista. Y no nos vamos a quedar de brazos cruzados esperando ‘pa ver qué pasa. Este fascista en la Casa Blanca ya nos ha mostrado y dicho lo que van hacer. Y nosotros no nos vamos a portar como los buenos alemanes que se quedaron a un lado cuando los cadáveres se acumulaban a su alrededor y simplemente se taparon los ojos como si nada estuviera pasando. ¡No! ¡No vamos a volver a esos tiempos!... Rechazamos a estos malditos tontos ignorantes que nos quieren intimidar. Están aquí para proteger un trozo de hormigón [la estrella de Trump]. Si no fuera tan peligroso, sería risible. Pero hay que tomarlos en serio — así es como el fascismo se va consolidando, por medio de estas camisas pardas de hoy día que recorren la sociedad para acallar toda oposición al mismo tiempo que la gente en el poder siguen ejecutando programas genocidas contra las masas populares. No podemos dejarnos distraer. Estamos en una misión para sacar del poder a este régimen fascista, ¡y no daremos paso atrás de esa misión!

En cierto momento los fascistas empezaron a corear “USA, USA, USA”, y la multitud contestó con “¡LA HUMANIDAD ANTE TODO, LA HUMANIDAD ANTE TODO!” Los fascistas se quedaron asombrosamente callados y el momento impactó profundamente a todos los presentes.

¿Quiénes eran los 400 luchadores que estaban haciendo lo correcto, marchando contra el régimen de Trump y Pence? Representaron a una amplia gama de puntos de vista y venían de toda la sociedad, y compartían un sentir de responsabilidad ante la humanidad de expulsar a este régimen fascista. El corresponsal de Revolución Michael Slate logró hablar con varios de ellos, y compartió sus notas sobre la escena, sobre quiénes estuvieron presentes y por qué. Empezamos a publicar sus notas aquí, y en los días por venir agregaremos más, así que estén pendientes.

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Al caminar por la avenida Highland se podía escuchar un leve murmullo en la distancia. Cuando volteamos sobre el bulevar Hollywood, se hizo más ruidoso y agitado. Ya eran las 2:15 pm, unos 45 minutos antes de que empezara la protesta del 15 de julio para demandar que ¡el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!

Los manifestantes habían empezado a montar y decorar el camión que iba a servir de plataforma para la concentración. Unos ya habían puesto mesas con literatura en la acera frente al camión a un tiro de piedra de la estrella de Donald Trump en el Paseo de la Fama de Hollywood. Un grupo de fascistas vigilaba la estrella de Trump, obviamente sentían una urgencia religiosa de servir y proteger.

En 20 minutos se transformó un trecho del bulevar Hollywood en una escena para el mitin a medida que el camión se posicionaba en medio de la calle y los primeros de cientos de manifestantes empezaron a congregarse enfrente de la plataforma improvisada.

Caminé entre la multitud, hablando con gente por aquí y por allá, con un ojo puesto en los fascistas y tratando de evaluar lo que estaba sucediendo. Una de las cosas que más me alegró fue ver que, aunque había gente de todas las nacionalidades, había una cantidad muy significativa de jóvenes, unos en su primera manifestación y otros con más experiencia. Cada conversación abría otra puerta sobre lo que se estaba perfilando con la resistencia al régimen de Trump y Pence y por qué. Al fondo de la creciente multitud estaban dos mujeres, cada una con un yijab puesto. Escuchaban intensamente los discursos, y miraban nerviosamente en su entorno y a la fila de policías detrás. Su familia tiene raíces en Egipto pero ellas nacieron en Estados Unidos. Son musulmanas y mostraba una combinación de susto, preocupación y furia.

La hermana menor, Z, habló primero: “Francamente, yo y mi familia simplemente salimos hoy a darnos una vuelta por el bulevar Hollywood y luego vimos esto y nos preguntamos, ¿qué pasa aquí? Así que nos metimos y sinceramente estoy de acuerdo con ese No a Trump. Es completamente indignante, con todo lo que él ha venido haciendo y lo que quiere hacer. Me asombra. Lo que me preocupa es que él de plano quiere deshacerse de casi el 50% de la población de Estados Unidos, de plano deshacerse de los inmigrantes ilegales. No es culpa de ellos, solo necesitan un lugar para vivir y un trabajo y él quiere sacarlos a todos. Se porta tan racista con todos, inclusive a mí y mi religión, y eso no está bien ni conmigo ni con nadie que está conmigo”.

