Por qué es suicida confiar en que los demócratas luchen por los inmigrantes

21 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

 

Los demócratas afirman que son los paladines de los inmigrantes mientras que todo lo que hacen depende de cuánto concederán a Trump, mientras que la persecución de los inmigrantes y sus líderes se vuelve cada vez más flagrante, intimidante y sin concesiones. Se preocupan más por llegar a un trato con los fascistas, los que se vuelven más agresivos y descarados cada día; se preocupan más por eso que defender concretamente a las masas populares que están bajo ataque. Sus “tratos” seguirán el patrón familiar analizado y denunciado por Bob Avakian hace años en “La verdad sobre la conspiración derechista… y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta“.

Pregúntese: ¿quiénes respaldaron el TLCAN, lo que distorsionó aún más la agricultura mexicana y obligó a más de un millón de mexicanos a salir del campo... sin ningún lugar adonde ir? ¿Quiénes apoyaron otras medidas de globalización que tuvieron efectos similares? ¿Quiénes respaldaron a Bush en la guerra de Irak y lanzaron sus propias guerras en el Medio Oriente, lo que forzó al exilio a aún más gente? ¿Quiénes apoyaron la guerra contra las drogas, la que a su vez dio lugar al crecimiento explosivo del gansterismo en todo el hemisferio, incluida su integración en el estado y la horrible violencia entre las masas que surgió como consecuencia? ¿Quiénes, de hecho, deportaron a más personas que cualquier otra administración, aunque lo hicieron fuera de la luz pública y a escondidas? ¿Quiénes militarizaron la frontera tanto o más que los fascistas? Si usted respondió a estas preguntas: los Clinton, Obama y la dirigencia demócrata del Congreso — tiene razón.

Los demócratas difieren con los fascistas en cuanto a la mejor forma de explotar, controlar y, cuando lo consideran necesario, expulsar a los inmigrantes — no en cuanto a si se debe explotarlos o controlarlos. Harán cualquier concesión que crean que serviría a sus intereses mayores, que a fin de cuentas es la conservación del sistema capitalista-imperialista que comparten con los fascistas, aunque difieren (a veces agudamente) sobre cómo conservarlo. Se hacen pasar por amigos y piden algunas reformas en gran parte para tratar de controlar y descarrilar las batallas libradas por los inmigrantes y otros grupos que luchan contra la opresión; no dudarán en sacrificar esas luchas cuando vean que esté en conflicto con lo que consideran sus intereses “mayores”. Incluso ahora, hablan de la necesidad de aceptar demandas de Trump en aras de las elecciones para el Senado y la Cámara de Representantes en los “estados republicanos”.

La “acción realista” en este momento no es ocuparse de inscribir a personas para votar y recaudar dinero para los candidatos. La “acción realista” es que miles, y luego millones, de estadounidenses nacidos aquí y ciudadanos, inclusive en especial gente blanca, arriesguen algo para apoyar a los inmigrantes, en manifestaciones y otras formas de solidaridad. Sin esto, la máquina fascista avanzará implacablemente. La “acción realista” es la de trazar los vínculos entre esto y la necesidad de expulsar a este régimen fascista, lo antes posible, por medio de activar y movilizar a un pueblo estimulado y como mínimo más resuelto que los fascistas y racistas que Trump y Pence han movilizado.

Aún más “realista” —en el sentido de abordar la realidad, tal como es y tal como podría ser— es lo siguiente: preguntarse si un mundo dividido en, por un lado, un puñado de naciones que luchan entre sí sobre cómo dividir y saquear el planeta, y por el otro, la gran mayoría de la humanidad que es explotada, desarraigada, expulsada de su hogar y de todo lo que conoce y luego perseguida y explotada de nuevo — ¿es esto lo mejor que podemos hacer? De hecho, lo que tenemos hoy —con todos los horrores de un mundo donde cientos de millones son desarraigados y perseguidos y buscan la supervivencia— NO es la única forma posible en que la humanidad puede organizarse. Existe un plan de un mundo totalmente diferente encarnado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), y Bob Avakian ha elaborado un conjunto de obras y un método y enfoque que analizan las razones detrás de esa Constitución y el camino adelante para la humanidad.

 

 

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