Revolución #168, 21 de junio de 2009

Voz del Partido Comunista Revolucionario, EU

Esta página se usa para imprimir rápidamente todo un número, y es posible que unos enlaces no funcionen y algunas imágenes no aparezcan. En el permalink del artículo encontrarás esos enlaces e imágenes.


Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

El indignante asesinato del Dr. George Tiller y la pura verdad sobre los abortos “tardíos”

Mary Lou Greenberg

Cuando el Dr. George Tiller fue asesinado el 30 de mayo por un asesino anti-aborto, esta fue una gran pérdida para las mujeres de todas partes y para todos los que valoran la libertad de las mujeres.

La terrible noticia del asesinato del Dr. Tiller me devolvió un mar de recuerdos de cuando fui a su clínica en Wichita. Las paredes de la sala de espera llenas de conmovedoras cartas de aprecio enmarcadas con cariño que contaban muchas historias. La angustia de una mujer de saber que su feto seguramente va a morir y la reconfortante comprensión del Dr. Tiller; la desesperación de otra por un embarazo no planeado y su gratitud por el cuidado sin prejuicio que recibió en su clínica; la soledad de sentirse abandonada y temerosa del futuro incierto. Siempre recordaré las palabras de una de ellas: “Gracias por devolverme la vida”.

En el entierro del Dr. Tiller en Wichita y en las conmemoraciones en otras ciudades, los participantes llevaban pancartas con su foto que decían: “HÉROE”. Y de veras lo era.

El Dr. Tiller comenzó a practicar abortos en 1973, en el momento en que fue despenalizado en Kansas. Era un médico dedicado que ayudó a decenas de miles de mujeres y sus familias. Tenía un intrépido sentido de propósito. Y no se inmutó ante nada, ni siquiera ante los constantes piquetes contra su clínica y hogar, las demandas sin fundamento y juicios políticos-legales, las amenazas constantes de asesinato y los ataques físicos.

Era conocido por llevar un botón que decía: “Confíen en las mujeres”. Dio servicios con compasión a miles de mujeres, enseñó a colegas y estudiantes de medicina, y su clínica fue el último recurso para las mujeres con complicaciones maternas y fetales. Su enorme valor se fundamentó en el entendimiento de que las mujeres deben tener el derecho a abortos seguros, que el aborto seguro es un elemento fundamental de los servicios de salud de la mujer, y que sin ese derecho, la vida de la mujer queda arruinada.

¿Qué revela sobre la naturaleza de esta sociedad, de este sistema, que tal persona valiente, cariñosa y humanitaria fuera objeto de persecución, constantes ataques, calumnias y al final el asesinato? ¿Qué revela acerca de un sistema que no solo azuza sino que da dirección a las fuerzas fascistas cristianas antimujer más reaccionarias que tienen en la mira a médicos como el Dr. Tiller; publica “listas de blancos para asesinato”; fomenta la ignorancia generalizada y el reaccionario fervor religioso, y fraguó el ambiente en que fue asesinado el Dr. Tiller? ¿Y qué revela acerca de un sistema en que, cuando alguien mató a sangre fría a tal héroe, que los funcionarios del gobierno no salieron en su defensa, no denunciaron este atropello, no aseguraron que continuara su trabajo importante ni que el que lo asesinó fuera procesado? Este es un sistema que tiene en sus meros cimientos la opresión de la mujer.

Obama, el presidente “pro derecho a decidir”, dice que deberíamos encontrar “puntos en común” con los que atacan el derecho al aborto, diciendo que hace falta reducir la cantidad de abortos. Pero como señala “Una declaración: Por la liberación de la mujer y por la emancipación de la humanidad”, no podemos encontrar “puntos en común” con los fascistas cristianos, que cuentan con el respaldo y estímulo de poderosas fuerzas de la clase dominante. Tal “acomodación” solo quiere decir darle legitimidad moral e iniciativa política al movimiento que quiere obligar a la mujer a procrear en contra de su propia voluntad. (Vea la Declaración completa en línea en revcom.us.)

Un feto no es un bebe

Sé que en la sociedad muy ampliamente, aun entre la gente que estaba indignada y consternada por el asesinato del Dr. Tiller, hay confusión sobre el aborto en general, y particularmente sobre los abortos tardíos. Quiero hablar de eso. No es suficiente estar consternado por este asesinato despreciable que nos quitó tal recurso valioso y una persona irremplazable. Para construir un movimiento, tan sumamente necesario hoy, tan inquebrantable en su apoyo al aborto al pedido y sin apologías como el Dr. Tiller era inquebrantable en su determinación de apoyar a las mujeres que lo necesitaban, debemos basarnos firmemente en la ciencia y la moralidad del aborto en toda fase del embarazo.

El Dr. Tiller fue un doctor humanitario y experto que practicó abortos en diferentes etapas del embarazo, pero era mejor conocido por ayudar a mujeres que se encontraban en el segundo o tercer trimestre (de 13 a 24 semanas) del embarazo. Las mujeres venían a él de todas partes del país y de otros países porque era uno de los pocos médicos que sabían cómo practicar abortos y los practicaba en el tercer trimestre (permitido por la ley de Kansas bajo estrictas reglas). Dr. Tiller persistió, insistió más bien, a pesar de las décadas de feroz persecución, en 1993 incluso recibió disparos en los dos brazos en un intento fallido de asesinato, porque sabía que las mujeres necesitaban de ese servicio que no podían obtener en ninguna otra parte y que él era la última esperanza para muchas de ellas en circunstancias desesperadas.

Primero, la realidad del aborto es que se practican cerca del 90% en el primer trimestre de embarazo. Pero es importante entender por qué debe haber acceso al aborto para la mujer en cualquier etapa del embarazo y por qué es moralmente correcto apoyarlo y por qué esto no es un aborto de “parto parcial” mucho menos “asesinar a un bebe”.

El embarazo es un proceso que toma algún tiempo. Como se expuso en el artículo anterior: “Qué es un aborto y por qué las mujeres deben tener el derecho a decidir” de A.S.K. en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución) número 1265 del 23 de enero de 2005, “no es un suceso misterioso guiado por fuerzas externas. Es parte de los procesos normales del cuerpo de la mujer... El óvulo pasa a ser un feto y crece nueve meses solo porque la fisiología de la mujer (el funcionamiento de su cuerpo) hace que ocurran esos cambios”. Por eso la mujer, y noel hombre, ni la iglesia, ni el gobierno ni nadie más, debe tener la opción de elegir si continuar o no su embarazo y tener los medios para realizar su decisión.

En resumen, el feto se desarrolla literalmente de una mórula de células (el embrión) que se podría desarrollar a pocos días después de la fecundación. En tres semanas de embarazo el embrión entero es de unos 2 milímetros de largo cerca del tamaño de la letra “o”. (Ver las páginas centrales del número 166 del periódico, “Un feto no es un bebe”). Para los tres meses de embarazo, el embrión es un feto, y parece un poco más “humano”, pero adentro, sus órganos internos, músculos, esqueleto y sistema nervioso no están muy desarrollados. En este momento es solamente cerca de 2.5 cm de largo.

De nuevo, es durante estos tres meses de embarazo, o el primer trimestre, que casi el 90% de los abortos son practicados.

Otro 10% de los abortos son practicados de 13 a 20 semanas de embarazo. Incluso al final de este período, el feto aún no está muy desarrollado y no puede sobrevivir fuera del útero sin condiciones médicas especiales. Solamente un poco más del 1% de los abortos son practicados en las 21 semanas o más tarde en el segundo trimestre o tercer trimestre.

Pero incluso en esta etapa de desarrollo un feto solamente tiene el potencial de convertirse en un ser humano. Hasta que nace, no tiene vida propia separada de la vida de la mujer de cuyo cuerpo es parte. Este no flota en una burbuja incorpórea (como lo han hecho creer los que se oponen al aborto en las imágenes que muestran afuera de las clínicas) sino que es totalmente dependiente de los procesos biológicos de la mujer durante todas las etapas hasta que nace. Por ejemplo, este obtiene oxigeno de la sangre de la mujer, recibe nutrientes y excreta residuos a través de las funciones biológicas de la madre, y no puede sobrevivir separado de ella. Y esto es así hasta que la mujer pare y el bebe toma su primera respiración convirtiéndose en un ser humano.

No importa qué tan pequeño sea el huevo fecundado o qué tan desarrollado sea el feto, mientras que esté en el útero de la mujer, este es una parte de su cuerpo, dependiente y subordinado a la vida de la mujer. Y no es un ser humano hasta que nace y respira por primera vez convirtiéndose en un ser humano separado.

Las historias detrás de los abortos tardíos

No hay duda de que los abortos más tempranos son menos complicados y mejor para la salud de la mujer. Entonces, ¿por qué esperaría una mujer?

En primer lugar, no hay ningún proveedor del aborto en el 87 por ciento de todos los condados estadounidenses. No es sorprenderse que la mayoría de las mujeres que necesitan procedimientos en el segundo o tercer trimestre vivan en zonas rurales, son por lo general más jóvenes y menos educadas, y tienden a ser más pobres que las mujeres que se hacen el aborto más temprano. (Fuente: Ann Rose, “Mercy Abortions: What Dr. Tiller Did” (Abortos por piedad: Lo que hacía el doctor Tiller), en línea en Daily Kos, 2 junio 2009).

Durante un foro para que se expresara el público en una conferencia reciente sobre la libertad de reproducción en el Colegio Hampshire, escuché a muchas mujeres de distintos sectores sociales ponerse de pie y contar con detalles dolorosos las dificultades que sufrieron para hacerse un aborto —por leyes restrictivas o por la tardanza para conseguir el dinero (un promedio de $400 para un aborto del primer trimestre)— una situación que les obligaba a tardar más con el embarazo y por eso requería un procedimiento más complicado (y más costoso).

Después de que Misisipí aprobó una ley en 1992 que obligó a una mujer que pedía un aborto recibir información en persona sobre el feto y las “alternativas” al aborto, y luego esperar por lo menos 24 horas antes de hacerse el aborto, se aumentaron los abortos del segundo trimestre en un 53 por ciento entre mujeres que dependían de proveedores en Misisipí (estudio en inglés publicado en Family Planning Perspectives (Perspectivas sobre la planificación familiar), vol. 32, #1, enero/febrero 2000).

En un estudio que hizo el Instituto Guttmacher en julio de 2008, el 58 por ciento de las mujeres que se estaban haciendo el aborto dijeron que hubieran preferido hacerlo más temprano. Y de las que tardaron para hacerse el aborto, casi el 60 por ciento dijeron que era por lo tardado para hacer los preparativos y conseguir el dinero.

Las mujeres en las zonas urbanas que tienen menos restricciones sobre el aborto también necesitan abortos tardíos por una variedad de razones. Merle Hoffman, fundadora y presidenta de Choices, Centro Médico Femenino, en la Ciudad de Nueva York, me contó de una paciente muy jovencita cuyo embarazo apenas había rebasado las 24 semanas, el límite para abortos en el estado de Nueva York. “Tenía problemas terribles con el abuso doméstico, pero no pudimos hacerle el aborto en Choices”, dijo Hoffman. “Llamé a George Tiller y le pregunté que si yo pagara para mandarla a Kansas, si él haría el aborto sin cobrar. Se la mandé y él le hizo el aborto — así estaba de comprometido”.

Susan Hill, otra proveedora del aborto y presidenta de la Fundación Nacional para la Salud de la Mujer, le dijo a Kate Harding en un artículo que salió en Salon.com que ella “siempre mandaba los casos más trágicos a Tiller”. Incluían a “mujeres diagnosticadas con cáncer que necesitaban hacerse el aborto para calificar para la quimioterapia, mujeres que aprendieron en un momento tarde de un embarazo deseado que el feto sufría de una enfermedad mortal y víctimas de violación tan jovencitas que ni se dieron cuenta de que que habían quedado embarazadas hasta meses más tarde”.

O consideren la situación de una niña de once años que no se da cuenta de que está embarazada hasta muy tarde. “Le mandábamos niñas de 11 ó 12 años que ya tenían el embarazo demasiado avanzado para que nadie [más] las atendiera”, dijo Hill. “Las niñas de 11 años no se lo cuentan a nadie. A veces ni siquiera saben que se les ha bajado la regla”.

Muchas de las mujeres que buscan un procedimiento del tercer trimestre lo hacen por anomalías graves del feto: deformidades importantes y terribles que ponen en peligro las funciones de los órganos críticos y que muchas veces causarían la muerte del feto o del recién nacido. No se notan hasta más tarde en el embarazo y frecuentemente implican complicaciones potencialmente peligrosas para la mujer.

