El 31 de agosto: La cascada de la catástrofe social y de salud pública del huracán Harvey; poniendo las demandas en las manos de la gente

6 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un/una lector/a:

Continúa la devastación que resultó del Huracán y el diluvio que ha azotado la costa de Golfo en Texas y Luisiana. Nuevos terrores se desenvuelven a diario al moverse la tormenta a paso lento hacia el este. El alcalde de Port Arthur, unas 90 millas al este de Houston, mandó un mensaje que dijo, “Toda nuestra ciudad está bajo el agua ahorita”. Cerca de ahí, Beaumont —una ciudad de unas 120.000 personas— perdió su abastecimiento municipal de agua cuando una enorme inundación del Río Neches descompuso su estación de bombeo principal. Dijo un oficial municipal, “No hay manera de determinar en este momento cuánto tiempo tardará (restaurar el abastecimiento de agua)”. El único hospital grande en Beaumont tuvo que transferir a todos sus pacientes.

En Crosby, al noreste de Houston, explotó la planta Arkema Chemical —dos veces— y prendió “reacciones químicas” e incendios. Varios ayudantes de policías cerca de las explosiones fueron hospitalizados, y la zona alrededor de la planta fue evacuada. Ante este desastre, el Director Ejecutivo de Arkema hizo la increíble declaración de que el impacto ecológico será “mínimo”. Mientras tanto, el Texas Tribuno reportó que el director del Sierra Club en Texas dijo que el humo de los incendios y la explosiones indica “la presencia de hidrocarbonos aromáticos policíclicos, un carcinógena conocido. Dependiendo del viento, estas químicas podrían extenderse rápidamente a la zona alrededor”.

En medio de esta catástrofe social y de salud pública en cascada, las demandas publicadas en Revolución han empezado a circular. Lo siguiente se basa en informes de algunas actividades iniciales, entre ellas unas entrevistas con damnificados de dos de los principales albergues, el Centro de Convenciones George R. Brown (GRB), y la Iglesia Lakewood.

El miércoles, 30. Una larga fila de personas continuaba durante horas fuera del GRB. Éste se ha llenado hasta el doble de su capacidad con los damnificados de la tormenta. Nos acercamos a las personas con las Demandas imprimidas del sitio de Revolución. La mayoría de personas apreciaron mucho lo que estábamos haciendo, al mismo tiempo que estaban muy mortificadas. En particular, muchas personas apreciaron que estas demandas concentraron muchas de las lecciones de lo que pasó con Katrina. También, si bien ahorita las autoridades están dando carita de preocuparse por ellas, muchas personas decían que no hay que confiar en las promesas del gobierno.

Muchas personas no sabían que Art Acevedo, el jefe de policía, hizo una rueda de prensa ayer en la que anunció que la policía estaba disminuyendo los esfuerzos de “búsqueda y rescate”. Acevedo dijo que la policía se enfocará en los “saqueadores” y en “las personas que se aprovechan de la situación”.

Eso era controvertido: muchas personas se engañaron por las noticias sobre personas que “se aprovechan” de la situación para robar a las casas. Algunas dijeron que tuvieron la experiencia de ser robadas mientras trataban de escaparse de la inundación. Las autoridades se están aprovechando mucho de esto para dividir a la gente y hacer que apoye a la policía. Una mujer en la Iglesia Lakewood que fue de voluntaria al GRB, preguntó de eso cuando leyó la demanda, “Que tomen medidas extraordinarias para distribuir los recursos necesarios de tiendas y almacenes a la gente, por cuenta del gobierno — y que no baleen ni arresten a los que se lleven los recursos necesarios, bajo ninguna circunstancia”.

Muchas personas eran muy escépticas sobre la ayuda del gobierno. Sabían que lo que se haga ahorita no se debe a que el gobierno tenga tanto corazón. Las autoridades en el GRB están permitiendo a los damnificados hacer llamadas telefónicas, y por al menos en el período inmediato se ven obligadas a dar la apariencia de apoyar. Muchos de los damnificados tenían a sus hijos ahí, y se preocupan mucho por el bienestar de los niños.

