La nueva situación: La "guerra contra el terrorismo"

Entrevista a Bob Avakian, Por Carl Dix

Sobre la guerra y la revolución, Sobre ser revolucionario y cambiar el mundo

Obrero Revolucionario #1155, 16 de Junio, 2002, posted at http://rwor.org

Con gran entusiasmo el Obrero Revolucionario brinda a los lectores esta entrevista y diálogo entre Bob Avakian, el presidente de nuestro partido, y Carl Dix, nuestro vocero nacional.

Esta es la primera parte y en los próximos números publicaremos otras partes de esta importante entrevista, que abarca una gran variedad de temas. En el futuro, la entrevista se publicará en su totalidad y estará disponible en la Internet.

La entrevista tiene leves cambios editoriales.

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En tiempos de grandes retos, el pueblo requiere "armas" extraordinarias que lo preparen para asumir tales retos, y lo que les brindamos aquí es verdaderamente extraordinario: una nueva arma política para los que nos oponemos a la ofensiva de guerra y represión de los imperialistas yanquis, que elevará nuestra conciencia y nos permitirá asumir retos y entrarle de lleno a la lucha por cambiar el mundo. En este número del Obrero Revolucionario se publica la primera parte de una importante entrevista a Bob Avakian, el líder del PCR, que se hizo a principios del año.

Tuve el gran honor de entrevistar a Avakian. De antemano, sabía que a mucha gente le hubiera gustado plantearle cuestiones muy candentes, pues a mí me las han venido planteando cuando divulgo el Borrador del Programa del partido y cuando platicamos de "la guerra ilimitada" que la clase dominante imperialista de Estados Unidos ha desatado contra el mundo. Así que sabía que iba a tener la responsabilidad y la oportunidad de plantearle esas cuestiones en nombre de todos.

Fue una experiencia fenomenal, difícil y a la vez muy divertida. Hace mucho tiempo que no tenía la oportunidad de platicar así con Bob Avakian, pero lo encontré igual, el mismo camarada "encendido" (para usar una frase de Peter Tosh) que ha dado liderazgo decisivo al movimiento revolucionario en tantas coyunturas cruciales en el pasado. Estaba totalmente al tanto de los acontecimientos en Estados Unidos y el mundo, y le entraba con el mismo entusiasmo inagotable a las cuestiones histórico-mundiales de la revolución proletaria. Pasamos varios días juntos haciendo la entrevista, que abarcó una gran variedad de temas, tales como la situación actual, la religión y lo que lo ha sostenido a lo largo de muchos años como líder revolucionario. Y al terminar "la jornada", lo pasábamos hasta muy noche platicando de básquetbol, cine y más.

Ojalá que los lectores disfruten tanto de la entrevista y aprendan tanto de ella como yo en el proceso de elaborarla.

Carl Dix

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Carl Dix: Nos encontramos en una situación muy seria. Estados Unidos ha lanzado una "guerra contra el terrorismo": bombardeó sin piedad al pueblo de Afganistán y ha mandado tropas a Filipinas y Yemen; amenaza con atacar a Irak, Irán y Corea del Norte; y ha extremado las medidas represivas de una manera casi sin precedentes. Abordaste todo esto en el número especial del Obrero Revolucionario que salió hace poco, pero quisiera que resumieras algunos aspectos de la nueva situación.

Bob Avakian: Claro. Como dices, en el número especial "Los grandes retos de la nueva situación"* analicé algunos rasgos principales de la situación así como algunos factores subyacentes, pero para resumir, es muy importante que captemos que esta ofensiva, como la hemos llamado, esta arrolladora ofensiva de guerra y represión, no es simplemente (o en lo esencial) una respuesta a lo que ocurrió el 11 de septiembre. Más bien aprovecharon los ataques del 11 como pretexto para "la guerra contra el terrorismo". Veamos el caso que acabas de mencionar, el caso de Irak: ni siquiera se han molestado en dar ninguna prueba de que Irak estuviera inmiscuido en el 11 de septiembre. Y aunque inventen una conspiración de Irak y todo el rollo, en realidad vienen hablando de "sacar" a Saddam Hussein desde mucho antes del 11 de septiembre. Desde entonces le han dado otro contexto, diciendo que ideó los ataques a las Torres Gemelas. Para ellos lo importante es que hay que sacarlo; y dicen que en parte es porque quiere desarrollar armas de destrucción masiva, pero como todos sabemos, ellos mismos las han desarrollado a una escala mucho mayor y las han empleado : ellos lanzaron bombas atómicas contra las ciudades japonesas de Nagasaki e Hiroshima en la II Guerra Mundial.

* "Los grandes retos de la nueva situación" se consigue en la Internet en rwor.org, en las librerías y sucursales de Libros Revolución o se puede pedir a RCP Publications.

Así que es un pretexto, porque lo fundamental es que hace tiempo vienen diciendo que hay que sacar a Saddam Hussein. Como buenos capos de la mafia que son, a un nivel enorme en todo el mundo, tienen que barrer con cualquiera que los desafíe, como Saddam Hussein lo hizo en la guerra del Golfo cuando los desobedeció. No por eso quiero decir que debemos apoyarlo ni que representa los intereses de las masas porque no es así, pero en realidad es una pulga al lado de los monstruos imperialistas, es como el cacique de un pequeño rancho al lado de los grandes opresores mundiales que son los imperialistas yanquis.

Pero a lo que voy es que no hacen todo esto principalmente ni fundamentalmente en respuesta a los ataques del 11 de septiembre, sino como parte de planes más grandes (lo que llamamos sus grandes ambiciones de reconfigurar el mundo entero), y tumbar al gobierno de Irak, al igual que amenazar a Irán y Corea del Norte, es parte de esos planes. Asimismo, buscan presionar a importantes países imperialistas como Rusia, los europeos y Japón a aceptar la nueva reconfiguración que la única superpotencia del mundo, Estados Unidos, impone para pisotear más a todos. Están aprovechando los acontecimientos del 11 de septiembre para proclamar guerra ilimitada contra el terrorismo y otorgarse el derecho de atacar a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento, y lanzar una guerra sin fin en cualquier parte del mundo.

Obviamente, no es apenas una represalia por el 11 de septiembre y no tiene nada que ver con la justicia en nombre de las víctimas de los ataques, sino que responde a sus propias necesidades, intereses y proyectos de potencia imperialista que busca aprovechar la victoria política de la Guerra Fría para reconfigurar el mundo bajo su dominación. Eso es lo que buscaban en la primera guerra del Golfo contra Saddam Hussein, solo que ahora creen que pueden y deben hacerlo en un plano mayor y mucho más extenso: básicamente tienen en las miras al mundo entero. Por eso, como dices, han despachado tropas a todas partes, y buscan reforzar y profundizar la explotación global y fortalecerse en la contienda con otros capos globales, es decir, las demás potencias imperialistas, y alistarse para responder a cualquier forma de oposición o amenaza.

CD: Me parece importante que hables un poco sobre la visita hace poco de Colin Powell a Nepal, de la ayuda que le ofreció al gobierno en su lucha contra la guerra popular dirigida por el partido maoísta y de su declaración de que es la misma clase de enemigo de la guerra contra el terrorismo y los movimientos terroristas. ¿Cuáles son las implicaciones de incluir la lucha de Nepal como blanco de la guerra contra el terrorismo?