La hermana mayor de Z, L, terminó una conversación con otra persona y se volteó para escucharnos a nosotros, cuando en eso a Z se le dibujó una sonrisa tímida y dijo que si bien ella no podía concebir de una manera de hacer caer al régimen de Trump y Pence, “Ya no queda nada que se podría perder”.

En eso L se metió en la conversación. Estaba muy pensativa y consternada. “Estoy aquí hoy porque ese Donald Trump, desde el principio de su campaña, nos ha hecho sentir que no pertenecemos en Estados Unidos, a pesar de que yo y mi familia nacimos y crecimos aquí. Somos ciudadanas de Estados Unidos y él tiene una retórica que hace parecer como que si eso no importara, como si estar en territorio estadounidense no quisiera decir que nos merecemos estar aquí. Sea como sea, mis padres son inmigrantes y vinieron a Estados Unidos en busca del sueño americano. Empezaron sin nada y prosperaron. Y todos merecemos estar aquí, de eso se trata aquí en Estados Unidos, de construir algo de la nada”.

La prohibición a los musulmanes de Trump la asustó un poco, la dejaba profundamente perpleja y después de plano la hizo enojar. “Cuando anunciaron la prohibición a los musulmanes, eso sí que fue muy, muy preocupante. Francamente, no tengo palabras. No sé cómo se podría prohibir a un pueblo entero. No había razón para la prohibición —no recuerdo a cuántos países iba a afectar pero— por la más mínima posibilidad de que estuviera terrorismo. El terrorismo no está arraigado en el islam. El terrorismo sucede por la manera que Estado Unidos trata a nuestros países. Mandan sus soldados y matan a nuestra gente y destruyen nuestras viviendas y esperan que nadie se vaya a desquitar. No es que odiamos a Estados Unidos, viajo al extranjero y nadie odia a Estados Unidos, pero cuando sus soldados van y matan, ¿cómo quieren que reaccionen? Así que la prohibición a los musulmanes no tiene propósito, no va a lograr nada en absoluto”.

L piensa que el gobierno de Trump y Pence es fascista y que es importante que se entienda eso. “Me parece que a muchos se les mete en la cabeza que son republicanos y que tienen que votar por republicanos, que tienen que votar por esos valores conservadores y no ven donde van por el rumbo equivocado, donde se ha cruzado una línea hacia este régimen fascista. Una vez que empiecen a decirle a la gente que no pertenece. Como la comunidad gay y lesbiana, la comunidad LGBT, los inmigrantes de todas partes del mundo, sean cuales fueren sus valores, sean cuales fueren sus creencias políticas, en esencia lo que él está haciendo es dividir a Estados Unidos en dos, y está diciendo que unas personas son los malos y que unas personas tienen problemas mentales y que no saben de qué hablan y que ‘nosotros’ somos los buenos. Eso es lo que él dice y eso es incorrecto. Todos somos seres humanos y todos tenemos diferentes puntos de vista y nadie va a ser igual que otro. Y todos tenemos que aceptar eso”.

Le recordé a L que la había preguntado si ella estaba de acuerdo que era importante que la gente entienda que este es un régimen fascista y lo que eso significa con respecto a sacarlo. Dijo que era una pregunta difícil y lo pensó un rato, antes de decir: “Bueno, creo que cuando la gente entienda que Trump es un fascista y cuando empiece a juntarse como en esta protesta, cuando la gente empiece a reunirse en solidaridad, pues le haremos ver al gobierno. Empezaremos investigaciones sobre qué son sus intenciones y qué es lo que en realidad está haciendo en el gobierno y no ignorar lo que ha estado haciendo”.

L tenía una cara preocupada al decir eso, y yo la recordé de lo que había pasado en Egipto en el 2011, cuando el pueblo egipcio se sublevó y se tomó la plaza Tahrir por casi tres semanas en una ola para tumbar al régimen de Mubarak y fueron derrotados por el ejército que los aplastó. Le pregunté que qué pensaba sobre eso con relación a lo que se requiere en Estados Unidos. “En Egipto las cosas son muy, muy diferentes. Allá no tienen el derecho de protestar, así que cuando la gente sale a la calle, la policía la gasea y arresta a todos. Allá en Egipto no tenemos seguridad. Aquí tenemos seguridad y debemos de poder usar nuestras voces. Técnicamente, tenemos el derecho de protestar. Allá en Egipto, no tenemos ese derecho. Aquí tenemos que agarrarlo con las manos en la masa. Yo sé que él es un corrupto, así que él definitivamente hace algo corrupto en el cargo. Simplemente tenemos que pillarlo en el acto. No podemos tolerar que la gente en el gobierno se haga de la vista gorda y simplemente ignore lo que él está haciendo. Tenemos que descubrir, y tenemos que ponerlo al desnudo y conseguir que le hagan un juicio político de destitución”.