Era importante la cuestión del cambio climático. La gente realmente necesita la ciencia. La mayoría de las personas, al parecer, apreciaron lo que estábamos diciendo, de que el huracán es natural pero el desastre lo hizo el sistema. También apreciaron el hecho de que muchas de las demandas surgen de la experiencia de Katrina. Conocimos a tres muchachas originarias de Baton Rouge, donde les tocó la inundación de hace un año, y ahora ¡de nuevo salieron inundadas! Personas también hablaron de que fue prevenible la descarga de agua de las dos presas, ya que se sabía desde hace años que estas presas eran de “alto riesgo” de fallar.

Algunas personas negras expresaron su acuerdo con la demanda acerca de ICE: “Que mantengan alejado al ICE de hospitales, albergues, escuelas, cárceles y otros lugares claves durante esta emergencia — y que anuncien públicamente esta política. Que no obliguen a las personas a decidir entre ahogarse o morir en las anegaciones o perder a sus hijos por una separación permanente de sus seres queridos, y ser aventados hacia otro lado del mundo”.

Además, la mayoría de las personas no sabían de las horribles inundaciones que ocurrían en Asia al mismo tiempo, y que las afectadas ahí sufren una situación aún peor.

Estaban presentes unos pocos partidarios de Trump [blancos], que por lo general no nos recibían amistosos, aunque uno sí le gustaba mucho lo que estábamos haciendo. Dijo que votó por Trump. Cuando yo dijo que Trump es un fascista y lo expliqué, pues él como que se rio, de él mismo yo creo. Pero de ahí tuvimos una discusión sobre el cambio climático, porque él dijo que la Biblia predice que se calentaría. Se interesó en lo que yo dije sobre la ciencia del cambio climático, aunque no se convenció. Era irónico, aunque no sorprendente, que algunos blancos en esta situación apoyan a Trump. Pero también se dan aberturas por medio de este trabajo, también en la preparación para el 4 de noviembre. Por lo general las personas no sabían que Trump proponía recortar el presupuesto de FEMA, pero reconocen la importancia de saberlo.

Conocimos a una mujer negra de 20 y tantos años que asiste la Iglesia Lakewood (una mega iglesia fundamentalista que atrae a personas de todas las nacionalidades), que apreciaban mucho nuestros esfuerzos. De ahí mencionó la teoría de la conspiración de que los científicos están causando estos cambios en el clima, “¿Han oído de HAARP?” [básicamente esta es una idea de que los científicos usan la tecnología para alterar el clima]. Yo dije que son los científicos que han estado denunciando el cambio climático, y que la conspiración es para tapar lo que ellos están descubriendo. Estas teorías conspirativas tienen, en general, bastante público, y no sorprende que se oigan durante estas crisis, pero ella escuchó con seriedad lo que dijimos al respecto.

Es todo por ahora. Repartimos muchos volantes con las demandas, algunos volantes para el 4 de noviembre, y unas copias de Revolución.

Pasajes de una entrevista a una mujer negro de 30 años y pico: “Nos dejaron ahí para morir”.

El sábado temprano por la mañana, salimos afuera y el agua había subido como eso de un metro y medio (5 pies). Pues posteé en vivo en Facebook a mi familia y mis amigos, mis amigos de Facebook, diciendo, “Ayúdennos — estamos atrapados aquí… todos que están en los pisos de arriba de los apartamentos necesitan rescate”. Por lo que mis amigos empiezan a mandarme el número de ayuda de la guardia nacional y llamo el número y está ocupado, está ocupado, pues yo digo — hombre, tengo que sacar de aquí a mis hijos, a mi mamá y a todos.