Tras el asesinato del doctor Tiller, se han publicado algunas de estas historias en diarios digitales, como “Kansas Stories”, sobre mujeres que viajaron a Wichita, Kansas después de recibir la terrible noticia sobre la condición de su feto demasiado tarde como para terminar el embarazo en el estado donde vivían. Estas historias en primera persona cuentan de parejas que estaban planeando con alegría el nacimiento de su bebé solo para quedarse devastadas por la noticia de que hubo algo terriblemente mal, y para no poner en peligro la salud de la mujer o causarle sufrimiento a un recién nacido que tiene poca o ninguna posibilidad de sobrevivir, acudieron al doctor Tiller.

Unas mujeres con experiencias similares testificaron en Washington, D.C., cuando el Congreso estaba considerando una prohibición del llamado “aborto del parto parcial”, al cual algunos doctores consideran el procedimiento del aborto tardío más seguro y menos traumático, que tiene el término médico de D&E (dilación y extracción). (“Aborto del parto parcial” es un nombre que inventaron por intenciones frías y que carece de base médica; no existe tal cosa como el “aborto del parto parcial”. Ni “parto parcial” tampoco. O se aborta un feto o nace un bebé.)

Contaron de su dolor devastador y de por qué ni el gobierno ni los tribunales tienen derecho a interferir en las decisiones entre una mujer y su doctor sobre la decisión más apropriada o el mejor método para terminar un embarazo. (Se aprobó la prohibición y más tarde la Suprema Corte la confirmó en un caso que incluía a Leroy Carhart, uno de dos doctores que siguen practicando abortos tardíos, que viajó por avión a la clínica de Tiller el día después del asesinato para asegurar que se atendiera a las mujeres que tenían citas.)

Y de todos modos, un feto no es un bebé hasta que nazca y se convierta en un ser humano vivo y viable. Las mujeres que no tienen el derecho de decidir si terminar o no su embarazo en cualquier etapa, por cualquier razón, las mujeres a las cuales les han negado el derecho y la capacidad de decidir por su cuenta si tener un/a hijo/a y cuándo, que no tienen ni pizca de control sobre su propio cuerpo, han sido reducidas a lo que es el equivalente a la esclavitud.

* * * * *

El meollo de la cuestión es la libertad de la mujer y su capacidad de contribuir a la sociedad como la mitad de la humanidad. Lo que se debate aquí, con los proveedores del aborto literalmente en las primeras filas, es la cuestión moral profunda de obligar o no a la mujer a procrear y criar contra su voluntad o de poder desempeñar un papel activo en toda la sociedad como un ser humano emancipado.

Doctor Tiller era un héroe. Lo que se necesita ahora más que nunca es que todos los que quieran ver un fin a estos tiempos —en que se calumnia a una mujer y se le avergüenza por pretender terminar un embarazo, en que aquellos proveedores de cuidado médico que las apoyan viven atemorizados— tomen posición firme con la ciencia y la profunda moral de defender la libertad de la mujer y luchar sin titubeos ¡por el aborto al pedido y sin apologías!

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

Sobre la muerte del Dr. Tiller:

Los “puntos en común” son una ilusión mortal; ¡Aborto al pedido y sin apologías!

Sunsara Taylor

El asesinato del Dr. George Tiller, el valiente proveedor de abortos de Kansas, es un reto moral y práctico para todo ser humano en este país.

Nos encontramos ante un suceso que estremece la historia. El futuro girará a una dirección u otra según lo que hagamos.

O este asesinato creará un ambiente en que los proveedores de abortos no podrán hacer su trabajo y nadie más le entrará a ese trabajo, o una cantidad creciente de personas tendrá un despertar, dejará de mantenerse al margen, defenderá a nuestros médicos y nuestras clínicas y revertirá la dinámica que ha llevado a esta situación en que no sólo el aborto sino también el control de la natalidad están en peligro.

Entre estas dos posibilidades, no existe ningún “terreno intermedio” neutral.

Hace dos semanas, la Universidad de Notre Dame se convirtió en un punto candente de la lucha por el derecho al aborto cuando invitó a Obama a dar el discurso de la ceremonia de graduación. De una manera concentrada el discurso revela por qué seguimos perdiendo terreno, perdiendo clínicas, perdiendo a médicos y perdiendo corazones y mentes, especialmente de las y los jóvenes que han crecido durante tiempos de gran confusión moral en torno al aborto. De muchas formas, los acontecimientos en torno a la visita de Obama a Notre Dame prepararon el terreno para este reciente asesinato.

Cuando los dirigentes antiaborto oyeron que Notre Dame había invitado a Obama, pusieron su movimiento en pie de guerra. Chillaron que Obama es el más “radical pro derecho a decidir” de todos los presidentes. Invadieron la universidad los rabiosos odiamujeres fascistas cristianos como Randall Terry (quien anuncia en los medios que no le tiene ninguna simpatía al Dr. Tiller, llamándolo un “asesino múltiple”) y los soldados rasos fundamentalistas tipo zombis. Gritaban fuerte sobre “asesinatos sangrientos”, entraban sin autorización y fueron arrestados, predicaban su retórica en los medios nacionales e incitaban a su base de fanáticos por todo el país.

Por otro lado, no se presentaron las organizaciones pro derecho a decidir. Sí, ninguna, cero. Parece que el movimiento se quedó adormecido al volante porque hay un demócrata “pro derecho a decidir” en la Casa Blanca, al igual que en los años de Clinton cuando el acceso al aborto se restringió de manera dramática.

Yo fui a Notre Dame con media docena de partidarios más del Partido Comunista Revolucionario. Varios grupitos de estudiantes y personas de la localidad que llegaron por su cuenta se nos unieron a alzar la bandera “¡Aborto al pedido y sin apologías!” y letreros “¡La mujer no es una incubadora! ¡El feto no es un bebé! ¡El aborto no es asesinato!”

Mientras tanto, Obama estaba en el auditorio con su ilusión mortal de “puntos en común”. Afirmó que todas las mujeres se sienten moralmente angustiadas por el aborto. Sugirió que encontráramos “puntos en común” al reducir la cantidad de abortos y la de embarazos no deseados. Dijo que debiéramos encontrar “puntos en común” sobre la necesidad de “cuidar y apoyar a las mujeres que lleven a término su bebé”.

Como he analizado en más detalle en “La ilusión mortal de los ‘puntos en común’ sobre el aborto: Respuesta al discurso de Obama en Notre Dame sobre los puntos en común y el aborto” (Revolución #167, 7 de junio de 2009), el discurso de Obama le dio más legitimidad moral e iniciativa política al movimiento que quiere obligar a las mujeres a tener hijos contra su voluntad.

No puede haber “puntos en común” sobre el tema de reducir el número de abortos. En un momento en que en el 87% de los condados del país no hay acceso al aborto, cuando los médicos están bajo sitio y las mujeres tienen que soportar un calvario de obstáculos (leyes de notificación a los padres, plazos de espera obligatorios, miles de “centros de crisis de embarazo” antiaborto y limitaciones económicas y de desplazamiento), ¡lo que hace muchísima falta es ampliar el acceso al aborto, no reducir el número de abortos!

No puede haber “puntos en común” sobre el tema de reducir los embarazos no deseados. En verdad sería maravilloso si todas las y los jóvenes recibieran una educación franca y científica sobre su cuerpo, la sexualidad y cómo formar relaciones emocionales y físicas sanas y mutuamente respetuosas. Sería maravillosa si en todas partes hubiera acceso a los métodos de control de la natalidad y se popularizaran. No obstante, el movimiento “pro vida” no estará de acuerdo. Las mismas escrituras bíblicas que los impulsan a insistir en que las mujeres lleven el embarazo a término, también los impulsan a oponerse al control de la natalidad. No hay ni siquiera una sola organización “pro vida” que apoya el control de la natalidad.

Con respecto al aborto, sólo hay una pregunta moral: ¿tendrá la mujer el control sobre su propia vida y aparato reproductivo, o nos obligarán a procrear en contra nuestra voluntad y nos subyugarán a la autoridad patriarcal masculina?

Si queremos conservar el derecho al aborto, que es esencial para la libertad de las mujeres, tenemos que refutar la idea de que el aborto tiene algo de malo. No podemos dejarnos apaciguar por un presidente que se llama “pro derecho a decidir” pero quien a la vez se refiere a un feto como un “niño” y así legitima la idea de que “el aborto es asesinato”. Tenemos que alcanzar a la nueva generación que nunca ha oído a nadie hablar de manera positiva sobre el aborto y decirle la verdad: el aborto salva vidas y enriquece la vida de las mujeres que pueden decidir libres del estigma, la vergüenza, la coacción o los obstáculos.

Tenemos que retomar la autoridad moral y, sí, repolarizar la situación. En estos días, parece que todos están convencidos de que la polarización es algo malo. De ninguna manera. La actual polarización es muy que muy mala. Los fascistas anti-mujeres andan desbocados, y se les permiten adjudicarse la autoridad moral mientras la gente pro derecho a decidir confía en los engañosos “puntos en común” de Obama. Tal polarización es mortal y va de mal en peor.

Pero una polarización diferente sería muy buena, en que las personas tendrían que decidir si estuvieran a favor de obligar a las mujeres a tener hijos contra su voluntad o si estuvieran a favor de la plena emancipación de la mujer.

Si la gente no entiende que tiene que elegir entre la subyugación de la mujer y la liberación de la mujer, bueno, tenemos que explicárselo a ellas. Cuanto más la gente vea lo que en realidad pasa, más tendrá la oportunidad de tomar partido con la mujer y toda la humanidad, y no tendrá esta oportunidad mientras que los pro derecho a decidir no tome la ofensiva moral y política.

Yo creo y he visto en la práctica una y otra vez que cuando la gente tenga claridad sobre lo que está en juego, una gran cantidad de ella tomará partido con la mujer. Es posible convencer incluso a las personas que hoy se sienten confundidas o que tienen ideas negativas en torno al aborto, para que se cambien de opinión, pero solamente si lucháramos con ellas.

Soy un ejemplo vivo de eso. Tenía 15 años y vivía en una pequeña ciudad de Minnesota cuando fue asesinado el primer médico que practica abortos. En ese entonces yo era una cristiana y pasaba el tiempo con miembros del club Young Life [vida joven]. Aunque me consideraba pro derecho a decidir y sabía que la mayoría de mis amigos eran “pro vida”, jamás creí que importaba. Pero oí a mis amigos cuando estaban identificándose con el hombre que mató al médico. “No digo que apruebo la violencia”, dirían, “pero puedo entender sus motivos. Impidió que mataran a bebés”. De repente, tuve que decidir si pudiera seguir en la pasividad mientras que los médicos eran objeto de una cacería y hubiera personas que simpatizaban con eso.

Esto es lo que está pasando en la mente de millones de personas hoy mismo, a la hora de comer, en las aulas y en los intercambios de mensajes de texto entre amigos adolescentes muy noche.

En mi caso, tuve la suerte de conocer a unas personas que tenían claridad sobre el aborto. Me ayudaron a conocer de manera científica que un feto es una parte subordinada del cuerpo de una mujer y que no es un “niño”. Me dieron una forma positiva de expresar la indignación que sentía. Habían colocado letreros que llamaban a la gente a que se unieran para defender la última clínica de aborto en Dakota del Norte que los fascistas cristianos tenían sitiado. Me alisté. Aprendí muchísimo. Desde entonces me cambié completamente.

Hoy mismo, las personas que creían que no tenían que preocuparse por “las guerras sobre el aborto” ya se ven obligadas a prestar atención. ¿A cuáles voces, qué claridad, qué reto prestarán atención?

Tenemos que levantar la voz ahora para exigir la plena emancipación de la mujer, lo que incluye el derecho al aborto al pedido y sin apologías. Ya se puede ver que confiar en Obama y buscar “puntos en común” solamente llevará a más desastre. Ya es hora de que la gente, de que nosotros mismos, nos pongamos de pie y luchemos por el mundo en que queremos vivir.

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario — Entrevista del programa de radio de Michael Slate

Sobre el comunismo, el liderazgo, Stalin y la experiencia de la sociedad socialista

Nota: Lo siguiente es el texto de pasajes de una entrevista a Bob Avakian por Michael Slate que salió en su programa Beneath the Surface (Debajo del superficie) de KPFK en Los Ángeles el 25 de enero de 2005. Consta de dos partes las cuales estamos publicando juntas aquí: Parte 1, sobre el liderazgo — vanguardias y líderes individuales; y Parte 2, Stalin y la experiencia de la Unión Soviética y la sociedad socialista. Se le ha revisado para su publicación, en particular para darle más claridad, añadiendo unas explicaciones breves entre corchetes dentro del texto.

