Ahora que empezó la guerra...
Hay que atizar, no suavizar, la oposición

Bob Avakian, presidente del PCR,EU

Obrero Revolucionario #1194, 13 de abril, 2003, posted at rwor.org

Si no logramos parar un monstruoso crimen antes de que se cometa, ¿debemos apoyarlo u oponernos a él con más "moderación" cuando se está cometiendo?

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El New York Times del 29 de marzo sacó un artículo cuyo título delata su objetivo: "Movimiento contra la guerra pasa del fanatismo a la urbanidad". Afirmando que el movimiento contra la guerra se está volviendo más "moderado" ahora que no logró parar la guerra, el artículo hace algo similar a las eternas encuestas: nos dice lo que debemos pensar diciéndonos lo que ya pensamos, o lo que deberíamos pensar porque casi todo mundo lo piensa. (Si antes de que empezara la guerra no hubieran protestado millones de personas en Estados Unidos y millones más por todo el mundo, ¿no es seguro que los que manejan la guerra --y manejan "las encuestas"-- nos hubieran dicho que el 90% de los estadounidenses la apoya? Pero como no pueden mentir tan descaradamente en vista de la enorme oposición, dicen que "las encuestas indican" que del 60% al 70% la apoya). Como dice la canción de Chuck D y Public Enemy, "no hay que tragarse el cuento", mejor dicho, no hay que dejarse embaucar cuando un artículo como el citado le dice al movimiento antibélico lo que debe hacer aparentando que "informa" lo que está haciendo.

Uno de los grandes puntos fuertes de este movimiento ha sido su formidable amplitud: su gran cantidad de gente de muchísimas perspectivas. Pero esa amplitud y diversidad ha tenido fuerza porque se ha unido para oponerse claramente a la guerra, para rechazar las justificaciones del gobierno y para pararla.Y ahora, cuando se ve que la guerra no tendrá la victoria fácil y rápida que el gobierno y la prensa prometieron, el artículo del Times y similares tratan de influenciar al movimiento para que se "suavice" y caiga en la posición de aceptar la guerra, con los horrores que traiga, y de limitarse a rituales flojos de protesta.

Contrastemos el título del artículo del Times con la realidad de Irak: la guerra que Estados Unidos está librando contra Irak no tiene nada de "urbanidad", y su continuación le reportará mayor muerte, destrucción y sufrimiento a los iraquíes. Entonces, ¿por qué razón el movimiento debe moderar y suavizar su postura y su determinación de parar esta guerra?

¿Cuál es la lógica que fomenta el artículo? Bueno, como el movimiento no logró impedir la guerra, ahora debe ser menos firme y resuelto. ¿Que qué? ¿Qué lógica es esa? Ah, pero es necesario moderarse para apelar a la "mayoría", dicen. Recordemos el hecho de que el movimiento que buscaba impedir la guerra fue verdaderamente masivo y aglutinó como nunca gente de todos los sectores... precisamente por su clara y firme oposición y resistencia a esta guerra. El problema, la razón por la que no logró impedir la guerra, claramente no es que no fuera inmenso y amplio.

La razón y el problema es que en Estados Unidos la toma de decisiones no obedece a la voluntad popular pues la domina un pequeño grupo (los dueños de corporaciones y sus representantes políticos) que tiene intereses opuestos a los de las masas de "gente común y corriente". Esa clase dominante de capitalistas que monopoliza y controla la economía igualmente monopoliza y controla la política y las instituciones fundamentales de la sociedad y el gobierno. Maneja una red de explotación global que se mantiene con la fuerza militar. Como dijo francamente el columnista del New York Times Thomas Friedman: la mano oculta de McDonald's no puede prosperar sin el puño de McDonnell Douglas (fabricante de armas). Es más, la camarilla que hoy domina el gobierno hace años que planeaba esta guerra contra Irak, hace años que estaba resuelta a atacar a Irak, mucho antes del 11 de septiembre... y mucho antes de la "elección" de George W. Bush. Esta guerra es parte de la estrategia de extender la dominación imperial de Estados Unidos por medio de una enorme fuerza militar, una estrategia que Cheney y otros como él han elaborado desde "el fin de la guerra fría".

Para parar esta guerra de destrucción y apartarse de ese curso se necesita elevar el nivel de oposición, no reducirlo. Se necesita movilizar olas más enormes de protesta y resistencia, de muchas formas, en unidad con la gente de todo el mundo que se opone y opone resistencia a la guerra, con el objetivo de transformar el terreno político y la sociedad de modo que continuar la guerra y seguir en esta dirección lleve a la clase dominante a una profunda crisis política.

Con ese fin hay que ganar para la causa a mucha más gente. Pero precisamente se trata de ganársela.El movimiento no será más amplio y a la vez más potente suavizando su oposición ni tratando de "no ofender a nadie". Tiene que hacer que la gente se cuestione:tenderle la mano, sí, pero también luchar con ella en forma positiva. Tiene que explicar lo que está pasando, con hechos concretos y análisis elocuente; destapar las mentiras que el gobierno y la prensa nos repiten constantemente; mostrar por qué están librando esta guerra contra Irak, por qué están arrastrando a Estados Unidos, y a todo el mundo, en esta dirección, a quiénes beneficia y a quiénes no beneficia, y por qué es vital oponerse firmemente a todo esto. Y si la gran cantidad de gente que ya se opone a la guerra sigue desplegando una fuerte y resuelta resistencia, será más fácil ganar para la causa a mucha más gente.

Ante la determinación del "estado pirata" de Washington a seguir la guerra y a seguir en esta dirección, el movimiento tiene que ser lúcido y mucho más resuelto.


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