Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Desde las primeras líneas de la batalla contra el G20 en Hamburgo

25 de octubre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

2 de octubre de 2017. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Lo que sigue es un informe de partidarios del nuevo comunismo agrupados en el Grupo Manifiesto Comunista Revolucionario (GMCR) que fueron parte de las masivas protestas contra la cumbre del G20 en Hamburgo el 7 y 8 de julio de 2017. Esta reunión de las cabecillas de los más poderosos Estados imperialistas, en un momento de crisis sin precedentes a nivel global, representó una abierta afrenta y un serio desafío que la gente del mundo debe encarar sin ambages. Fue un importante evento político en medio de una coyuntura crucial en Europa y en el mundo.

Dominado por los países imperialistas más poderosos del mundo y con la presencia de algunos infames reaccionarios como Erdogan de Turquía y Modi de India, este evento buscaba juntar a los representantes de los gobiernos más explotadores y opresivos que existen en el mundo para contender y negociar entre sí sobre cómo exprimir a las masas del mundo y los recursos naturales del planeta. Pero la presencia del fascista Donald Trump señalaba que este no era un típico evento anual del G20. La llegada del régimen fascista de Trump y Pence a la cabeza del país imperialista más poderoso del mundo tiene desastrosas implicaciones para la gente de todas partes. Las mismas agudas contradicciones que llevaron a la instauración del régimen de Trump en Estados Unidos también están operando en Europa, impulsando el racismo, la xenofobia, la misoginia y un ambiente político mucho más represivo en todas partes. Este avance de los gobernantes hacia la derecha se está expresando en el auge de movimientos fascistas por todo el mundo, incluyendo la posibilidad de regímenes fascistas en la misma Europa, inclusive en países como Alemania y Francia donde desde hace mucho la dictadura de la clase capitalista se ha ejercido bajo la forma de regímenes socialdemócratas. 

La importancia de esta cumbre del G20 exigía algo más allá de una manifestación ordinaria. Se esperaba que muchas decenas de miles de personas de Alemania y otros países europeos e incluso otras partes participaran en los cuatro días de protestas contra la cumbre y todo lo que representa, unidos para oponerse a algunos de los aspectos más brutales que a diario el sistema capitalista-imperialista inflige al pueblo. Era notorio que una amplia gama de manifestantes identificaba, en diverso grado, la necesidad de deshacerse del propio sistema capitalista, y algunos buscaban una alternativa revolucionaria. Toda esta resistencia y oposición fue sumamente importante. Al mismo tiempo, es un hecho que la despiadada dominación y explotación de la inmensa mayoría de la gente y de las naciones de este planeta por un puñado de países ricos continuará mientras exista este sistema capitalista-imperialista. Constituye una quemante denuncia al carácter criminal e inhumano de este sistema el hecho de que en un mundo en el que ya es posible satisfacer las necesidades básicas de la humanidad, el sufrimiento, la miseria y la ignorancia estén al acecho en vasta extensiones del paisaje humano. 

En el escenario montado en Hamburgo, el régimen fascista de Trump y Pence recibía una bienvenida oficial y la legitimación por parte de los demás jefes de Estado, a la vez que se les abría el apetito y se atizaba la competencia de otros imperialistas, como Merkel de Alemania quien aprovechó la ocasión para afirmar con fuerza las ambiciones de su país de un mayor papel en dominar el mundo. A todos los que lo comprenden, todo esto planteó urgentes responsabilidades para acelerar muchísimo su lucha contra este voraz orden mundial capitalista.

Con meses de anticipación los comunistas revolucionarios participaron en Hamburgo y Berlín en las actividades de planeación de las protestas contra el G20 y desarrollaron una comprensión de lo que moldeaba el terreno político, la naturaleza y la línea de las fuerzas que iban a manifestarse contra la cumbre. El Grupo Manifiesto Comunista Revolucionario, Europa, compuesto de partidarios del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian, llamaron a emprender una movilización total. 