BA: Está bien (se ríe). Cuando salió la noticia, lo primero que me vino a la mente fue: "¿Con qué derecho este cabrón Colin Powell viaja 16,000 kilómetros al otro lado del mundo para decirle al pueblo de Nepal que no debe alzarse contra el gobierno opresor y luchar contra las fuerzas del orden -la policía y las fuerzas armadas- para liberarse de una opresión y explotación centenaria? Nepal es uno de los países más pobres del mundo y las masas sufren terriblemente, y es evidente que se trata de un movimiento que tiene una gran base de apoyo de millones y millones de personas. Eso es innegable. Y Colin Powell tiene las agallas de presentarse... y lo que ningún artículo explica es: ¿Por qué diablos va a opinar? ¿Qué derecho tiene?

Claro, se otorga el derecho como amo imperialista que da órdenes al mundo entero y eso demuestra nuevamente que la supuesta guerra contra el terrorismo es simplemente un pretexto para los intereses imperialistas porque, como mencionaste, la guerra popular de Nepal la dirige un partido maoísta y no tiene ninguna conexión al 11 de septiembre. Con cualquier criterio objetivo, no tiene nada que ver con el terrorismo. No atacan a civiles por motivos políticos y, con ese criterio, los más grandes terroristas del mundo, sin duda, son los imperialistas yanquis.

Eso lo comprueba la historia de Estados Unidos y la historia del último siglo desde la II Guerra Mundial: veamos lo que ocurrió en Corea, en Vietnam, y en Indonesia y Chile, donde organizaron golpes militares y mataron a miles de miles. En Irak han causado más de un millón de muertes y matan a 5,000 niños al mes debido a la destrucción de la infraestructura y de las plantas de purificación de agua, y a las sanciones que bloquean la entrada de alimentos y medicinas. La neta, los más grandes terroristas mundiales son los imperialistas yanquis, y en segundo lugar están los demás imperialistas y sus "aliados", "aliados estratégicos" como Turquía, por ejemplo, y hay muchos ejemplos más. Claramente la guerra contra el terrorismo es pura hipocresía y una monstruosidad. Echan en el mismo costal a un gran abanico de fuerzas, desde Osama bin Laden -que representa fuerzas reaccionarias y opresoras (al igual que el Talibán)- hasta fuerzas completamente liberadoras, como los maoístas que dirigen a las masas que libran una guerra de liberación en Nepal.

CD: Junto con lo que están haciendo en el plano internacional, han escalado la represión en Estados Unidos: tras el 11 de septiembre, han extremado las medidas represivas, pero muchas de ellas ya las tenían pensadas. Analizando la Ley Patriota, por ejemplo, se ve que buscaban instituirlas antes del 11 de septiembre. Aparte, hay nuevos elementos, como las redadas de inmigrantes musulmanes, árabes y del sur de Asia; han detenido a más de mil y todavía están presos centenares, aunque no han podido demostrar que ninguno tenga vínculos con los ataques del 11 de septiembre. ¿Cómo debemos ver esto?

BA: Bueno, volviendo a lo que mencionamos antes, tenían la necesidad de responder... si es que ellos mismos no idearon los ataques. Vuelvo a repetir, que para mí el Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista atinó cuando dijo que en el mundo tenebroso y tramposo de los servicios de espionaje tal vez nunca se conocerá con precisión quién organizó los ataques del 11 de septiembre.

¿Quién es Osama bin Laden? Tenía vínculos con Estados Unidos y ahora dicen que les ha dado la espalda. Tal vez sea cierto, pero no está del todo claro cuáles han sido los tratos, cuáles son los vínculos entre los varios servicios de espionaje estadounidenses, israelíes o lo que sea. Suponiendo que los ataques que mataron a miles de civiles en Estados Unidos los organizaron fuerzas que no estén directamente ligadas a dichos servicios de espionaje (independientemente de lo que el gobirno de Estados Unidos u otras fuerzas ligadas a instituciones del gobierno supieran o no), el hecho es que tenían que responder. Vuelvo a repetir, como los monstruos de la mafia a nivel mundial que son, no pueden permitir que esto pase ni que se dé la apariencia de que son vulnerables. Las víctimas no les importan un comino, pero sí les importa que se ponga en tela de juicio su capacidad de mantener orden en su propio país.

Los muertos no les importan ni pío y los aprovechan para hacer cosas monstruosas, pero más que eso es evidente que ya tenían planes en marcha, y los acontecimientos del 11 de septiembre han sido un buen pretexto para apretar el pedal y avanzar a toda máquina. Por eso hablamos de una ofensiva arrolladora: una guerra ilimitada en el plano internacional acompañada de una gran escalada interna de represión, como mencionas, porque al lanzar una guerra sin fin de esta clase es necesario instituir muchos mecanismos de represión y preparar toda una maquinaria represiva, anticipando que puede haber mucha resistencia y que las cosas se les pueden salir de las manos en el plano internacional o en el propio Estados Unidos. Dadas las fuerzas que están desatando y la situación que están creando, es muy posible que las cosas se les salgan de las manos. Por eso necesitan instituir represión ahora y prepararse para extremarla más en el futuro.

Han lanzado una guerra ilimitada y están creando una situación en que el país está más o menos permanentemente en pie de guerra, es decir, la guerra va a ser un rasgo permanente de la sociedad estadounidense. Y eso requiere represión de corte fascista y un ambiente de represión e intimidación, porque la guerra y la represión van de la mano por las razones que he señalado. Evidentemente en muchos sentidos todo esto se desprende de sus metas y ambiciones de imperio que ya estaban en juego, de lo que ya hacían en esa región del mundo (donde está Afganistán) en cuanto al petróleo y los oleoductos. El Obrero Revolucionario ha analizado estas cuestiones e invito a todo mundo a checarlo, pero es evidente que la contienda no solo entre corporaciones sino entre países imperialistas por el petróleo... abarca a Rusia y también a Alemania. Y países como Japón dependen de fuentes de petróleo en el exterior: el golfo Pérsico y ahora las regiones que colindan con Afganistán a través de las cuales piensan construir el oleoducto.

Todo eso estaba en marcha mucho antes del 11 de septiembre. Estaban colaborando con el Talibán en eso, pero decidieron que primero, no podía estabilizar la situación y segundo, no era tan indispensable una vez que empezaron a aliarse con los gobiernos que antes integraban el imperio soviético en Asia Central. Así que ahora están colaborando con los antiguos revisionistas de las repúblicas alrededor de Afganistán, es decir, los falsos comunistas que ahora son abiertamente politiqueros burgueses.

Así que cambian de aliados. Es decir, cuando les conviene, colaboran con ciertas fuerzas y, cuando las cosas cambian, las descartan o las pisotean. Así hicieron con Saddam Hussein: le dieron armas y lo soltaron contra Irán, y atizaron la guerra entre Irán e Irak a fin de debilitar a los dos. Es lo que siempre hacen, y tenían muchas cosas así en marcha mucho antes del 11 de septiembre, pero obviamente han aprovechado esos acontecimientos para acelerarlas, para reprimir a cualquier fuerza o sector de la sociedad que pueda oponerse, para sentar las bases para una represión mucho mayor y más amplia, y para crear un ambiente de intimidación que tilda de traición (o de ayudar a los terroristas) cualquier cuestionamiento o manifestación de disentimiento. ¿Por qué dicen: "O están con nosotros o están con los terroristas"? Obviamente para intimidar y aplastar cualquier cuestionamiento, y ni hablar de disentimiento o resistencia.

