Miles dicen:

Alto a la guerra contra Irak

Obrero Revolucionario #1173, 3 de noviembre, 2002, posted at http://rwor.org

El 26 de octubre, miles y miles de personas se lanzaron a las calles de Washington, D.C., San Francisco y otras ciudades para oponerse a la guerra contra Irak.

La protesta en la capital fue tremenda. Los organizadores de la Coalición Internacional A.N.S.W.E.R. calculan que hubo casi 200,000 personas. Desde el Jardín Constitución, cerca del monumento a los Veteranos de la Guerra de Vietnam, la vista se llenaba de personas hasta el horizonte. Había universitarios de los estados centrales, del Sur y de la costa del este; activistas religiosos que pedían paz y coreaban: "¡No a la guerra!"; veteranos de las luchas de los años 60 que no habían protestado en 30 años, pero que sentían que tenían que estar presentes en esta lucha contra los planes de atacar a Irak. Había palestinos, musulmanes, sudasiáticos, latinoamericanos y muchos más. Había toda clase de gente, de todas las edades, nacionalidades y tendencias políticas. Y muy especialmente, había muchos jóvenes, la nueva generación que se incorpora al movimiento de resistencia para parar esta horripilante guerra que planean. Fueron con muchas preguntas, y en desafío a lo que dicen las autoridades de que "están con nosotros o con ellos"; llegaron con ganas de impedir la guerra como sea.

Después de la manifestación, en la que hablaron Susan Sarandon, el reverendo Al Sharpton, Jesse Jackson y cantó Patti Smith, los manifestantes se lanzaron a la calle y rodearon completamente la Casa Blanca. A lo largo de la marcha se veían pancartas improvisadas que decían: "¿Por qué está bien que mueran niños iraquíes?", "Bush es el malvado", "El cambio de gobierno debe hacerse aquí primero", "¡Eliminar las armas de destrucción masiva de Estados Unidos!", "¡Guerra contra el mundo, no en nuestro nombre!". Había contingentes de musulmanes, árabes, coreanos, trabajadores colombianos y de No en Nuestro Nombre, cuyos integrantes llevaban un mar de banderas con el globo. Al ritmo de tambores coreaban consignas como: "¡Guerra contra Irak, no en nuestro nombre!" y "¡No a la guerra racista!".

Desde el instante que se desembarcaron de los buses, era obvio que iban a cumplir con el compromiso de oponerse al gobierno a como dé lugar y donde sea necesario para que no se lance a la guerra. Un chavo negro nos dijo: "Estoy aquí porque sé que el gobierno de Estados Unidos es pirata, y no el de Irán, Irak o Corea del Norte. La única razón por la que Estados Unidos se sale con la suya es porque es el país más poderoso del mundo".

Unos alumnos de prepas de Yellow Springs, Ohio, nos dijeron que tenían que hacer algo para parar la guerra. Una dijo: "Hasta esta semana no sabía de esta protesta, aunque me oponía a la guerra desde un principio... Había pensado no venir, pero después decidí que tenía que hacer algo, tenía que mostrar mi oposición a la guerra". Los estudiantes compraron mucha literatura y camisetas para sus compañeros.

Por todo el país, de Seattle a Maine, hubo protestas. En San Francisco, 80,000 personas protestaron en las calles: la marcha se extendió más de dos kilómetros, desde el distrito financiero hasta la alcaldía. También hubo protestas de miles en Chicago, Denver, Portland, Minnesota, y en Taos, Nuevo México, 2,000 personas tocaron tambores frente a la casa del secretario de Defensa Donald Rumsfeld.

Además, hubo protestas simultáneas en Amsterdam, Países Bajos; Berlín, Frankfurt y Hamburgo, Alemania; Roma, Italia; Copenhague, Dinamarca; Estocolmo, Suecia; Tokio, Japón; Seúl, Corea del Sur; ciudad de México; San Juan, Puerto Rico y otros países.


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