"Mantener nuestro valor estratégico"
En el contexto de todo lo que está pasando hoy, todo lo que hay que confrontar y transformar radicalmente en una dirección mucho mejor, quiero subrayar esta orientación básica: ante las dificultades, ante las derrotas que hemos sufrido en el camino, ante las veces que nos hemos caído, es sumamente importante, especialmente en las encrucijadas cruciales, por así decirlo, que no perdamos nuestro valor estratégico. Ante tan enorme necesidad y tantas dificultades, ante ciertos reveses y confusión, es muy fácil perder el valor estratégico, olvidar lo que impulsa la situación y dejarse arrastrar de una u otra manera --ya sea por los factores positivos o muchas veces por las decepciones--, darse por vencido y capitular, o seguir un camino infantil, que en realidad es la "imagen especular" de la capitulación y lleva al mismo resultado.
Para que conste, quiero decir que a veces me he sentido fuertemente desilusionado (y, sí, he despotricado) por los que se sientan de brazos cruzados y no hacen nada ante las barbaridades y horrores que el gobierno comete en su nombre. Apuesto que he hecho esto tantas veces como cualquier otra persona que se ha dedicado a movilizar a hacer lo que es necesario para cambiar el actual curso desastroso y transformar esta sociedad radicalmente en una dirección positiva. ¿Pero qué debemos hacer ante eso?
Hay una enorme brecha entre lo que está pasando (y la rapidez con que los que detentan el poder en Estados Unidos preparan y cometen mayores infamias y barbaridades) y, por otro lado, lo que se hace, o no se hace, en respuesta para montar la masiva y resuelta resistencia política que se requiere. Esta es una contradicción muy aguda. ¿Pero cómo respondemos a esto? ¿Qué hacemos para transformar esta situación en una dirección positiva? ¿Vamos a mantenernos fieles a nuestra orientación fundamental y estratégica, y esforzarnos por resolver las contradicciones? ¿Vamos a perseverar con la urgencia que la situación requiere? ¿O vamos a buscar trucos o darnos por vencidos? De una u otra manera, ¿vamos a perder nuestro valor estratégico? Cuando hablo del "valor estratégico", me refiero a nuestra orientación estratégica básica, no en el sentido de "valor personal", sin esa orientación y divorciada de ella. Otra manera de decirlo, y otra expresión de eso, es que no podemos perder nuestro materialismo y nuestra dialéctica.
Corremos contra el reloj. No operamos en un vacío: están remoldeando la sociedad estadounidense en una dirección fascista con implicaciones que se sentirán por décadas. Los que detentan el poder están tratando de remoldear más el mundo entero a la fuerza de una manera que corresponda a sus necesidades, metas y objetivos; y las consecuencias de la dinámica en que McMundo/McCruzada y la jihad se refuerzan mutuamente a la vez que se oponen ya son muy reales y negativas, y potencialmente mucho más desastrosas. Pero al mismo tiempo y principalmente como resultado de todo esto, mucha gente ha tropezado con lo que se ha descrito como una "zanja" o un "hoyo": ha tropezado con el hecho de que no puede influenciar la dirección política de esta sociedad y su papel en el mundo de la manera que pensaba, que no lo puede hacer de esa manera. Ha descubierto que esos medios no sirven y que se les están arrebatando esas oportunidades. Pero por otro lado no ha captado (no la hemos convencido todavía) que la situación requiere rupturas radicales en sus ideas y acciones políticas, incluso antes de reconocer la necesidad de hacer la revolución. En ese contexto perder nuestro valor estratégico --es decir, nuestra orientación estratégica y nuestra metodología y enfoque-- sería especialmente criminal.