Michael Slate:   [Introducción] Respecto a si otro futuro es posible, sale muchas veces una pregunta grande. ¿No es peligroso invertir tanto en un líder individual para un movimiento que realmente pretende liberar a toda la humanidad — invertir tanto en un líder individual? Y la otra pregunta que sale, relacionada con eso, es una que para mí —creo que la izquierda, en particular la izquierda que ha defendido el socialismo como ha existido en la Unión Soviética y en China, como que con exagerada frecuencia titubea, yo diría, para hablar de eso— es la cuestión de Stalin. Yo sé que cada vez que hablo del futuro y del socialismo, recibo muchos emails bien serios de gente que me pregunta sobre Stalin y de lo que opino sobre lo que pasó bajo Stalin. Entonces pensé que ésta sería una buena manera de entrarle a esta cuestión, de realmente explicar unos pensamientos, creo que un modo de pensar muy único y que hace reflexionar. Entonces lo que le pregunté al presidente Bob Avakian eran esas dos preguntas, y eso es lo que van a escuchar ahorita. Éste es Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario.

Parte 1: Sobre el liderazgo — vanguardias y líderes individuales

Michael Slate:  Bueno, entrémonos a esta cuestión sobre el mundo y cómo podría ser. Y es interesante, por un lado, me da la impresión de que la gente realmente quiere otro mundo. Por otro lado, también da la impresión inmediatamente cuando se plantea la cuestión del comunismo, o se plantea la cuestión del maoísmo, lo que pasa luego luego es que la gente inmediatamente identifica eso con el totalitarismo y que plantea, en oposición, esa cosa de que: bueno, queremos la democracia. Y creo que una de las cosas, una de las preguntas importantes que le da origen, es en realidad la cuestión del liderazgo, de ser una vanguardia y también de los líderes individuales. Y ha salido con relación a ti en particular, pero también ha salido como cuestión general cuando la gente habla de que: ¿no es peligroso invertir tanto en un líder, no es algo muy peligroso para la creación de un nuevo mundo?

Bob Avakian:  Bueno, eso depende de lo que uno quiere decir con invertir tanto en un líder. Si uno reconoce que sí surgen líderes que desempeñan un papel sobresaliente, como sí ocurre —que representan una concentración del entendimiento de cómo es el mundo y cómo se puede y se debe cambiarlo, a un nivel más alto que los demás a su alrededor en un momento dado— entonces puede ser una cosa muy positiva. Contar con algo así y reconocerlo puede ser muy positivo. Y requiere que la gente se una a base de esa dirección y que la defienda al mismo tiempo que requiere que participe plenamente y desempeñe su propio papel en la lucha. Entonces depende de lo que uno quiere decir con “confiar”. Si uno quiere decir confiarles todo, dejar todo en manos de unas cuantas personas, y que todos los demás les sigan pasivamente o que les encarguen todo el trabajo de pensar de trabajar con las ideas —o que los sigan ciegamente o no traten de bregar con el mismo tipo de problemas con los cuales aquellos están bregando— entonces sí, no es nada bueno.

Así que existe unidad y también contradicción entre por un lado, una persona que se desarrolla con un entendimiento avanzado y sí concentra, como he dicho, a un nivel más alto que otros, cierto entendimiento de cómo es el mundo y cómo se puede cambiar; y por otro lado, el papel de muchas otras personas, y cada vez más personas, en hacer suyo ese enfoque para cambiar el mundo —ese mismo punto de vista y método comunistas— y hacerle la mayor contribución que puedan. Entre más ocurran las dos cosas, más vamos a avanzar. Entonces, sí, sería un problema si uno lo manejara en el mismo sentido en que lo hace la burguesía: encontrar a unas cuantas personas sobresalientes y dejar todo en manos de ellas. Irónicamente eso es más bien la manera burguesa de hacer las cosas, aunque niegan tener el “culto de la personalidad”. Hemos visto todo esa [blip] de Reagan1 . Pero también están defendiendo un antiguo estilo de vida y gozan de todas las ventajas que acompañan ser el sistema arraigado, la clase dominante arraigada. Y pueden desarrollar a bastante gente para administrar su sistema, con relativa competencia, de acuerdo con sus necesidades.

Pero nosotros estamos pretendiendo oponernos a todo lo que es el mundo actual, hacer innovaciones e importantes adelantos para hacerlo, que tienen que estar a nivel histórico-mundial porque eso es lo que nos confronta. Y sí tenemos niveles disparejos. Pues no somos los que hayamos estado triunfando en la lucha durante un buen rato, que hayamos corrido a los imperialistas a unos rinconcitos para luego barrerlos del mundo para siempre — no hemos llegado a esa etapa. Representamos las fuerzas que estamos en ascenso pero aún no llevamos ventaja, como quien dice. Entonces, nos es más difícil contar con tantas personas que tengan un entendimiento tan avanzado y que puedan dirigir como nos será posible más adelante en la lucha, cuando hayamos superado más de esas divisiones opresivas en la sociedad.

Uno no puede empezar la discusión sobre eso en la parte de en medio. Tiene que empezar desde el principio, desde las raíces de la cuestión. ¿Por qué se necesitan líderes en primer lugar? ¿Por qué hay desarrollo disparejo dentro de un movimiento o de un partido? ¿Por qué hay unas personas más avanzadas que otras? ¿Por qué existe una distancia —sí, una distancia bastante grande— entre la vanguardia consciente organizada del pueblo y las masas más amplias del pueblo? ¿Se debería a que las personas que están en esa vanguardia organizada se propusieran crear esa distancia? ¿O, más bien, porque su mera existencia como una vanguardia refleja de hecho esa distancia, expresa esa distancia? [Si uno piensa en el] noventa por ciento de las personas o más en el mundo, francamente muchas de ellas no saben leer y escribir debido al funcionamiento de este sistema y a lo que les ha negado. Pero incluso las que sí saben, la mayoría de ellas están agobiadas por la lucha diaria para sobrevivir y se les machaca tanto la ideología de la clase dominante, que espontáneamente, por sí solas, aunque rebelarían, reconocerían aspectos importantes de la verdad sobre el mundo y la sociedad y lo que esos tienen de malo, pero no pueden llegar a un entendimiento sistemático global que les permite superar todos los obstáculos que les quedan en el camino para realmente cambiar todo eso.

En un momento dado en una sociedad como esta, dada la enorme brecha entre la mayoría de la gente que está en ese tipo de situación y las pocas personas que tienen acceso a las ideas, trabajan con las ideas y forcejean en la esfera de la teoría y todo eso, ese último grupo es donde primero se encontrarán personas que llegan a ese entendimiento, que dan un salto y como que logran descubrir de manera penetrante cómo funcionan esta sociedad y el mundo y cuáles son el movimiento y el desarrollo históricos de eso, hacia dónde todo eso tiende a ir, adónde tiene que llegar y cómo puede llegar. Por eso existe esa brecha.

Por ejemplo, estaba platicando el otro día con unas personas sobre la película Contacto en la cual el personaje representado por Matthew McConaughey le dice al de Jodie Foster, que es una especie de atea: “Bueno, ¿por qué crees que sepas todo? El noventa y cinco por ciento de la gente en el mundo cree en dios — ¿por qué te crees tan sabelotodo?” Bueno, resulta que ella tiene razón — no existe ningún dios. Pues ella tuvo la oportunidad de poder estudiar y aprender de la realidad y bregar con cuestiones de teoría, filosofía y ciencia y llegar a ese entendimiento. El noventa y cinco por ciento de las personas que creen en la religión — la mayoría de ellas no tuvieron esa oportunidad. Algunas de ellas sí la tuvieron y eligieron la religión por otras razones, pero la mayoría de ellas no han tenido ni siquiera la oportunidad de hacerlo. Entonces, ¿ella tenía la culpa de eso, o ella estaba mal? ¿O es eso un reflejo de lo que tiene de mal el mundo?

Y de verdad pasa lo mismo con el liderazgo, con el partido de vanguardia o con los líderes individuales. Son personas que —estábamos platicando antes acerca de algunas de mis experiencias— bueno, en parte se trataba de estar en una situación de gran efervescencia intelectual y en una posición —y francamente de tener la oportunidad, hasta el lujo, por ser de una familia de la clase media— de poder tener el tiempo para entrarle a todas estas cosas y debatirlas sin tener encima todo el peso de la sociedad. Eso es parte de lo que puede hacer la juventud, de por sí. Pero además, existe una diferenciación de clases. Si uno es de los de abajo y carga con todo ese peso, es difícil superar todo eso. Algunas personas logran hacerlo. Por ejemplo estaba platicando el otro día con alguien que es un intelectual que viene de circunstancias muy desesperadas y le pregunté: “¿Cómo lograste hacerlo?” Me contestó: “Bueno, durante un año, no pude encontrar ningún trabajo, no pude hacer nada. Leí todos los libros a mi alcance”. Entonces sí ocurre, pero es bastante insólito. Lo ves en la prisión. Algunos presos, a fin de no perder la razón o lo que sea, se ponen a leer, se ponen a escribir, se ponen a investigar y a estudiar muchas cosas. Y se convierten en intelectuales por sus propios esfuerzos. Pero hay que reconocerlo, la mayoría de la gente en la prisión se quedará pulverizada por lo que pasa ahí y no podrá lograr eso.

Bueno, venga uno de donde venga, sea la prisión o las circunstancias de esa persona que vivía literalmente en la calle mucho del tiempo, o de circunstancias como las mías, si llega a cierto entendimiento y no solo ve que se necesita cambiar el mundo sino también que existen las fuerzas en la sociedad que podrían realizar ese cambio y que necesitan ese cambio, entonces uno les lleva ese entendimiento que ha desarrollado y las atrae hacia ese entendimiento para que lo apliquen. Pero va a haber niveles disparejos, y donde existen personas que tienen ese entendimiento, no deben estar apenados, no deben ponerse a la defensiva ni tener renuencia a influenciar a los demás. No deben ser arrogantes. Deben reconocer que tienen muchísimo que aprender de la gente que vive el infierno que es esta sociedad de a diario, pero que también tienen cosas importantes que traer a la gente. Y debe haber ese proceso dialéctico, que abarca el intercambio entre las dos partes, en el cual se desarrolla a las masas populares que son los que van a realizar ese cambio en última instancia, pero también, en cualquier momento dado, se aprecia y se defiende a la dirección que ha surgido que sí tiene ese entendimiento avanzado y es capaz de vincularlo con la situación material de las masas populares y con su propio deseo de encontrar una salida de este mundo que las tiene encadenadas, y que puede desarrollarlas a base de eso.

Lo veo más bien de esa manera, y dondequiera en el mundo y cuando quiera que haya líderes que tengan una capacidad desarrollada — volviendo a lo que decías al comienzo de nuestra conversación acerca de la persona que dijo que yo reúno la teoría y un conocimiento de cómo llevarla a las masas populares. Bueno, quiero ser capaz de hacerlo aun mejor, pero creo que objetivamente eso encierra una verdad importante. Y donde se presente eso, es algo valiosísimo y precioso para la lucha y hay que reconocerlo y defenderlo — porque no es fácil que el movimiento de masas del pueblo dé lugar a eso, que es en realidad de donde vengo, al igual otras personas que lleguen a esta posición. Y combinar esto con el estudio de la teoría — pero sin ese impulso de las masas populares del que hemos estado hablando, yo ni siquiera habría tenido ganas de adentrarme en esa teoría ni habría reconocido tal necesidad ni habría tenido tal inclinación.

Pues lo importante es esa interacción, ese intercambio. Y donde haya estos líderes, hay que reconocer eso, hay que reconocer lo importante que es eso y el gran afán que tiene el enemigo de destruir eso. Éste tiene a gente que estudia todo esto y no esperan hasta que tengamos una enorme influencia. No se sientan de brazos cruzados esperando a ver qué avances vamos a alcanzar. En cuanto vean surgir algo así, van a empezar a elaborar las tácticas para aplastarlo y eliminarlo.

Por otro lado, el papel de tales personas es precisamente desarrollar a una cantidad creciente de personas, la que incluye, entre otras, aquellas que pueden ser y tienen que ser la fuerza motriz de esta revolución. Eso es la orientación y el objetivo que persigo — junto con nuestro partido en su conjunto y por medio del partido, dirigiéndolo a hacer esto, a desarrollar esa base de gente y a atraer e incorporar a las personas de manera amplia y a forjar un amplio frente unido con esa fuerza proletaria básica como la fuerza impulsora en todo eso, para hacer esta revolución. Y luego a empezar a transformar la sociedad de modo que cada vez más los individuos no tengan lo que se podría llamar una influencia desproporcionada, que su importancia no esté fuera de proporción con la de otras personas en la sociedad. Pero para alcanzar ese momento, en primer lugar tenemos que deshacernos de este sistema y sus divisiones opresivas, entre ellas esta contradicción mental/manual que es en realidad de lo que he estado hablando: las pocas personas que trabajan con las ideas y con la mente, y las muchas personas que trabajan con el lomo y las manos si es que pueden conseguir trabajo. No se puede eliminar esa contradicción con buenos deseos o fingiendo que no existe.