CD: Efectivamente, y lo que dices sobre la necesidad que tienen de reprimir la resistencia ahora y prepararse para mayor resistencia en el futuro me hace pensar en dos cosas. Una es la experiencia en Nueva York después de los ataques del 11 de septiembre, porque de repente se dio una situación muy interesante en Union Square, un parque de Manhattan que es punto de reunión para muchas protestas; después del 11 mucha gente acudió allí y empezó a debatir la situación. Muchos se preguntaban: "¿Por qué nos odian? ¿Qué pasa? ¿Qué hace Estados Unidos para provocarlo? ¿Debe responder a los ataques? ¿Cómo?". Algunos estaban espantados por lo que ocurrió pero no les parecía correcto lanzar una guerra. Otros decían: "Estados Unidos tiene que responder". Se dio un debate, y un aspecto importante cuajó en la consigna, si mal no recuerdo: "Nuestro dolor no es un grito de guerra". Se hacían carteles, calcomanías, mantas con eso, o sea, una amplia gama de gente la adoptó porque expresaba su sentir: por un lado estaban dolidos por sus amigos, seres queridos, vecinos y por todos los neoyorquinos que murieron ese día, pero sentían que su dolor no debía ser un pretexto para desgranar muerte y destrucción sobre el pueblo afgano, porque el gobierno hacía preparativos para eso y para extenderlo a otras partes del mundo.

Por un lado, me pone a pensar en eso y también me recuerda lo que señaló Lenin en la I Guerra Mundial en oposición a los que se pasmaron ante el poderío del gobierno que preparó e inició la guerra aparentemente con el apoyo de la población, y creían que no se podía hacer nada en ese momento. Dijo: "Jamás un gobierno necesita tanto la sumisión `pacífica' de las masas como en tiempo de guerra", y a mi juicio es algo muy importante que debemos captar y divulgar en la situación actual.

BA: Claro, es importante lo que dices, o sea, si analizamos todo esto -sus grandes ambiciones, el proyecto de reconfigurar el orden mundial para imponer más firmemente y fortalecer su dominación, explotación global y hegemonía de superpotencia número uno- obviamente no les conviene que haya oposición. Necesitan una población que no alce la voz, un pueblo obediente y sumiso que no tenga la capacidad de oponer resistencia conforme las cosas vayan desenvolviéndose. Como dices, claramente no los motiva la justicia en nombre de las víctimas del 11 de septiembre (y tratándose de los imperialistas, ¿qué clase de justicia sería?) ni en el fondo están respondiendo a esos acontecimientos, aunque en parte sí, como mencioné, porque así lo dicta la monstruosa lógica mafiosa que aplican en el mundo entero.

Pero como dices, tienen tropas en Filipinas, hablan de invadir Somalia, y el caso de Nepal es más diciente porque no tiene ninguna conexión con el 11 de septiembre pero sí con fortalecer e imponer la dominación imperialista en todas partes. Han declarado una guerra ilimitada. Es difícil encontrar otro ejemplo en la historia de una guerra ilimitada de esta escala: están blandiendo su gran arsenal y diciendo que pueden atacar a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento con los medios que quieran. A la vez que advierten del peligro de armas de destrucción masiva en las manos de otros países, elaboran nuevo armamento nuclear, se retiran del Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM) y cambian los blancos de ataque nuclear. Ya hablan abiertamente, como hacían durante la guerra del Golfo hace 10 años, y más que entonces, de emplear armas nucleares si la situación lo requiere. Si están pensando en eso, si eso es parte de sus planes, si se proponen algo de esa índole, entonces tienen que extremar las medidas represivas y prepararse para imponer mucha más represión a una escala más extensa porque todo eso puede suscitar muchas cosas inesperadas, cosas que se les pueden salir de las manos.

Aunque busquen hacerlo de una manera controlada y por pasos, en cualquier momento y, sobre todo a lo largo de todo eso, es probable que se desaten y se desboquen caóticamente fuerzas que no serán fáciles de frenar. Así que necesitan crear un ambiente de represión y, como dices, necesitan el apoyo de las masas o cuando menos la sumisión "pacífica". No les conviene que la gente cuestione, ni mucho menos que critique o que se oponga. Necesitan intimidarla, si no pueden ganar su apoyo. Y en cierta medida lo han ganado: se han valido de los acontecimientos del 11 de septiembre y también de los privilegios de la población de un país imperialista que en cierta medida reparte el botín que recibe del saqueo mundial, especialmente a los sectores más privilegiados de la sociedad. Sí tienen cierta base porque la gente no tiene claridad o los apoya, pero necesitan mucho más. Necesitan una población intimidada y sumisa porque saben muy bien que, a pesar de que las encuestas supuestamente comprueben que el pueblo los apoya y demás, amplios sectores están cuestionando, están inquietos acerca de lo que hacen y, si no se oponen en este momento, es muy probable que lo hagan conforme la situación vaya agudizándose y se vaya destapando lo que se proponen; eso hará estallar contradicciones muy espinosas y muy posiblemente desatará toda clase de fuerzas.

CD: Mencionaste lo que puede pasar si sus verdaderos planes salen más a la luz del día. En ese contexto, me gustaría que respondieras al planteamiento de que la raíz de todo esto es el petróleo; o sea, me parece que el petróleo sí tiene mucho que ver pero no es simplemente eso.

BA: Efectivamente. En parte los motiva el petróleo, claro, pero no es lo fundamental. Algunos dicen: "Mira, Bush y Cheney son peces gordos de la industria petrolera, los dos fueron jefes de corporaciones petroleras, y obviamente los motiva el petróleo". Bueno, en parte es el petróleo, y el OR ha explicado el asunto y lo abordamos en el número especial ["Los grandes retos de la nueva situación"]. El oleoducto en la región de Afganistán y el petróleo del golfo Pérsico son muy importantes para Estados Unidos y el funcionamiento del imperialismo yanqui y su base económica, pero son aun más importantes para los demás países imperialistas; por ejemplo, Japón o los países imperialistas de Europa, como Alemania, dependen más de esas fuentes de petróleo que Estados Unidos. Así que no es simplemente que Estados Unidos quiera tener petróleo barato para que la gente pueda andar en sus jeeps y carros grandototes y eso. Eso no es lo fundamental. Para el imperialismo yanqui, y todos los imperialistas, es importante controlar esas fuentes de petróleo y arterias vitales de la economía global. Necesitan hacerlo para sacar ganancias y también para prevalecer en la contienda con los demás imperialistas. A Estados Unidos en particular le da una ventaja sobre sus rivales. Así que el control de esas arterias vitales le permite dominar a los pueblos y naciones del mundo, y también a los otros imperialistas, y por eso es imprescindible.

Nuevamente, podemos trazar una analogía muy apropiada con los capos de la mafia. Si no controlan el negocio, si se descuidan, otro lo acaparará porque la lógica del sistema capitalista así lo dicta. Y ahora que el capitalismo está en su fase internacional de imperialismo, tienen que controlar las fuentes de petróleo y/o demás porque, si no, otro las acaparará y se fortalecerá en la contienda por el petróleo y por le dominio del mundo. Así es la naturaleza del sistema.

