A continuación, quisiera hablar un poco de esta cuestión, o contradicción, de la abundancia y la revolución en la transición hacia el comunismo, un tema que se discute hacia el final de la Primera parte de Pájaros y cocodrilos. Además, en ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!⁴² señalé que, si nada más vemos el mundo como un todo, hay más que suficiente tecnología para satisfacer todas las necesidades materiales —y, sí, culturales— de los habitantes del mundo entero. Pero vivimos en un mundo muy desequilibrado, con el masivo empobrecimiento de la gente en todo el mundo, sobre todo en el tercer mundo. Vivimos en un mundo dominado por un sistema capitalista imperialista y por las clases explotadoras. Y por lo tanto, no es cierto que se pueda realizar el potencial material para satisfacer las necesidades de la gente bajo las actuales relaciones que dominan el uso de las condiciones materiales de la vida en el mundo de hoy.

Por lo tanto, podemos ver el mundo y decir que es ciento por ciento escandaloso que los niños se mueren de hambre en África o en cualquier otro lugar, que la gente pasa hambre por nuestro propio barrio, que la gente no tiene atención sanitaria digna o que la gente no tiene opción salvo comer lo que no es sano, dado que no tiene con qué comprar la comida que sería más sana o que ni siquiera tiene acceso a los conocimientos necesarios para poder determinar lo que sería más sano — todas las cosas antemencionadas son ciento por ciento escandalosas, son ciento por ciento innecesarias. Pero no se trata de decir así no más: “De acuerdo. Mediante deseos, vamos a quitar del camino a todas las fuerzas reaccionarias en el mundo, y luego vamos a tomar todas esas cosas y hacer lo correcto con éstas”. Para hacer uso de ese potencial y aumentar aún más ese potencial, es necesario tener una revolución para derrocar a las clases dominantes existentes y los sistemas existentes, y sus relaciones económicas y sociales, de modo que en concreto sea posible movilizar y utilizar los recursos que ya existen de un modo que vaya satisfaciendo las necesidades de la gente y atienda a las generaciones futuras, a la vez que trate el medio ambiente de una manera que deje de saquearlo y de hacer que el potencial de la vida humana corra mayor peligro. Por lo que lo anterior, para repetir, muestra que existe una aguda contradicción entre la abundancia material que objetivamente existe, y la necesidad de que la revolución tenga la capacidad de alcanzar esa abundancia y además, de aumentarla, de una manera en que se puede utilizar para las necesidades de la gente — tanto las necesidades materiales como las necesidades culturales, sociales e intelectuales más amplias, etc.

Es necesario tener una abundancia no sólo para satisfacer las necesidades de la gente en un sentido general, sino también es necesario tener suficiente abundancia para poder superar las relaciones que o bien son explotadoras y opresivas o que contienen las semillas de la explotación y la opresión. Por ejemplo, tomemos la división del trabajo en la sociedad. En el mundo actual, la mayoría de la gente no trabaja en el campo intelectual, no trabaja con las ideas. Hace un trabajo físico agotador, si es que siquiera encuentre trabajo. Para poder ir más allá de eso, no sólo es necesario ponerse a trabajar en torno a esa contradicción, sino también, a la vez, es necesario crear suficiente abundancia en la sociedad y en última instancia en el mundo en su conjunto, de modo que para producir y reproducir los requisitos materiales para la vida humana y para ampliar la base para hacerlo, la gente tiene que trabajar solamente unas pocas horas al día en eso. Si todos, o la mayoría de las personas del mundo, tienen que pasar la mayor parte de sus horas de vigilia haciendo trabajo físico, pues no podrán disfrutar las circunstancias o desarrollar las capacidades para poder participar en diferentes ámbitos de diversa índole, como tratar con la política de la sociedad, participar en la cultura y la actividad intelectual, etc., nada más a un nivel básico. Entre otras cosas, de plano van a estar tan condenadamente cansadas como para hacerlo. Además, no van a tener el tiempo y los recursos. Por lo que, para siquiera superar las divisiones opresivas de ese tipo, entre las personas que han tenido la capacidad de adquirir conocimientos en el ámbito intelectual y el ámbito cultural, y las personas que tienen que hacer todo el trabajo físico casi todo el día, no sólo es necesario trabajar en torno a la transformación de esa contradicción, sino también, al mismo tiempo, es necesario aumentar la abundancia de la sociedad y los medios para crear más abundancia, de modo que la gente tenga que trabajar solamente algunas pocas horas al día haciendo trabajo físico y tenga mucho más horas en el día para aprender a hacer muchas otras cosas. Si no se hace eso, no se puede superar esas relaciones de opresión.