Por el contrario, tenemos que combinar, de la manera correcta, la perseverancia y la urgencia. Tenemos que perseverar no sin norte y sin fin, sino con la necesaria y debida urgencia; y aprender en medio de luchar para superar esas contradicciones y proseguir en el proceso dialéctico de unidad-lucha-unidad con una amplia y diversa gama de gente y fuerzas políticas, en campañas grandes como El Mundo no Puede Esperar, y en otras también y en el sentido global. Por otra parte, tenemos que plantear nuestra línea comunista revolucionaria mucho más vigorosa y audazmente a las masas, tanto a las masas básicas como a las otras capas. En vista de las grandes y urgentes necesidades, y de nuestra orientación y objetivos fundamentales, tenemos que proseguir cada vez más en la construcción del partido como la vanguardia comunista revolucionaria que las masas necesitan; tenemos que construir y fortalecer el partido, tanto cualitativa como cuantitativamente, y aumentar continuamente su fuerza numérica y su núcleo sólido (en materia de organización y esencial y fundamentalmente en materia de ideología y política), con la correspondiente elasticidad, iniciativa y creatividad que se basan en ese núcleo sólido y se desprenden de él.
La repolarización estratégica… para la revolución
Ya he subrayado la gran importancia de la ideología y ahora quiero hacer hincapié en la necesidad de captar la importancia de la línea y las medidas políticas, y de darles a las masas medios prácticos para movilizarse para cambiar el mundo. Es necesario aplicar las dos "formulaciones complejas". La primera, de "Cuestiones estratégicas",1 tiene que ver con cómo forjar continuamente en el desarrollo de movimientos políticos y de la lucha política (y volver a forjar en nuevas condiciones) la más amplia unidad posible para que concuerde objetivamente con las metas de la revolución proletaria y las impulse, y para que, en todo momento del proceso, se influencie a la mayor cantidad posible de personas en su conciencia subjetiva hacia la posición comunista, sin rebasar y socavar la unidad correcta en las circunstancias concretas, que será menos que apoyo pleno a la posición comunista y la revolución proletaria. La segunda "formulación compleja" (de "Grandes objetivos y gran estrategia")2 tiene que ver con identificar y responder (fomentar resistencia política y movilización en gran escala) a concentraciones de las grandes contradicciones de la sociedad y del mundo, y cómo esto a su vez contribuye a hacer avances hacia la revolución.
El trabajo general de nuestro partido es, en gran medida, una aplicación de esas dos "formulaciones complejas". Es una aplicación del frente único bajo dirección proletaria, en materia de políticas y programa. Es muy importante ver todo aspecto del trabajo del partido no como algo por sí mismo sino como parte de un enfoque estratégico general. ¿Para qué? Para la revolución, para una repolarización más favorable para la revolución y para la preparación del terreno, políticamente, para cuando surja una situación revolucionaria y, con relación a esto, para cuando surja un pueblo revolucionario de millones y millones.
Y si nuestro punto de referencia es la repolarización para la revolución, la siguiente formulación es muy pertinente e importante, no con relación a una situación inmediata en particular sino con los factores estratégicos y generales en mente:
Lo que se propone es que, si hacemos nuestro trabajo correctamente, podremos aprovechar la parálisis de sectores significativos de la burguesía; aislar al máximo posible al sector sólido de la burguesía; y, con el cambio cualitativo necesario en la situación objetiva, buscar el derrocamiento de la burguesía en general.
Footnotes
1 “Cuestiones estratégicas” es una charla que dio Bob Avakian a mediados de la década pasada; publicamos pasajes de la charla en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución) en los números 881 y 884-893 (noviembre de 1996 a febrero de 1997) y en los números 1176-1178 (el 24 de noviembre al 8 de diciembre de 2002). Están en http://revcom.us/avakian-es/ba-obras-importantes-es.html. [Regresa]
2 “Grandes objetivos y gran estrategia” es una charla que dio Bob Avakian a finales de la década pasada; publicamos pasajes de esta charla en el Obrero Revolucionario en los números 1127-1142 (el 18 de noviembre de 2001 al 10 de marzo de 2002). Están en http://revcom.us/avakian-es/ba-obras-importantes-es.html. [Regresa]