En gran parte es esa contradicción la que da origen a la necesidad de los líderes y de una vanguardia, y de ahí se desarrolla la contradicción y cambia a: ¿cómo dirige esa vanguardia a las masas populares a hacer avanzar la sociedad hacia adelante para eliminar, con el paso del tiempo, esa contradicción y la necesidad de tener esa vanguardia? A lo largo del camino, esa vanguardia sí puede transformarse en su contrario y los líderes pueden transformarse en su contrario. Esa es la naturaleza contradictoria de lo que estamos haciendo. No podemos hacer todo esto sin una vanguardia, pero no obstante es posible transformarla en su contrario; y tenemos que luchar para resolver esto de modo que la situación se desarrolle hacia adelante hasta tal momento en que ya no son necesarios los líderes ni las vanguardias, en el sentido en que estamos hablando acerca de ellos, y éstos desaparezcan, y el proceso más colectivo de las masas populares los reemplace sin esas diferencias entre el trabajo intelectual y el trabajo manual y sin que sea tan fuerte, por decirlo así, el papel de individuales particulares.

Parte 2: Sobre Stalin y la experiencia de la sociedad socialista

Michael Slate: Pienso que eso es muy importante. Y hay algo, me entiendes — la cuestión que suscita todo esto de los líderes y el comunismo, quiero decir el gran asunto que siempre está medio en el aire y de cierta manera la primera cosa que sale es: Está bien, hemos tenido alguna experiencia en torno a esto — Stalin. Y sé que eso es un gran tema pero también es algo que —creo que tú lo sabes— fíjate, para buena parte de la audiencia de KPFK, en este caso, ese es el gran interrogante. Le entran inmediatamente en esto: Stalin, el totalitarismo.

Bob Avakian: Bueno, ese es un asunto de importancia. Quiero decir, yo creo que tú lo sabes, que hay mucha distorsión con Stalin también, como la hay en estos días con Mao. Stalin sí dirigió el desarrollo del primer país socialista en el mundo a pesar de tener casi todo en contra. Y muchas veces cuando las personas hablan acerca… especialmente en la sociedad estadounidense, de cierta forma nos condicionan a ver las cosas a través del prisma de lo que es ahora esta sociedad, y sin siquiera conocer ni pensar acerca de las implicaciones de las cosas como el hecho de que para empezar Stalin llega a la dirección después de un período en que se dieron una revolución y una guerra civil [en Rusia] que dejaron al país en un caos debido al contexto creado por la Primera Guerra Mundial. Y la economía estaba destruida; existía la duda de qué podían hacer por lo que respecta a reconstruir la economía — y en particular si podrían hacerlo de acuerdo a los lineamientos socialistas o simplemente tendrían que abandonar la idea una vez que quedara claro que aparte de Rusia, en grandes partes del mundo no existían revoluciones. Y Stalin fue el que se puso a la altura y dirigió al pueblo a construir en los hechos una economía socialista sin ninguna experiencia previa y en medio de circunstancias muy difíciles donde cada vez más se enfrentaban a la amenaza de un ataque — el cual llegó de Alemania [en 1941]. Esto es algo que mucha gente, incluso gente que se considera educada, no sabe, o se olvidó — o no se da cuenta de todas las implicaciones del hecho de que 20 millones de personas o más murieron en la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Quiero decir que eso era de una población de menos de 200 millones en ese entonces. Piensa en eso — perdieron más del diez por ciento de la población. Piensa en lo que eso significaría en los Estados Unidos y el efecto que tendría. Y que eso se vislumbraba ante ellos y por encima de ellos durante buena parte de los años que Stalin dirigió la Unión Soviética [desde mediados de los años 20 en adelante].

Y si combinas eso con el hecho que era un país atrasado donde el 80% de la población era campesina. Que habían pasado menos de cien años desde que se habían librado de la servidumbre. Esto sucedió al mismo tiempo que la guerra de Secesión en los Estados Unidos. Este fue uno de los dos mayores cambios que operaban en ese tiempo en el mundo — la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos y la abolición de la servidumbre en Rusia, donde los siervos eran virtual si no literalmente propiedad de los señores feudales. Eso sucedía solamente en la década del 1860 y no estaban muy lejos [de los años de la revolución rusa]. Y había un tremendo atraso en el país; aunque existía un imperio gobernado por el zar [la monarquía absoluta], en sí el país era mayormente atrasado.

Así que existían todas esas cosas —obstáculos contra los que Stalin tuvo que enfrentarse sin ninguna experiencia previa— y no obstante se produjeron grandes cambios. Industrializaron el país pero también hicieron grandes avances en los servicios de salud, el nivel de vida de la gente, el rol de la clase trabajadora en rehacer la industria y cambiar las relaciones — toda esa clase de cosas. Y [los grandes cambios en las condiciones] del campesinado. Y la abolición de formas tremendas y horrendas de la opresión de las mujeres en la Unión Soviética. Lo puedes imaginar en una sociedad aún sumergida en el feudalismo, con muchas diferentes formas de fundamentalismo religioso y absolutismo a través de la sociedad — y dieron grandes avances para las mujeres. Todo eso corresponde a los aspectos positivos los que por lo general ignoran u ocultan. Y la situación es mucho más contradictoria — lo positivo incluso es más contradictorio. Pero es importante analizar todo esto en el marco de las realidades contra las que se enfrentaron y también las realidades de los logros positivos que se dieron.

Pero por otra parte se dieron algunas debilidades reales de parte de Stalin que se agravaron más a medida que aumentaban las dificultades —y en particular cuanto más pudieran ver que se les venía encima la guerra, específicamente en la forma de un ataque de la Alemania nazi una vez que Hitler tomara el poder en 1933, y más allá— en Alemania durante la década del 1930. Stalin cometió muchos errores en parte por las difíciles circunstancias pero también en parte por su metodología. Una vez en broma o medio en broma, Mao dijo sobre Stalin que éste fue criado —educado, me entiendes— en un seminario religioso; él nunca se despojó totalmente de ese punto de vista. Y en él eso se manifestó en ciertas ideas mecánicas y rígidas — una tendencia hacia el pensamiento rígido, a ver las cosas en términos absolutos. Así era entonces la religión absolutista. Y sí, había cierta influencia del patriarcado y cosas semejantes que salieron de toda esa tradición. Aunque él [Stalin] se despojó de mucho de eso, lo que Mao quiso decir era que mucho de eso se reflejó en la manera en que Stalin abordó los problemas.

Como Mao señaló, de maneras importantes —y con mayor frecuencia a medida que aumentaba la amenaza a la Unión Soviética particularmente en los años 30— Stalin tendía a mezclar dos clases diferentes de contradicciones, tales como el mismo Mao las identificó: las contradicciones en el seno del pueblo el que constituía más del 90% de la sociedad, y las existentes entre el pueblo y el enemigo, los viejos explotadores derrocados y los contrarrevolucionarios activos en ese momento quienes saboteaban y trataban de destruir la economía, y algunos de ellos incluso colaboraban con los alemanes, pero de una forma u otra, [eran los que] trataban de volver a la vieja sociedad capitalista. Stalin tendía a combinar y confundir todas esas fuerzas y eso iba llegando a ser un problema con mayor realce cuanto más se agravaban los peligros en la Unión Soviética.

Y pienso que había también una situación en que Stalin —y esto ha sido un problema más amplio en nuestro movimiento el que nosotros luchamos para erradicar— uno empieza a estar convencido o uno llega a estar convencido de que uno mismo representa la ola del futuro y que uno puede rechazar de manera exageradamente fácil y echar a un lado de manera exageradamente fácil todo lo que se le opone a uno, que lo critica a uno, que disiente de lo que uno hace —lo que va de la mano con el problema de confundir esos dos tipos de contradicciones, de tratar de llegar a aspectos específicos o particulares de esto— y de ahí puede rechazar todo eso de manera exageradamente fácil y puede meter todo eso de una manera exageradamente fácil en el campo de las personas que están encaminadas a llevar la situación de regreso al capitalismo. Ahora algunas personas, que van a criticarlo cuando uno está construyendo el socialismo, quieren volver al capitalismo, pero en los hechos muchas personas no quieren hacer eso e incluso algunas veces sus ideas objetivamente llevarían a ese camino, pero conscientemente no parten desde este punto de vista. Y no solo unos cuantos líderes sino las masas populares tienen que analizar e identificar todas esas cosas. Tienen que analizar, identificar, resolver y forcejear sobre todas estas cosas. Y es necesario desarrollar cada vez más las formas para que el pueblo debata y determine qué corresponde de hecho a los intereses de las amplias masas del pueblo, cuál es el camino hacia adelante para arrancar de raíz estas centenarias cadenas de opresión de diversas formas y cuál es el camino para rehacer el mundo y unirnos con el pueblo a través del mundo en la lucha revolucionaria para ir más allá de todo esto y alcanzar toda una nueva era de la historia humana. El pueblo tiene que debatir, identificar y resolver esas cosas. Y existía una tendencia muy marcada en Stalin —que no se limita a él— a pensar que “nosotros conocemos el camino” y cualquiera que se nos oponga a nosotros no solamente podría estar equivocado —lo que es una posibilidad o es posible que tenga razón— sino que está tratando de llevar todo esto por un rumbo completamente diferente [de vuelta al capitalismo].

Y pienso que existía una tendencia [como ésa], la que echaba raíces con cada vez más peso y cuanto más les afectaban la necesidad respecto a los peligros y más sentía Stalin que tenían que acelerar el proceso a una velocidad vertiginosa a fin de industrializar y armar al país en una forma pesada para ser capaces de superar la amenaza militar, cuanto menos aire había para respirar y espacio para experimentar, para la crítica, para el disentimiento, para que el pueblo pusiera a prueba las cosas en diferentes direcciones y viera cómo todo eso podría ser parte del proceso y para que las masas participaran en los debates, forcejeo y identificación de cuál es el camino hacia adelante para salir de todo esto. Y no solo EL CAMINO (en mayúscula) como si hubiera solamente un camino, sino muchos senderos diferentes todos los cuales a la larga tienen que conducir o encontrar su camino y ser dirigidos hacia el objetivo que se tiene, pero que se puede encontrar muchos diferentes senderos para llegar a dicho objetivo. Yo no creo que se pueda avanzar a través de esos procesos acerca de los que estoy hablando por una vía angosta y recta. Pienso que Stalin no entendió eso o que cada vez más lo perdía de vista.

He aquí un fuerte reto: ¿cómo se puede tener a una sociedad con mucha efervescencia y mucho disentimiento y gente que hace diferentes propuestas y lucha por éstas, pero no obstante encuentra la forma de mantener todo eso, de abarcarlo todo con los brazos en el sentido de darle un abrazo, no en el sentido de sofocarlo sino de hacer que los brazos se extiendan ampliamente y lo abarquen todo para que se pueda dirigirlo todo hacia adelante sin sofocarlo y sin restringirlo, y de modo que las masas participen en serio y debatan estas cuestiones y determinen qué es el camino hacia adelante? Así que en Stalin hacía falta mucho de eso. Más bien tenía muchas ideas como la siguiente: “He aquí el camino hacia adelante — lo sabemos, vamos a avanzar hacia adelante uno, dos, tres, y si alguien se opone a eso o tiene cualquier otra idea, la única posibilidad en su caso es que trabaja para el enemigo”.

Con cada vez más frecuencia, eso llegó a ser el problema, como dije, cuando... cada vez más la necesidad — y esto tiene mucho que ver con la necesidad. Quiero decir, cuando la invasión de la Unión Soviética —siempre hablan de la Segunda Guerra Mundial, pero mencionan muy poco que cuando la invasión de la Unión Soviética, quedó destruida una gran parte de la industria— a todo lo que los nazis pudieran tomar en las manos se lo llevaron o lo destruyeron. Además, a causa de estar bajo sitio, la población no tenía calefacción durante el invierno ruso. En Moscú para sobrevivir bajo el sitio que duró aproximadamente un año, la población tuvo que comer el papel tapiz de las paredes. Y alguna gente desconoce todo eso — no se puede desconocer los errores hechos en tales circunstancias, por un lado. Por el otro, no se puede simplemente usar esas circunstancias como justificación para pasar por alto todas las cuestiones metodológicas que hay que analizar de modo mucho más profundo y crítico para ver cómo —sí, en circunstancias en el futuro en que vamos a confrontar similares necesidades— podemos manejarlo mucho mejor pero a la vez no salir aplastados y derrotados.