Me recuerda lo que mucha gente de buenas intenciones y buena voluntad decía al final de la Guerra Fría, ¿te acuerdas?: "¡Qué bueno! Ahora tendremos un dividendo de paz porque todo el dinero que gastaron en la carrera armamentista por tantas décadas durante la Guerra Fría puede destinarse a resolver problemas como el SIDA en todo el mundo o la pobreza en Estados Unidos o la profunda miseria en muchas partes del mundo; ahora podemos atender a las necesidades del pueblo, la vivienda y otras necesidades elementales que antes no cabían en los planes de las clases dominantes". Y claramente eso no pasó. ¿Acaso hemos visto algún "dividendo de paz"? ¿Dónde está? No lo hemos visto ni lo veremos porque no corresponde a la naturaleza de este sistema, en parte porque no rinde ganancias. En este sistema todo baila por las ganancias y por eso los imperialistas tienen que explotar al pueblo y fortalecerse contra sus rivales, contra las otras corporaciones, y esto también se concentra en la contienda entre los países imperialistas, que son los representantes de las clases dominantes de cada país. Obviamente, Estados Unidos y su guerra ilimitada es un ejemplo muy claro de esto.

Siguiendo la lógica del sistema y su dinámica de expandirse o morir, siguiendo esa lógica de la mafia a un nivel mundial, tienen que acaparar lo más que puedan u otro lo hará, y cobrará más fuerza y los aventajará. Por eso no pueden atender a los problemas de los pueblos del mundo. De plano, no cabe en sus planes. Y ahora que ha terminado la Guerra Fría tenemos el mayor presupuesto militar de la historia del país (o casi). Siempre lo están aumentando; ha alcanzado el mayor nivel en la historia y lo siguen aumentando constantemente. Y con esta guerra ilimitada, ¿quién sabe hasta dónde llegará?

Así que no hemos visto ni veremos ningún dividendo de paz, pues la naturaleza del sistema no lo permite, o sea, no es simplemente una cuestión de las malas intenciones de Bush o el gobierno de turno. A nivel mundial, ellos son los malvados más terribles, y no por su carácter o fallas como individuos ni nada, sino por la naturaleza del sistema que tiene que operar de tal forma y por eso sigue operando así. La Guerra Fría ya se terminó, y ahora tienen que prepararse para la guerra en todas partes del mundo (no contra la Unión Soviética, pues ya no existe) porque si no, peligra su posición de dominio en el mundo, su capacidad de imponerse como los más grandes explotadores globales, al igual que como explotadores y opresores de las masas de Estados Unidos. Es preciso que captemos la naturaleza de la bestia porque, si no, no podremos montar la lucha y resistencia más consecuente.

CD: Lo que dices de lo que está en juego para ellos me hace pensar nuevamente en lo que señalaste antes: que "ahora más que nunca necesitan que el pueblo esté conforme, que acepte sin protestas, que no cuestione, y sobre todo que no se alce en un movimiento de resistencia". Eso se subraya. Y me parece que en cierta forma han querido lanzar una embestida abrumadora, es decir, abrumar a la gente en varios frentes. De golpe han instituido un chingo de medidas represivas y, por otro lado, buscan apabullar a la gente con que "todo mundo está de acuerdo; si te opones, eres el único, así que más te vale callarte y conformarte".

BA: Como dije antes, no les importa un comino el pueblo de este país, ni mucho menos los pueblos del mundo. A pesar de todo lo que digan sobre democracia, la voluntad del pueblo y demás, la clase dominante no basa sus acciones en lo que le importe al pueblo, ni en lo que quiera el pueblo ni en sus intereses fundamentales. Sin embargo, necesita, como señaló Lenin, su sumisión, que el pueblo no se oponga, y a veces tiene que arrastrarlo a la vida política. Y también necesita coaliciones internacionales.

Al interior de la clase dominante los representantes de varias instituciones están debatiendo más o menos abiertamente esto: "Pues sí, necesitamos una coalición pero, ¿la coalición define la misión o la misión define la coalición?". Algunos dicen que si se lanzan contra todos o si no convencen a los aliados antes de atacar Irak, por ejemplo, puede que "el tiro les salga por la culata". Pero los duros como Rumsfeld responden: "Está bien que procuremos unir a los aliados, pero la misión define la coalición y no al revés" porque si no "la misión se diluirá al mínimo denominador común".

A su manera muy perversa han armado su propio frente único bajo su batuta y, desde luego, cuentan con Inglaterra, que corre como un perrito a su lado. Si bien es una potencia imperialista, no tiene el gran poderío de antes cuando su imperio se extendía de sol a sol. Ahora es como un perro chihuahua que corre tras el perro grandotote, el imperialismo yanqui (risas). El grandotote ladra: "¡GUAU, GUAU!" y el perrito le hace eco: "guau, guau, guau". Los yanquis necesitan a otros, además de Inglaterra, para tener una coalición más amplia en cada etapa. Sin embargo, han dejado en claro que la coalición no definirá la misión, como dicen. Tienen sus propias metas y ambiciones como primera potencia imperialista y actuarán de acuerdo a ellas, y los demás tendrán que seguir la pauta y acomodarse. Claro, no descartarán del todo la diplomacia y lo demás, pero básicamente, como dijo Bush: "O están con nosotros o están en contra, es decir, o están con nosotros o están con los terroristas", así de sencillo.

De igual modo en Estados Unidos: el gobierno no se basa en lo que el pueblo quiera o necesite ni en sus intereses fundamentales, pero sí necesita que la población esté de acuerdo y tiene que movilizarla, especialmente porque sabe que algunos sectores se opondrán y en el mundo se prenderá una resistencia masiva. Así que tienen una necesidad muy concreta de movilizar al pueblo bajo su estandarte, de que siga la pauta, y de intimidar y suprimir la resistencia. Por eso me parece muy importante lo que destacas que señaló Lenin: en tiempo de guerra, el gobierno necesita más que nunca el apoyo o cuando menos la sumisión "pacífica" del pueblo, y especialmente, repito, cuando libra una guerra ilimitada como hace ahora.

En otras palabras, es preciso que convenzan al pueblo con palabras y a la fuerza, con franca represión, creando un clima político y una "realidad virtual" que dé la impresión de que todo el mundo está de acuerdo y por eso no queda otra que aceptarlo. Es difícil que la gente se oponga en tal situación, pero como señalaste, se debe al profundo hecho de que necesitan su apoyo. Aparentan ser muy fuertes en una situación como esta al comienzo de una guerra, y en cierto sentido tienen sus puntos fuertes y han logrado ciertos objetivos concretos en Afganistán, aunque siguen encontrando problemas. Pero no olvidemos que los soviéticos también lograron estabilizar a Afganistán; invadieron y ocuparon las ciudades y parapetaron un gobierno títere. Así que, ¿quién sabe qué sucederá con el paso del tiempo?

En general, van a topar con contradicciones, conforme se vaya desenvolviendo todo esto. Desatarán fuerzas que no han anticipado y eso podría desembocar en una situación caótica que no puedan controlar. Es muy posible que eso ocurra. Habrá grandes repercusiones, y las masas se alzarán y opondrán resistencia de muchas formas. Se dará una situación tumultuosa con erupciones volcánicas, y por eso buscan el apoyo del pueblo ahora y necesitan que sea mucho más difícil oponer resistencia si se dan grandes erupciones volcánicas y la situación se les empieza a salir de las manos. Así que buscan ganar a la gente ahora y a la vez crear una situación que les permita intimidar y, de ser necesario, aplastar implacablemente a la oposición que se dé con el mayor desenvolvimiento e intensificación de todo esto. En parte esto representa un punto fuerte pero más que eso demuestra una vulnerabilidad estratégica. Lo que hacen ahora se debe a la necesidad, como señalaste al referirte a Lenin, de que el pueblo los apoye. Y en tiempo de guerra, sobre todo una guerra ilimitada de esta clase, esa necesidad es más grande que nunca.

