La entrevista de Michael Slate al científico Michael Mann:
Las conexiones entre el cambio climático y las tormentas más destructivas, el empeoramiento de las sequías y las anegaciones, y otros fenómenos meteorológicos extremos

9 de octubre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

La siguiente es una transcripción editada de una entrevista del 22 de septiembre de 2017 en The Michael Slate Show en la radio KPFK, a Michael Mann, profesor de ciencias atmosféricas y director del Centro de Ciencias de Sistemas de la Tierra de Universidad Estatal de Pensilvania. Es el coautor, junto con el dibujante de cómic del Washington Post, Tom Toles, de The Madhouse Effect: How Climate Change Denial is Threatening Our Planet, Destroying Our Politics and Driving Us Crazy [El efecto manicomio: cómo la negación del cambio climático amenaza al planeta, destruye la política y nos enloquece].

Se presenta The Michael Slate Show en la emisora radial KPFK 90.7 en Los Ángeles, una estación de la Red Pacifica, cada viernes a las 10 am hora del Pacífico. Se puede escucharlo en vivo en línea (en inglés) y se puede escuchar o descargar shows del archivo (en inglés).

Revcom.us/Revolución presenta entrevistas de The Michael Slate Show para familiarizar a nuestros lectores con las opiniones de figuras importantes del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, los deportes y la política. Las opiniones expresadas por los entrevistados son, por supuesto, las suyas; y ellos no son responsables de las opiniones publicadas en otras partes por revcom.us/Revolución.

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Michael Slate: Siempre es un placer hablar con usted. Comencemos con el interrogante principal. ¿Cómo están las cosas ahora? ¿Qué tan malo es?

Michael Mann: Como he dicho muchas veces recientemente, los impactos del cambio climático ya no son sutiles. Los estamos presenciando en el acto. Aquí en la costa del este, por supuesto, hemos visto dos tormentas sin precedentes: Harvey, que fue el huracán que ha causado más inundaciones registradas hasta la fecha en Estados Unidos. Y, por supuesto, Irma, que devastó las islas del Caribe, Key West, Florida, causó inundaciones masivas a lo largo de la costa de la Florida. Fue la tormenta más fuerte hasta la fecha por las velocidades máximas del viento en el Atlántico. Así que hagamos un balance. En los últimos dos años, cuando la temperatura global de la superficie del mar ha estado a un máximo histórico, la más calurosa registrada, hemos visto el huracán más fuerte a nivel mundial, Patricia en el Pacífico hace un par de años. Hemos visto el huracán más fuerte en los hemisferios norte y sur. En el hemisferio sur tuvimos Winston, que afectó a Fiji, el huracán más fuerte jamás observado en el hemisferio sur, el huracán más fuerte del Pacífico y ahora con Irma, el huracán más fuerte jamás visto en el Atlántico.

A medida que se continúen calentando las temperaturas superficiales, esta es una de las cosas más fáciles de predecir. Porque básicamente son sólo las leyes de la termodinámica. Y nos dicen que mientras más se calienta la superficie del océano, tormentas más fuertes van a ocurrir, huracanes más fuertes. Los huracanes más fuertes se fortalecerán y habrá más inundaciones porque hay más humedad en el aire cuando el aire está más cálido. Y vimos eso. Eso fue lo que contribuyó a la anegación récord en Harvey.

Así que, hemos predicho por mucho tiempo que este sería el caso, y ahora lo vemos. Y como aquí, en la costa este, estamos lidiando con estas tormentas devastadoras, y hay otra que se está preparando, como tal vez sepa su público, María, que está a punto de azotar varias de las Islas de Sotavento. Las mismas islas que sufrieron con Irma ahora les va a azotar de nuevo un huracán que se está intensificando muy rápidamente. Y cuanto más calurosas sean las temperaturas oceánicas, más rápido se intensificarán estas tormentas, y lo vemos una vez más.