Michael Slate: Pues, eso es interesante porque tu respuesta es refrescante y de hecho es otra perspectiva —de veras pone el tema en el contexto y la perspectiva adecuados. Pero, en los hechos, a mi parecer mucha gente aún dicen: se puede hablar de los errores metodológicos, se puede hablar de todo eso, pero aún se trata de — pero tal como resultó, no fueron solamente errores, hubo muertos, internaron a personas en las gulag, murieron y desaparecieron. Y no lo presentan como — más bien lo presentan como un reino de terror. Bien, hay que reconocer que una buena parte de estos argumentos proviene de personas como Solzhenitsyn quien de hecho — por conveniencia siempre se olvida mencionar que éste, hasta el día de su muerte, proponía y luchaba para restaurar al zar. Pero aún se presenta esta pregunta: Fíjese, hubo muertos, se desató un reino de terror, no solamente suprimieron el disentimiento sino hubo un reino de terror.

Bob Avakian: Bueno, al hablar de errores metodológicos, no pretendo hablar de esto como si estuviera separado de lo que pasa en el caso de las personas de carne y hueso. Al dirigir algo —especialmente una sociedad, y al tener un impacto importante en el mundo— al cometer errores, especialmente errores graves, a causa de eso la gente sufre. Eso es parte de lo que supone responsabilizarse de algo como esto. Así que estoy muy consciente de que la gente sufrió. Al confundir los dos tipos de contradicciones y al reprimir a los que simplemente más expresan desacuerdos o disentimiento —aunque tuvieran un disentimiento muy desatinado de modo que en los hechos causara problemas si se aplicaran esas políticas— al confundir esas contradicciones y al manejarlas mal y al conducir la metodología a hacer eso, que es lo que estaba señalando arriba, pues, sí, la gente sufre unas consecuencias muy concretas.

Bien, creo que aún se necesita estudiar más y determinar más cuáles son las calumnias, invenciones y distorsiones de gente como Solzhenitsyn —los Solzhenitsyn y los imperialistas que los promueven a éstos y ese punto de vista en general— y además la realidad de lo que ocurrió. Hacer eso es complicado. Conozco a alguien que estudia estas cosas quien me dijo que ahora que Putin está ahí [a la cabeza del gobierno ruso] y ahora que han abandonado de plano la máscara del socialismo y ya no existe la Unión Soviética, pues, ahora supuestamente deberíamos creer como la pura verdad todo lo que esta gente afirma que encontró en los archivos de la antigua Unión Soviética. Antes, cuando esta misma gente fue del KGB, todo lo que decía fue mentira. Ahora, por arte de magia, son personas “imparciales” y todo lo que digan sobre el pasado —que en una medida importante quieren desacreditar— que por arte de magia ahora es la pura verdad que ni se debe cuestionar ni analizar de manera crítica. Por tanto nos hace falta un enfoque más crítico que eso, y es difícil analizar pero tenemos que analizar más lo que sucedió en los hechos2 .

Es decir, he leído cosas como el libro de Arno Mayer, Las furias, sobre el uso del terror y la represión en la Revolución Francesa además de la Revolución Rusa, y sus cifras de la cantidad de personas que fueron mandadas a las “gulags” [en la Unión Soviética bajo la dirección de Stalin] son mucho menores que las que por lo común se citan. Y no sé si eso presenta el panorama completo, pero sin duda es parte de lo que tenemos que aprender. Y hace falta explorar más este tema. Pero diré que había gente que fue reprimida injustamente, que no había —especialmente después de mediados de los años 30— el tipo de vigorosa efervescencia en la sociedad y lucha sobre el camino hacia adelante y la contienda de ideas y opiniones diferentes [que debiera haber existido] — había algo de efervescencia anteriormente, pero aun así no había suficiente.

Pero no es tan simple como si todo lo que viene de un sector de las masas populares fuera correcto. Si eso fuera cierto, habríamos avanzado mucho más de donde hoy estamos en el mundo. Fue una situación contradictoria y complicada. Una gran condena contra la Unión Soviética es su papel en la Guerra Civil en España [a fines de los años 1930]. Escribimos un largo artículo que analiza este tema en la revista Revolución hace unos años — en realidad hace cosa de 20 años3 . Y muchas personas creen que en España el problema con la Unión Soviética —o con el Partido Comunista [de España] que seguía a la Unión Soviética— fue que había demasiada centralización. Bueno, eso no fue el problema esencial. El problema esencial fue que su línea subordinó la lucha en España a los esfuerzos de la Unión Soviética de hacer tratos con —de llegar a acuerdos con— Francia e Inglaterra, en particular, contra Alemania, contra los nazis, debido a la gran amenaza que ellos [Stalin y la dirección soviética] percibían. En realidad hacía falta mucha centralización en ese ejército [el ejército republicano en la Guerra Civil en España durante los años 1930] a fin de combatir efectivamente [al general español fascista] Franco y todo el apoyo con que él contaba. Y muchos de los programas de los anarquistas [durante esa Guerra Civil en España] fueron programas que en realidad hubieran minado la lucha que se necesitaba. Y en realidad reflejaron los intereses de muchos pequeños artesanos y fuerzas pequeño-burguesas —tal como analizamos en ese artículo [de la revista Revolución]— o representaron a sectores de los obreros cuyos programas hubieran opuesto sus propios intereses a los intereses más amplios de la clase obrera y de la gente que participó en la lucha republicana en general.

Así que no digo siempre —esto surgió en la Revolución China, por ejemplo. Se describe en Fanshen [un libro de William Hinton, sobre cómo la Revolución China se desarrolló —e incorporó y afectó al pueblo— en el campo chino]. Existían los campesinos pobres que fueron los más pobres de los pobres en el campo y en una medida importante no tenían tierras. Querían expropiar todo lo que [fuera propiedad de] todos los que tenían una posición mejor, incluso los sectores inferiores relativamente no acaudalados del campesinado medio, tal como fue definido. Y se tuvo que llevar una lucha en contra de eso [“la línea de los campesinos pobres”], porque si se hubiera aplicado su programa, muy pronto se hubieran encontrado en la misma situación de antes, quizás con una leve reorganización de quiénes ocupaban qué escalón en la polarización, pero no hubieran tenido posibilidades de romper con la pobreza general, porque eso hubiera requerido llevar la lucha de una manera completamente diferente —de pasar del trabajo cooperativo a la propiedad cooperativa y luego a la propiedad colectiva de extensiones más grandes de la tierra y un programa general de ese tipo, y no solamente engullirse lo que estaba a la mano en un momento dado— lo que pudiera haber ocurrido, pues entonces no había mucho de que comer. En el mejor de los casos, solamente se hubiera redistribuido la pobreza. Y muchas de las fuerzas a las que querían expropiar tierras fueron personas con quienes se debía alinearse y trabajar, al pasar de la propiedad individual al trabajo cooperativo, y de ahí a la propiedad cooperativa, y luego a colectivos más grandes de propiedad de los campesinos como una salida de la pobreza del campo. Y fue el Partido Comunista el que entendió eso y luchó en contra de la “línea de los campesinos pobres”. Y a veces fue una lucha muy aguda. Se podría decir: “Bueno, mire al Partido Comunista, está traicionando a los campesinos pobres”. No lo hizo en realidad. Más bien, el partido luchó por los intereses de los campesinos pobres de una forma la que espontáneamente algunos de ellos no reconocían y en contra de la cual actuaban. Y lo mismo ocurrió en algunas ocasiones en la Unión Soviética o en la Guerra Civil en España.

Así que la situación fue compleja. El que un sector de las masas, por ejemplo, se rebelara en contra del gobierno no significa meramente que el gobierno está equivocado en cada situación. Eso depende de los programas que tienen estas fuerzas diferentes. Bien, si un sector de las masas se rebela en contra del gobierno que es un gobierno socialista, el gobierno y los líderes de la sociedad deberían luchar muy fuertemente para resolver la situación de manera no antagónica, como una contradicción en el seno del pueblo. Pero no siempre es posible hacer eso en todas las situaciones. De ahí vienen las complejidades de la situación.

Si un sector de las masas defiende ciertos intereses que en realidad minarían los intereses generales del proletariado, no se puede apoyar eso. Supongamos que aumentemos los salarios de un sector de la clase obrera, pero en efecto eso mina la acumulación [que se necesita] para expandir la economía socialista en conjunto — lo que durante un período un poco más largo aumentaría el nivel de vida de la clase obrera y de las masas populares mucho más ampliamente. Pues, es necesario luchar en contra de esa línea [de pedir un aumento de salario para un sector particular de la población] porque quizá ese aumento de salario, si bien podría representar una buena reivindicación sindical bajo el capitalismo, en realidad obraría en contra del avance del socialismo e incluso, en un sentido más fundamental, de los intereses de los obreros que lo piden.

Lo que quiero plantear es que esto es complejo, y tenemos que tener la orientación de ver los intereses más amplios de las masas populares antes explotadas y oprimidas quienes ahora están llegando a ser los amos de la sociedad socialista y librar una lucha para que tomen conciencia de esa visión más amplia, incluso del mundo entero y la revolución mundial. Por ejemplo, el pueblo de China hizo sacrificios para apoyar a los vietnamitas [en su guerra de resistencia contra el imperialismo yanqui durante un decenio en los años 1960 y 1970]. Sembraron arroz para poder enviárselo a los vietnamitas porque una gran parte de la cosecha [vietnamita] resultó destruida por las bombas y la guerra [en general] que Estados Unidos libraba en Vietnam. Bueno, se dio lucha [en el seno del pueblo chino] porque éste acababa de salir de generaciones de la pobreza así como de la inanición, y se dio el Gran Salto Adelante [en China a fines de los años 1950] y todavía estaba recuperándose de algunos de los problemas que surgieron ahí. Y sí se dio una rápida recuperación — fue la primera vez en la historia de ese país que muy rápidamente, después de penurias reales e incluso inanición, se resolvió el problema, y a principios o mediados de los años 1960 China había solucionado en lo esencial por primera vez el problema de la alimentación —es decir, la gente tenía los alimentos básicos para vivir— lo que no había sucedido antes en la historia de ese país. Y en líneas generales, eso ocurrió solamente 15 años después de que la revolución triunfó.

Así que a veces es necesario luchar en contra de las demandas de un sector de las masas populares —aunque es posible ver el origen de tales demandas y aunque éstas reflejan verdaderas necesidades— porque si en los hechos uno accede a esas demandas, eso socavaría la base para elevar el nivel de la población en general. Y en ese caso [de Vietnam y la ayuda que le dio China a la guerra de resistencia de los vietnamitas] saldría socavada la fuente de apoyo de una importante lucha en otro país o parte del mundo.

Por ende, tenemos que analizar estas cosas de manera más profunda. Digo que las personas que caen en estas nociones de “pero, pues, reprimieron esa rebelión, o lo que sea”, a veces no lo analizan desde la perspectiva de las relaciones más amplias de la sociedad y lo que hubiera representado acceder a una demanda particular de un sector de las masas, aunque tuvieran motivos de queja concretos. Y eso retoma lo que señalé antes: en el caso de sectores de las masas populares y no de explotadores derrocados o contrarrevolucionarios conscientes, es necesario tratar de resolver la situación de manera no antagónica —según lo planteó Mao, como una contradicción en el seno del pueblo— pero a veces a corto plazo eso no es posible. Pues, donde quiera que haya motivos de queja en una sociedad socialista — he aquí lo que nos complica la cosa: Stalin se equivocaba en su manera de manejar muchas cosas; muchas veces sí manejaba las contradicciones en el seno del pueblo como contradicciones con el enemigo, pero lo que complica la cosa es que el enemigo sí pesa en la situación. Es sabido que las masas tienen motivos de queja y luego el enemigo azuza esas quejas a fin de socavar la situación general. Y resulta una situación muy compleja porque estas dos contradicciones distintas — las existentes en el seno del pueblo y las existentes entre el pueblo y el enemigo— salen entremezcladas y entretejidas y a veces es difícil distinguir entre unas y otras.

Así que tenemos mucho que aprender para poder hacer la cosas mejor, pero lo que sostengo es una orientación de analizar en serio los problemas en sus manifestaciones concretas en toda su complejidad y desde el punto de vista de ir desarrollando la situación hacia donde tienen que ir —no desde punto de vista sindicalista limitado que francamente es la orientación de una gran parte de las críticas de los anarco-sindicalistas, trotskistas y de otras personas en contra de la Unión Soviética bajo la dirección de Stalin, desde ese punto de vista sindicalista o anarco-sindicalista que en verdad no es el punto de vista de cómo vamos a conducir —de transformar la sociedad entera y de elevar el nivel de todos y de eliminar las cadenas que atan a la gente con la finalidad de llegar a un mundo completamente diferente— sino es un punto de vista más limitado y economista, tal como lo llamó Lenin. Más bien es: ¿cómo va a mejorar las condiciones de vida y trabajo ahora mismo un sector particular del pueblo? Sí, debemos hacer eso en un sentido global, pero en ciertas ocasiones eso puede entrar en contradicción, incluso en contradicción aguda, con eso de elevar el nivel general de la población.

