A 50 años después del asesinato de Martin Luther King...

Y urge más que nunca la revolución

13 de abril de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Hace cincuenta años, Martin Luther King fue asesinado al pararse en el balcón de un motel en Memphis. Su asesinato ocurrió después de que una década de lucha contra las injusticias sistemáticas infligidas al pueblo negro en Estados Unidos había polarizado la sociedad y reverberado por el mundo entero.

Estallaron rebeliones poderosas en más de 100 ciudades. El abril de 1968 marcó un punto de inflexión en los levantamientos de la época. Como escribimos la semana pasada, “muchísima gente más se encontró obligada a reconocer el hecho de que se enfrentaba a un enemigo brutal y despiadado, incluso contra aquellos que se resistían pacíficamente. Más personas comenzaron a considerar ideas y estrategias radicales y revolucionarias. Querían luchar, y ganar, contra los gobernantes y su sistema”.

Mucho ha cambiado desde 1968 — en el mundo, en Estados Unidos, y en la situación del pueblo negro en Estados Unidos. A la lucha contra la opresión del pueblo afroamericano se le concedieron algunas demandas — que examinaremos en seguida.

Pero lo que NO ha cambiado es la necesidad de derrocar este sistema si es que va a haber justicia. Eso NO ha cambiado, ni cambiaré siempre que siga en el poder el capitalismo — que en Estados Unidos se crió a base de la supremacía blanca, a tal punto que ésta está entretejida en la ADN y los nervios y la carne y los huesos de esta sociedad.

Lo que ha cambiado, primera parte

Estados Unidos hizo algunas reformas — pero principal y abrumadoramente intensificó la opresión del pueblo negro.

Debido a la masiva lucha y el sacrificio que hicieron millones de personas en los años 1950 y 1960, algunas cosas cambiaron. Se abolieron la segregación legal formal y otros aspectos de las leyes Jim Crow que le había negado hasta una pretensión de la igualdad formal al pueblo negro. Se luchó por importantes cambios en la cultura y en la vida social e intelectual entre la población de Estados Unidos, y los logró, a cierto grado.

Se aumentó la “presencia negra” en las artes y la vida intelectual. Desafiaron y derrocaron a algunas relaciones opresivas en las que los blancos dominaban a los negros — aunque se siguen disputando intensamente esos cambios. Nuevos estudios han arrojado luz sobre la verdadera historia enterrada de Estados Unidos y sobre las condiciones en que vive mucha gente hoy en día.

Se entregaron concesiones materiales a un sector de los negros de clase media, cual clase aumentó, y se abrieron algunas oportunidades para algunos sectores. El número de oficiales electos negros creció — de unos 1.500 en 1970 a más de 10.000 en 2010. Pero diseñaron estas concesiones en aras de preservar y fortalecer un sistema que oprime al pueblo negro en su conjunto, y de debilitar y socavar las corrientes radicales y revolucionarias que habían ganado terreno en los levantamientos de la época. Promovieron el empresarialismo: la mentira de que “cualquier persona que eche ganas se puede superar” en un sistema basado en la explotación de los muchos por unos pocos. Hicieron lucir a algunas caras negras en posiciones de autoridad mientras la estructura de esa autoridad opresiva —su policía, su sistema judicial, sus prisiones— se mantenía intacta. Incluso estas concesiones de doble filo ahora están bajo un ataque implacable, eviscerando salvajamente la acción afirmativa y la Ley del Derecho al Voto.

Pero lo que no cambiado es lo siguiente: El sistema subyacente sigue en pie. Así que aun a los negros que han logrado cierto nivel de éxito, la profunda opresión de este sistema supremacista blanco sigue azotándoles — incluido en formas indignantes y descaradas. Ta-Nehisi Coates ha escrito impactantemente sobre un ejemplo del terror al azar que puede caerle encima a cualquier persona negra en cualquier momento. Describe a su compañero de la universidad, Prince Jones, hijo de un doctor, egresado de escuelas privadas y universidad de élite, que nunca en la vida se había metido en problemas. Prince Jones: a los 24 años, acribillado por un policía racista que lo persiguió hasta otro estado y lo asesinó con 16 tiros.