Mientras que todo esto está sucediendo aquí en el este, por supuesto ustedes en el oeste ha sufrido del calor de nivel récord y de una temporada récord de incendios forestales. Déjame decirlo otra vez. Los impactos del cambio climático ya no son sutiles. Ahora los vemos. Están haciendo que los casos extremos sean más extremos. Y si se trata de huracanes, o sequías, o inundaciones, o incendios forestales, ahora vemos esto.

Michael Slate: Usted dijo una vez que el cambio climático ha cambiado el marco en que ahora ocurre todo el tiempo. Hablemos de eso.

Michael Mann: Sí. La atmósfera en promedio, la superficie de la tierra, la atmósfera inferior, es más de un grado Fahrenheit más cálido de lo que era hace un siglo, de hecho, aproximadamente un grado Celsius, casi un grado y medio Fahrenheit más cálido de lo que era. La termodinámica básica nos dice que eso significa que probablemente hay algo entre 5, 6, 7 por ciento más humedad en la atmósfera. Y eso significa que hay más humedad disponible para convertirse en precipitación récord, ya sean lluvias, lluvias de inundación en estos huracanes, y los muchos casos de lluvias de una vez en mil años que hemos visto en todo el país durante los últimos años, eventos que no deberían pasar sólo por casualidad más de una vez cada mil años. Y vemos muchos de estos casos, porque literalmente estamos cargando los dados del tiempo hacia más de tales casos. Es la física muy básica. Es la termodinámica básica que nos dice que una atmósfera más calurosa tiene más humedad. Eso significa que se producen más inundaciones y hay más energía en la atmósfera para intensificar las tormentas tropicales, o para darnos estas tormentas récord que hemos visto en la costa del este.

Aparentemente paradójico, pero no lo es, es el hecho de que los inviernos más cálidos, cuando aún hace lo suficientemente frío como para nevar, y en la costa del este de Estados Unidos, Washington, D.C., Nueva Inglaterra, todavía va a hacer lo suficientemente frío para nevar en el invierno, y porque los inviernos son más cálidos hay más humedad en la atmósfera. Esa humedad puede alimentar estas tormentas masivas conocidas como “Nor’easters” (vientos del noreste) que se forman a lo largo de la Costa Noreste y tienen vientos muy dañinos, pero producen nevadas récord también. Así que sí, las nevadas récord no refutan el cambio climático. En realidad es consistente con lo que esperamos. Anticipamos una temporada más corta donde el suelo está cubierto de nieve, pero las nevadas individuales, anticipamos que se vuelvan más intensas. Y estos Nor’easters, como los huracanes, anticipamos que se vuelvan más intensos porque hay más calor, hay más humedad en la atmósfera y esa humedad es lo que proporciona la energía para intensificar esas tormentas.

Michael Slate: ¿Es esa la razón completa por qué estas tormentas hoy parecen crecer mucho más grandes y mucho más fuertes que nunca se ha visto?

Michael Mann: Sí. En realidad no requiere que uno sea una lumbrera. Temperaturas más cálidas, más humedad en la atmósfera, significan más combustible para fortalecer estas tormentas. Y lo estamos viendo. De hecho, hay un artículo que apareció en la revista Nature hace unos años que calculó a partir de la observación —esto no es teórico, viene en realidad de las observaciones— que podemos ver un aumento de unas 10 millas por hora en las velocidades pico de viento de los huracanes más fuertes con cada grado Fahrenheit de calentamiento. Eso equivale a aproximadamente un aumento de siete por ciento en las velocidades del viento. Puede que eso no le parezca tan mal, pero ¿sabe qué? El potencial destructivo de un huracán es proporcional a la tercera potencia del viento. De modo que el aumento del siete por ciento en la velocidad del viento conduce a un aumento del 20 por ciento en el potencial destructivo. Eso no es sutil. Ese tipo de aumento, se puede verlo. Y estamos presenciándolo.

Michael Slate: También ha dicho que casi todos los huracanes más fuertes registrados han ocurrido en los últimos dos años. ¿Qué ha pasado en los últimos dos años que parece haber concentrado mucho de esto?