1 Reagan, el presidente estadounidense de 1981 a 1989, tuve triste fama por haber amenazado abiertamente con lanzar una guerra nuclear, respaldó a gobiernos con escuadrones de la muerte en América Central, fomentó el racismo abierto y otros atropellos. Su muerte en junio de 2004 (seis meses antes de la entrevista a Bob Avakian en el programa radial de Michael Slate) fue motivo de montones de ceremonias y conmemoraciones oficiales, elogios de altas figuras políticas (demócratas y republicanas por igual) e importantes homenajes en los medios grandes, todos los cuales alabaron a este sanguinario representante del imperio estadounidense como un líder “amado” que “restauró la grandeza” a Estados Unidos. [regresa]

2 El proyecto “Pongamos las cosas en claro”, que se inspira en los escritos de Bob Avakian, ha estado realizando actividades educativas y de difusión para “refutar las tergiversaciones, descripciones falsas e investigaciones de apoyo que pesan tanto en el mundo académico por lo que se refiere a la primera ola de revoluciones socialistas en la Unión Soviética de 1917 a 1956 y en China de 1949 a 1976”. Busque más información sobre el proyecto y acceda a sus materiales en línea en thisiscommunism.org. [regresa]

3“La línea de la Comintern ante la Guerra Civil en España”, Revolución #49, septiembre de 1981. [regresa]

 

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

Contribuya al periódico Revolución

Para que haya un mundo de diferencia

Este periódico existe para hacer la revolución.

Cada semana, Revolución cubre los asuntos más candentes en el mundo, saca a la luz los abusos ocultos del sistema a la vez que revela las verdaderas causas de los acontecimientos de los que está hablando todo el mundo.

Veamos el contenido de este número:

Todas las semanas, Revolución, por medio de denuncias y análisis, demuestra que el sistema bajo el que vivimos carece de todo valor. Al centro de Revolución se halla la visión, el trabajo y la dirección de Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. Avakian se ha puesto a la altura para responder a una gran necesidad en el mundo. Ha hecho avances cualitativos y grandes adelantos radicales en el método y la teoría del comunismo, por ejemplo, en la esfera de la filosofía, el internacionalismo, la dinámica de la sociedad socialista y la estrategia revolucionaria. Y Bob Avakian lidera a un partido que trabaja para encabezar una revolución en Estados Unidos. Como lo señaló una reciente carta abierta en Revolución: “…es extremadamente difícil entender que alguien que participe en serio en la lucha por el comunismo no captara cómo la dirección a continuo del presidente Avakian aumenta enormemente la posibilidad de que se dé una revolución comunista en Estados Unidos durante nuestra vida y por ende cómo el rol que él está jugando es asimismo un factor extremadamente positivo para la revolución mundial como un todo” (de: “Una carta abierta a los comunistas revolucionarios y a todos que piensan seriamente acerca de la revolución: Sobre el rol y la importancia de Bob Avakian”, Revolución #159, 22 de marzo de 2009). Así que una parte importante de la misión del periódico es destacar la obra de Bob Avakian en sus páginas y los informes sobre el trabajo de forjar un movimiento en torno a su dirección.

Revolución es el centro y eje de un movimiento en Estados Unidos que está gestando una nueva etapa de la revolución comunista en todo el mundo. El periódico tiene orgullo de participar en el inicio de esta nueva etapa. Y todos los que lo apoyan de cualquier forma deberían compartir ese orgullo. El apoyo al periódico quiere decir hacer algo muy concreto para contribuir hacia ese objetivo de un mundo emancipado.

Como el andamiaje que se levanta en una obra de construcción antes de que se erija el edificio, el movimiento forjado en torno al periódico Revolución moldea y hace preparativos para el surgimiento de un movimiento revolucionario. Acelera y da dirección, por ejemplo, por medio de las denuncias que impulsa a la gente hacia la acción, gestando un movimiento revolucionario. Moldea la marcha de los acontecimientos y el entendimiento de la gente acerca de esos acontecimientos Y prepara a un sector de la gente para gestar y dirigir lo que tiene que ser un pueblo revolucionario de millones de integrantes en un momento en que el sistema está cayendo en una crisis aún más seria. Revolución es el líquido vital de este emergente movimiento revolucionario, y dar pasos para forjar una red en torno a este periódico es una urgente necesidad.

A fines del año pasado, lanzamos la “Iniciativa Revolución” (Revolución #147, 16 de noviembre de 2008, “Revolución anuncia... una audaz iniciativa”, en revcom.us) para extender el alcance del periódico de manera radical y para mejorar su calidad. Desde entonces, mediante trabajo, mucha gente ha logrado recaudar fondos sustanciales para poder seguir publicando Revolución, alquiler más espacio para su producción y empezar a adquirir equipo, y empezar a agilizar la participación de nuevos voluntarios. Pero eso no ha sido suficiente.

A partir de la primera etapa de nuestra campaña de recaudar fondos, tiene una importancia especial concentrar esfuerzos para expandir muchísimo la red de contribuyentes económicos permanentes del periódico Revolución en las semanas que vienen. Los contribuyentes deben ser de todos los ámbitos, de los barrios y ghettos a las universidades y las escenas de efervescencia y debate. Esta red aumentada de contribuyentes constituirá una necesaria fuente confiable de ingresos para ir mas allá de la fase de estar constantemente recaudando fondos solo para cubrir gastos básicos y tener la capacidad de canalizar recursos para aumentar el contenido y la distribución de Revolución. Una parte crítica de su expansión es remozar radicalmente nuestra página web, y aumentar nuestro alcance en todos los rincones de la sociedad y alrededor del mundo. Y de mucha importancia, esta red de contribuyentes será un componente estratégico de forjar una organización alrededor de este periódico y POR la revolución. Si usted ya es un asiduo lector en línea del periódico en revcom.us, envíenos donaciones regulares. Envíe su cheque, giro postal o money order a RCP Publications, Box 3486, Chicago, IL 60654-0486 o haga una donación en línea. (Pronto lo podrá hacer vía PayPal.) Si usted ya está haciendo donaciones generosas regulares, ya es hora de hablar con más personas y atraerlas hacia el movimiento revolucionario como contribuyentes ocasionales o mensuales de Revolución.

Además, una red cohesionada y aumentada de contribuyentes mensuales será una base para continuar y ampliar las labores de recolectar fondos en masa en muchas comunidades, barrios y ghettos, escuelas y movimientos, de ventas de garaje a eventos más grandes. El fin de semana del 4 de julio es un día muy oportuno para organizar actividades de recaudar fondos para Revolución. Mientras que el sistema promueve celebraciones de embriaguez y chovinismo proestadounidense de un país que ha traído derramamiento de sangre, opresión y explotación a todos los rincones del mundo… organicen un día de campo el fin de semana del 4 de julio que rete a la gente a imaginar un mundo libre de todo lo que representa Estados Unidos y lo que este país tiene que hacer para conservar su dominio del mundo… de grandes escenas públicas por toda una ciudad (algunas de las que podrían irrumpir en los grandes noticieros) a actividades en el patio de los amigos. En preparación, difunda una ampliación de las páginas centrales del número 165 (“Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo”, 24 de mayo de 2009), y prepárese para ampliar las páginas centrales del periódico de la semana entrante, las que tendrán mucho pegue, y presentarán una visión de altura. En el proceso, recolecte mucho dinero e integre a nuevos voluntarios a la Iniciativa Revolución.

¡Llevemos esta gran necesidad al mundo! Muchas personas donan dinero a actividades de reformar y remendar este sistema o de hacer que “Estados Unidos cumpla con los ideales de sus próceres” (los cuales, no se olvide, incluyeron a la esclavitud). Que se extienda el debate sobre qué efecto podrían tener —al hacer una donación económica o de muchos otros tipos a la Iniciativa Revolución— a fin de ponerle fin al horror que millones de personas viven todos los días por todo el mundo y de emancipar a toda la humanidad. Forje un auténtico movimiento para la revolución en este país. Rete a la gente a pensar acerca del efecto que podría tener (y a actuar en consecuencia) si una cantidad cada vez mayor de personas que se preocupa en serio por el rumbo de la sociedad y del papel de Estados Unidos en el mundo, llegara a conocer al Partido Comunista Revolucionario y a su presidente, Bob Avakian.

 

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

Recibimos lo siguiente del PRLF:

Done al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os

Nuestra misión: Fondo de Literatura Revolucionario para Presos (FLRP) es un fondo de literatura educativa que llena pedidos de literatura revolucionaria de presas/os en Estados Unidos.

La mayoría de los pedidos que recibe el Fondo de los y las que se encuentran entre rejas son para suscripciones gratuitas en español e inglés al periódico semanal Revolución* y para libros revolucionarios y otros libros, entre ellos los que anuncia el periódico Revolución. Al proporcionar esta literatura, el Fondo da a las presas y los presos una oportunidad educativa para bregar con los acontecimientos mundiales e importantes temas políticos, culturales y filosóficos desde una perspectiva revolucionaria única y para entrar en discusiones sobre la moral, la religión, la ciencia y el arte. Todas las semanas las presas y los presos pueden entrarle al debate efervescente y las noticias urgentes sobre las luchas políticas y sociales que se desenvuelven, pensar y desmenuzar críticamente el estado actual de la sociedad y buscar una alternativa.

El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presos es un proyecto del International Humanities Center, una organización benéfica sin fines de lucro exenta de los impuestos federales según la Sección 501(c)(3) del Internal Revenue Code (IHCenter.org). Para contribuir al Fondo, haga su cheque pagadero a nombre de: IHCenter/PRLF y envíalo por correo postal a:

International Humanities Center
860 Vía de La Paz, Suite B-1
Pacific Palisades, CA 90272

o

Prisoners Revolutionary Literature Fund
1321 N. Milwaukee, #407
Chicago, IL 60622

Puede ponerse en contacto con el FLRP u ofrecerse hacerse voluntario, llamando al (773) 793-8637 o por correo electrónico en: prlf_fund@yahoo.com.

*Publicado por RCP Publications (www.revcom.us)

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

UN EVENTO DE LIBROS REVOLUCIÓN

El ascenso de Obama…
y la resistencia y la liberación que aún se necesitan:
Un diálogo entre
Cornel West y Carl Dix
Martes 14 de julio, 7 pm

CORNEL WEST es uno de los intelectuales públicos más provocadores de Estados Unidos y desde niño ha sido paladín de la justicia racial. Sus escritos, discursos y clases entretejen las tradiciones de la iglesia bautista de los negros, la política progresista y el jazz. El New York Times elogia su “férrea visión moral”. Hoy, el Dr. West da clases en la Universidad Princeton.

CARL DIX tiene una larga trayectoria de revolucionario y es un miembro fundador del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. Fue uno de los seis del Fuerte Lewis: los seis soldados rasos que rechazaron sus órdenes de ir a Vietnam en 1970. Por eso pasó dos años en la Penitenciaría Militar Leavenworth. Después del bombardeo de la casa de MOVE en Filadelfia en 1985, inició la declaración Fijar la línea, una poderosa condena del ataque. Fue uno de los fundadores de la Coalición 22 de Octubre para Parar la Brutalidad Policial en 1996. Coordinó las audiencias sobre Katrina en la Comisión de Crímenes de Bush de 2006.

Lo recaudado de este evento será para el Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os, que proporciona suscripciones subvencionadas al periódico Revolución y otra literatura revolucionaria para los y las presos/os, y para Libros Revolución de la Ciudad de Nueva York.

Harlem Stage en Aaron Davis Hall
150 Convent Avenue esq. Calle 135 al Oeste
Línea 1 a la calle 137 esq. Broadway o la A, B, C y D a la calle 125 esq. St. Nicholas

ENTRADA: $20 — $10 con identificación de estudiante — Entradas para grupos al pedido
ENTRADAS ESPECIALES: $100
Pedidos: 212-281-9240 ext.6 o en línea en www.harlemstage.org

Consiga más detalles u ofrézcase de voluntario
llamando a Libros Revolución a 212-691-3345
Email cornelcarldialogue@gmail.com

LIBROS REVOLUCIÓN EN: 146 de la Calle 26 al Oeste, Nueva York, NY.
www.revolutionbooksnyc.org

Lo recaudado de este evento será para Libros Revolución de la Ciudad de Nueva York y para el Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os (www.prisonersrevolutionaryliteraturefund.org), que proporciona suscripciones subvencionadas al periódico Revolución y otra literatura revolucionaria para los y las presos/as.

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

Nepal: Renuncia Prachanda, se forma un nuevo gobierno

El 23 de mayo, se eligió un nuevo primer ministro en Nepal. Con el apoyo de 21 de los 24 partidos políticos, Madhav Kumar Nepal del Partido Comunista de Nepal-Unido Marxista Leninista (UML) se posesionó como primer ministro y formó un nuevo gobierno para reemplazar al gobierno del primer ministro Prachanda (Pushpa Kamal Dahal), presidente del Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) (PCNU [M])1 que renunció el 4 de mayo como primer ministro. Este cambio de gobierno ocurre en medio de una crisis constitucional en Nepal alrededor de la destitución de Katawal, el jefe del estado mayor del ejército de Nepal, por Prachanda y el rechazo de Katawal a su despido.