Esta opresión sistemática también se manifiesta en una miríada de otras formas. Un estudio reciente indica que niños varones que se crían en hogares negros adinerados tienen más probabilidad de terminar en la pobreza en vez de mantenerse adinerados como adultos — lo que pasa a muy pocos blancos. La crisis de vivienda de 2008 contribuyó a que los bancos e instituciones financieras saquearan una vasta cantidad de valor a las familias negras, latinas y otras de color. Para 2013, la riqueza neta de los blancos era, en promedio, 13 veces mayor a la de los negros — la proporción mayor desde hace décadas.

Lo que ha cambiado, segunda parte

Un genocidio lento: 50 años de opresión sistemática del pueblo negro que cuadra con la definición de genocidio de la ONU1.

Al mismo tiempo, los ataques contra las masas negras eran mucho mayores que las concesiones a la lucha contra la opresión del pueblo negro. Una lista parcial:

•  Los 1960 — la CIA financió un diluvio de heroína en las comunidades negras por todo Estados Unidos. Al alcanzar su máxima fuerza los levantamientos de los años sesenta, una “epidemia de heroína” azotó a las comunidades negras de costa a costa, inundadas de la heroína barata. Años después, se reveló que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) envió aviones llenos de heroína a Estados Unidos desde la Sureste de Asia2.

•  Los 1980 — la cocaína “crack” financiada por la CIA abruma a las comunidades negras. En los principios de la década de los ochenta, el precio de la cocaína en Estados Unidos bajó dramáticamente — porque la cantidad de cocaína al interior del país subió enormemente. Para 1983 se había convertido en una “droga callejera” común, con la emergencia de una nueva forma barata y sumamente adicta de la cocaína — el crack. Agentes que trabajaban con la CIA vendía toneladas de cocaína de origen sudamericano en Estados Unidos durante esos años, y canalizaron las ganancias hacia financiar el ejército de contrarrevolucionarios asesinos en Nicaragua bajo el mando de la CIA. Pero los habitantes de guetos y barrios por todo Estados Unidos se entraron en el narcomenudeo en las zonas urbanas marginadas porque ofrecía un ingreso para costear la canasta básica, al faltarles otras opciones económicas.

•  Comienza la encarcelación en masa de generaciones de jóvenes negros, latinos y otros de color. En 1982, el presidente Ronald Reagan declaró una “guerra contra las drogas”. Dicha “guerra”, la que continuaron los presidentes Bush, Bush hijo y Clinton, impulsó fuertemente la encarcelación en masa de los jóvenes de color. La población penitenciaria se disparó de 474.000 en 1980 a más de 2.3 millones hoy día — el mayor índice de encarcelación en la historia mundial, con creces. El índice de encarcelamiento de negros es más de cinco veces mayor que la de blancos. En Maryland, el 29 por ciento de la población es negro, sino 72 por ciento de los presos del estado son negros.

•  La militarización de las fuerzas policiales locales. La “guerra contra las drogas” era una justificación central para la enorme expansión de las unidades policiales de tácticas militares (SWAT) por todo Estados Unidos. La policía frecuentemente aterrorizó a barrios enteros, tumbando las puertas a patadas y apuntando rifles de asalto y otra artillería a residentes de barrios mayormente negros y pobres. Un ejemplo: En abril de 1987, la policía de Los Ángeles se llevó a cabo la “Operación Hammer” (martillo) en la que mil policías invadieron el Sur Centro de Los Ángeles y arrestaron a más de 1.450 personas en un fin de semana3.

•  Los empleos abandonan las zonas urbanas marginadas, se dispara el desempleo en masa: Desaparecieron los empleos industriales en las zonas urbanas marginadas por todo Estados Unidos, el capital merodeando el globo a la busca de las mayores ganancias. Entre 1967 y 1987, Filadelfia, Chicago, Nueva York y Detroit juntos perdieron más de un millón de empleos manufactureros4. Se disparó el desempleo, especialmente entre los jóvenes en las zonas urbanas marginadas. El índice de desempleo de jóvenes negros urbanos ha superado el 50 por ciento, en ocasiones, en muchas ciudades5.

•  La segregación escolar se aumenta desde la muerte de MLK. Décadas después de una decisión de la Suprema Corte que supuestamente prohibió la segregación en las escuelas, la educación pública se está volviendo aún más segregada, y algunas de las escuelas más “gravemente segregadas” están en estados norteños como Illinois y Nueva York6; en el sur, el número de niños en escuelas segregadas es el mismo que el de 19687. Los niños negros son concentrados desproporcionalmente en escuelas y distritos escolares pobres8.

