Observaciones y una viñeta de un día con el Club Revolución:

Actividades de agitación y organización para una revolución real

9 de mayo de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

Salí con el Club Revolución para hacer labores de agitación y organización y reclutar gente en el movimiento para una revolución real. Nos centramos el trabajo en torno al folleto: CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución. Lo que sigue son un par de reflexiones y observaciones sobre la profunda receptividad al mensaje completo de la revolución, y la necesidad de luchar con la gente y para que la gente realmente participe y asuma la propagación de la revolución porque existe la dirección, la estrategia y la visión para derrotar este sistema, pero solo si nos organizamos y comenzamos a cambiar las cosas ya.

Escribo estos apuntes para dar una idea del potencial cuando salimos sin tapujos con la revolución, y para retar a las y los lectores de revcom para que sean parte de cada vez más transformación de la forma en que salimos y construimos el movimiento para la revolución. Estas observaciones deben verse no como “la palabra definitiva” sobre lo que hacer exactamente, sino como una contribución a lo que debería ser un proceso científico vivo de cambiar el mundo, de impactar y atraer a la gente que quiere una revolución, y luego resumir y afinar y profundizar nuestro enfoque de hacerlo.

  • Reclutar gente en la revolución no puede ser un apéndice, tiene que ser parte integral de nuestra agitación y de todos nuestros encuentros. Después de un rato, un camarada me dijo que le costaba trabajo siquiera lograr que la gente entrara a la revolución que realmente se conecta con la agitación. Una mujer joven había respondido muy profundamente y había hablado durante un tiempo, pero cuando le planteó que ella tenía que unirse a la revolución, salió con su horario de trabajo, sus responsabilidades familiares y otras limitaciones. Nos dio su número de teléfono y dijo que lo iba a considerar.
  • Forcejeamos un poco con esto, y aunque lo que voy a decir no resuelve completamente el problema, creo que es una parte esencial de la solución. El reclutamiento no puede ser algo que le planteamos a la gente una vez que hayamos desarrollado “suficiente unidad”. Más bien, debemos plantearlo desde el principio y debe ser una parte integral de todas nuestras interacciones durante todo el proceso.
  • Por ejemplo, al hablar con un joven que se detuvo para escuchar la agitación, de entrada pusimos en sus manos el folleto CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución. Hicimos una corta agitación sobre por qué necesitamos una revolución (Primera parte), pusimos en claro que estamos hablando del derrocamiento real del sistema cuando millones de personas estén listas y preparadas para combatir (Tercera parte), y luego le planteamos directamente que hoy estamos reclutando a gente para asumir la Segunda parte urgentemente necesaria (“Qué es necesario que hagamos ahora”). Lo abrimos a la página 4 e hicimos agitación sobre los puntos fuertes reales, pero también las debilidades estratégicas, de este sistema, y leímos en voz alta que teníamos que estar en una misión de “correr la voz, de dejar que la gente conozca que tenemos la dirección, la ciencia, la estrategia y el programa, y la base para organizar gente para una revolución emancipadora y real”. Y le planteamos que la estrategia para una revolución real abarca a él, y a muchos otros que venimos conociendo en este momento: de sumarse a esta misión hoy a la vez que vayan conociendo esto. Continuamos repasando esa sección como una guía para su participación activa ahora, y no como una explicación para considerar de manera abstracta. En medio de nuestra conversación, recibió una llamada telefónica y se alejó un rato. Pensé que tal vez se hubiera ido por completo, pero luego regresó y nos preguntó: “Así que, ¿qué es lo que yo debería hacer?”
  • Lo que quiero aprender de estos dos ejemplos es que el primer ejemplo fue como ir por etapas: primero tenemos que ganar a una persona a la revolución, luego tenemos que ganarla a participar. Y, para cuando la mujer sopesaba la posibilidad de participar, ya lo contempló desde la perspectiva de su vida y sus limitaciones. En el segundo ejemplo, las cosas con las que el joven se conectaba fueron parte del argumento de por qué él debiera participar ahora porque existe un verdadero camino para cambiar este mundo de horrores, un camino que depende de él y de gente como él ahora. Mientras sopesaba cómo participar, consideraba junto con nosotros cómo hacer que la gente se organice y esté preparada para poder derrotar este sistema de horrores. Hablamos concretamente de las personas a que él iba a mostrar el folleto, qué es lo que él debe esperar y cómo responder, y sobre todo que él tiene que mantenernos informados para que podamos adentrarnos juntos en lo que encuentre y para seguir trabajando en esto juntos.
