Del Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta):
“Tenemos sed de agua y ellos tienen sed de nuestra sangre”
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Sitio web del Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoista) - persa
Los fuertes vientos han llevado otra intifada popular a las cálidas noches de Juzestán: de Ahvaz a Hamidiyeh y Mahshahr, de Susangerd a Shadegan y Shush Daniel1 . La República Islámica de Irán está tocando a todas y cada una de las puertas tratando desesperadamente de impedir las protestas y los levantamientos de la gente. Pero esto es solo el comienzo de la revuelta de los trabajadores y jornaleros hambrientos y sedientos que está emergiendo de todas las aberturas, grietas y oportunidades.
Personas a orillas de los ríos Karun, Karkheh y Jarahi2 se han visto obligadas a soportar horas de sed y deshidratación: con cuerpos febriles por el calor de cincuenta grados Celsius (o 122 grados Fahrenheit), con ojos apagados debido a la oscuridad debido a la falta de electricidad, con labios sedientos de horas sin agua y con pulmones que anhelan el aire sin polvo y sin represión. ¡El aire azul de la libertad! La gente dijo: “Al-Ruh, Baldam, Nafdik o Karun” (“con alma y sangre, seremos redimidos; nos sacrificamos por ti, Oh Karun”). ¡Pero la respuesta de los carniceros del Represivo Islámico de Irán, como siempre, ha sido: atacar a personas con balas reales que atraviesan cuerpos jóvenes como los tres jóvenes árabes Mustafa Naeemavi, Qasem Khediri y Alí Mazraeh! Y de nuevo la gente gritó aún más fuerte: “Nahan Atashanin lelma va hum leldamena” (“nosotros tenemos sed de agua y ellos tienen sed de nuestra sangre”).
La gente ha sido condenada a sufrir pobreza, hambre y desempleo en los barrios de los puertos (ricos), los pozos de petróleo, los complejos de gas y petroquímicos. Si las personas se molestan por el alto costo de la gasolina, el pan y el costo de vida; si se molestan por los olivares marchitados, por los estanques secos y han sido obligadas a emigrar y así lo han dicho, la respuesta es fuego de ametralladora entre los juncos y en los callejones sin salida. Decenas de personas murieron desangradas en enero de 2017 y en noviembre de 2019. Han gritado “no a la expulsión o a la migración forzada” porque una de las armas de la República Islámica de Irán es expulsar a los pueblos originarios del sur de Irán.
Los árabes, como muchas otras nacionalidades oprimidas en Irán, han sido obligados a estudiar en otra lengua y cultura impuestas en su tierra natal. Si critican la opresión y la discriminación, se enfrentarán a cámaras de tortura, dogales y unidades de asesinato dentro y fuera de Irán.
¿Qué han visto estas personas en los últimos cuarenta años salvo la destrucción, la guerra y el exilio, el desempleo y la pobreza y la discriminación, la ejecución y la tortura y la represión por parte de la República Islámica de Verdugos? ¿De qué deberían estar felices? ¿De el Karun y otros ríos que se han secado? ¿De las mesas de comida vacías y de los rostros angustiados de la desesperación? ¿De las interminables filas de inmigrantes y exiliados que anhelan pan, trabajo y libertad? ¿De los cadáveres y los nombres de poetas, de sus maestros y de los jóvenes que yacen en tumbas y mazmorras anónimas? Todas estas personas tienen el derecho y deben gritar: “La gente quiere derrocar el sistema” (“Al Shaab Yurid Esghat Sl Nizam”). Este sistema no vale nada. Solo es merecedor de ser derrocado y de caer.
El derrocamiento revolucionario de la República Islámica es una necesidad urgente y vital y es el primer paso necesario para deshacerse de esta asfixia total e intensificada que se ha apoderado del pueblo de Juzestán, Kurdistán, Baluchistán y todo Irán. Únicamente sobre el cadáver enterrado de la República Islámica fascista podremos hablar de la construcción de una sociedad en la que no haya más señales de discriminación y opresión de la gente; no haya más pobreza, desempleo y desplazamiento, no haya más opresión nacional y opresión de las mujeres; no haya más destrucción del medio ambiente; no haya más una plaga de islamismo y beligerancia (es decir, guerras regionales) en la región; y no haya más asfixia, masacres y genocidio.
Nosotros, los comunistas revolucionarios, hemos propuesto la visión y las trazos básicos de tal sociedad en el documento de la “Constitución de la Nueva República Socialista de Irán” a todos aquellos que están hartos de vivir en el infierno actual y realmente tienen esperanzas de una vida y una sociedad fundamentalmente diferentes. La estrategia y los medios para derrocar a la República Islámica, el contenido y las necesidades de la revolución para romper la máquina asesina del gobierno capitalista islamista en Irán, para unificar y organizar a la gente en un nuevo camino, también se encuentran en otros documentos básicos de nuestro Partido.
La Intifada de Juzestán por las noches de julio es la continuación de un nuevo capítulo de la lucha en contra de la República Islámica, que se inició en enero de 2017 y en noviembre de 2019. Tiene una historia de cuarenta años de lucha y rebelión de la gente contra la República Islámica. Vivan la rebelión y la revolución. “Thura Thura hatta Al-Nasr”: “Revolución, revolución hasta la victoria”.
Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta)
17 de julio de 2021
1. Estas son ciudades de la provincia de Juzestán en Irán. [volver]
2. Nombres de ríos legendarios que la gente en Irán solía cantar en canciones de amor con los nombres de estos ríos en ellas. [volver]
En persa, de ¡A Incendiar la Jaula!
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