El primer ministro Prachanda destituyó al general Katawal por deliberada y constante insubordinación provocadora al gobierno civil, en desafió a la constitución interina y al Acuerdo de Paz Global (APG) que en 2006 trajo a su fin los 10 años de guerra popular. Pero el presidente Ram Baran Yadav, aliado cercano al Partido del Congreso de Nepal, invalidó la decisión de Prachanda y respaldó la posición de Katawal. Otros partidos políticos, en particular el UML, que sirvieron como socios de coalición en el gobierno encabezado por Prachanda, cambiaron de posición y se pusieron del lado del general Katawal. El Partido del Congreso de Nepal, el partido pro-India que no participa en el gobierno, ha sido acusado por Prachanda de ser la fuerza principal que impulsó la desautorización de la destitución de Katawal. Ante estos acontecimientos Prachanda renunció como primer ministro. (Ver en Revolución #164 más información sobre la crisis actual.)

Si bien el incidente particular que precipitó esta crisis fue que el presidente de Nepal, Yadav y otros partidos se negaron a respaldar al primer ministro Prachanda en la destitución del general Katawal en una clara violación a las normas de la actual constitución, de esta situación en general subyacen las cuestiones de quién tiene el derecho legítimo de gobernar en Nepal: las fuerzas dirigidas por el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) [PCN (M)] que lanzaron una poderosa guerra popular revolucionaria la cual abrió un camino para una nueva clase de sistema respaldado por un diferente poder estatal, o las fuerzas del viejo estado y las fuerzas de clases que el estado representa. Esta es la cuestión decisiva del momento.

A pesar del hecho que el PCN (M) ganó la mayor cantidad de puestos en la Asamblea Constituyente y fue ampliamente reconocido como vencedor en las elecciones en abril de 2008, las fuerzas reaccionarias pro-imperialistas dentro y fuera de Nepal no han considerado a los maoístas como una fuerza legítima para encabezar el gobierno. Esos mismos partidos políticos que sirvieron en el gobierno bajo la monarquía y durante el transcurso de la guerra popular fueron los defensores del estado reaccionario y colaboraron con la monarquía para reprimir por muchos años la lucha revolucionaria dirigida por el PCN (M) y el Ejército Popular de Liberación (EPL). Finalmente cuando la lucha llegó a una situación en la que las viejas fuerzas dominantes que gobernaban la sociedad nepalesa no podían mantener más su gobierno a la vieja usanza y muchos de los sectores sociales más amplios se unieron a la lucha por terminar el dominio de la monarquía, algunos de esos partidos políticos se unieron al levantamiento popular con la finalidad de ser incluidos en una república post-monárquica. Los partidos como el UML han tratado de auto-proclamarse como las fuerzas legítimas para el progreso y el cambio mientras intentan mostrar al PCN (M) y a los combatientes del EPL como fuerzas que tienen que ser frenadas y controladas.

Desde que las elecciones resultaron en un nuevo gobierno encabezado por Prachanda como primer ministro, ha habido tensiones y contienda sobre quién controlará al ejército nepalés y qué hacer con los dos ejércitos: el Ejército Real de Nepal (llamado ahora el Ejército de Nepal) y el EPL. Estos ejércitos estuvieron trabados en combates durante todo el período de la guerra popular: el ERN tenía triste fama por su sangrienta represión del pueblo, mientras que el EPL era visto como una fuerza para liberar a millones de las masas nepalesas. ¿Cuál ejército debería tener la legitimidad para estar al centro de un nuevo estado en Nepal? Claramente desde una perspectiva revolucionaria, este es el EPL y las fuerzas que ha dirigido y no el Ejército de Nepal. Pero según el Acuerdo de Paz Global, los dos ejércitos iban a ser integrados en un solo Ejército de Nepal, responsable ante la autoridad del gobierno civil. Lo que esto significa en realidad es que las fuerzas del EPL fueron confinadas en acantonamientos mientras que el ERN cambió su nombre a EN, pero no cambió su carácter fundamental, ni a quien este responde.

Sobre qué términos tendría lugar esa integración ha sido materia de mucha contienda entre las diferentes fuerzas de clase en Nepal representadas por los diferentes partidos políticos que conforman el gobierno. Y la “comunidad internacional” representada por India, Estados Unidos, Inglaterra, como otras potencias grandes, se ha metido agresivamente. Estas han dado a conocer de varias maneras sus puntos de vista, por ejemplo, han puesto presión directa sobre el PCN (M) para que se porte como es debido, armando un escándalo porque el PCN (M) quiere controlar el estado y diciendo que el EPL es una fuerza ilegítima a la que se tiene que meter en cintura. Unas delegaciones de diferentes países se entrevistaron con Prachanda en medio de la crisis sobre la destitución de Katawal, y si bien se desconoce el contenido exacto de esas discusiones, se denota de las declaraciones hechas por Prachanda cuando renunció como primer ministro que había presión particularmente de la India y otros países que en esencia daban las órdenes en tal situación con la finalidad de obligar a Prachanda a que echara para atrás la destitución de Katawal. Pregúntese, ¿cuál rol legítimo podría tener esas fuerzas al dictaminar una solución a esta situación?

Para recalcar sus objetivos, exactamente en medio de esta reciente crisis el Departamento de Estado de Estados Unidos decidió que el PCNU (M) permanecerá en la lista oficial de organizaciones terroristas (la Lista de Exclusión de Terroristas), una acción con la clara intención de respaldar a aquellas fuerzas que están trabajando para aplastar al EPL y la revolución, y justificar cualquiera de las acciones que el EN pudiera tomar contra las fuerzas de la revolución.

El hecho de que el Partido del Congreso de Nepal, el UML y otros partidos que ahora apoyan al gobierno que dirige el UML, tomaron partido con el general monárquico pro-imperialista Katawal y su negativa de obedecer al gobierno revela que esas fuerzas no tienen intenciones de permitir que se dé algún cambio fundamental a través de las actuales estructuras de estado que gobiernan en Nepal. Ahora han formado un gobierno que representa una barrera en contra de todas las cosas por las que han luchado las masas nepalesas, y ni siquiera han acatado su propia constitución y reglas. Su resistencia a la implementación del Acuerdo de Paz Global para integrar al EPL dentro del EN denota muy claramente sus intenciones: si no pueden tolerar tener a combatientes del EPL integrados en el EN, pues ¿cuál es su programa para el EPL? Este programa podría ser la propia desintegración del EPL y la represión de las masas por las que el EPL ha luchado. El resultado totalmente inaceptable de esta situación sería dejar al pueblo sin una fuerza que defienda los logros de la revolución y sin la capacidad de llevar adelante la revolución.

Desde que Prachanda renunció como primer ministro, el PCNU (M) se ha negado a unirse a un gobierno encabezado por el UML y otros partidos que han maquinado la crisis. El PCNU (M) ha permanecido en la Asamblea Constituyente pero ha insistido que el primer punto de la agenda debería ser revertir la decisión del presidente Yadav de permitir que el general Katawal permanezca en su puesto. Al mismo tiempo ha habido movilizaciones populares en apoyo del PCNU (M) en las calles de Katmandú. No es claro exactamente cuánto esta situación durará y si las demandas tendrán que ver con la realización de las metas de la nueva democracia. Todos los sucesos en esta crisis reciente solamente han revelado el antagonismo fundamental entre los intereses del pueblo, lo que incluye la necesidad de llevar adelante la lucha por un estado completamente diferente y un nuevo sistema social, por un lado, y por el otro, las fuerzas del viejo orden, que están decididas a mantener las cosas sin ningún cambio fundamental.

La situación permanece muy inestable, llena de peligros para la revolución pero a la vez también sienta una base para dirigir a las masas para que se zafen del atolladero en el que han estado atrapadas. Las fuerzas del viejo orden están preocupadas de que el pueblo no acepte como legítimo al gobierno por no contar con la participación del PCEU (M). Según artículos de las publicaciones de la burguesía como el Economist y estudios del Grupo de Crisis Internacional (un grupo de expertos pro-imperialista en Bruselas), existen preocupaciones de que son muy patentes las manipulaciones de la actual crisis por parte de un puñado de fuerzas fuera de Nepal, en particular en India. Todas estas fuerzas temen el descontento de las masas para con el recién instalado gobierno y temen que del pueblo surja el impulso para continuar las transformaciones revolucionarias por las que el pueblo ha luchado y sacrificado. Pero debería quedar claro que, a pesar de las maniobras que pudieran fraguar los imperialistas y las fuerzas del viejo orden, éstos obedecerán sus intereses de clase y los llevarán a cabo… y continuarán haciéndolo.

Hace falta una dirección para aprovechar este momento y esforzarse para resolver esta crisis sobre una base revolucionaria, y no una que esté atada al actual marco constitucional burgués que solamente refuerza al viejo orden. Como dijimos en nuestro artículo,Sobre lo que pasa en Nepal y lo que está en juego para el movimiento comunista (Revolución #160):

“Eso quiere decir, ante todo, reafirmar los principios y objetivos básicos del comunismo, lo que en Nepal quiere decir desarrollar —por medios revolucionarios y sin pretender apoyarse en ilusiones gradualistas y proyectos reformistas ni promoverlos— la lucha por completar la revolución de nueva democracia como el primer paso hacia el socialismo y el objetivo final del comunismo”.

 

1. El partido adoptó su actual nombre a inicios de 2009 cuando el PCN (M) se unió con el Centro de Unidad (Mashal) del cual originalmente se había escindido. Mashal se opone al concepto del maoísmo y la guerra popular. [regresa]

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

Revolución habla con Raymond Lotta

La revolución socialista en el siglo 20

Segunda parte: Controversias y lecciones

Raymond Lotta es un economista político maoísta. Es autor del libro America in Decline (La decadencia de los Estados Unidos) y compilador de And Mao Makes Five (Con Mao son cinco) y Maoist Economics and the Revolutionary Road to Communism (Economía maoísta y el camino revolucionario al comunismo). Desde 2005, ha estado presentando charlas en universidades y medios de comunicación, como parte del proyecto “Pongamos las cosas en claro” que desmiente las tergiversaciones y falsificaciones respecto a la primera ola de revoluciones socialistas en el siglo 20. En diciembre de 2008, ayudó a organizar un simposio importante en la Ciudad de Nueva York, “Redescubriendo la Revolución Cultural de China”. Colabora con artículos para el periódico Revolución; sus recientes artículos y entrevistas también han salido en Economic and Political Weekly (India), GlobalResearch.ca (Canadá) y Agence France-Presse.

Pregunta: Es posible que algunas personas coincidan contigo en que se necesita un partido de vanguardia para tomar el poder o incluso para defender ese poder en las primeras etapas de la revolución. Pero esas personas sostienen que hay contradicciones al tener un partido de vanguardia en el poder que lo llevan a usar ese poder de forma arbitraria, por encima de la gente y en contra de ella, y que toda esta estructura del nuevo estado poderoso con una dirección institucionalizada conduce a la pasividad de las masas.

Raymond Lotta: Sí, los instrumentos del gobierno proletario, el partido de vanguardia y el nuevo estado suponen contradicciones reales. Pero se tratan fundamentalmente de contradicciones ligadas al proceso de hacer la revolución y desarrollarla. Se trata de una sociedad socialista, no como quisieras que fuera en lo ideal sino tal como es, con todas las contradicciones del mundo real. Estás haciendo la revolución y defendiéndola en un mundo, no como quisieras que fuera en lo ideal, sino en un mundo todavía dominado por el imperialismo y en que los contrarrevolucionarios siguen luchando y maniobrando para retomar el poder.

Pregunta: No es una cuestión de borrón y cuenta nueva.

Raymond Lotta: Sí. Quedan “vestigios” de la vieja sociedad. Por ejemplo, está la fuerza de la costumbre, la cual apoya relaciones sociales desiguales y opresivas que hay que eliminar; y una división en la sociedad que seguirá existiendo, aunque el nuevo poder trabaja para eliminarla, entre los que trabajan principalmente con las ideas y los que no han recibido una capacitación para eso y trabajan principalmente con el lomo y las manos.

Las estructuras partido-estado reflejan esas contradicciones y en muchos sentidos las concentran. Sin embargo, también hemos aprendido más sobre la manera de enfrentar esos retos, incluido cómo revolucionar esas mismas estructuras como parte de llevar adelante la revolución.