  • Una vez más, quiero que algo quede muy, pero muy claro: el segundo ejemplo no es “el modelo” ni ciertamente es el límite de cómo atraer y organizar a la gente en la revolución. Existen las limitaciones reales de que en este proceso sigue habiendo muchos encuentros de uno a uno. Además, no se puede juzgar si un enfoque es correcto (o incorrecto) simplemente por la manera en que unos pocos individuos le responden. Pero, creo que hay algo importante en el elemento que se está resaltando y contrastando aquí, de realmente hablar en serio cuando decimos: “SÍ que estamos construyendo un movimiento para una revolución real” y de dirigir a la gente a relacionarse con eso, y no con la idea de si quisieran participar o no en algo que expresa un deseo de la revolución.
  • Debemos hacer un trabajo mejor de proyectar esta revolución como una fuerza colectiva, y de reclutar a gente en ella como un proceso social. Hacen falta más ideas y preparación de cosas básicas como materiales visuales. Hacen falta grandes presentaciones y pancartas que la gente puede ver a una distancia por la calle, que logran que la gente quiera escuchar la agitación a medida que se acerca. Importan cosas como traer una cubeta o una caja de leche en que se paren los agitadores, que proyecte una mayor seriedad y expectativa de que la gente se detenga y escuche.
  • Es necesario que el reclutamiento y la estrategia para la revolución y la dirección de BA se integren mucho más en la agitación a lo largo de todo el proceso, y no que sea un apéndice al final. El reto de entrar a la revolución debe ser real, concreto, en este momento. Y hacen falta más ideas y experimentación con formas concretas con que la gente pueda participar ahí mismo, y no como algo que considerar para más tarde. Algunas cosas que se me ocurren (pero de ninguna manera sin limitarme a ellas) son: calcomanías acerca de la revolución que la gente puede ponerse en ese momento en representación de la revolución, pancartas que la gente puede sostener como participación en la creación de una fuerza social más grande que se proyecta y atrae, playeras Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS! que la gente puede comprar y ponerse (alguien nos pidió una, pero no teníamos ninguna), materiales que la gente puede ayudar a repartir. Y que todo esto se sienta menos como unas personas que hacen trabajo uno a uno con los individuos a los que vayan conociendo, y más como una proyección colectiva general de la revolución y el proceso social de masas de entrar en la revolución ahora.
  • Algunas ideas adicionales sobre realmente trabajar en equipo (tanto sobre el terreno como en todo el país) y comprender la tremenda importancia de la agitación. Es importante que nuestros equipos estén orientados hacia afuera, hacia las masas de personas con las que estamos conectándonos y las que estamos atrayendo e incorporando en esta revolución, pero al mismo tiempo, deberíamos trabajar en esto de manera colectiva. Esto significa escuchar lo que se está haciendo por medio de la agitación, aprender de sus puntos fuertes, pero también observar cómo se pueden fortalecer las cosas, detectar el impacto que las cosas diferentes están teniendo en las masas, medir las cosas constantemente en comparación con la orientación y guía contenida en CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución. Cuando alguien está haciendo agitación, es importante que otras personas del equipo observen las caras de las personas que pasan por ahí y luego se acerquen a aquellos quienes claramente se están conectando con la agitación. Si, en cambio, cada quien va por su lado y hace lo suyo, se desperdicia el impacto de la agitación. Además, es muy importante que mencionemos los retos con los que estamos topando en tiempo real, con un espíritu y la orientación de resolverlos juntos en tiempo real. Por ejemplo, fue algo bueno que el camarada planteara el trabajo que le costaba de atraer a las personas hacia el proceso de la revolución y que un par de nosotros pasamos tres minutos en la calle tratando de encontrar una mejor manera de hacerlo, y no simplemente decir tácticamente qué decir o hacer, pero en términos de orientación y método. ¡También es esencial que compartamos balances y experiencias mediante este sitio web!