Había una firme comprensión entre los camaradas sobre la urgencia de propagar con audacia la necesidad y la deseabilidad de la revolución comunista y la importancia de promover al arquitecto de la nueva síntesis del comunismo, Bob Avakian. Con esta meta en mente, los camaradas bregaron sobre cómo hacer esto en relación con las grandes cuestiones que plantearían las masas que iban a llegar a Hamburgo. La cuestión de mayor atención fue ¿qué tipo de trabajo había que desplegar entre las masas?, ¿cuál es la relación entre las luchas parciales y demandas particulares (por ejemplo, “expulsar al régimen de Trump”) y la tarea general de preparar la revolución proletaria?, ¿cómo impulsar más el trabajo comunista de propagar y luchar por la nueva síntesis bajo estas circunstancias? El enfoque político de los partidarios del GMCR y otros unidos a su alrededor se reflejaba en las consignas adoptadas para un volante principal en alemán e inglés distribuido masivamente: “¡Luchar contra la cumbre de explotadores, asesinos en masa y belicistas del G20! ¡Ayudar a expulsar al régimen fascista de Trump y Pence! ¡La humanidad necesita la revolución y el nuevo comunismo!”.

En Hamburgo y luego en Berlín, a finales de junio, se realizaron dos reuniones abiertas para discutir “el régimen de Trump, el impulso hacia la derecha en Europa y la amenaza del fascismo” que hicieron parte de los preparativos para las manifestaciones contra el G20. Pese a que no muchas personas asistieron a estas reuniones abiertas, sin embargo ayudaron a recalcar la urgencia de reconocer plenamente los riesgos que plantea el régimen fascista de Trump y Pence, de convertir esto en parte de la discusión política actual, lo más ampliamente posible, y de organizarse para luchar con esta comprensión. En las paredes en zonas en Hamburgo en las que se concentran jóvenes y gente de tendencia radical aparecieron carteles en varios idiomas con las consignas: “¡No! ¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar a un Estados Unidos fascista!” y “¡Expulsar al régimen de Trump Pence!”. Los camaradas fueron invitados a presentar sus ideas en eventos callejeros radicales. Se distribuyeron ampliamente en gran cantidad diferentes volantes que abordaban cuestiones como la crisis de inmigración y “Das Trump Regime, der Rechtsruck in Europa und die Gefahr des Faschismus” [El régimen de Trump, el impulso hacia la derecha en Europa y la amenaza del fascismo].

Durante los turbulentos días de las protestas contra el G20, la fuerte presencia, firmeza y visibilidad de una fuerza palpablemente multinacional, con camisetas de Avakian “Revolución, y nada menos” y pancartas con las tres consignas principales en diferentes idiomas se convirtió en una notoria característica en todas las principales protestas. Se distribuyeron más de 20.000 volantes que en general se recibieron con mucho entusiasmo. A mucha gente, curiosa por conocer quiénes eran los partidarios del GMCR y qué promovían, se le presentó la revolución comunista y la existencia de la línea, la dirección y la estrategia para la lucha para convertirla en una revolución real. Muchos, con ganas de conocer cómo se podría preparar una revolución y cómo se podría ganar en realidad en un país como Estados Unidos, se llevaron varios cientos de copias de un folleto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, CÓMO PODEMOS GANAR: Cómo en concreto podemos hacer una revolución. El contingente se unió y alentó a los sectores más radicales de los manifestantes, a la vez que se esforzó por promover el comunismo revolucionario como un polo de atracción real en el terreno de las protestas contra el G20. Hubo muchas discusiones sobre la crucial importancia del mayor desarrollo por Avakian de la teoría de la revolución comunista a un nivel superior y más científico, y la importancia decisiva de esto para resolver los problemas de preparar, realizar y desarrollar una revolución real con la meta de eliminar en todo el mundo todas las formas de opresión y los comportamientos e ideas basados en estas.