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Por muchas razones, el bulevar Hollywood tiene fama. Y es muy cierto que se puede encontrar cualquier cosa que se quiera —y muchas cosas que nunca siquiera se hubiera considerado querer— simplemente al caminar por la calle. A un lado de la concentración había una tienda de cachivaches, recuerdos y estatuas en miniatura del premio Oscar, fotos de estrellas del cine y muchas playeras, sudaderas y sombreros de Hollywood.

Un grupo de muchachas recién graduadas de la secundaria regresaban a sus hogares con bolsas llenas de baratijas. Eran alumnas de los estados del medio oeste que estaban de visita para una orientación temprana para la universidad a la que van a asistir en el otoño. Acudieron al bulevar Hollywood para pasar el rato, y Ellen, una de ellas, dijo: “Acabamos de ver esto y teníamos que participar porque teníamos que protestar con ustedes, no podíamos ignorarlo”. Otra, Beth, agregó: “Cuando estuve en el Desfile de Orgullo en Chicago sucedió lo mismo y de veras sentí la necesidad de participar, tal como hoy aquí, les vi y tenía que participar”.

Les pregunté que por qué sintieron la necesidad de unirse a la manifestación y de tomar una posición contra el régimen de Trump y Pence en general. Ellen brincó con su respuesta: “Su descarado desprecio por nuestro bienestar, su superioridad ante los inmigrantes, las mujeres, a cualquiera que él no considere que vale. Enfurece ver eso”.

Beth quería decir más: “A mí sí me parece que todos se merecen las mismas oportunidades, pase lo que pase — porque la raza no debe importar, la procedencia de uno no debe importar, cosas así. Todos somos seres humanos y todos simplemente debemos de practicar el amor. Todos debemos respaldarnos el uno al otro, pero él no está haciendo eso. Y eso está jodido porque él encuentra formas de meterse como niñito en grietas, y causa divisiones y separaciones entre todos, y eso está jodido”.

Les pregunté si pensaban que éste era un régimen fascista y por qué. Ellen habló primero: “Este es definitivamente un régimen fascista. No sé cómo describirlo. Miren cómo él trata a la gente. Es obvio que es como cualquier otra experiencia que hemos tenido con regímenes fascistas. Es la misma cosa”. Beth reflexionaba un momento antes de decir: “De plano intimida a todos. Les habla con desprecio a todos. ¿Qué tipo de carácter es ese? De veras, solo para empezar. Tenemos que mantenernos unidos. Tenemos que hacer protestas como la de hoy. Hace falta más que nunca correr la voz pues tanta gente ignora tanto de lo que pasa, pues nada más escucha lo que él dice en los noticieros y de que es un buen orador pero no sabe lo que en realidad pasa”. Ellen agregó: “Y, no obstante, a veces cuando la gente sepa lo que pasa, pues en realidad no importa porque sucede a veces que la gente está de acuerdo con él. Así que, francamente, todos tenemos que mantenernos unidos”.

Les pregunté a las dos qué pensaban que iba a ser necesario para sacar del poder al régimen de Trump y Pence. Beth brincó a la oportunidad y su amiga dijo que Beth quería hablar porque desde hace un tiempo ha estado pensando en eso. Beth no se aguantó: “Sale vale, pues, si lo sacamos del poder, pues ahí está Pence. Y si sacamos a Pence, pues ahí está el otro tipo. Hay que… francamente, ni siquiera lo sé. Si lo sacamos del poder, se queda Pence y él es peor. Entiendo que simplemente quiere expulsarlo completamente pero al mismo tiempo, eso está bien, lo entiendo, de veras, pero veamos la cosa en perspectiva un momento y pensémoslo lógicamente, porque si logramos sacarlo y pensamos que se ha resuelto el problema, pues ahí está Pence, lo que es peor”.

Ella agregó: “Es difícil porque hay dos personas en el alineamiento que son horribles y les siguen otros que no son nada mejor. Así que creo que tenemos que ejercer un mayor impacto y ver que él sepa que tiene que cambiar lo que está haciendo, porque si no los expulsáramos, al menos deberíamos afectar las decisiones que toman. Estamos de acuerdo con que para hacer cualquiera de estas cosas, millones de personas van a tener que lanzarse a las calles”.

 

 

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