CD: El partido se ha dedicado a platicar con mucha gente de la necesidad de forjar una resistencia mucho mayor a los horrores que el gobierno comete en nuestro nombre, por decirlo así, y yo personalmente he participado en esta tarea. Hemos tenido una respuesta muy positiva y mucha gente está de acuerdo, pero también ha planteado ciertas dudas que me gustaría comunicarte. Son varias. Bueno, empecemos por esta: algunos se oponen a lo que hace el gobierno en Estados Unidos y por todo el mundo, pero dicen: "No es el momento de forjar oposición, sobre todo contra la guerra; ahorita toca educar a la gente y posiblemente oponerse a algunas medidas represivas. La guerra tiene mucho apoyo y no conviene oponerse directamente a ella en este momento". ¿Cómo respondes?

BA: Bueno, por una parte, obviamente es muy importante forjar oposición a la represión en Estados Unidos, y varias fuerzas, entre ellas nuestro partido, estamos trabajando con mucha energía en la tarea de forjar, extender y profundizar esa resistencia. Y es cierto que algunos sectores de la población se oponen más en este momento a la represión y los ataques a las garantías constitucionales, los ataques a los inmigrantes y las redadas de inmigrantes de los países árabes y países donde predomina el Islam. Así que es muy importante unirnos con esto y construir sobre esta base.

En cuanto al aspecto negativo de que dicen que no es posible forjar oposición a la guerra ahora, lo toqué antes, pero me parece importante volver a tocarlo. Consideremos esto: ¿cuáles serán las consecuencias de no forjar oposición ahora? Me parece muy importante entrarle más a fondo a esto. Si esta ofensiva sigue en marcha en el plano internacional, ¿cuáles serán las consecuencias? Si siguen por ese camino, prácticamente sin oposición, si no se forja un pujante movimiento de oposición ahora, ¿acaso será más fácil hacerlo después? La respuesta es obvia: si permitimos que sigan por ese camino prácticamente sin oposición, si no forjamos un pujante movimiento de oposición y si no empezamos desde ahora, será mucho más difícil oponerse a la guerra u oponerse a la represión en Estados Unidos. Eso, por el lado negativo.

Por el lado positivo, como señalé, cuanto más forjemos y movilicemos oposición, mayor será la respuesta; nuestro trabajo con las masas, ya sea en los multifamiliares subsidiados por el gobierno, en la costura, con los estudiantes y otros sectores del pueblo, comprueba que existen grandes inquietudes y mucha oposición. Así que cuanto más organicemos la resistencia, mayor será la respuesta del pueblo. Es muy importante educar, pero si la información está divorciada de la resistencia no va a llegar muy lejos; más bien la gente puede sentirse amilanada, sentirse aislada y derrotada. Es importante manifestar la oposición, y obviamente un elemento muy importante es educar a la gente para que capte lo que ocurre y se movilice. Pero la educación a secas no puede reemplazar a la movilización de una oposición masiva.

El movimiento contra la guerra de Vietnam y, como muchos han señalado, los primeros años del movimiento de derechos civiles, nos enseñan lo mismo. No es correcto pensar que la correlación de fuerzas favorable que tiene la clase dominante en un momento dado, con todos sus órganos de poder y opinión pública e influencia, determinará hasta dónde podemos llegar. Nuestro objetivo es transformar el terreno político y transformar el punto de vista de muchísima gente para transformar sus acciones. La oposición masiva a la guerra de Vietnam no se dio de un solo golpe como algunos suponen. Empezó en chico, principalmente (aunque no exclusivamente) en las universidades, y cobró fuerza a medida que la guerra se topó con dificultades y los imperialistas yanquis no podían derrotar a los vietnamitas, y por otro lado seguíamos movilizando oposición a la guerra.

Así que el chiste no es fijarnos en "¿cómo es el terreno político y cuál es la correlación de fuerzas actualmente?" ni "¿qué opina la gente y qué está haciendo en este momento para oponerse?". Más bien fijémonos en las posibilidades. ¿De qué manera pueden transformarse radicalmente el clima y el terreno político, la correlación de fuerzas y la participación de las masas? Para eso el primer paso es agrupar a los que captan la necesidad de forjar resistencia para que se manifiesten enérgicamente: hay que movilizar oposición, como algunos ya están haciendo, y unir y elevar las diversas corrientes, tomar una posición firme y decir: ¡No! ¡No en nuestro nombre!; vamos a oponer la más resuelta resistencia. Vamos a poner un hasta aquí: esto no se hará en nuestro nombre; ¡no lo permitiremos! Vamos a movilizar oposición y vamos a convencer a mucha gente por medio de información y también por medio de lucha, movilizando al pueblo, para que vean que hay gente que se opone.

Todo mundo sabe que la mejor manera de educar es manifestarse, porque entonces los demás preguntan: "¿Por qué lo hacen? ¿Por qué motivo? ¿Por qué no lo aceptan? A lo mejor tienen información que yo no tengo". Claro, no todo mundo piensa así, pero mucha gente sí y cuanta más resistencia ven, tanto más se abren a la educación. Antes quizás no les interesaba la educación, pero ahora sí. Repito, es importante educar a la gente y eso logra convencer a algunos, pero es mucho más cuando se plasma una oposición amplia y decidida que plantee una posición firme y diga: "No lo permitiremos. Nos oponemos rotundamente. Esto no se hace en nuestro nombre. De plano no permitiremos que se haga. Lo vamos a parar". Y si gente con una trayectoria de lucha, gente que ha ganado el respeto del pueblo por oponerse a la injusticia, el saqueo y la agresión imperialista, por ser rectos y justos, y por su labor en varias luchas, si esa gente se une y se manifiesta abiertamente, esto crea (o fortalece) la base para que otros entren al movimiento de oposición. Abre un espacio para que mucha más gente cuestione y se incline a oponerse, a enterarse de por qué debe oponerse.

CD: Sí, esto lo viví en carne propia. Es cierto, porque cuando recibí órdenes de reportarme para el servicio militar en 1968, no tenía muchas ganas de ir a Vietnam que digamos (risa) porque no quería que me metieran una bala. Y todos los cuates igual, no querían exponerse a las balas y quizá a la muerte, pero yo, en realidad, no captaba lo que estaba en juego. Pero como mucha gente se manifestaba y hacía cosas que yo no estaba dispuesto a hacer todavía, todo eso abrió un espacio para que cuestionara y buscara las respuestas a mis dudas sobre lo que ocurría en Vietnam. Y entonces cuando recibí las órdenes de embarcarme, ya estaba convencido de que no debía porque ya lo captaba. Pero si nadie se hubiera manifestado, no habría tenido la oportunidad de captarlo y a lo mejor, como muchos cuates que no estaban muy "puestos" para ir a Vietnam, habría ido de todos modos. Es que llegan las órdenes y uno sabe que si no va, para eso están los policías militares y la prisión militar, y pues va. Recuerdo que muchos veteranos de la guerra de Vietnam dicen que los manifestantes los escupieron y todo el rollo, pero por mi parte, quisiera agradecerles porque me ayudaron a captar lo que ocurría. Y hablando de hoy, a manera de analogía, eso es lo que necesitamos. Necesitamos crear un espacio para que más gente cuestione y busque las respuestas a sus dudas, y actúe, o sea, para que se sume a la resistencia. Así que quisiera decir que...