Un importante ejemplo de cómo se tradujo a la acción esta posición fue la manifestación del 6 de julio al atardecer llamada “Bienvenidos al infierno” que juntó a una variedad de fuerzas en torno a los anarquistas del “bloque negro” y otros jóvenes rebeldes que la habían convocado. (Anteriormente, Trump había calificado de “infierno” los barrios de inmigrantes de las grandes ciudades de Europa). La policía antidisturbios atacó a cientos de manifestantes del bloque negro que estaban en las primeras líneas de combate por su manifiesto propósito de perturbar el G20. En la lucha que se dio, el GMCR pudo izar exitosamente sus pancartas revolucionarias para reagrupar y dirigir a varios cientos de manifestantes y seguir marchando por la ciudad. Esto fue posible por la firmeza y determinación revolucionarias del grupo sobre la base de la fuerza de la comprensión política que estaban propagando, y porque asumieron la responsabilidad de forjar unidad lo más ampliamente posible entre los que se oponían al sistema, pese a la influencia en muchos de ellos del anticomunismo enquistado en el liderato del bloque negro. Se podría decir, en general, que la semana de protestas contra el G20 no habría sido la misma sin la decidida presencia y lucha de los activistas del GMCR.

El carácter criminal de este sistema se hace rápidamente más claro e inaceptable para millones, y mucha gente hasta cuestiona la legitimidad de este sistema, y urge que la necesidad y posibilidad de una revolución real se convierta en el centro de atención de las fuerzas avanzadas. En respuesta a las protestas, el gobierno de Merkel desplegó una masiva e intencionalmente intimidante gama de fuerzas, incluyendo 23 helicópteros y 32 de los cañones de agua más grandes del mundo. El Bundestag, parlamento alemán, está ahora contemplando la posibilidad de abiertas medidas de Estado policial para parar este tipo de protestas en el futuro, lo que incluye medidas de control electrónico para encerrar en sus casas a potenciales manifestantes, y aumentar masivamente las cámaras de vigilancia. Todo esto es síntoma de que hasta los regímenes europeos, en esencia socialdemócratas, tienen la intención y se ven impelidos a acelerar el impulso hacia la derecha pese a la creciente oposición. No cabe duda de que surgirán batallas sobre cuestiones cruciales como la inmigración y la necesidad de expulsar al régimen de Trump y Pence. Al unirse a estas batallas y fortalecerlas y sobre todo al recalcar la posibilidad de un mundo completamente diferente, las embrionarias fuerzas comunistas de hoy podrán empezar a transformarse a sí mismas y a transformar el panorama político.

 

¡Luchar contra la cumbre de explotadores, asesinos en masa y belicistas del G20!
¡Ayudar a expulsar al régimen fascista de Trump y Pence!

¡La humanidad necesita la revolución y el comunismo nuevo!

Esta cumbre del G20 reúne a los países imperialistas más poderosos, flanqueados por reaccionarios como Erdogan de Turquía y Modi de India. Se destacará por la llegada de Donald Trump, el líder del recién instaurado régimen fascista en Estados Unidos. Es evidente que estos no son tiempos normales. Hay una urgente responsabilidad de intensificar enormemente la lucha y aprovechar las grietas que aparecen en la armazón de la estructura de este voraz mundo capitalista y ponerle fin. 

Los organizadores de la cumbre alegan que el G20 se ha puesto la tarea de “moldear la globalización para beneficio de todos”. Esto es una broma pesada para gran parte de la gente aquí y en todo el mundo, porque el capitalismo únicamente puede prosperar triturando a la mayoría en beneficio de un puñado. Esta cruda realidad es cierta hasta en los países democráticos más “avanzados” pero mucho más cuando se extiende a todo el planeta. Una verdad elemental y devastadora sigue siendo cierta: la despiadada dominación y explotación de la inmensa mayoría de los pueblos y naciones del planeta a manos de un puñado de países ricos seguirá mientras exista este sistema capitalista-imperialista. El que el sufrimiento, la miseria y la ignorancia sigan acechando a inmensas extensiones del paisaje humano en un mundo donde ya es posible satisfacer las necesidades básicas de la humanidad, es una quemante denuncia a la naturaleza criminal e inhumana de este sistema.