Una viñeta

Después de pasar un par de horas en una calle bastante concurrida de un centro importante de la vida negra en nuestra ciudad, pasamos un tiempo en otra parte de la ciudad en un importante museo y su celebración mensual gratuita que es increíblemente diversa. Un tipo que conocimos anteriormente ese día había estudiado el folleto y nos acompañó. Mientras la mayoría del equipo se mezclaba entre la multitud, decidimos sentarnos con este tipo a conversar a fondo sobre la estrategia. En poco tiempo, un camarada trajo a otro joven interesado en la revolución, y luego otro. Pronto, dos de nosotros estábamos dirigiendo una discusión profunda con tres nuevas personas sobre la estrategia para la revolución, en que cada uno de ellos interactuaba con el folleto y nuestra agitación, así como con lo que cada uno de ellos planteaba. Tenían preguntas sobre el comunismo, la religión, sobre si en realidad sería posible derrotar este sistema con todo su poderío, sobre por qué cunde tanto la falta de respeto hacia las mujeres, y qué es el socialismo y si en realidad es un cambio suficientemente profundo. Escuchamos y interactuamos con lo que decían, trabajando para aplicar precisamente lo que se dice en CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución, que dice: “…es necesario que nosotros tengamos la orientación hacia todo —que evaluemos todos los programas políticos y todas las fuerzas organizadas en la sociedad, toda forma de cultura, valores y maneras de tratar a la gente— según la manera en que están relacionados con la revolución que necesitamos, para poner fin a toda opresión. Es necesario que nos unamos con la gente dondequiera que podamos y que llevemos lucha con la gente cuandoquiera que sea necesario hacerlo, a fin de hacer avanzar la revolución”. De esta manera exploramos las diferentes cosas que planteaban, pero lo hacíamos en relación con al núcleo sólido del folleto CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución, y a la vez al hacer volver la conversación continuamente al folleto.

Después de un rato, decidimos que debiéramos actuar de modo que como fuerza colectiva, impactáramos a la multitud, por lo que suspendimos nuestra conversación y nos unimos al resto del equipo. Alguien del Club nos dirigió a corear consignas y nos formamos para marchar alrededor de la entrada del museo donde mucha gente se congregaba afuera disfrutando la cálida noche de primavera. Giraban la cabeza para ver y pedían literatura. Algunos tomaban fotos. Cuando llegamos al otro lado de la plaza, un joven con su propio sistema de sonido que presentaba su acto ante la multitud dejó de hacerlo para ver de qué se trataba todo el alboroto. Uno de nosotros empezó a hacer agitación para él y todos los cercanos, sobre quiénes éramos y qué hacíamos. Él empezó a asentir con la cabeza, así que nuestra agitadora le preguntó si nos prestara el micrófono un ratito. Dijo que sí, así que nuestra agitadora tomó el micrófono e hizo un rap para la multitud, con denuncias a los crímenes del sistema y de que se necesita una revolución, haciendo promoción a BA y dejando en claro que estábamos reclutando ahí mismo. Ella terminó pidiendo a todos los que se conectaban con lo que decía que lanzaran el puño al aire. Al principio nadie lo hizo, pero ella persistió y uno tras uno, empezaron a levantar el puño. Ella le agradeció al tipo que prestó el altoparlante y con los demás del equipo, se pasó a reclutar a todos los que habían levantado el puño.

A manera de crítica constructiva, hay que decir que algunos de los miembros del equipo no le habían prestado mucha atención a quienes habían respondido con el puño y se dio cierto forcejeo en el equipo para identificar y luego conectarnos con todos los que parecían expresar interés y ponernos a reclutarlos. Un joven se llevó un montón de folletos después de entender mejor nuestra misión y estrategia, y dijo que vivía en un edificio de 22 plantas y quería meter un folleto debajo de cada puerta. También preguntó si pudiera llevar a su sobrina de 16 años de edad a la presentación de la película de BA ya programada en su barrio en unos pocos días. Una de las nuevas personas con nosotros sacó su cámara y empezó a grabar, y después comentó: “¡Hacer eso requirió mucha valentía!”. Todo esto le dio una mejor idea de que esto va en serio.

Al ponerse el sol, entró al museo el equipo entero, con playeras Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS! y el resto del cuerpo cubierto de calcomanías. No está permitido distribuir literatura adentro, pero durante toda la velada la gente se nos acercaba para preguntar sobre la revolución. Al pasar por una exhibición que era de arte de mujeres radicales de América Latina, el tipo que se había juntado a nosotros por primera vez esa mañana se volteó hacia mí: “¿O sea, que ustedes también aprecian el arte? No lo puedo creer, ¡esto es perfecto!”. Ahí se encontró con unos amigos a quienes nos presentó y todos le entramos a fondo a la revolución. Luego, él y otro miembro del Club Revolución estaban hablando sobre una serie de autorretratos creados por mujeres y los orígenes de la opresión de las mujeres cerca de una puerta de vidrio a la entrada a la exhibición. Y justo cuando empezábamos de hablar sobre las raíces de los roles opresivos de género, el avergonzamiento sexual a las mujeres y los orígenes de las divisiones de clase, una persona mayor blanca de género no conformista abrió la puerta de vidrio y con brazos abiertos, anunció a voz en cuello: “¡Ya chicos, un abrazo grupal! Me ENCANTAN totalmente sus calcomanías y playeras”. Todos nos abrazamos, y el joven negro que se había unido con nosotros ese día se quitó una calcomanía y se la pego sobre nuestro nuevo amigo, y nuestra conversación se expandió.

 

 

 

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