Michael Mann: Hemos visto las temperaturas mundiales récord en los últimos años. Hubo un período de tiempo durante el cual los opositores, los que rechazan del cambio climático, dijeron mucho sobre la supuesta interrupción o pausa. No hubo una pausa en el calentamiento global, pero tuvimos un período sostenido de El Niño y La Niña: eventos climáticos naturales que impactan el clima en todo el mundo. Y un año de El Niño tiende a ser más cálido que lo normal. Un año de La Niña tiende a ser más frío que lo normal. Y tuvimos una serie de años con La Niña uno tras otro. Tuvimos un período de diez años en el que estábamos en condiciones de La Niña la mayor parte del tiempo, y eso combinó con algunos pequeños factores naturales, la actividad volcánica, pequeñas variaciones en el calor producido por el sol — todos estos factores naturales conspiraron para disminuir parte del calentamiento global, durante el período de la mayor parte de una década. Pero esos factores naturales oscilan en un sentido por un tiempo, y luego oscilan en el otro sentido, y son temporales. Fue un aplazamiento temporal del calentamiento continuo del clima. Y ahora esos factores naturales han disminuido, así que ahora vemos que todavía estamos, como siempre hemos estado, en este rumbo a un ritmo de calentamiento ahora que es de aproximadamente dos grados Celsius, más de tres grados Fahrenheit, por siglo. Esa es la trayectoria en la que estamos ahora.

Michael Slate: Hablemos de la subida del nivel del mar y cómo amenaza a la sociedad humana y al planeta.

Michael Mann: Eso mismo. Ese es otro de esos factores. Se puede debatir los detalles de los varios procesos que contribuyen a la intensificación de estas tormentas tropicales, y cuáles de esos procesos podrían haber sido afectados por el cambio climático, pero aquí hay algo que no podemos debatir, el hecho de que el nivel global del mar ha aumentado más de 15 centímetros en el último siglo. En algunas áreas como la Ciudad de Nueva York, está cerca de 30 centímetros. Hemos visto la verdadera punta del iceberg. Empezamos a ver los niveles del mar global subir y sabemos que hay mucho más por venir a medida que comenzamos a derretir las principales capas de hielo, que van a ser los principales contribuyentes a la continua subida del nivel del mar.

Así que independientemente de lo que pudiera haber sido afectado por el cambio climático, la Supertormenta Sandy, 30 centímetros de esa marejada ciclónica de 4 metros se debió a la subida global del nivel del mar. Añadió 30 centímetros al tamaño de esa marejada ciclónica que azotó Battery Park en la Ciudad de Nueva York, que azotó la costa de Nueva Jersey. Crecí visitando la costa de Nueva Jersey con mis abuelos. Y puede que suene como un pequeño aumento del nivel del mar, 30 centímetros. En realidad resultó en 65 kilómetros cuadrados más de anegación costera y miles de millones de dólares de daños adicionales. Y se trataba de solo 30 centímetros.

Ahora bien, si continuamos en el camino en el que estamos, la ciencia ya es bastante clara respecto a esto. Para el final de este siglo, experimentaremos probablemente dos metros, dos metros del aumento global del nivel del mar, por lo menos. Si continuamos, para repetir, con las actividades como siempre y no disminuimos la quema de combustibles fósiles, pues se puede ver lo que ya han hecho 30 centímetros. Vemos la inundación de las naciones isleñas bajas. Bangladesh ha sufrido inundaciones record, afectado tanto por el aumento del nivel del mar como potencialmente más lluvia que ahora llega con los monzones, porque esa atmósfera es más cálida y contiene más humedad.

Y por supuesto, con Harvey, ahora la costa del Golfo, con el aumento del nivel del mar, en esa región el aumento del nivel del mar ha sido un poco menos — unos 15 centímetros. Pero significa que la marejada ciclónica asociada con Harvey era por lo menos 15 centímetros más alta que lo que habría sido. Y eso causó, una vez más, mucha más anegación. Ahora bien, si realmente permanecemos en el camino en que estamos, y tenemos dos metros o más de aumento del nivel del mar para finales del siglo, entonces tenemos que lidiar con literalmente evacuar las principales ciudades costeras del mundo. Sería un trastorno masivo. Se puede imaginar el conflicto que surgirá cuando tenemos que reubicar al 25 por ciento de la población mundial en un período de sólo unas décadas. Así que en el peor de los casos enfrentaremos cambios calamitosos, impactos calamitosos. La buena noticia es que todavía tenemos tiempo para elegir un camino diferente.