Y aunque estos gobernantes quisieran otra cosa, el funcionamiento subyacente del modo de producción capitalista-imperialista los obliga a explotar a la gente y al planeta en una escala cada vez más intensa. Los impulsan la creciente competencia y rivalidad entre sí a utilizar las formas más brutales de opresión y represión para defender este modo de producción y su dominio.

El G20 llevará a una creciente represión en Europa contra los “indeseables”. Seguirán reforzando sus fronteras y repeliendo brutalmente a los desesperados migrantes, a la vez que se preparan a aumentar las sangrientas intervenciones militares en el Medio Oriente y otras partes, que han expulsado de sus hogares a millones. 

En esencia, la cumbre del G20 representa al sector anticuado del Occidente capitalista-imperialista, que desde hace tiempo ha debido pasar a la historia. Los imperialistas de Occidente han impulsado y a la vez han chocado con el otro sector social históricamente anticuado representado por el fundamentalismo islámico, y esta dinámica ha fomentado tendencias reaccionarias en grandes partes del mundo. Los imperialistas utilizan esto para embellecerse como defensores de la ilustración, dificultándole a la gente distinguir sus verdaderos amigos de sus verdaderos enemigos. Todo esto enfatiza claramente la urgente necesidad para la humanidad de deshacerse de este sistema e ir más allá de él. 

El surgimiento del régimen fascista de Trump y Pence a la cabeza del país imperialista más poderoso del mundo tiene graves implicaciones para la gente en todas partes. Las mismas profundas contradicciones que llevaron a la instauración del régimen de Trump en Estados Unidos también están operando en Europa, impulsando el racismo, la xenofobia, la misoginia y un ambiente político más represivo en todos lados. Este impulso de los gobernantes hacia la derecha está allanando el camino para los movimientos fascistas y además el potencial de regímenes fascistas en los países europeos.

¡Es urgente respaldar activamente la actual lucha para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence en Estados Unidos! No hay tiempo que perder antes de que consolide totalmente su poder. Esta batalla va de la mano con combatir el impulso hacia la derecha en Europa como parte de la lucha general para liberarse de una vez por todas del capitalismo-imperialismo. 

Este año la cumbre del G20 se caracteriza por la intensificación de la rivalidad inter-imperialista. Trump ha dejado bastante claro que está dispuesto a hacer lo que sea necesario para reconstruir la dominación mundial del imperialismo estadounidense. ¡Pero no podemos permitir que los demás imperialistas utilicen el horrible rostro del régimen de Trump para ocultar sus propios horribles rasgos! Ángela Merkel está tratando de mostrarse como la “líder del mundo democrático”. Su colaboración con el recientemente elegido presidente de Francia Emanuel Macron se ha pregonado como un contrapeso “incluyente, humano y democrático” al abiertamente retrógrado y cruel Donald Trump. Pero cuando los representantes políticos de Europa hablan de la necesidad de asumir “más responsabilidad” en el mundo, lo que quieren decir es que Alemania, Francia y el resto de Europa deben fomentar sus ambiciones imperialistas de manera más despiadada, incluso por medio de la guerra. Si bien hay diferencias reales entre estos imperialistas sobre cómo apuntalar su sistema, estas son diferencias entre reaccionarios. En momentos en que Trump llama a construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, la “Fortaleza Europa” ya es responsable de miles de muertes de migrantes cada año. Y para no dejar entrar a los pobres y perseguidos, la Europa imperialista ahora respalda la construcción de campamentos de migrantes tan brutales en el Norte de África que inclusive los diplomáticos alemanes los comparan con “campos de concentración”. 

