Transformar la cárcel en tu universidad

24 de agosto de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

Al reflexionar sobre las varias maneras en que los presos pueden hacer trabajo revolucionario mientras están encarcelados, recordé algunas experiencias que quería compartir.

De joven yo no sacaba buenas notas en la escuela, pero desarrollé la habilidad de leer, escribir y trabajar con las ideas en prisión. Algunos dirían que convertí algo malo en algo bueno, o como dirían los comunistas, arranqué algo de libertad a la necesidad. Los períodos en que nos encerraron de modo arbitrario en las celdas me obligaron a conseguir libros y leerlos; lo que nunca hubiera contemplado hacer en otras circunstancias y quería que otros hicieran lo mismo. Recopilé libros de cualquier lugar que enviaba libros gratis a los presos, había muchos, pero tengo que recomendar fuertemente, más bien insistir, que la gente escriba al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos (el Fondo) para obtener la mejor y más importante literatura que se puede obtener dentro y fuera de la prisión. Allí es donde se pueden obtener las obras de BA, las que concentran el conocimiento más avanzado, el método y enfoque más profundamente científico, para hacer una revolución que podría conducir a la emancipación de toda la humanidad.

En todo caso, junté unos cien libros después de unos años que no quería que simplemente se queden en mi estante, o en el estante de otra persona, cubriéndose de polvo. Vi la necesidad de poner esos libros a la disposición de todos los presos de mi pabellón y también encontrar una manera de animar a todos a hacer algo de lectura. Tuve mucho tiempo para quemar, así que hice una lista de cada libro en mi celda y escribí una breve descripción de cada uno después de detallar el título y el autor. Tenía una máquina de escribir por lo que decidí hacer un folleto, lo que me costó un poco de trabajo pero valió la pena. Doblé por la mitad el papel de tamaño carta, calculé los márgenes, el interlineado y cuánto texto podría caber en cada lado. Así tenía una idea de los números de página y cuántas hojas que necesitaría en total. Escribí una pequeña introducción de dos párrafos para la página 1 que alentaba a todos, independientemente de su raza o nacionalidad, a que me visitaran para “pedir prestado” cualquiera de los libros o revistas que estuviera en la lista. En la portada simplemente tecleé en mayúsculas en negrita en el centro de la página: TRANSFORMAR LA CÁRCEL EN TU UNIVERSIDAD.

Conocí a una persona con acceso a una copiadora que me sacó unas copias, e hice que una copia llegara a cada celda en cada sección del pabellón. Las solicitudes de libros comenzaron a llegar, los presos que también querían compartir sus libros de la misma manera indicando los libros que tenían en hojas y colocándolas en los folletos cuando les llegaban y pasándolos a otros. Otros donaron libros a “la biblioteca” y rápidamente se convirtió en algo colectivo. Después de algo de lucha e incentivo adicional de mi parte, unos presos que no hacían mucha lectura se inspiraron para leer y me pidieron que les enviara algo que yo mismo recomendaría. (Pronto me di cuenta de que necesitaría más de un ejemplar de Lo BAsico.) ¡Fuera con todos los dioses! era un éxito particular cuando lo añadí a la lista. Unos 10 presos habían leído esa única copia antes de que me liberaran bajo libertad condicional. Los que lo habían leído o lo estaban leyendo lo estaban discutiendo en el patio; luego otra persona pasaría por ahí y escucharía su conversación y querría ser el siguiente en la fila para leer el libro. Tuve que hacer una lista de las personas que querían leerlo y el orden en que lo habían pedido. No sé si cada preso que quería leer ese libro tuviera la oportunidad de hacerlo. Cada vez que quitaba de la lista un nombre, tenía que añadir otro.

Los libros en la lista reflejan una amplia gama de temas; filosofía, ciencia, psicología, matemáticas, leyes, historia y, por supuesto, unos libros comunistas, anarquistas y revisionistas (falsos revolucionarios disfrazados de comunismo). Me convertí en una especie de imán para cualquiera que quisiera participar en discusiones políticas. Empezaba a entrarle a BA y todos los intercambios con otros me eran útiles para poner más en claro lo que estaba aprendiendo. Me gustó especialmente hablar con aquellos que estaban influenciados por la literatura revisionista que habían pedido prestada. “¿Quién en realidad es idealista cuando habla del materialismo? ¿Quién habla de la dialéctica sin ser dialéctico?” Desde ese entonces he llegado a comprender más profundamente lo mucho que eso realmente importa. A pesar de que uno pasa la mayor parte del tiempo encerrado en una caja de hormigón, importa enormemente para la humanidad qué perspectiva y método que uno adopte y por lo que luche. No tardó mucho tiempo antes de encontrarme promoviendo la dirección de BA y del Partido Comunista Revolucionario (PCR).

Hay lucha de sobra contra el poder que tiene que hacerse en prisión. Estoy seguro de que cada preso que lea esto estaría de acuerdo en que no hay escasez de salvajadas de los guardias y la administración que constantemente tienen que ser enfrentados. Para los presos que están hartos de tener que lidiar con necedades, además de buscar constantemente formas para llevar la resistencia a otro nivel, pero también hace falta ir más a fondo para entender lo que enfrentamos, ¿cómo en realidad vamos a cambiar las cosas, deberíamos luchar por mejores condiciones en la mazmorra o deberíamos mirar más allá de los muros de la prisión y tener objetivos muchísimo más altos? He aquí donde tienen que incidir BA y la nueva síntesis del comunismo. No piensen que no importa lo que la gente lea siempre y cuando estén leyendo algo. Urge mucho que la gente explore profundamente a BA y que haga suyo el método y enfoque científico que él ha desarrollado. Cuanto más que las personas hagan eso, no sólo aprenderemos más de una amplia gama de lecturas, sino que las fuerzas y el movimiento para una revolución real para barrer todo este maldito sistema de la faz de la Tierra cobrarán cada vez más gente y fuerza.

Urge que, en esta sociedad y en el mundo en su conjunto, amplios sectores de la gente hagan suya esta nueva síntesis: dondequiera que las personas cuestionen por qué las cosas están como están, y si un mundo diferente es posible; dondequiera que las personas hablen de la “revolución” pero en realidad no entienden lo que representa una revolución, no tienen un enfoque científico para analizar y lidiar con lo que enfrentan y lo que debe hacerse; dondequiera que las personas se levanten en rebelión pero se encuentran acorraladas, decepcionadas y a la merced de opresores asesinos, o se dejan llevar por caminos que solamente refuerzan, a menudo con una brutalidad despiadada, las cadenas esclavizantes de la tradición; dondequiera que las personas necesiten una salida de sus condiciones desesperadas, pero no ven la fuente de su sufrimiento y el camino para salir de las tinieblas.

— Bob Avakian, EL COMUNISMO NUEVO



 

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