BA: Permíteme que te interrumpa un segundo, pero tengo que mencionar que como luchador del movimiento de protesta contra la guerra en ese momento (porque yo no era soldado), cuando gente como tú tuvo el gran valor de protestar... Ustedes son los verdaderos héroes porque desde las mismas entrañas de las fuerzas militares desobedecieron órdenes de ir a Vietnam (u otras guerras) y tuvieron que pagar un precio muy alto, como tú mismo, de parar en la cárcel. Y eso ocurría cada vez más durante la guerra de Vietnam y fortaleció muchísimo la lucha contra la guerra.

Fue muy alentador, y me da risa y al mismo tiempo coraje que algunos, aparentando que conocen mucho sobre la lucha contra la guerra de Vietnam, digan que "nosotros" hicimos algo terrible. Gente que ni siquiera participó habla en nombre del movimiento y dice que traicionamos a los soldados, cuando la verdad es todo lo contrario. Hablando de mi propia experiencia y la experiencia del movimiento, cuando los soldados empezaron a cuestionarse o en los primeros años de la lucha contra la guerra en la universidad en Berkeley cuando nos buscaban en sus días de descanso para debatir, le entrábamos a discutir con ellos por horas. Lejos de escupirles a la cara o de decirles: "¡Váyanse al carajo!", les explicábamos por qué lo que hacían no era justo, porque era inmoral. Les decíamos que jugaban el papel de opresores, pero no así no más sino que le entrábamos de lleno a debatirlo. Y ganamos a algunos y, a medida que la situación, el movimiento y la misma guerra se desenvolvían, ganamos a muchos más, y eso tuvo un gran impacto y suscitó una dinámica muy positiva. Poníamos mucha atención en la cuestión de apoyar a los soldados que se cuestionaban, y especialmente a los que oponían resistencia. Pero les decíamos a los soldados francamente: "¡Qué vergenza! Lo que hacen ustedes da vergenza. Claro que reciben órdenes, pero deben oponerse, como otros en las fuerzas armadas, en toda la sociedad y en el mundo entero".

CD: Bien. Quisiera volver a las dudas que algunos plantean, particularmente los que dicen que no es posible forjar oposición a esta guerra. Dicen, por ejemplo, que mucha gente siente que su propia seguridad está en juego y, si nos oponemos a la guerra o a las medidas del gobierno que supuestamente protegen a la población, no estará de acuerdo. ¿Cómo respondes?

BA: Bueno, eso es un trato con el diablo (para usar la jerga de Bush y compañía) porque, ¿quiénes son los malvados más terribles del mundo? Los imperialistas yanquis, que cometen barbaridades masivas y monstruosas. Y piden que hagamos un trato con ellos, un trato con el diablo, y que en la práctica digamos: "No me importa lo que hagan con los pueblos del mundo. No me importa lo que hayan hecho ni lo que hagan para fortalecer, extender y profundizar los horrores que desatan contra ellos. Bien pueden reforzar todo eso, aumentarlo y demás, siempre y cuando yo esté a salvo". Así que llamémoslo por su nombre.

Pero además, no dará el resultado deseado; eso no llevará a una situación en que uno se salve porque como dijo Mao: "Donde hay opresión, hay resistencia". Al fin y al cabo, ¿por qué ocurrieron los ataques del 11 de septiembre? Independientemente de Osama bin Laden, independientemente de las fuerzas reaccionarias fundamentalistas religiosas que actúan de acuerdo a sus propios objetivos, es innegable que existe un odio masivo hacia el gobierno estadounidense por lo que hace en el mundo. Es un hecho innegable y profundo. No es el capricho de unos cuantos ni que los haya alborotado la propaganda antiyanqui. La experiencia acumulada de muchos años de opresión Made in USA hace que muchos busquen devolver el golpe. Y entonces la cuestión viene siendo: ¿con qué bandera, al servicio de qué programa y con qué tácticas? ¿Los moviliza una fuerza positiva o una fuerza reaccionaria como Osama bin Laden y los talibanes, por ejemplo? Pero más que todo... todo esto ha puesto de relieve lo que ocurre en el mundo, y el 11 de septiembre forma parte de eso, e intensificarlo, expandirlo, suscitará mayor opresión y resistencia en el mundo entero y muy probablemente en Estados Unidos también.

Veamos el caso de Israel. Varias personas han señalado (dejando a un lado la experiencia histórica de la expulsión de los palestinos y el robo de sus tierras para fundar Israel con el respaldo del imperialismo yanqui especialmente) la experiencia de los últimos años: ¿acaso la salvaje represión del levantamiento del pueblo palestino, la matanza de chavos lanzapiedras y de centenares de civiles ha llevado mayor estabilidad y seguridad a Israel? O sea, aun si aceptamos su lógica perversa, y es muy perversa, ¿acaso todo eso le ha brindado mayor seguridad al pueblo israelí? Al contrario, ha creado una situación más volátil y más volcánica. ¿No es obvio? No importa cuán grande sea el poderío del imperialismo yanqui, va a suscitar resistencia. Y si el pueblo de Estados Unidos cierra filas con el gobierno, si lo apoya abiertamente o si dice: "Está bien, hagan lo que dispongan por mi seguridad" (aunque, claro, no lo hacen por ese motivo), cuanto más el pueblo acepte pasivamente o apoye francamente lo que el gobierno hace, con la esperanza de salvaguardar su propia seguridad, tanto más difícil será para los pueblos del mundo distinguir entre el pueblo estadounidense y el gobierno. Y eso solo desatará más locura en el mundo.

En fin, esa postura de "protéjanme a mí como sea, no importa lo que hagan con los pueblos del mundo" no dará el resultado deseado desde ningún punto de vista; o sea, es fundamentalmente inmoral y reaccionaria, y desde el punto de vista práctico tampoco funciona porque los imperialistas yanquis tienen sus propios planes y no son proteger al pueblo. Lo único que les importa es mantener la estabilidad de su dominio en Estados Unidos como base para su sistema internacional. No les importa un comino la seguridad del pueblo, pues la policía mata a cientos de personas cada año en los ghettos y barrios pobres del país. Atacan salvajemente a cualquiera que se oponga. Su proyecto no es proteger al pueblo. De plano eso no les importa y todo lo que están haciendo no dará ningún resultado en ese sentido.

CD: Bueno, quiero plantearte otra cuestión. En este caso la gente está de acuerdo en oponer resistencia, pero plantea ciertas condiciones, o sea, dice que para que el pueblo estadounidense nos escuche tenemos que condenar al terrorismo. ¿Cómo ves?

BA: Bueno, en primer lugar, ¿cómo logramos que la gente nos escuche? Diciendo la verdad. Si cantamos derecho, nos escucharán. La experiencia del movimiento contra la guerra de Vietnam, del movimiento de derechos civiles y de la lucha de liberación negra que se desprendió de él, o de cualquier lucha importante, demuestra que la gente cambia de modo de pensar cuando los oprimidos y los que se oponen a la opresión toman una posición firme y buscan el apoyo de los demás, y no cuando rebajan todo al mínimo común denominador.