Michael Slate: Estamos hablando del hecho de que las tormentas de hoy se han vuelto mucho más grandes y mucho más fuertes, y usas la frase, “El calentamiento global está alimentando las tormentas”. Y el efecto que el calentamiento global tiene sobre el clima extremo, haciendo tormentas como Irma y Harvey aún más peligrosas y más probables que hubieran sido en otros tiempos.

Michael Mann: Sí, no hay duda. Las temperaturas más cálidas significan más energía para fortalecer estas tormentas. Temperaturas más cálidas en el verano cuando no hay lluvias en las regiones subtropicales. En las regiones de latitudes medias que ven una cantidad relativamente baja de lluvias, y donde el aire seco puede llegar a altitudes más bajas en el verano, pues esas temperaturas más cálidas evaporan la humedad en el suelo aún más rápidamente, y ocurren sequías peores. California sufrió lo que ahora tenemos razones para creer que fue su peor sequía de al menos 1.200 años. Así que hace que se empeoren las sequías. Hay más extremos de calor, más sequía y como resultado suelos más secos. Esos factores juntos resultan en los incendios forestales récord que vimos esta temporada. Esta es la peor temporada de incendios en el Oeste registrada. No es un misterio. ¿Por qué? Ha sido más seco, y hace más calor. Y los bosques se debilitan, irónicamente, por plagas como el escarabajo del pino de montaña, que pueden sobrevivir los inviernos cada vez más cálidos. Así que los bosques habían sido debilitados por estas plagas que en parte han prosperado debido a los inviernos más cálidos, y eso crea mucho más combustible para estos incendios en el verano.

Michael Slate: ¿Y qué de la situación cuando el huracán Harvey se estancó sobre Texas con 127 centímetros de lluvia, causando todo tipo de inundaciones desastrosas?

Michael Mann: Eso es algo importante para entender acerca de Harvey. Un factor importante por lo que vimos las inundaciones récord, más de 120 centímetros en algunas partes de Houston, fue la naturaleza estancada de ese sistema meteorológico. Se quedó en un lugar. Y cuando los sistemas meteorológicos permanecen en un lugar, entonces se comienzan a llegar a los extremos. Sequías extremas cuando el mismo lugar asa bajo el sol día tras día. Olas de calor extremas bajo esas circunstancias. Inundaciones extremas cuando las tormentas permanecen estacionadas encima del mismo lugar día tras día. Y aquí las conexiones se vuelven un poco más tenues. Hay un emergente conjunto de investigaciones, lo que incluyen estudios que hemos publicados nosotros mismos, que sugiere que mientras calentamos el planeta, y en particular, el Ártico se calienta aún más rápido, porque a medida que el hielo se derrite, la superficie de la Tierra, el Océano Ártico, puede absorber más de la luz solar cuando no hay hielo encima, por lo que se calienta aún más rápido. Esto en parte conduce a lo que se conoce como “la amplificación ártica”, en que el calentamiento es aún mayor a medida que uno se vaya hacia el norte, hacia el Ártico.

A medida que se cambia el patrón de la variabilidad de las temperaturas desde los trópicos hasta las regiones polares, resulta que ese patrón de variaciones es en realidad lo que controla la corriente en chorro. La corriente en chorro debe su existencia a los cambios de temperatura con la latitud, y los cambios de temperatura con la altura en la atmósfera. Así que cuando comiencen a cambiar los patrones de temperatura, eso puede cambiar la corriente en chorro. Y cuando se debilita el contraste entre el ecuador y el polo, que es lo que sucede cuando se calientan los polos mucho más que los trópicos, eso disminuye el contraste, disminuye la diferencia de temperatura entre los trópicos cálidos y la región polar fría. Y a medida que se reduce ese contraste, eso tiende a debilitar la corriente en chorro.

