De Rechazar el Fascismo (refusefascism.org):
Ataques vergonzosos, peligrosos y malos al Antifa
No existe NINGUNA “equivalencia” moral entre aquellos que buscan imponer la supremacía blanca y el fascismo, y aquellos que luchan contra esta pesadilla
16 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Una controversia ha estallado en relación al Antifa, una amplia agrupación de personas que son antifascistas y anti-racistas, muchas de las cuales se asocian con el anarquismo. Después de que los supremacistas blancos y los nazis con antorchas brutalizaron e incluso asesinaron en Charlottesville, Donald Trump argumentó que el Antifa y otros contra-manifestantes eran responsables por igual de la violencia y el odio. En realidad, el Antifa y otros desempeñaron un papel valeroso en la defensa de la gente contra la brutal violencia amenazada y llevada a cabo por los fascistas. Desde ese entonces, los medios de comunicación han informado que el Departamento de Seguridad Nacional ha clasificado las actividades del Antifa como “violencia terrorista interna”. Nancy Pelosi ha pedido la detención y enjuiciamiento de los miembros del Antifa. El alcalde de Berkeley ha pedido que se le clasifiquen como una “pandilla”. Y algunas voces que se hacen llamar de la “izquierda progresista” se han unido a las condenas y al distanciamiento del Antifa.
En este contexto, Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) quiere enumera los siguientes puntos críticos de orientación:
[1] No existe NINGUNA “equivalencia” moral entre aquellos que buscan imponer la supremacía blanca y el fascismo en la sociedad, y aquellos que luchan contra esta pesadilla. Las fuerzas fascistas, tanto dentro como fuera del gobierno, están tratando de imponer un orden que no sólo fortalece la supremacía blanca, la misoginia y todas las formas de intolerancia, sino que en realidad hace regresar a la sociedad a los días de la supremacía blanca abierta y la segregación del Jim Crow, el semitismo y el nazismo, la misoginia violenta y represiva, la intolerancia anti-LGBTQ, y la destrucción global por medio de guerras y devastación ambiental. Sus actos y retórica corresponden a esta visión y estos objetivos. Todo esto está sucediendo en un contexto del siglo 21, con la toma del poder por parte del régimen de Trump y Pence a fin de promulgar y consolidar esta visión lo más rápido posible. Aquellos que se oponen a estas ideas y objetivos horrorosos están del lado correcto de la historia. Un lado tiene razón. Un lado está mal. No existe ninguna equivalencia.
[2] Para defenderse de la injusticia en este momento, se requiere entender firmemente que los ataques al “Antifa” tienen el propósito de intimidar, suprimir y dividir toda la oposición al fascismo. Hay que oponerse a las amenazas y ataques al Antifa y a cualquier otra persona que se oponga al fascismo, especialmente los intentos del estado de calificarlos de “terroristas” o ponerlos en listas de vigilancia. La penalización de la protesta y de la resistencia es una parte esencial de la consolidación del fascismo, que ya progresa rápidamente bajo el Régimen de Trump y Pence. Dado la horrenda embestida a los musulmanes, las mujeres, los inmigrantes, la gente LGBTQ, los negros, la ciencia, el medio ambiente, las libertades civiles y la gente en todo el mundo por este régimen, es más importante que nunca que la gente tenga el derecho a enfrentarse al fascismo, protestar y oponerse resistencia. Las diferencias en relación a las tácticas, donde existan, no deben dividir a la resistencia del pueblo. El distanciamiento y la efectiva participación en las amenazas y ataques de este régimen fascista, y otras autoridades gubernamentales, no sólo son moralmente ruines, sino que también acomodan y conducen rápidamente a la colaboración con el fascismo. Hemos aprendido de la Alemania nazi que permitir que penalicen a un grupo sólo fortalece el impulso del fascismo, a medida que persiga a un grupo tras otro.