Por ejemplo, la rebelión de Watts de 1965 planteó grandes interrogantes a una amplia gama de blancos de clase media y de otras capas sociales. Se preguntaban: ¿por qué se juegan todo? (La policía los estaba matando y todo en la rebelión y, claro, antes de la rebelión también). En ese momento yo trabajaba en una oficina con muchos empleados y los acontecimientos despertaron muchas inquietudes e incluso apoyo. En muchos casos no lo esperaba. Decían: "¿Qué van a hacer? ¿Si la policía te trata así y te discrimina, ¿qué harías tú?". No lo esperaba. Para mí fue algo muy grato. Desde luego, no es siempre tan positiva la respuesta a los estallidos masivos de resistencia, pero en un sentido muy profundo es cierto que cuando el pueblo se alza en resistencia y rebelión, los ojos del mundo se voltean... es de las formas más efectivas de cambiar la opinión de mucha gente. Desde luego, para que esto pase también es necesario que platiquemos con la gente y destaquemos lo que ocurre y lo que está en juego en la lucha, qué representan las fuerzas que están en pugna. Pero, repito, las acciones de las masas son muy efectivas porque despiertan grandes inquietudes y sientan las bases para cambiar el modo de pensar.

Es un principio importante: no nos rebajemos al mínimo común denominador porque así jamás despertaremos algo más avanzado. Por otra parte, en tal caso rebajaríamos todo al nivel de las ideas y planteamientos más atrasados. En cambio, es preciso buscar una apertura para ganar a amplios sectores y tener la orientación de ganar a todos los que sea posible ganar y unir a todos los que sea posible unir, tomando una posición firme y movilizando a las masas a manifestarla con osadía. Esa es la manera más efectiva de ganar a los que no nos apoyan en un momento dado o que tienen una posición atrasada. Podríamos decir que es un principio básico.

En cuanto al terrorismo, en primer lugar, si lo vamos a condenar, debemos aplicar un criterio objetivo; pero desde luego, los imperialistas yanquis tienen su propio criterio, que es que ellos lo definen: "El terrorismo es lo que digamos y si decimos que no lo es, pues no lo es". Según ellos, por ejemplo, Turquía no es un estado terrorista, aunque ha masacrado, bombardeado y arrasado pueblos y zonas enteras de las regiones curdas del país. En cambio, Saddam Hussein, quien hizo algo parecido con los curdos de Irak, es un opresor, un tirano, un déspota y un terrorista. Pero con un criterio objetivo (que el terrorismo es atacar y causar destrucción a civiles por motivos políticos), los más grandes terroristas del mundo actual son los imperialistas yanquis, el gobierno estadounidense. Eso es indisputable. ¡Cuántos ejemplos hay! Hiroshima y Nagasaki, la guerra de Vietnam, la guerra de Corea. O lo que hicieron en Indonesia, donde fraguaron un golpe y masacraron a centenares de miles, o lo que hicieron en Chile o en El Salvador, o la invasión de Panamá, donde bombardearon los barrios pobres de la ciudad, o Irak, donde mataron a civiles con el bombardeo y la destrucción de la infraestructura, y ahora los están matando con las sanciones. No cabe duda de que son los más grandes terroristas y, si vamos a condenar al terrorismo siguiendo un criterio objetivo, debemos condenar antes que nada a Estados Unidos. Eso debe quedar muy claro.

Desde luego los imperialistas no dicen que son terroristas ni lanzan ataques militares contra sí mismos; sin embargo, se otorgan el derecho de ponerle la etiqueta de terrorista a quien les convenga y atacarlo. En esta situación, ¡mucho ojo con las palabras "terrorismo" y "terrorista"! Tenemos que distinguir correctamente.

Por ejemplo, mencionamos el ejemplo de Colin Powell y Nepal. El gobierno de Nepal, siguiendo la pauta de Estados Unidos (y con su apoyo), tilda de "terrorista" la guerra popular revolucionaria, cuando en realidad es una lucha militar contra las fuerzas policiales y el ejército del estado opresor, moviliza a miles y miles, y cuenta con el apoyo y participación de millones más. A eso los imperialistas yanquis lo llaman terrorismo. Y dado que dominan los medios masivos que moldean la opinión pública, condenar al terrorismo en general es caer en el juego de ellos. No es correcto... es necesario distinguir entre luchas revolucionarias, luchas justas en que el pueblo se alza y libra una guerra para liberarse de la opresión, y fuerzas cuyos actos sirven para fortalecer la opresión o sustituir una forma de opresión por otra, y que atacan a civiles (o al escoger sus blancos no procuran evitar bajas civiles).

Hay que distinguir todo eso correctamente, y podemos y debemos debatirlo en el curso de forjar la resistencia. Debemos debatirlo en nuestras filas (y en el amplio movimiento de resistencia) en medio de la lucha y, a la vez, apuntar políticamente contra los más grandes opresores, los más grandes terroristas del mundo, que con cualquier criterio objetivo son los imperialistas yanquis (o sea, para la gente de Estados Unidos, nuestro gobierno). Tenemos que apuntar contra ellos y no condenar a todos por igual, no condenarlos en la misma frase, sino distinguir entre los imperialistas y las fuerzas que se oponen a ellos. Y respecto a estas, debemos analizar concretamente, ¿qué representan?; ¿cuáles son sus métodos y objetivos? Debemos apoyar a muchas de ellas, como los maoístas de Nepal, que libran una guerra de liberación, una guerra popular, que moviliza al pueblo contra el ejército y las fuerzas policiales de un gobierno y sistema reaccionario. Y a otros, como los talibanes y Osama bin Laden, obviamente no los apoyamos; por cierto, debemos apoyar a los maoístas de Afganistán.

Ahora, algunos no estarán de acuerdo en apoyar guerras populares ni a maoístas; por eso en el movimiento destacamos la importancia de unidad-lucha-unidad. Somos un partido revolucionario. Apoyamos las luchas revolucionarias del pueblo, sobre todo cuando las dirigen fuerzas maoístas, es decir, fuerzas marxista-leninista-maoístas, comunistas auténticos. Pero un punto importante de unidad en el movimiento de resistencia es reconocer que los imperialistas yanquis son los más grandes terroristas, con cualquier criterio objetivo, y más que eso, los más grandes perpetradores de opresión y guerras reaccionarias.

CD: ¿Qué clase de movimiento se necesita para contrarrestar esta ofensiva de guerra y represión que han desatado contra los pueblos del mundo?

BA: Ya hemos tocado algunos aspectos de eso y has platicado de tu experiencia en la labor de forjar el movimiento. Como venimos señalando, tiene que ser un movimiento que una a la más amplia gama de gente posible y que movilice a la gran cantidad de gente que tiene inquietudes o que está preocupada por la situación, o sea, que plasme todo eso en oposición activa. Tiene que abarcar muchas formas muy diversas de lucha y movilización en oposición a varios aspectos de la ofensiva, obviamente en contra de la guerra y también contra los ataques a inmigrantes en Estados Unidos, el profiling [discriminación y hostigamiento] de inmigrantes árabes y de países islámicos, contra los ataques a los derechos de la gente en Estados Unidos, contra la escalada de represión. Debe abarcar todos esos frentes y unir a una amplia gama de gente en oposición a todo eso y a los varios frentes de ataque, y debe fomentar unidad-lucha-unidad en sus filas sobre las cuestiones clave en un momento dado y cómo movilizar a las masas; pero también tener una base de unidad muy clara que trace correctamente los deslindes para que tenga el potencial de movilizar a la mayor cantidad posible de gente. No tenemos que unir a la mayor cantidad de gente en este momento sino sentar las bases para movilizar y ganar a la mayor cantidad, como acabo de destacar, y apuntar la lucha contra el gobierno estadounidense y los imperialistas yanquis (no importa cómo lo conciban o lo llamen), contra el gobierno y su guerra ilimitada, su ofensiva de guerra y represión.