•  La epidemia de la SIDA devasta a la comunidad negra desproporcionadamente. En Estados Unidos en 1982 se identificó un virus específico como la causa de la SIDA/VIH. La clase dominante de Estados Unidos se negó a atender la epidemia del SIDA por años mientras que la epidemia se difundía y devoraba vidas, desproporcionadamente en la comunidad negra (junto con como el saldo más reconocido de hombres gay). El pueblo negro responde por el 12% de la población de Estados Unidos, pero el 44% de las muertes relacionadas al VIH9. En 1984, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades reconocieron que la transmisión de VIH podría ser reducida por el suministro organizado de jeringas — ¡pero en 1988 el gobierno federal recortó los fondos para programas que incluían el suministro de jeringas! Esta práctica genocida de negarse a lidiar con la epidemia continuó hasta que la epidemia de opioides se había difundido a las comunidades blancas.

•  La policía provoca sistemáticamente la guerra de pandillas. En ciudades por todo Estados Unidos, la policía ha usado la “violencia pandillera” para condenar a comunidades enteras, y para justificar su feroz ataque contra los jóvenes negros, latinos y otros de color. Pero esos mismos policías provocan e instigan conflictos entre la juventud. En Chicago, es práctica común de los policías llevar a un joven de una pandilla a territorio de otra pandilla y dejarlo allí, a menudo diciendo a la pandilla rival que este joven es un soplón10. En Los Ángeles, tras la justa rebelión de 1992, los Crips y los Bloods del Sur Centro de Los Ángeles entraron en una tregua para suspender las peleas brutales y sin sentido que por una década habían resultado en muerte y daños. La policía se esforzó mucho para romper la tregua, irrumpiendo en reuniones de unidad y fiestas compartidas entre Crips y Bloods.

•  La satanización y castigo de las mujeres negras. Empezando con los ataques de Ronald Reagan en lenguage cifrado contra “Las reinas que reciben welfare [asistencia pública] y manejan Cadillacs”, y pasando por la promesa de Bill Clinton de “eliminar el welfare como lo hemos conocido”, este sistema le ha atacado ferozmente a las mujeres negras pobres, y a menudo a las de la clase media. Los medios de comunicación contribuyeron a estos ataques, difamando y calumniando a las mujeres, a menudo a las negras que reciben welfare; Diane Sawyer, de ABC, dijo, “Estas chicas [mujeres jóvenes que reciben welfare] son ‘el enemigo público No. 1’”. El gobierno federal y los gobiernos estatales recortaron severamente los beneficios de welfare, al mismo tiempo que desaparecían los empleos industriales y millones de mujeres se esforzaban por mantener a sus familias. En 1995, unos 13 millones de personas recibían asistencia pública; para 2016, la cantidad había bajado a 3 millones11.

•  Un enorme número de desalojos de familias encabezadas por mujeres negras. La discriminación en la vivienda siempre ha sido un sello distintivo de la opresión del pueblo negro. Un estudio de desalojos y desamparados en Milwaukee concluyó que “se puede pensar en el desalojo como el equivalente femenino del encarcelamiento… casi el 60% de los inquilinos desalojados en Milwaukee entre 2003 y 2007 eran mujeres”12. Esas mujeres eran en su vasta mayoría negras, y se ve el mismo patrón en ciudades grandes y pequeñas por todo Estados Unidos13.

•  Una epidemia del asesinato policial de jóvenes negros. Es una continua epidemia y crimen de esta sociedad que la policía ha matado a miles de negros, especialmente hombres jóvenes, pero también mujeres y personas mayores de edad. Eric Garner, Michael Brown, Tyisha Miller, Stephon Clark, Alton Sterling — la penosa lista es interminable. Son raras las veces que siquiera acusan a los asesinos, y más raras aún las veces que los condenan de algo. Esta epidemia de asesinato y brutalidad también azota duro a las comunidades latinas e indígenas.

