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La película Flujo humano de Ai Weiwei

11 de febrero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

[Flujo Humano. Una película de Ai WeiWei]

 

(Disponible ahora para verla en línea)

El artista disidente chino, Ai Weiwei, trajo a la pantalla grande una inmensa escala humana de la crisis mundial de refugiados. Filmó este proyecto en 23 países en dos años. En el momento en que se realizó esta película, sesenta y cinco millones de personas estaban huyendo de la guerra, la limpieza étnica, la catástrofe ambiental, y todavía ese número está aumentando. Al empezar, la película es filmada desde el aire mientras una balsa flota en lo azul del mar Mediterráneo; luego se precipita a la tierra, en un momento en que la cámara en mano filma a los del barco bajándose de las balsas peligrosamente superpobladas, mojados, hambrientos, y sobresaltados. Su estado de alivio se convierte en una caminata de 60 días por Europa y un viaje hacia la apatridia, el alambre de púas, la lluvia, la miseria, la pérdida, el refugio de tiendas de campaña, campamentos improvisados, cubículos construidos en hangares aeroportuarios y, finalmente, para aquellos rechazados. expulsión a los campamentos permanentes en Turquía, Jordania y Líbano, donde el promedio de estadía de un refugiado es de 26 años.

La película comenzó en 2015 cuando Ai Weiwei finalmente recibió su pasaporte. En 2009, él fue arrestado, golpeado y retenido durante 81 días por crear obras de arte que ponían nombre y cara a los más de 5.000 escolares que murieron en el terremoto de Sichuan. Lamentó su pérdida y ofreció una plataforma internacional a los padres que protestaban por la construcción gubernamental de mala calidad en una región donde se derrumbaron 7.000 aulas. Después de una batalla de cuatro años, se le concedió un pasaporte y resultó que estaba en la isla griega de Lesbos a principios de una etapa que se convertirá en el éxodo de medio millón de personas.

Entrevistado por la televisión canadiense, Ai Weiwei platicó por qué hizo esta película: "Es muy difícil no actuar en una crisis así. Como artista, debes encontrar tu propio camino y tu propio idioma para responder a estas situaciones. Siempre tengo que tratar de encontrar un lenguaje para forjar este tipo de comunicación entre personas que están desesperadas sin posibilidad de que su voz sea escuchada y por otro lado la gente privilegiada que piensa que esto no tiene nada que ver con su vida real y voltea la cara. Entonces, como artista, siempre tengo que hacer este tipo de argumento y encontrar un lenguaje para presentar mis ideas". (CBC News, 27 de septiembre de 2017)

La fotografía aérea de la película da testigo de la destrucción de Mosul por parte de Estados Unidos en Irak, hasta el viaje de los Rohingya de Myanmar a pie por los campos y ríos de Bangladesh, de África subsahariana donde se encuentran el 26% de los refugiados del mundo, a la vasta red de campamentos permanentes que se extiende por todo el Medio Oriente, y finalmente a la prisión al aire libre de Gaza y la frontera entre México y los Estados Unidos. Sobre el terreno, Ai Weiwei da voz a las personas que viven esto y a sus esperanzas y su digna determinación de ser tratados como seres humanos. El año pasado en la ciudad de Nueva York, estrenó una instalación que desplegó la ropa de clase media de los refugiados sirios, la que fue recogida de las pertenencias dejadas en las costas de Lesbos, lavada, secada, planchada, y conservada para que los residentes de Nueva York se dieran cuenta de las obvias conexiones a la vida que conocerán de su propia ciudad. 

La visión humanitaria de Ai Weiwei tiene una crítica implícita del Oeste. La intención de su trabajo no es ofrecer causas o soluciones, pero examina esta crisis con la capacidad de mostrarle a su audiencia la magnitud y la escala de lo que está sucediendo en un período de tiempo muy breve, así como una mirada íntima de ser alguien que vive a través de esto. Como dijo un crítico en Inglaterra, le pesa a uno en el corazón como una bala de cañón.

Siendo alguien que ve esto mientras las palabras de Bob Avakian, "Internacionalismo — El mundo entero ante todo,” suenan en mis oídos, eso te aleja del ciclo de noticias de 24 horas donde los eventos de tal magnitud se entierran rápidamente, permitiendo a uno experimentar las ramificaciones de la desintegración de todo el mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial, y los crímenes que está cometiendo el país hacia el planeta y la magnitud de la miseria humana que se está creando. Esta película es testigo de unos años cortos, desde 2015 hasta 2017, sólo algunas de las páginas iniciales de lo que ya ha surgido del cambio climático y las guerras interminables para dominar el mundo de parte de Estados Unidos y sus aliados occidentales. 

Una crisis de esta magnitud, una crisis tan existencial como esta, no se puede entender, y mucho menos resolver sin usar un lente que se acerca y se aleja. Ai Weiwei pasó de ser el querido de aquellos que derribaron la Revolución Cultural y restauraron el capitalismo en China a ser un enemigo público porque persiste en examinar honestamente cómo el capitalismo está afectando a China. Las personas que realmente tomar posición con la gente también tienen la responsabilidad de hacer frente directamente al sistema que está causando esto, y a la realidad tanto como a la moralidad de persistir con un estilo de vida tan moribundo, cuando ese sistema y esa forma de vida no solo retiene a la humanidad, sino también amenaza su propia existencia. Con demasiada frecuencia no se examina esto porque la primera ola de revoluciones comunistas ha sido descartada y rechazada, dejando a la gente sin ver otra opción cuando en verdad el mundo PUEDE ser diferente. No hay nadie más, en ningún lugar de este planeta, que haya hecho el trabajo que Bob Avakian ha hecho al respecto, nadie más que haya sentado las bases en la teoría y en la estrategia para una nueva ola de revolución para transformar el mundo hacia el objetivo de eliminar toda explotación y opresión. Ver esta película te hace apreciar a un líder comunista como Bob Avakian a través de los ojos de un artista como Ai Weiwei. Puedes sentir el imperativo y la realidad de que esta bala de cañón PODRÍA ser y DEBE ser quitada del corazón de la humanidad.

 

 

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