Tenemos que deslindar campos y sentar la base de unidad política para que la punta de lanza de la lucha, por decirlo así, se dirija contra Estados Unidos sin poner a otras fuerzas en el mismo plano ni confundir cuestiones secundarias con la principal. Como vengo señalando, el gobierno estadounidense es sin lugar a dudas la fuerza más grande de opresión, la que más fortalece la explotación y la dominación imperialista en el mundo. Tenemos que deslindar campos con el enemigo y unir a la más amplia gama de gente posible, basándonos en esos puntos básicos de unidad.

El movimiento abarcará diversas corrientes, actividades, opiniones y puntos de vista sobre muchas cuestiones, entre ellas la solución a todos estos problemas. Se caracterizará por contienda, lucha, debate y diálogo vigorosos sobre estas cuestiones, y sobre cómo forjar el movimiento de la manera más eficaz y cómo manejar los problemas que surjan. Tiene que ser un movimiento vibrante con el potencial de unir y movilizar a muchísima gente, pero que tenga una posición consecuente. Esto es muy importante, especialmente en Estados Unidos. Los ataques del 11 de septiembre no se hicieron en nombre del pueblo estadounidense, pero el gobierno está respondiendo en su nombre, lo cual subraya que el pueblo debe apuntar su energía y lucha política contra el gobierno; además este tiene que ser el blanco político porque es en realidad el más grande opresor y el más grande perpetrador de devastación del ambiente y destrucción de los pueblos del mundo entero.

CD: Como acabas de mencionar, en medio del movimiento de resistencia se debatirán varias cuestiones, entre ellas la solución a todo esto, y actualmente mucha gente del movimiento, sobre todo los jóvenes, le han entrado al debate. O sea, platicamos con mucha gente sobre la necesidad de forjar resistencia para contrarrestar la guerra y la represión. Muchos jóvenes, especialmente los que han participado en el movimiento contra la globalización y otras luchas antes del 11 de septiembre, se han sumado a este debate, pero han planteado este interrogante: "¿Cómo aseguramos que el movimiento de resistencia a la guerra no termine cuando termine la guerra?". Están analizando la experiencia de Vietnam y, en cierto sentido (un sentido bueno), cuestionándonos: "Ustedes construyeron un gran movimiento de masas contra la guerra de Vietnam que jugó un papel importante para que la pararan. Por un lado, tuvieron éxito, pero el gobierno que lanzó la guerra siguió y sigue en pie ahora. Y ha lanzado esta guerra contra el terrorismo, una guerra sin fin y sin limitaciones de geografía, y una gran escalada de represión. Así que, ¿cómo forjamos un movimiento que no solo pare la guerra sino que alcance a hacer más?". Me parece un interrogante muy bueno y me gustaría que lo abordaras.

BA: Primero, déjame decir que la ofensiva de guerra y represión nos plantea un gran reto y habrá que hacer muchísimo para lograr pararla, habrá muchos retos y mucho que hacer. Eso por un lado, pero por otro, estoy de acuerdo contigo: el interrogante que plantean los compañeros es importante y profundo por lo que implica acerca de la naturaleza del sistema. Los imperialistas yanquis sufrieron una derrota en Vietnam, y el pueblo vietnamita y los pueblos del mundo jugaron un papel clave en eso, sobre todo la guerra de liberación y los grandes sacrificios de los vietnamitas; las masas de Estados Unidos que se opusieron a la guerra también jugaron un papel importante y contribuyeron a propinarle una derrota muy merecida y muy justa al imperialismo yanqui. Así que esto demuestra que sí podemos tener un impacto. Los yanquis no se rindieron fácilmente en Vietnam. Finalmente tomaron la decisión de retirarse debido a intereses estratégicos y también porque consideraron que no podían ganar, y que la guerra iba a provocar toda una serie de problemas graves y profundos, y retos a su sistema. Todo esto demuestra las grandes posibilidades de desatar una tremenda lucha que pueda frenar una gran embestida de los imperialistas.

Sí se puede frenar esta ofensiva imperialista de guerra y represión, y sí se puede pararla, pero para eso se necesitará un esfuerzo monumental. Y a mi juicio, es posible frenarla y pararla, aun sin que triunfe la revolución. Mejor dicho, sería incorrecto decir que solo al tumbar el imperialismo yanqui será posible frenar o contrarrestar esta ofensiva de guerra y represión. Pero por otra parte lo que los compañeros señalan es muy profundo: miren la experiencia de Vietnam, dicen, y el sistema sigue en pie. O, como mencioné antes, la Guerra Fría ha terminado pero, ¿qué pasó con el dividendo de paz? Así es la naturaleza del sistema. El problema no es que no se construyó un pujante movimiento o que al final no valió de nada. Sí tuvo un efecto y un impacto importante; hizo mucho. Esto no es el problema. Ese movimiento fue monumentalmente importante y tuvo un gran efecto e hizo mucho; el problema tampoco es que se pasó o que fue demasiado radical. El problema es que no llegó más lejos.

La revolución estaba en la boca de todos en esa época, se respiraba; pero como todos sabemos, no se dio una revolución. El sistema se replegó y recuperó, y después engendró a Reagan y todo ese rollo. No me refiero a Reagan como individuo sino a lo que representaba en cuanto al rumbo que los yanquis tomaron y la manera de imponer sus intereses en el mundo. Y ha seguido hasta ahora, cuando han desatado la actual ofensiva. ¿Por qué? ¿Porque las luchas de las masas no tienen efecto? ¿Porque no tienen un impacto? ¿Porque en realidad no valen? ¡NO! Pero mientras este sistema siga en el poder, así va a ser. En todo el mundo podemos ver los horrores que engendra e impone (y hemos mencionado algunos). No destina fondos o recursos, energía o esfuerzos a resolver el problema del SIDA o la pobreza, el hambre o las enfermedades. Todo va para fortalecer la explotación global que causa esos males.

Hasta que tumbemos este sistema y lo sustituyamos por un sistema revolucionario que represente y actúe de acuerdo a los intereses de las masas, y las movilice para transformar la sociedad, hasta entonces, los imperialistas siempre se recuperarán y volverán a hacer lo mismo, aun si logramos frenar esta ofensiva. Esto es lo que enseña la historia, e incluso la experiencia de las últimas décadas que hemos vivido en carne propia y como experiencia política, es decir, desde la guerra de Vietnam hasta el presente. Todas esas luchas nos han enseñado que es importante forjar resistencia, unir ampliamente a la gente, movilizar un pujante movimiento para frenar y parar esta ofensiva; es correcto proponérnoslo y, repito, considero que sí es posible hacerlo (o quizá es posible) incluso sin que triunfe la revolución. Pero solo la revolución traerá un cambio fundamental y, hasta entonces, seguirán desatándose más horrores, como ocurre actualmente.


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