Del Departamento de Críticas Inútiles, Contraproducentes y Netamente Dañinas

30 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Podemos contar con que el New York Times critique a una obra de arte progresista o una protesta amplia de la llamada izquierda. Tal fue el caso el 26 de septiembre, cuando sacó “Protests Start a Dialogue, But About What, Exactly?” (Las protestas inician un diálogo, ¿pero sobre qué, exactamente?).

El New York Times le entrevistó a las personas de todo tipo a las que cita únicamente para tales ocasiones a fin de pregonar razones de todo tipo de por qué, después de todo, no era gran cosa cuando cientos de jugadores de fútbol americano hincaron la rodilla.

Y, al menos según el New York Times, ganaron el partido. “Se trata de la clase de cosas que les gusta hacer a los blancos que creen que no son supremacistas blancos”. (¿En realidad? Parece que la mayoría de los jugadores que hincaron rodilla eran negros, y no obstante ¿qué tendría de mal el que más atletas e hinchas blancos se les unieran?) “Eso quita los reflectores de la brutalidad de la policía”. (¿Cómo? O sea, ¿en realidad no era así el contenido de la protesta original y a lo que Trump estaba atacando?) “De todos modos, la NFL [Liga Nacional de Fútbol Americano] es capitalista y los dueños de los equipos lo están haciendo para proteger sus inversiones” (Ah, sí, pero ¿tiene algo de mal que los dueños y otros, como el ex entrenador y ahora anunciador Rex Ryan, el que apoyó a Trump, ahora se sienten por la razón que sea que tienen que presentarse en público contra el régimen de Trump acerca de lo que es claramente una cuestión importante para los fascistas?) “Esta situación está haciendo que lo que está a debate es la bandera estadounidense y la libertad de expresión, y no la brutalidad policial”. (¿Y qué? ¿No es cierto que la bandera estadounidense está íntima e integralmente ligada al asesinato por la policía y los demás aspectos de la supremacía blanca en esta sociedad? Así que ¿qué tiene de mal el que la bandera estadounidense también se convierta en parte de la lucha? ¿Y no es cierto que el derecho de asumir posiciones políticas es algo por lo que los atletas han tenido que luchar, a costo de sus carreras, como Colin Kaepernick, John Carlos o Muhammad Alí, y algo a lo que Trump amenazaba directamente?) “Esto no tiene nada de nuevo; y le quita la atención a la forma en que la supremacía blanca impregna todos los aspectos de la sociedad y lo ha hecho durante mucho tiempo”.

Examinemos esa última crítica con un poco más de detenimiento. Es cierto, y no lo es. Lo que es cierto es que la supremacía blanca ha impregnado a Estados Unidos desde su primer día, todavía impregna a Estados Unidos y continuará impregnando a Estados Unidos a menos y hasta que haya una revolución para crear una sociedad completamente nueva, una sociedad socialista en el camino hacia la emancipación de TODA la humanidad.

Pero lo que falta es profundo. Lo que todos estos “izquierdistas” ignoran, al menos en la medida en que este artículo los cita, es que Donald Trump subió al escenario en Alabama y asumió la imagen de un líder de una turba de linchamiento de hoy día, azuzando a sus seguidores en contra de lo que todos los que observaban sabían que eran “los negros revoltosos” (¿quién más estaba “hincando la rodilla durante el himno nacional”?), y representando el personaje con una pasión y veneno que era requeté real. Escuche la segunda ocasión en que dice “¡Despedido!”, escuche el veneno y el odio que se desliza de su boca, y luego obsérvelo arreglarse las plumas con el pico para su público, si se puede suprimir las nauseas. Trump no sólo aprueba sino representa y da dirección a las más viles corrientes y fuerzas de la sociedad estadounidense. Está preparando para algo. Sí, está tomando lo que ya ha existido desde hace siempre, y lo está conduciendo a nuevas alturas. Es bueno, es imprescindible, es absolutamente necesario que la gente se le oponga y sigan oponiéndosele. ¿Hubiera sido mejor el silencio y la aquiescencia?

Una analogía: el odio anti-judío existía en Europa durante cientos de años. Y es posible leer muchas historias del Holocausto nazi contra los judíos, donde los judíos alemanes se decían a sí mismos: “Esto no tenía nada de nuevo”. Y no tenía nada de nuevo, y sí tenía algo de nuevo. Y este último aspecto resultó horriblemente más profundo.

Lo mismo con Trump. No tiene nada de nuevo; y él SÍ tiene algo de nuevo. Lo que tiene de nuevo es que hay una escalada severa de los ataques a los derechos y a la humanidad de los negros en todas las esferas de la vida de Estados Unidos, y existe una lógica que en última instancia conduce hacia donde la de Hitler llevó.

Además, he aquí algo en que podemos “estar de acuerdo” con algunos de los críticos. Las protestas contra estas salvajadas no son suficientes; las cosas tienen ir más allá. Algo que es diferente con este fascismo estadounidense es que todavía se está consolidando, aún está tomando forma y perfilándose, aunque ya se ha apoderado de las riendas del poder estatal. Aún existe una breve ventana de tiempo para detenerlo. Pero para detenerlo, hace falta que la gente que ve la amenaza actúe en contra de él; hace falta que la gente aproveche la oportunidad que se ha planteado para salir a las calles en protestas no violentas masivas el 4 de noviembre y para permanecer en las calles hasta que este régimen pase a la historia.

Si no lo hacemos, no queremos ver el resultado.

 

 

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