Un nuevo memorial nacional rinde homenaje a los negros víctimas del terror y violencia supremacista blanco — desde la esclavitud a los linchamientos de la era de Jim Crow a la encarcelación en masa de hoy en día

7 de mayo de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El Memorial Nacional por la Paz y la Justicia, y el Museo del Legado: Desde la Esclavitud hasta la Encarcelación en Masa que lo acompaña, se abrieron en Montgomery, Alabama el 26 de abril. Ubicados en lo que solía ser un corral que mantenía encerrados a los negros antes de venderlos en subastas de esclavos, el monumento y el museo son contribuciones importantes para ayudar a la gente de Estados Unidos a reconocer y lidiar con la verdadera historia de Estados Unidos, la que incluyó la esclavitud y los linchamientos, así como los efectos de este terror y violencia supremacista blanco hasta el día de hoy.

En el centro del monumento se encuentran más de 800 columnas hechas de acero desgastado, colgadas del techo —una para cada condado donde ocurrió un linchamiento— inscritas con los nombres de los linchados, o con “anónimo” donde la identidad de la víctima del linchamiento no se conoce. Un crítico del New York Times escribió que “Las columnas te encuentran primero a la altura de los ojos, como las lápidas que las víctimas de linchamientos rara vez recibieron. Pero a medida que caminas, el piso desciende lentamente; al final, las columnas están colgando arriba, dejándote en la posición de los despiadados espectadores en viejas fotografías de linchamientos públicos. La magnitud de la matanza es desgarradora, sobre todo cuando se combina con las circunstancias de los linchamientos individuales, algunos descritos en breves resúmenes a lo largo de la caminata: Parks Banks, linchado en Misisipí en 1922 por llevar una fotografía de una mujer blanca; Caleb Gadly, ahorcado en Kentucky en 1894 por caminar detrás de la esposa de su empleador blanco; Mary Turner, a quien, después de que ella denunció el linchamiento de su marido a manos de una enloquecida turba blanca, la colgaron cabeza abajo, la quemaron y la destriparon para que su niño nonato cayera al suelo”.

En todo el Sur de hoy, hay monumentos y estatuas para la Confederación y sus generales, aquellos que lucharon por la esclavitud, por el derecho de los blancos a poseer a los negros como propiedad. Estos son monumentos que celebran cientos de años de horror incalculable impuestos sobre millones de personas esclavizadas. Como señala Bryan Stevenson de la Equal Justice Initiative (EJI) [Iniciativa por la Justicia Igual], la organización sin fines de lucro detrás del nuevo monumento y museo, cuando uno visite Sudáfrica no puede evitar oír de las décadas de apartheid. Si va a Berlín, hay monumentos conmemorativos que marcan los lugares donde sacaron por la fuerza a familias judías para enviarlas a los campos de concentración durante el Holocausto. “[P]ero en Estados Unidos, no hablamos de la esclavitud, no hablamos del linchamiento, no hablamos de la segregación”. El monumento y el museo tienen el objetivo de cambiar eso, de hacer que la gente diga: “Nunca jamás”.

Como Bob Avakian (BA) describió visceralmente en su discurso Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es (en la sección “Venden postales del ahorcado”), estos linchamientos eran acciones violentas, depravadas y a menudo espectáculos públicos anunciados con anticipación para atraer multitudes, literalmente un pasatiempo familiar en el que participaron demasiadas personas blancas, durante más de 100 años. Los funcionarios federales, estatales y locales, y la policía toleraban los linchamientos y a menudo los fomentaron si no participaron. La mayoría de las veces, no arrestaban a nadie por estos asesinatos, y en los raros casos en que arrestaron a los perpetradores, no los condenaban o encarcelaban, como los hombres blancos que lincharon a Emmett Till, de 14 años, en Misisipí en 1955, quienes fueron absueltos por un jurado totalmente blanco y luego se jactaron públicamente de lo que habían hecho.