[3] Rechazar el Fascismo no inicia la violencia. Nos oponemos a la violencia contra las personas y entre las personas, pero defendemos el derecho fundamental y legal a la defensa propia. Acogemos y buscamos activamente incorporar a personas que provienen de una gran diversidad de puntos de vista sobre muchas cuestiones importantes, como cuándo y si alguna forma de violencia es siquiera legítima. Esto es un gran punto fuerte, ya que se requerirá que millones de personas trabajen y luchen juntas para detener a un Estados Unidos fascista expulsando al Régimen fascista de Trump y Pence. Los esfuerzos que emprendemos juntos constan de protestas políticas no violentas.
[4] Algunos de “la izquierda” han dicho que las acciones del Antifa y otros que se enfrentan directamente a los golpeadores fascistas son un “regalo para la derecha” porque “provocan y legitiman” la represión y el asalto por parte de los fascistas. Esto está mal. Este argumento se basa en una evaluación errónea del peligro al cual nos enfrentamos. Nos enfrentamos a un régimen fascista que está eviscerando las normas democráticas y los derechos civiles. El azuzamiento de golpeadores fascistas organizados para intimidar y aterrorizar es una parte integral de la consolidación del fascismo. Es una parte clave de cómo apaciguan a la resistencia y la vuelven cómplice. Este proceso está muy avanzado y no es resultado de protestas combativas en su contra, ni es una respuesta a dichas protestas. Este proceso no se detendrá si se detiene la resistencia combativa. Más bien, la imposición en toda su extensión de las formas más brutales y terroristas del fascismo en Estados Unidos continuará avanzando a menos y hasta que millones de personas se unan para sacar del poder al Régimen fascista de Trump y Pence.
[5] No se debe permitir que los argumentos por la equivalencia moral se conviertan en una justificación para que las “buenas personas” se apartan. La parálisis tiene consecuencias de muchísimo alcance. El silencio es complicidad, y no tomar una decisión por temor a salir de los cauces normales y por potencialmente encontrarse con la violencia deja que avancen los horrores del fascismo. Aquellos que verdaderamente aborrecen todas las formas de violencia deben preguntarse sinceramente qué están haciendo para hacer frente a la brutal violencia del fascismo. Permanecer al margen con una actitud de esperar a ver tampoco es una posición moralmente neutral; en realidad es la posición de observar la marcha del fascismo hacia el genocidio y la destrucción del planeta, sin más indignación que un encogimiento de hombros. No hay un espacio perfectamente seguro en el que librar esta lucha. Puede haber seguridad para algunas personas al permanecer en casa y mantenerse ambivalentes, pero eso tiene un gran costo para la humanidad propia.
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¡Cada día crece la urgencia de que las personas se reúnan desde una diversidad de perspectivas para negarse a aceptar a un Estados Unidos fascista al expulsar el Régimen Fascista de Trump y Pence! Súmense a nosotros para organizarse —impulsando la más amplia unidad posible— para tomar las calles a partir del 4 de noviembre en un movimiento sostenido que crezca día tras día y noche tras noche, de muchos miles a millones de personas, sin detenerse hasta que se cumpla nuestra exigencia: ¡Esta pesadilla tiene que terminar: El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
En estos esfuerzos, debemos Unir a todos los que se puede unir y Derrotar los intentos de “dividir para conquistar”:
No dejen que las fuerzas gobernantes, o cualquier otra fuerza, nos dividan o nos enfrenten los unos a los otros. No caigan en los esquemas de “dividir para conquistar" y en las acciones divisivas, rechacen y dejen atrás las disputas mezquinas y las riñas sectarias — conéctense DE MANERA AMPLIA para UNIR A TODOS LOS QUE SE PUEDE UNIR, desde diferentes perspectivas y puntos de vista, en torno al gran objetivo unificador de expulsar, por medio de una movilización política masiva y sostenida, a este régimen que ya ha hecho tanto daño y que constituye una grave amenaza para la humanidad.
¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista!
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