EU 2000: Tengan miedo, mucho miedo

Obrero Revolucionario #1037, 9 de enero, 2000

El oficialismo estadounidense, nervioso y temeroso en víspera del nuevo milenio: Ħqué cuadro más patético y revelador!

Nos dijeron que guardáramos agua embotellada y dinero bajo el colchón. Todo mundo estaba pendiente de si los nuevos y alabados juguetes computarizados entrarían en una gigantesca descomposición Y2K. En la radio y tele decían que los operativos de alto nivel del Pentágono garantizaban que con los fuegos artificiales del nuevo milenio no estallaría una guerra nuclear accidental, un recuerdo de la loca volatilidad que los imperialistas han impuesto en las relaciones internacionales.

El gobierno (y sus siempre leales medios de comunicación) atizaron tanta histeria sobre "posible terrorismo", que convencieron a millones de personas de encerrarse en casa, temerosas de andar en la calle, de ser un "blanco" de un enemigo inexistente. Los hoteles se quedaron medio solos, los vuelos iban medio vacíos y salieron menos personas a la calle de lo esperado (lo que hizo que las multitudes fueran más "manejables" para la policía).

En la tele se transmitieron unas pocas celebraciones de lujo en Times Square (Nueva York), París, Londres y Egipto, y el falso brillo electrónico animó el temor y aislamiento de las salas oscurecidas donde tantas personas esperaban el año nuevo.

Represión Y2K

En ciudades por todo el país, la policía y la Guardia Nacional lanzaron masivas campañas represivas, preparadas en secreto con mucha anticipación.

En Seattle, cancelaron las festividades.

Washington, D.C. vivió el mayor operativo represivo y de seguridad desde la II Guerra Mundial.

Los Angeles atestiguó la mayor movilización de la policía en su historia.

En Chicago, el alcalde anunció que el miedo no dominaría las celebraciones de su ciudad y organizó fuegos artificiales a la orilla del lago. Pero los medios no informaron de las barricadas que levantó la policía en las calles que pasan por los multifamiliares de Cabrini Green; literalmente impidieron la entrada y salida de la comunidad negra. Con calles vacías y barricadas se palpaba el frío viento de un golpe militar.

En Nueva York, armaron un detallado plan "estilo militar" de control de multitudes y medidas represivas de emergencia. En Times Square, supuestamente grandes multitudes podían ver la tradicional caída de la bola, pero el evento se realizó en un ambiente parecido a las películas Enemigo público y Gattica.

Sellaron 75 manzanas del centro de Manhattan, desde la calle 35 a la 59; suspendieron el tráfico vehicular y aéreo; y crearon un gigantesco laberinto de barreras y retenes, arreando las multitudes de un lugar a otro y "acorralándolas". Por todos lados vigilaban policías armados, con francotiradores en las azoteas, sobrevuelos de helicópteros y jaurías de perros policiales.

El Daily News publicó el plan de seguridad secreto del alcalde Rudolph Giuliani (llamado "Operación Arcángel"), con cuatro fases: Alfa, Bravo, Gama y Omega. Con la última fase, Omega, la policía pararía sistemáticamente e interrogaría a miles de personas, y acordonaría grandes zonas de la ciudad.

En una rueda de prensa, Giuliani criticó el hecho de que "filtraron" sus planes militares al público que debían controlar.

Fabricación de "amenaza terrorista"

Quien tenga tele en Estados Unidos conoce la supuesta justificación de todo esto: el arresto de un argelino que entró al estado de Washington desde Canadá, presuntamente con explosivos en su coche.

De repente este micro-incidente ofreció un pretexto para redadas e histeria en los medios en todo el país: para que la población aceptara la masiva represión preparada meses antes del año nuevo.

En la frontera entre Vermont y Quebec, arrestaron a un argelino y a una canadiense. Los medios explicaron las "conexiones" entre ellos y posibles "fuerzas terroristas": que el teléfono celular del señor lo tuvo un activista político de Argelia, quien era parte de un movimiento político que ("si bien no es terrorista en sí") "se creía tenía lazos" con otras personas quienes... bla, bla, bla.

El FBI arrestó a 50 personas en los estados de Washington, Texas, Massachusetts, Nueva York, Illinois y California.

Apresaron a varios argelinos en Boston, que supuestamente tiene vínculos con fuerzas islámicas de su patria, con los pretextos más chuecos, como leves violaciones migratorias.

El jueves 30, equipos fuertemente armados de la fuerza antiterrorista conjunta del departamento de policía neoyorquino y el FBI arrestaron a cuatro argelinos. A uno lo acusaron de posible fraude de tarjeta de crédito, pero la verdadera razón, según los medios, es que era parte de una "red terrorista de ciudadanos argelinos". Todos los noticieros proclamaron que el hombre comentó que "una nueva generación castigará a Estados Unidos" (lo que, según sepamos, no es ilegal en Estados Unidos).

Las autoridades tuvieron que admitir que no tienen pruebas de ningún plan de ataque en Nueva York y que hasta ahora solo han encontrado pruebas de una gira de conferencias para recabar fondos para fuerzas políticas argelinas.

"Que yo sepa, no se recuperaron explosivos en este operativo", dijo el jefe de policía neoyorquino. "No obtuvimos ninguna información en este operativo ni en ningún otro de que exista una amenaza o complot en Nueva York". Pero detalles como falta de pruebas no impidieron que los medios montaran su histeria masiva.

Así pues, el nuevo milenio empezó con una deliberada campaña de "detención preventiva", que es ilegal en Estados Unidos, por nacionalidad y posición política, sin pruebas. Esto ha sentado un peligroso precedente y ha sido un atropello racista. La campaña repercutió por todas partes: paró a personas de físico árabe, con interrogatorios y requisas corporales, en aeropuerto tras aeropuerto y en la frontera, en medio del tráfico de fin de año.

Hussein Ibish, del Comité Antidiscriminación Arabe-Americano, dijo: "Pasamos de la fase de alerta a la fase en que la identidad étnica es blanco de sospecha: detienen a personas de la etnia árabe por leves violaciones migratorias y tratan como potenciales terroristas a los detenidos por las más mínimas infracciones".

Al cierre de esta edición, muchos detalles de estos operativos no están claros, pero todos acabamos de pasar por una gigantesca campaña de miedo prefabricado con el fin de llevar a la opinión pública a aceptar todo lo que haga el gobierno a nombre de su "seguridad".

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ĦQué aguafiestas la clase dominante estadounidense!

Los discursos de Clinton y otros líderes del mundo borbotaron optimismo y esperanza, pero la represión que desataron demuestra su gran temor de que todo se salga de control, incluso durante una noche de celebraciones mundiales.


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