Y lo anterior —y trataré de no volver a usar la palabra “complejo” (aunque supongo que acabo de hacerlo)— es otra de esas contradicciones o número de contradicciones interconectadas a distintos niveles, con las que tenemos que ir bregando. Tenemos que entender que sí vivimos en un mundo muy desequilibrado. En adelante, retomaré este tema más a fondo: yo leía el libro sobre África titulado The Looting Machine⁴³ —el que tiene sus limitaciones, pero sí hace muchas denuncias. Habla de las condiciones grotescas en las que un grupúsculo de gobernantes en muchos países africanos está en connivencia con el capital extranjero y el imperialismo — a los que se refiere el autor nada más como las corporaciones, etc. Ese grupúsculo de élites gobernantes corruptas y egoístas viene acumulando literalmente miles de millones de dólares, en unos países que tienen una enorme riqueza material (oro, petróleo y otras materias primas valiosas). África es uno de los continentes más ricos, si no el más rico, en todo el mundo — en riqueza material, por lo que respecta a materias primas de tal clase. Pero las masas populares viven en esas condiciones de miseria y desesperanza absolutas. Se trata de una especie de microcosmos, una imagen en menor escala, del mundo en su conjunto. Y se presenta de manera muy contundente el hecho de que únicamente por medio del derrocamiento del sistema existente —y de ahí, el derrocamiento y la transformación de todas esas relaciones que están concentradas en la formulación las “4 Todas” — únicamente así se podrá alcanzar, en un sentido concreto, ese potencial para satisfacer las necesidades de la gente y utilizarlo de modo que satisfaga en efecto las necesidades de la población, a la vez que trata correctamente la situación muy urgente del medio ambiente.

Lo anterior es algo con lo que tenemos que bregar a fondo y, al mismo tiempo, tenemos que hacer denuncias al respecto — denuncias contundentes de ese desequilibrio en el mundo y la manera en que el presente sistema lo refuerza. Es necesario que le expliquemos a la gente, de una manera convincente: Fíjese, si usted de veras entiende eso, si de veras ve el mundo tal como es, pues se trata de otra cosa que clama por la transformación radical del mundo. Pero esa transformación radical puede ocurrir únicamente con una revolución. No se trata simplemente de una redistribución de la riqueza tal como existe hoy, en el sistema que existe hoy. Pues, a veces salen esos populistas — veo que Bernie Sanders se ha postulado para la presidencia y que viene pregonando toda una sarta de economismo socialdemócrata. Dice que ahí están los súper ricos, que tienen demasiado dinero, hay una enorme desigualdad de ingresos y nos hace falta cierta redistribución. Bueno, no se trata de una redistribución de lo que existe; se trata de transformar las relaciones básicas en la sociedad, y en lo fundamental en el mundo en su conjunto. En primer lugar, en el presente sistema la redistribución de la riqueza no puede rebasar ciertos límites concretos, sin los cuales se socavará el sistema entero. Dado que no se trata nada más de esa gente codiciosa, de esas corporaciones tan poderosas, etc. Es importante entender, al hablar de las corporaciones, los multimillonarios, etc., las corporaciones que controlan miles y miles de millones de dólares (como Carl Sagan dijo acerca de las estrellas: MILES Y MILES DE MILLONES... pero de todos modos), no se trata de que estuvieran sentados sobre un montón de dinero. Invierten su dinero en cosas de toda clase y están en competencia con otros capitalistas que también controlan miles y miles de millones de dólares. Todos ellos están impelidos a aventajarse los unos a los otros, o si no, entrarán en quiebra, tal como yo ya mencionaba. Al imponerles una carga tributaria muy fuerte, con el fin de redistribuir una parte de la riqueza, eso en concreto los pondrá en desventaja en la competencia a nivel mundial, y el sistema económico va a deshilacharse o entrar en una crisis muy profunda. Por lo tanto, inclusive en ese sentido, la redistribución de la riqueza no puede rebasar cierto límite.

Por otra parte, en lo aún más fundamental, no se trata de la redistribución de lo que existe — se trata de transformar el mundo en su conjunto. Digamos que tomemos toda la riqueza existente y la redistribuimos más o menos por igual entre todas las personas en el mundo. Bien, muy pronto tendríamos a un mundo que ha vuelto directamente a lo que es hoy — volvería a lo que existe hoy, dado que no habríamos transformado ninguna de esas cosas que corresponden a las “4 Todas”. No habría ninguna transformación de las relaciones económicas y del sistema económico; no habría ninguna transformación de las relaciones sociales; no habría ninguna transformación de las relaciones de clase; no habría ninguna transformación de la forma de pensar de las personas. Para repetir, se trata de un punto básico del materialismo, del materialismo dialéctico. Para que la sociedad humana funcione y los seres humanos sobrevivan y se reproduzcan, de una manera u otra es necesario que la sociedad interactúe con la naturaleza, con el resto de la realidad natural. Nos encontramos de vuelta a: ¿mediante cuál modo de producción se hará todo lo anterior? Con el presente modo capitalista imperialista de producción, aunque tomemos toda esa riqueza y la redistribuyamos, muy rápidamente volvería la misma situación, siempre y cuando dejemos intactas y en operación, tal como en el presente, todas esas cosas representadas por las “4 Todas”. De forma espontánea la gente no entiende eso. Mucha gente puede inclinarse por, “Algunas personas tienen demasiado dinero, que les quitemos a ellas algo de ese dinero para repartirlo a los necesitados”. En ciertos casos, tal vez tengan buenas intenciones, sentimientos positivos. Pero sin entender las dinámicas más profundas en juego, las contradicciones concretas a las que hay que hacerle frente y el hecho de que los sistemas operan de acuerdo con ciertos principios fundamentales que están arraigados en sus contradicciones concretas, no entenderemos la manera de salir de este horrible desastre en el que se encuentra la humanidad como resultado del sistema en el que vivimos.

42. Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS! Bob Avakian en vivo. Película de una discurso de 2012, en inglés. Mayor información sobre la película y pedidos del dvd: www.revcom.us. [regresa]

43. Tom Burgis, The Looting Machine: Warlords, Oligarchs, Corporations, Smugglers, and the Theft of Africa’s Wealth (PublicAffairs, 2015). [regresa]