Como BA también señala en otra sección de su discurso Revolución (“Emmet Till y Jim Crow: El pueblo negro vivía debajo de una pena de muerte”), a todos los negros, desde los más jóvenes hasta los mayores, les obligaron a vivir aterrorizados. Cada persona negra que vivía en el Sur rural, donde vivía la mayoría de los negros durante este tiempo, vivía debajo de una pena de muerte, la que podría o no llevarse a cabo, pero que siempre pendía sobre la cabeza. Esto tenía que ver con los ultrajes generales que sufrían los negros. Como señala BA, “En un sentido real, puede decirse que esta experiencia de linchamientos y su efecto en las masas negras representa y concentra la experiencia del pueblo negro en su totalidad mucho después de que había acabado la esclavitud formal y todos sus horrores en los años 1860”.

Bryan Stevenson y un pequeño grupo de abogados de la EJI pasaron muchos años escudriñando archivos y bibliotecas para documentar linchamientos en todo el Sur. Catalogaron casi 4,400 en total, muchos reconocidos por primera vez. La EJI señala, “El memorial es más que un monumento estático. En el parque de seis acres [24,000 metros cuadrados] que rodea el monumento hay un campo de monumentos idénticos, a la espera de ser reclamados e instalados en los condados que representan. Con el tiempo, el monumento nacional servirá como un registro de cuáles partes del país hayan reconocido la verdad de este terror y cuáles no”.

Los visitantes al monumento se encuentran al principio frente a una escultura de Kwame Akoto-Bamfo sobre la esclavitud. Después de las columnas que conmemoraban a las víctimas del linchamiento, según el sitio web de la EJI, “La experiencia conmemorativa continúa a través de la era de los derechos civiles hecha visible por una escultura de Dana King dedicada a las mujeres que sostuvieron el Boicot de Autobuses en Montgomery. Finalmente, el viaje conmemorativo termina con las cuestiones contemporáneas de la violencia policial y la justicia penal racialmente sesgada, expresadas en una obra final creado por Hank Willis Thomas”.

La EJI describe el Museo del Legado como la “manifestación física” de décadas de investigación sobre “la historia de la injusticia racial” en Estados Unidos. “El Museo del Legado emplea tecnología única para dramatizar la esclavización de los afroamericanos, la evolución de los linchamientos de terror racial, la segregación racial legalizada y la jerarquía racial en Estados Unidos. Utilizando relatos en primera persona raramente vistos de la trata de esclavos dentro de Estados Unidos, material de investigación de la EJI aclamado críticamente, videografía, exhibiciones sobre linchamientos y contenido recientemente compuesto sobre la segregación, el museo explorará la historia de la desigualdad racial y su relación con una gama de cuestiones contemporáneas, desde la encarcelación en masa hasta la violencia policial”.

La apertura del monumento y museo en Montgomery es muy urgente y relevante en la situación que enfrentamos hoy. Los horrores representados tan vívidamente allí ES la historia de Estados Unidos. Este terror y violencia sirvieron para mantener todo un sistema, el que no podía haber existido sin primero la esclavitud y luego la casi-esclavitud y la segregación absoluta centrada en el Sur cuando la gran mayoría de los negros vivían allí. La supremacía blanca es una parte esencial de los cimientos de Estados Unidos, algo de lo que este sistema y aquellos que lo gobiernan no podrían prescindir. Y esto ha continuado hasta el presente. Como dice BA, “Sin la esclavitud, Estados Unidos no existiría tal como lo conocemos hoy. Eso es una verdad simple y básica”. (Lo BAsico 1:1) La segregación, la discriminación y el racismo existen en la vivienda, el trabajo, las escuelas, la salud, la cultura, en todas las partes de la sociedad. Y todavía son respaldados por la brutalidad y la violencia, por parte de los linchadores uniformados de los “oficiales de la ley” que atacan desproporcionadamente a negros y otras personas de color con asesinato y brutalidad, y con la encarcelación en masa de personas oprimidas.

Más información, fotos y videos sobre el memorial y el museo se encuentran en el sitio web de la EJI.

 

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