•  Multas y cárcel para los pobres. Ciudades por todo Estados Unidos han instituido un sistema de fuertes y crecientes multas para las personas arrestadas por fallas menores, como infracciones de tráfico. Y los detienen si no pueden pagar las multas. En muchos lugares, como en Ferguson, Misuri, estos sistemas son una directa continuación del sistema de Jim Crow que anteriormente era la ley. En cualquier momento dado, en Estados Unidos hay medio millón de personas encarceladas por no poder pagar la fianza14. Cada vez más común es obligar a los presos a pagar su encarcelamiento, lo que es especialmente penoso para los negros arrestados por cargos falsos. En el condado Macomb, Michigan, los presos tienen que pagar el hospedaje y comida, el examen físico, la atención dental, la medicina, las recetas, visitas a la enfermera, el tratamiento médico en hospitales, y para poder salir temporalmente para trabajar15.

Escuelas de los barrios marginados transformadas esencialmente en prisiones. Para 2004, el 69% de los profesores de escuelas con una mayoría de alumnos negros o latinos dijeron que policías armados vigilaban su escuela16. El 70% de los alumnos arrestados o remitidos a dependencias policiales son negros o latinos, y se han sacado esposados de su escuela a niños de tan corta edad como 6 años17.

La pura verdad: A pesar de los sacrificios y la lucha, a pesar de una u otra concesión pagada con sangre, las condiciones para las masas han empeorado. Estados Unidos no está, como a Obama le gusta decir, avanzando constantemente hacia una “unión más perfecta”. Es un sistema capitalista-imperialista de supremacía blanca hasta el meollo, siempre adaptándose pero jamás cediendo. Y ahora, con Trump —con su constante satanización del pueblo negro y sus medidas para intensificar mucho más la represión y hacer cosas aún peores, con su programa fascista en general y sus amenazas de aniquilar a la humanidad con la guerra a escala mundial y la destrucción del medio ambiente—, amenaza con ir de mal a peor.

Hace unos 200 años, Carlos Marx, el fundador del comunismo científico, escribió que el comienzo del capitalismo —lo que con sarcasmo llamó “los albores”— se basó en el genocidio de los pueblos indígenas de las Américas, la esclavitud de los africanos, y el saqueo a gran escala de los pueblos del Caribe. Esos orígenes han sido parte del tejido mismo del capitalismo y se han vuelto más intensos a medida que se ha convertido en un sistema global de capitalismo-imperialismo. La explotación y empobrecimiento de millones de personas por todo el globo, inclusive a niños; la subyugación y subordinación de pueblos y naciones enteros, como el pueblo negro de Estados Unidos — todo esto es el cuerpo y alma del sistema capitalista. No habrá ninguna emancipación mientras este sistema siga intacto. (Esto se analiza a fondo en las obras de Bob Avakian así como en artículos en revcom.us. Vea por ejemplo: aquí, aquí y aquí).

Pero algo SÍ hacambiado, y es lo más importante

Cincuenta años después, la situación de las masas negras no ha cambiado por el bien; la opresión ha intensificado…y amenaza con empeorar.

Pero una cosa ha cambiado por el bien. Lo siguiente:

Ahora existe una manera verdaderamente científica para entender las raíces de esta opresión, las fuerzas que la sostienen, y la manera de superarla — como parte de superar y abolir todas las formas de explotación y opresión y conflictos destructivos entre la gente, y de emancipar a la humanidad: el nuevo comunismo de Bob Avakian (BA).

Lo que SÍ ha cambiado es que, por medio de la obra de BA, existe una estrategia capaz de unificar a millones de personas, por toda la sociedad, en una revolución que podría GANAR.

Lo que SÍ ha cambiado es que existe una visión, concretada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por BA y adoptada por el Comité Central del PCR, que alumbra el camino para superar esta opresión como parte del avance hacia la emancipación de toda la humanidad.

Lo que SÍ ha cambiado es que, con Bob Avakian —quien ha forjado un NUEVO comunismo y enfoque de la revolución para todo el mundo—, existe la dirección y el Partido organizado sobre la base de este nuevo comunismo.

Bob Avakian encarna una combinación poco común: una persona que ha logrado desarrollar la teoría científica a un nivel de calibre mundial, a la vez que tiene un entendimiento de los más oprimidos y una conexión visceral con éstos, y una capacidad altamente desarrollada de “desmenuzar” la teoría compleja y ponerla al alcance de las masas populares.