Así que literalmente tuvimos que ponernos los trajes y nadar, en un metro y medio de agua, sólo para llegar a la carretera. Una vez que llegamos a la carretera empezamos a ver víboras y toda la cosa así que tuvimos que apurarnos y brincar a la carretera para estar más seguros. Vemos que viene un camión de bomberos y tuve que brincar al centro de la calle para pararlos. Subimos al camión de bomberos y nos llevaron a una parada del metro más adelante… y el autobús del metro nos llevó al departamento de salud en el Tercer Distrito.

Una vez ahí, nos quedamos sentados muuuucho tiempo, simplemente pues mojados, tiritando de frío. No nos dieron cobijas, no nos dieron nada para entrar en calor, y tuvimos que quedarnos sentado ahí durante muchísimo tiempo hasta que llegó otro autobús que nos trajo aquí (George R. Brown Centro de Convenciones). Ya que llegamos aquí estaba bien pero bien descontrolado — todos andaban a lo loco… la gente no recibía la atención médica que necesita. Pues las personas se caían, sufrían ataques de asma, y cosas así — simplemente era un desastre total. Ya que nos tenían adentro nos daban de comer con galletas saladas, pan, nada de comida adecuada para los niños. No’ombre, era un desastre total.

Pero ahora como que se volvió un poco mejor, ya que han estado mandando voluntarios y cosas así, y poco a poco veo que están progresando cada día. Se ha mejorado. Pero eso de que no sabemos cuándo podremos salir, o qué hacer cuando salgamos, pues es muy deprimente porque algunas personas no pueden regresar a la casa nada más, porque todo quedó destruido. Como yo, en mi posición, ni sé cuál sería mi próximo paso. Francamente no sé ni qué hacer. Ya que cada persona a la que hago preguntas — no saben qué está pasando…

Pues todo por lo que yo he trabajado duro, toda mi vida — ya me quedó nada. Y lo que está bien loco de todo eso, por qué los de los noticieros no hicieron una evacuación obligatoria — ¿esto nada más apareció de la nada? Como que ustedes ni siquiera querían que saliéramos, que nos preparáramos, nada. ¿Ustedes esperaron hasta que el agua subió un metro y medio antes de empezar a mover a la gente? No. No se manejan las cosas así. Básicamente nos dejaron ahí para morir.

Dos jóvenes del Quinto Distrito: El Pepinillero

“Cuando llegamos al Centro George R. Brown — no sabíamos que íbamos a venir aquí. Supimos por comunicarnos con otras personas. Salimos caminando de los apartamentos en el Quinto Distrito. Cuando empezamos a caminar el agua nos llegaba a las rodillas. Mientras seguimos caminando el agua subía hasta llegarnos al pecho. Por lo que casi nos caíamos en el agua y se sentía como si estuviéramos ahogándonos. Pero nos paramos de nuevo y empezamos a caminar hacia la carretera. Lo que hicimos, caminamos encima de la carretera para poder llegar a tierra alta…

“No nos alteramos. Nunca nos desanimamos. Por lo que — simplemente tuvimos que caminar con la fe, nunca caminar contra la fe. Espero que todos que están por allá escuchando este mensaje — Mason y Tidwell en el Quinto Distrito están totalmente inundados. No vayan por ese lado.

“En el Quinto Distrito, hay un hombre, les decimos el Pepinillero. Vende los pepinillos del barrio a todo mundo. A veces los regala a los niños y a los padres, no más para que le den una sonrisa mientras él anda por ahí. Él salió ahí con un camión de volcar. Ahí andaba en un camión de volcar de tierra y manejaba un camión como esos. Estábamos ayudando a las personas en silla de ruedas, empujándolas y todo eso.

“Algunas personas no podían subir al camión, algunas personas discapacitadas. Él dejaba que los discapacitados subieran primero. Así todos — dejen que los discapacitados suban antes que nosotros. Tenemos más fuerza. Tenemos piernas y tenemos mejor salud. Jóvenes que andan allá afuera que están pasando por esto ahorita; esta es su primera vez que experimentan una inundación — si podemos mantenernos más fuertes, si podemos quedarnos con esto… Yo les doy todos los ánimos, y que tengan ánimos sus padres, también”.

 

 

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.