Lo que también es cierto es que el cambio climático tiende a desplazar la corriente en chorro hacia el polo. Así que, por ejemplo, en el caso de Harvey tuvimos una enorme área de alto presión sobre el sur de Estados Unidos que bloqueó y empujó la corriente en chorro hacia el norte. Eso es consistente con lo que el modelo climático proyecta, que vamos a tender a ver la corriente en chorro empujado hacia el norte en el verano. Y no se desarrollaron allí esas áreas de baja presión asociadas con la corriente en chorro para dirigir a Harvey hacia el este y el Océano Atlántico.

Así que no podemos decir con certeza que esos mecanismos fueron responsables del comportamiento específico de Harvey. Pero sí podemos decir que el cambio climático está creando condiciones en términos del comportamiento de la corriente en chorro y la naturaleza debilitada de la corriente en chorro y la migración hacia el polo de la corriente en chorro. Tiende a crear los tipos de condiciones que vimos con Harvey, donde estos sistemas pueden permanecer en un lugar por un tiempo.

Lo vimos con Irene en 2011. Fue un huracán devastador que produjo inundaciones récord en Pensilvania y en Nueva Inglaterra. Fue sólo una tormenta tropical cuando llegó a la costa de Nueva Jersey. Pero las temperaturas de la superficie del mar en la costa este eran inusualmente altas en ese momento, lo que significaba más humedad en el aire y más humedad para convertirse en inundaciones récord. Así que vemos este tema repetirse una y otra vez.

Michael Slate: ¿Qué es el papel del cambio climático inducido por los humanos en todos los eventos que hemos tratado, tanto respecto a estos eventos en sí como respecto al empeoramiento de todo esto?

Michael Mann: Sí, claro. Hay ciertas cosas en que no cabe ninguna duda. Ni siquiera tiene que hablar de su probabilidad, de los estadísticos. Podemos decir simplemente, el aumento del nivel del mar significa que estas marejadas ciclónicas son más grandes. Y punto. Hay una conexión causal muy directa. Más humedad en la atmósfera, mayor intensidad debido a temperaturas más cálidas en la superficie del mar. Esas son relaciones estadísticas. En promedio esperamos que las tormentas sean más fuertes y que haya más humedad porque las temperaturas del océano son más cálidas. En cualquier caso específico, por supuesto, los caprichos del tiempo entran en juego, y cómo evolucione cualquier evento meteorológico específico depende de una serie de factores, algunos de los cuales son al azar. Pero la manera de pensar sobre esto, una vez más, es como los dados. Estamos cargando los dados para que los seis salgan mucho más de lo que deberían. Los “seis” pueden tomar la forma de super-tormentas, de sequías, inundaciones y olas de calor sin precedentes. Estos eventos están sucediendo mucho más a menudo de lo que esperaríamos en la ausencia de nuestro calentamiento del planeta, y el cambio en el clima que estamos causando.

Es similar a cuando declararon culpable la industria tabacalera de ocultar los impactos de su producto sobre la salud — su producto mataba a las personas. No podemos probar que una persona específica que fumó cigarrillos por 20 años y murió de cáncer de pulmón, que no hubieran muerto de cáncer de pulmón de todos modos. Es posible. Pero podemos dar un paso atrás para una perspectiva más amplia y ver el hecho de que 10 veces más personas murieron que las que hubieran muerto, y que fumar cigarrillos aumentó la probabilidad de contraer el cáncer de pulmón por un factor de más de diez.

Decimos que fumar cigarrillos causa el cáncer de pulmón. Nos sentimos cómodos decirlo, a pesar de que es un enlace estadístico. Debemos estar igualmente cómodos al decir que el calentamiento del planeta con gases de efecto invernadero lleva a tormentas más destructivas, sequías peores, inundaciones peores, y eso es exactamente lo que estamos viendo.

 

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