Estamos viviendo tiempos extremos y peligrosos y no vamos a encontrar las soluciones bajo este sistema. Pero SÍ hay una salida. Como Bob Avakian lo ha dicho tan poderosa y poéticamente:

Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.

 

1. Pasaje de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (para el texto completo haga clic aquí).

“Artículo II: En la presente Convención, se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial, o religioso, como tal:

(a) Matanza de miembros del grupo;
(b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
(c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
(d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
(e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Artículo III: Serán castigados los actos siguientes:

(a) El genocidio;
(b) La asociación para cometer genocidio;
(c) La instigación directa u pública a cometer genocidio;
(d) La tentativa de genocidio;
(e) La complicidad en el genocidio”. [regresa]

2. Vea, por ejemplo, The Politics of Heroin; CIA Complicity in the Global Drug Trade [La política de la heroína en el sudeste de Asia. Complicidad de la CIA en el narcotráfico global], de Alfred J. McCoy. [regresa]

3. “The Raid That Still Haunts L.A” [La redada que aún obsesiona a Los Ángeles], Los Angeles Times, 14 de marzo de 2001. [regresa]

4. When Work Disappears [Cuando los empleos desparecen], William Julius Wilson (Knopf, 1997); y The Origins of the Urban Crisis [Los orígenes de la crisis urbana], Thomas J. Sugrue (Princeton University Press, 1996). [regresa]

5. “The Young Face of Inner City Unemployment” [La cara joven del desempleo en los barrios urbanos marginados], New York Times, 22 de marzo de 1992. [regresa]

6. “Brown at 62: School Segregation by Race, Poverty and State” [La decisión Brown de la Corte Suprema a los 62 años: La segregación según raza, pobreza y estado], The Civil Rights Project [El Proyecto de Derechos Civiles], 16 de mayo de 2016. [regresa]

7. “Southern Schools Are Resegregating” [Las escuelas sureñas se están volviendo a estar segregadas],  CityLab, 31 de mayo de 2017, y “The Return of School Segregation in Eight Charts” [El regreso de la segregación escolar en ocho gráficas], Frontline, 15 de julio de 2014. [regresa]

8. “Report finds segregation on the rise” [Informe encuentra que la segregación está en auge], Associated Press, 17 de mayo de 2016; y “Separate and Unequal?” [¿Separados y desiguales?], U.S. Government Accountability Office, 17 de mayo de 2017. [regresa]

9. “Black Americans and HIV/AIDS: The Basics“ [Los estadounidenses negros y el VIH/SIDA: Lo básico], Henry J Kaiser Family Foundation, 6 de febrero de 2018. [regresa]

10. “Chicago Cops Dropped Off Uncooperative Gang Members in Rival Territory“ [Policías de Chicago llevaban a pandilleros que no cooperaban a territorio de sus rivales], MassAppeal.com. [regresa]

11. “The End of Welfare as We Know It“ [El fin de welfare como lo hemos conocido], The Atlantic, 1 de abril de 2016. [regresa]

12. Evicted: Poverty and Profit in the American City [Desalojado: Pobreza y ganancias en la ciudad estadounidense], by Matthew Desmond. [regresa]

13. In 83 Million Eviction Records, a Sweeping and Intimate New Look at Housing in America“ [83 millones de registros de desalojos muestran de cerca y a gran escala nuevas condiciones de la vivienda en Estados Unidos], New York Times, 7 de abril de 2018. [regresa]

14. “It’s a crime to be poor in America“ [Es un delito ser pobre en Estados Unidos], Market Watch, 9 de abril de  2015. [regresa]

15. “Paying for Your Time: How Charging Inmates Fees Behind Bars May Violate the Excessive Fines Clause“ [Pagar tu tiempo: Obligar a los presos a pagar varios gastos podría violar la cláusula sobre multas excesivas], Brennan Center for Justice, 1 de julio de 2014. [regresa]

16. Police Officers in Schools: Effects on School Crime and the Processing of Offending Behaviors” [Policías en las escuelas: Cómo afecta el delito escolar y el procesamiento del comportamiento ofensivo], Chongmin Na & Denise C. Gottfredson, Justice Quarterly, 3 de octubre de 2011. [regresa]

17. “How schools push black students to the criminal justice system” [Cómo las escuelas empujan a los alumnos negros al sistema de justicia penal], German Lopez, vox.com. [regresa]

 

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