El tiroteo en masa en la secundaria de Parkland, Florida: ¿Por qué siguen dándose estas atrocidades?
21 de febrero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
El 14 de febrero de 2018, sucedió nuevamente. Jóvenes, llenos de potencial, su futuro por adelante, abatidos... en la escuela, supuestamente un lugar para aprender, crecer, divertirse, hacer amigos, incluso enamorarse. Esta vez, la violencia asesina azotó a la secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida. Un ex alumno con un rifle semiautomático masacró a 17 personas: a 14 estudiantes, a un maestro, a un entrenador de fútbol americano y a un director de atletismo. Se ha creado un gran vacío en los corazones de aquellos que han perdido a amigos, a parientes y a seres queridos, y de todos los que se preocupan por la humanidad. Millones están llenos de angustia, desesperación y en cada vez más casos, enojo.
Solo un incidente así sería absoluta y malditamente escandaloso e intolerable.
Pero en esta sociedad, bajo este sistema, los tiroteos en masa en las escuelas son una epidemia. En los seis años transcurridos desde la masacre de Sandy Hook en 2012, se han dado 239 tiroteos en masa en escuelas. Unas 438 personas han sido baleadas y 138 asesinadas, en su mayoría estudiantes. Estos tiroteos en masa se han vuelto tan frecuentes que los jóvenes de hoy regularmente participan en ensayos de “Código Rojo” para prepararse para un posible ataque. Un alumno de Parkland dijo: “Me han hablado de estos protocolos durante años”. Su hermana menor participaba en los ensayos desde la primaria. “Esta es la vida de los hijos de la generación de los tiroteos en masa”, informó el New York Times.
Una y otra vez, cuando se dan estas horrorosas atrocidades, los de arriba les dicen a los enlutados estudiantes, padres, miembros de la comunidad y la sociedad que es hora de orar, y no de la “política”. Algunos argumentan que es “demasiado pronto” para investigar y debatir por qué se está matando en tiroteos en masa a los estudiantes y jóvenes en todo Estados Unidos. Y para los gobernantes de Estados Unidos nunca es el momento de investigar las raíces reales de estas masacres interminables.
Pero los alumnos y padres de familia de la secundaria Stoneman Douglas alzaron la voz y exigieron respuestas y acciones. Una maestra le dijo a la MSNBC que sentía que “nuestro gobierno, nuestro país nos ha fallado y ha fallado a nuestros niños y no nos ha mantenido a salvo”. Según los informes, se han organizado protestas solidarias en otras escuelas. “Estoy harto de vigilias, velas y momentos de silencio”, escribió un padre cuyo hijo fue asesinado en un tiroteo en otra escuela. “Quizás mis próximas frases para los medios de comunicación deben ser rugidos” (“Una ‘generación de tiroteos en masa’ clama por el cambio”, New York Times, 16 de febrero de 2018; “Un mensaje del club al que nadie quiere unirse”, New York Times, 17 de febrero de 2018).
Yendo a las raíces del problema
La furia de estos alumnos, sus padres y otros que ahora están alzando la voz está totalmente justificada y es inevitable su negativa a aceptar los tiroteos en masa en las escuelas y la idea de que no se puede hacer nada al respecto. Con razón están frustrados y enfurecidos por la incapacidad de esta sociedad de emprender cualquier acción seria para detenerlos. Y deberían perseguir este y otros ultrajes, analizarlos profundamente y luchar para acabar con ellos.
Pero primero tenemos que responder: ¿por qué los tiroteos en masa son un rasgo tan prominente de la vida estadounidense? Hay muchos factores en juego aquí, pero las respuestas reales no se encuentran solo en la cantidad de armas en Estados Unidos. Explorar y responder a esa pregunta lleva directamente a los cimientos de la sociedad capitalista estadounidense y su sangrienta historia de genocidio, esclavitud, patriarcado y expansionismo estadounidense
El asesinato en masa: típicamente estadounidense
¡La violencia en masa es la forma en que se forjó Estados Unidos y la forma en que se mantiene hasta el día de hoy! El genocidio violento contra millones de indígenas de este continente para robarles sus tierras. La esclavización violenta de millones de africanos para alimentar el capitalismo estadounidense. La violencia doméstica cotidiana para imponer el patriarcado y la dominación masculina. La violencia de la expansión estadounidense, como su guerra de 1846-1848 para robarle tierras a México y su guerra de 1898 para apoderarse de Puerto Rico, Cuba y las Filipinas.
Estas fueron masacres en masa llevadas a cabo con el respaldo de la sociedad, y la participación en masa de hombres blancos armados: las milicias de los esclavistas, los cazadores y cazadores de recompensas de esclavos y más tarde las chusmas de linchamiento para imponer el Jim Crow. Los colonos blancos-pequeños agricultores que se alistaron en la masacre genocida de los pueblos indígenas. La violencia en masa de las chusmas contra los mexicanos en el Suroeste y contra los mineros y trabajadores ferroviarios chinos.
