Protesta de miles contra Trump en Phoenix; ataque de la policía con gas lacrimógeno

26 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Mientras Donald Trump despotricaba en su mitin fascista en Phoenix, Arizona el miércoles 22 de agosto, miles de manifestantes se reunían para denunciarlo. Varios grupos habían convocado protestas contra Trump. Participaron muchos que se sintieron obligados a asistir, como un hombre latino que le dijo al Los Angeles Times, “No quiero lamentar no haber alzado la voz. Una cosa es quejarse entre los amigos... Yo quería estar presente y expresarme”. Otro manifestante, un hombre blanco de unos 60 años, dijo: “Solía protestar en los años 1970 y 80, pero después descansé. Ya es hora de volver a meterme en el partido”.

Había varias marchas en el centro de la ciudad anteriormente durante la tarde, bajo temperaturas que llegaban a 42 grados C, que convergieron frente al centro de convenciones para el mitin nocturno de Trump. La Primera Iglesia Unida Congregacional de Cristo convocó una “vigilia y marcha por la unidad” en la que participaron varios grupos religiosos, grupos de derechos civiles y grupos activistas. Se celebró un mitin de “Nunca más: judíos y aliados contra el odio”, y otro de “Protestar contra Trump en Arizona” tuvo lugar cerca del centro de convenciones. El Movimiento Puente de Derechos Humanos Arizona dirigió una marcha al centro de convenciones de “La supremacía blanca no se perdonará”.

Mientras los manifestantes convergían cerca del mitin de Trump, helicópteros policiales volaban y policías fuertemente armados pasaron por las calles y formaron una línea para vigilar por el centro de convenciones y los partidarios de Trump que entraban. También había policías “no oficiales” como los “Motociclistas para Trump” y los tipos al estilo miliciano que blandían armas.

Los manifestantes decididos se quedaron cerca del centro de convenciones durante horas, coreando “No a Trump, No al KKK, No a un Estados Unidos fascista”, “Hey, hey, ho, ho, Donald Trump tiene que largarse”, y otros lemas. Denunciaron el apoyo de Trump a los fascistas klanistas y nazis que se habían reunido en Charlottesville, la posibilidad de que Trump fuera a perdonar al racista y rabiosamente anti-inmigrante ex-sheriff de Phoenix, Joe Arpaio, y otros ultrajes del régimen de Trump y Pence.

Luego, cuando el mitin de Trump terminaba, la policía atacó de repente. Una manifestante de 19 años de edad dijo que la gente protestaba pacíficamente cuando “La policía empezó a lanzar gases lacrimógenos y espray de pimienta y granadas de flash que básicamente nos hacen huir”. Un concejal de la ciudad de Tempe, Arizona dijo que estaba cerca repartiendo botellas de agua cuando oyó el “pum” de una lata de gas lacrimógeno o de pimienta, y “entonces la gente empezó a correr”.

En una declaración al día siguiente, Carlos García, del Movimiento Puente de Derechos Humanos Arizona, dijo en parte: “Después de negarse a condenar a los supremacistas blancos en Charlottesville el fin de semana pasado, Trump llegó a Phoenix para animarlos. Su señal de apoyo a Arpaio es la más reciente que indica que la supremacía blanca gobierna la Casa Blanca, y no se perdonará. No se puede negociar con su agenda de odio. Sólo se puede oponerlo resistencia”.

Era muy justo que miles de personas hayan salido en Phoenix para oponerse a Trump. A él y Pence y los demás del régimen fascista hay que enfrentarlos con fuertes y decididas protestas dondequiera que vayan. Estas protestas tienen que crecer en tamaño y fuerza — y tienen que ser parte de llevar esta lucha urgente a un nivel completamente nuevo, la gente actuando colectivamente en acciones en todo Estados Unidos a partir del 4 de noviembre, sin parar hasta que se cumpla la demanda: ¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen fascista de Trump y Pence tiene que MARCHARSE!

 

 

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