Ante el surgimiento de un enemigo aparentemente invencible, hay una fuerte tendencia a aceptar “la política de lo posible” y resignarse a simplemente suavizar los golpes más atroces del sistema y dejarles a las generaciones futuras la responsabilidad de un cambio fundamental. Sin embargo, algunos llamados a protestar contra el G20 señalan que el sistema capitalista no puede lidiar correctamente con los problemas que enfrenta la humanidad. Hay incluso una comprensión de que sería posible un mundo en el que las mujeres no fueran dominadas, en el que no se saquearan los recursos del planeta, en el que la gente del mundo entero cooperara en beneficio común de la humanidad. Sí, todo esto es posible, pero lo que muy pocos entienden es que esto solo puede ser realidad por medio de una revolución real, y no simplemente con el cambio de los rostros en el poder y de “sacar lo mejor” de un marco podrido. La necesidad de la revolución es hoy más aguda y más apremiante, pese a que mucha gente piense que ya se intentó y no funcionó y a que otros la vean como un sueño imposible. 

El líder revolucionario de Estados Unidos Bob Avakian ha recalcado que “dondequiera que las personas se levanten en rebelión pero se encuentran acorraladas, decepcionadas y a la merced de opresores asesinos, o se dejan llevar por caminos que solamente refuerzan, a menudo con una brutalidad despiadada, las cadenas esclavizantes de la tradición; dondequiera que las personas necesiten una salida de sus condiciones desesperadas, pero no ven la fuente de su sufrimiento y el camino para salir de las tinieblas”.

Sin embargo, hay una visión y un enfoque científicos para ir más allá de un mundo de explotación y opresión, miseria, hambre, intolerancia, patriarcado y desperdicio de la humanidad. Es el nuevo comunismo, una nueva concepción del comunismo y la revolución desarrollada por Bob Avakian. Es un adelanto enormemente liberador y emocionante para la humanidad. Es la manera científica de entender los monumentales problemas que enfrentan los siete mil millones de personas en este planeta. Proporciona la orientación estratégica integral para construir un movimiento para una revolución real, y para hacer una revolución que en realidad pueda ganarle a la masiva máquina de muerte y destrucción de este sistema. Proporciona un guion sobre cómo podríamos crear una sociedad que satisfaga las necesidades básicas de la gente y abra horizontes completamente nuevos para la efervescencia y la creatividad culturales e intelectuales… Sobre cómo en realidad podríamos desarraigar el racismo y el patriarcado, inclusive en la manera de pensar y los valores de la gente… Sobre cómo podríamos crear una economía que sea sustentable con respecto al resto de la naturaleza, y cómo podríamos construir una sociedad cuyo punto de partida no sea “mi país”, sino los intereses de la humanidad. 

No podemos contentarnos con la perspectiva de protestar contra estos mismos gobernantes de las mismas maneras, año tras año. ¡La humanidad y el planeta no pueden darse el lujo de tal cosa! Tenemos que reconocer lo que la humanidad realmente necesita para poder acabar con este sistema. La gente que sabe que el mundo actual es intolerable tiene una seria responsabilidad no solo de continuar y acelerar su actual resistencia sino también de buscar y analizar la comprensión científica más avanzada sobre cómo el mundo podría y debería transformarse por medio de la revolución. ¡Necesitamos una revolución total, y la nueva síntesis del comunismo la hace posible!

Grupo Manifiesto Comunista Revolucionario (Europa) 

28 de junio, 2017.

 

El 17 de marzo de 2017, el Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar (SNUMQG) anunció su transformación en una herramienta más completa para la revolución basada en la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian. Lea el editorial del SNUMQG aquí: “Editorial: Introducción a un SNUMQG transformado”.

 

 

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