Esta fea violencia sádica se ha glorificado y consagrado en la cultura estadounidense con la idealización del “individualismo rudo” del hombre de Viejo Oeste cuyas “tierras declaradas” descansaba en tierras robadas, y cuyo deber era ¡defender con fusiles a “su” mujer de los llamados “salvajes”! Luego está el gran filme “clásico” estadounidense El nacimiento de una nación, que glorifica al Ku Klux Klan.
Otros países capitalistas grandes, como Gran Bretaña, Francia y Bélgica, cometieron actos de violencia en masa contra la gente en África y Asia. Pero no fueron construidos como estados colonos, en tierras robadas, o sobre la base de la esclavitud, con la violencia sistemática en masa contra los pueblos oprimidos a su interior, como lo fue Estados Unidos.
Esta violencia, y el derecho de portar armas y cometerla, es una parte integral de la supremacía masculina blanca como un pegamento ideológico de este sistema, y la fanática cultura de la posesión de armas está ligada a todo esto.
Todo esto recibió un gran impulso en la década de 1960, cuando los blancos inundaban las tiendas de rifles cada vez que los negros se rebelaban. Fomentaron repuestas semejantes los políticos demagógicos de la clase dominante como George Wallace, Richard Nixon y Ronald Reagan, a menudo con un lenguaje oculto, que comenzaron a forjar una base de gente blanca furiosa como parte de un núcleo fascista creciente.
Los pilares de la sociedad estadounidense siempre han sido la supremacía blanca, la supremacía masculina y la supremacía mundial pro estadounidense. Pero debido a que en sentidos importantes el funcionamiento de este sistema y los grandes cambios que se están dando en el mundo están socavando y erosionando esos pilares, los sectores imperantes de la clase dominante han actuado de otras formas para reforzarlos de una manera aún más virulenta. Las incertidumbres y las disparidades económicas están creciendo, muchas personas están desarraigadas y sufren, y existe una gran ansiedad sobre el futuro. Todo esto proporciona combustible para el fascismo y los movimientos fascistas, así como para mucha violencia y locura azarosa.
Las armas en la era del ascendiente fascista
En este momento, Trump y el régimen fascista de Trump y Pence concentran más esta reafirmación violenta de lo que Bob Avakian llama “la tríada del fascismo”: la afirmación agresiva irredenta de la supremacía blanca, la supremacía masculina y la supremacía pro estadounidense, y esto está teniendo un enorme impacto en el terreno político, social y cultural de Estados Unidos
La Asociación Nacional del Rifle (NRA) también juega un papel importante en esto. No simple o principalmente representa los intereses del “grupo de cabilderos pro armas”. En el verano de 2017, la NRA lanzó un video de “reclutamiento” que era un llamamiento a las armas poco disimulado a sus cinco millones de miembros y a las tropas fascistas en el terreno de manera más amplia. Cuando se dio un escándalo sobre el video, la NRA se redobló el llamamiento con un segundo video que atacó por nombre a algunos de sus críticos. Tal movilización de fuerzas fascistas supremacistas blancas tipo Estados Unidos Ante Todo es mortalmente grave, y hay que tomarla muy en serio. Apenas unos meses antes, Trump había salido en la reunión nacional de la NRA: “Ustedes tienen un verdadero amigo y adalid en la Casa Blanca”.
No se trata de que necesiten votos o contribuciones para su campaña, sino que su objetivo es mantener las armas directamente en manos de su base social racista y supremacista blanca.
Recorren todo esto las relaciones económicas y sociales del capitalismo. Este es un sistema impulsado por una competencia despiadada por la supremacía y las máximas ganancias. Es un sistema que promueve la perspectiva de perro-come-perro de “cuídese al número uno”. Obliga a las personas a ser egoístas y a competir con otros por calificaciones, empleos, vivienda, parejas y relaciones, en cada faceta de su vida.
Estas relaciones, este etos y esta cultura gratuita de la violencia armada se celebran y promueven incesantemente en la cultura estadounidense en videojuegos violentos como “Grand Theft Auto”, innumerables programas de televisión y películas donde la recompensa es la venganza individual.
En resumen, varios factores impulsan la distribución masiva de armas de alto calibre y el uso de algunas de esas armas en masacres aparentemente azarosas. La cuestión no es que cada asesino en masa, ni siquiera la mayoría de ellos, representan conscientemente un programa político (aunque algunos si). Pero las relaciones económicas y de producción de una sociedad, y las ideas dominantes que se derivan de ellas, sí establecen el escenario en el que las personas actúan. En ese sentido, la sociedad y la cultura estadounidenses son muy culpables.
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