Heather Heyer: Una heroína en un momento en que la humanidad necesita de héroes

14 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

“Quiero que su muerte sea un grito de lucha por la justicia”.
—Susan Bro (madre de Heather Heyer, que fue asesinada por un supremacista blanco en Charlottesville el 12 de agosto)

Heather Heyer era una asistente legal de 32 años en Charlottesville, Virginia. Cuando se movilizaron nazis, miembros del KKK, y otros supremacistas blancos armados y violentos en Charlottesville el sábado para protestar el plan de quitar una estatua en conmemoración a Robert E. Lee, ella salió a la calle junta con cientos de otros contra-manifestantes para confrontar y oponerse a aquellos. Un supremacista blanco cobarde embistió con el carro a una multitud de contra manifestantes en un cruce de calles, y mató a Heather e hirió a 19 personas.

La madre de Heather, Susan Bro, dijo al Huffington Post que nunca hubo ninguna duda de si Heather iba a protestar a los neo-nazis y otros: “Ella siempre tenía un sentido muy arraigado del bien y el mal, siempre, incluso de niña, se tomaba muy en serio lo que ella creía que era justo. De alguna manera casi siento que esto es lo que ella nació para ser, un foco para el cambio. Estoy orgullosa de que lo que ella estaba haciendo era pacífico, no estaba ahí peleando”. 

Un vecino en Charlottesville dijo a HuffPost, “Ella vivía su vida como su camino – y era por la justicia”.

La ultima entrada en Facebook que hizo Heather Heyer antes de sumarse a las contramanifestaciones fue: “Si no te indignas, no estás poniendo atención”. Los supremacistas blancos que marcharon en Charlottesville anunciaron, al igual que las turbas de linchamiento de un pasado no tan lejano, que traían armas y amenazaron con usarlas. Heather Heyer, y cientos de otros, desafiaron las amenazas y peligros, y Heather heroicamente dio la vida haciéndolo.  

Bob Avakian ha escrito:

Hay un punto donde la epistemología y la moral se encuentran. Hay un punto donde uno tiene que decir: No es aceptable no querer mirar algo, o no creerlo, porque incomoda. Y: no es aceptable creer algo porque tranquiliza.
(Lo BAsico 5:11)

Este es un principio crítico bajo cualquier circunstancia, pero adquiere una urgencia extrema en este momento. El fascismo tiene rumbo e impulso. Ya es hora de detenerlo. Y eso requerirá valentía física, e intelectual.  

 

 

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