De hecho, la revolución proletaria ha experimentado una “curva de aprendizaje”: de la Comuna de París, que no logró reprimir a las fuerzas contrarrevolucionarias, en gran parte porque no tenía una dirección organizada; al análisis de Lenin de que es necesario tener un partido de vanguardia y establecer un nuevo estado para reorganizar y transformar la sociedad, y en general la teoría y la práctica de la revolución rusa; y luego de la revolución bolchevique a la revolución china y la teoría de Mao de continuar la revolución. Y ahora Bob Avakian está yendo más allá, basándose en esa experiencia, rompiendo con lo secundario que fuera incorrecto, y forjando un conocimiento más profundo.

Una revolución significa seguir cambiando y forjando cosas nuevas a medida que se llegue a un conocimiento más profundo, más nuevo y más correcto. Pero se hace eso sobre ciertos cimientos. Para un revolucionario, carece de principios aceptar sin cuestionar las calumnias que pasan por cosa sabida en la sociedad burguesa; y tiene una importancia crucial luchar contra aquellos que caen en tales calumnias y desperdician las lecciones que se han ganado.

¿Valió la pena tomar el poder y usar el nuevo poder estatal para construir una nueva sociedad? Sí. Dichos estados capacitaron a las masas para poder frenar las fuerzas que intentaban volver a la explotación y, además, las capacitaron para construir nuevas sociedades en que por primera vez en la historia, en palabras de Bob Avakian: “la orientación básica [fue] tratar la realidad material y las circunstancias de las masas populares como la prioridad, como el punto central y la base” . Pero, como dije, en todo eso ha habido una curva de aprendizaje.

Pregunta: ¿Puedes hablar más acerca de esta “curva de aprendizaje”?

Raymond Lotta: Bueno, nuestro partido ha analizado mucho toda la trayectoria de la revolución de la Unión Soviética, sus grandes logros y también sus graves y hasta dolorosos errores, y no voy a repetir eso aquí . Sin embargo, en pocas palabras diré que para mediados de los años 1950 ya estaba claro que algo había fallado seriamente en el país. Mao dirigió un estudio profundo de esa experiencia, centrándose en las cuestiones de línea, método y política.

Mao descubrió que el peligro de que la revolución se dé marcha atrás, el peligro de que el partido comunista se transforme en un instrumento de una nueva clase explotadora, en una palabra, el problema de la restauración del capitalismo... descubrió que ese problema se origina en algo más profundo que un exceso de burocracia o la ausencia de la democracia.

Esto tiene que ver con la naturaleza del mismo socialismo. Por un lado, el socialismo es un gran salto adelante más allá de la explotación y la dictadura de clase de la burguesía. Por el otro, es una sociedad en transición del capitalismo al comunismo. Tiene esos “vestigios” como la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Queda todavía cierta jerarquía de especialización. Aunque se ha dejado atrás la explotación, todavía hay disparidades en el pago y los ingresos. Aunque la producción tiene el fin de satisfacer las necesidades sociales, todavía es necesario usar el dinero y los precios para realizar el intercambio [de mercancías], y para medir y comparar cuestiones de eficiencia. Siguen existiendo, como mencioné arriba, enormes brechas entre el campo y la ciudad, y entre la agricultura y la industria.

Esas disparidades, que Mao llegó a llamar “el derecho burgués” en un sentido amplio, también se reflejan en las políticas y las leyes. Por ejemplo, el estado socialista  tiene que establecer un sistema salarial que tome en cuenta los diferentes niveles de habilidades y los diferentes niveles de pago.

Para llegar al comunismo, se necesita dejar atrás esas relaciones económicas, sociales e ideológicas. Pero no es posible hacerlo de la noche a la mañana. Es un proceso histórico de restringir y transformar esas relaciones al mayor grado posible. Y en cualquier momento determinado hay lucha sobre cómo hacerlo, e incluso si hacerlo o no. Mao analizó que en realidad se trata de una lucha entre el camino socialista y el camino capitalista. Es decir, es una lucha entre la línea y las políticas que en cualquier momento dado continuarán el avance de la sociedad al comunismo, y las que no solamente retrasarán ese avance sino que también abrirán el camino para regresar al capitalismo. La verdad de ese análisis se ha confirmado ahora que China es, como es sabido, una importante potencia capitalista, aunque se hayan mantenido el nombre y unos símbolos del socialismo.

Mao analizó que esos vestigios, o sea, el derecho burgués, son el suelo del que los nuevos elementos burgueses brotarían. Agregó que el núcleo central de esa burguesía se concentraría en la dirección del partido comunista, que ahí estarían los que podrían llevar la sociedad por el camino capitalista. Y, en un gran avance histórico y pionero, desarrolló una nueva forma de lucha revolucionaria para contrarrestar eso: la Gran Revolución Proletaria Cultural.

Pregunta: Sin embargo, mucha gente dice que el problema es que el poder genera corrupción, y que un partido dirigente como el partido comunista simplemente invita la corrupción y la burocratización. Esa lógica conduce a la necesidad de poner fin a la dirección institucionalizada del partido comunista.

Raymond Lotta: No se trata de puros burócratas o funcionarios corruptos; no se trata de comunistas malos que solo buscan forrarse el bolsillo. Son seguidores del camino capitalista. Están luchando en la esfera de las ideas, las políticas y la orientación acerca de las cuestiones de línea centradas generalmente en qué rumbo tomará la sociedad. Están organizando y movilizando a fuerzas sociales. Los seguidores del camino capitalista... están respondiendo a las características, los aspectos y las relaciones de la sociedad socialista que no se han transformado por completo... esas cosas de que he estado hablando. Quieren transformarlas en el sentido contrario para regresar al capitalismo. Y se necesita el poder estatal para poder luchar contra los seguidores del camino capitalista, al mismo tiempo que éstos están organizando dentro de las estructuras del gobierno proletario.

Pregunta: Tal vez puedes dar un ejemplo.

Raymond Lotta: Miremos la agricultura. La lucha entre las dos líneas y los dos caminos en la agricultura fue muy aguda en el Partido Comunista de China. Básicamente, después del triunfo de la revolución en 1949, una parte del partido quería extender las políticas de nueva democracia por un tiempo indefinido y consolidarlas . Esas fuerzas querían que la propiedad privada se mantuviera como la principal relación de producción agrícola. Mao y el cuartel general revolucionario vieron la necesidad y la base para construir el socialismo en el campo, tan pronto como la reforma agraria se terminara a principios de los años 1950.

Mucha gente no se da cuenta de que esas dos partes del partido, esas dos líneas en pugna, una que representaba el camino socialista y la otra el camino capitalista, contaban con simpatizantes y con defensores, y que en realidad había un patrón complejo en que un lado tomaba la iniciativa y el otro respondía con sus propias iniciativas y políticas opuestas. Esa fue una expresión concentrada de la lucha de clases en la sociedad, aunque en un sentido general la línea proletaria estuvo al mando en la sociedad china.

Pregunta: Estabas centrándote en la política agrícola...

Raymond Lotta: Sí, había lucha sobre la posibilidad y el valor de hacer las cosas de forma colectiva, de organizar las cosas económica y socialmente para el bien común, como planteó Mao, o si, como dijeron los seguidores del camino capitalista, había que apoyarse en las granjas familiares y el interés personal.

Los seguidores del camino capitalista sostuvieron que si las condiciones sociales se polarizaran más entre los agricultores más eficaces y los menos eficaces, entre los que tenían mayores ingresos y los que tenían menos... bueno, eso sería el “precio del progreso”. Para Mao, la política agrícola tenía que ver que no nacieran nuevas disparidades sociales en el campo y fue sumamente importante incorporar la agricultura al marco del plan socialista, en el cual la industria en todo nivel apoyaría la agricultura.

En un país pobre como China, había una gran necesidad de mecanizar la agricultura. También era necesario continuar la revolución y desarrollar la agricultura colectivizada. A principios de los años 1950, los seguidores del camino capitalista argumentaron que no se podía colectivizar el campo hasta llegar a un nivel mucho más alto de mecanización de la agricultura. Restaron importancia al papel de la conciencia política e ideológica, pues consideraron que solo había que expandir la producción y acrecentar las fuerzas de producción. En su opinión, la mejor forma de mecanizar la agricultura fue centrarse en las zonas ya avanzadas y concentrar los recursos ahí... lo que hubiera aumentado las diferencias en el campo.

Mao abordó ese reto de una manera diferente, desde la perspectiva de avanzar en la agricultura por el camino socialista. Argumentó que la colectivización podía llevarse a cabo antes de la mecanización y que, en realidad, sentaría la base para esa mecanización. En otras palabras, al forjar nuevas relaciones sociales entre los campesinos que les permitieran solucionar colectivamente los problemas técnicos y de producción... al establecer formas colectivas que forjaran conexiones sociales más amplias... y al promover una política revolucionaria que desencadenara la actividad consciente de las masas y planteara ante ellas las grandes cuestiones políticas e ideológicas que la sociedad confrontaba: de esa manera los cambios organizativos y de conciencia serían un estímulo para la mecanización y crearían un marco social favorable para ella.

En 1958, se dio un gran avance histórico en el camino socialista con respecto a la agricultura. Se formaron las comunas populares, que encarnaban el activismo de las masas y la experimentación a nivel de base. Las comunas fueron unidades socio-económicas que coordinaron las actividades de producción, proporcionaron servicios de salud y educación, organizaron grandes proyectos de rescate de tierras y de riego, y permitieron que las masas desarrollaran soluciones colectivas a tareas como el cuidado de niños. También funcionaron como órganos de poder político en el campo. Las masas asumieron responsabilidades de gobierno, de administración y de entrenamiento militar. El enfoque de Mao en la agricultura también incluyó grandes esfuerzos para diseminar recursos industriales, técnicos y culturales en las zonas rurales. Los seguidores del camino capitalista atacaron todo eso, llamándolo “ineficaz”, “utópico” y “peligroso” para la estabilidad del país.

Pregunta: Los seguidores del camino capitalista no simplemente articulaban un programa para la agricultura.

Raymond Lotta: Las nuevas fuerzas burguesas que surgieron después de la toma de poder en 1949 tenían su cuartel general en el Partido Comunista de China y plantearon su propio programa para el desarrollo. Desde su punto de vista, en lo básico la revolución llegó a su fin en 1949. La tarea tal como la concibieron no fue forjar una sociedad socialista como una transición al comunismo y como parte del avance de la revolución mundial. Al contrario, su objetivo fue que China se desarrollara en una potencia moderna, próspera e industrializada que encontraría y aprovecharía su lugar en el escenario mundial. Para ellos, la economía planificada y las instituciones políticas de la sociedad eran simplemente instrumentos para colocar a China en la “vía rápida” hacia la realización de esa visión. A principios de los años 1960, lucharon para que la rentabilidad fuera un criterio clave en la asignación de fondos a las diferentes regiones. Fomentaron políticas que hubieran creado un sistema educativo para la producción de nuevos élites. Y para mediados de los años 1960, se preparaban para tomar el poder.

Mao inició la Revolución Cultural en 1966 para impedir una toma de poder capitalista de parte de esas fuerzas. Había analizado la experiencia de la restauración capitalista en la Unión Soviética. Había sacado la conclusión de que fueron insuficientes los esfuerzos anteriores de hacer retroceder a los seguidores del camino capitalista en China. Describió la Revolución Cultural como un medio para despertar a las masas “de manera abierta, en todos los terrenos y de abajo a arriba para exponer nuestro lado oscuro”. La Revolución Cultural fue una agitación social de importancia trascendental, verdaderamente  una revolución, para derrocar a los seguidores del camino capitalista y retomar las partes del poder que éstos habían llegado a controlar, en el gobierno, el sistema educativo, la cultura, el sistema de salud pública, la administración industrial, etc.

Jamás en la historia se había visto una movilización y una efervescencia políticas de esa magnitud social. Los jóvenes radicales desempeñaron un papel catalizador, criticando a las autoridades burguesas y conservadoras de todo nivel. Las universidades cerraron y los estudiantes se dispersaron por el campo y hacia las fábricas. Se realizaron mítines en las calles, manifestaciones y sesiones de crítica de masas. En 1967 en Shanghai, los obreros llevaron a cabo una intensa lucha para derrocar a los seguidores del camino capitalista que estaban en el poder y desarrollar nuevas instituciones de gobierno.

Sin embargo, Mao dijo que aunque el blanco de la Revolución Cultural fueron los seguidores del camino capitalista, la meta fue transformar la concepción del mundo de las masas: su conocimiento de la sociedad y el mundo, su papel transformador y cuestiones de ideología y moral.

Las masas estaban aprendiendo a distinguir entre la línea proletaria y la burguesa. Decenas y centenares de millones de personas estaban debatiendo y luchando acerca de cuestiones decisivas para el rumbo de la sociedad y la revolución mundial. Esa lucha compleja requirió dirección visionaria y científica, y a través de ese proceso se revolucionó el propio partido de vanguardia.

Durante esa década increíble de 1966 a 1976, un levantamiento de masas sin precedentes logró frenar los esfuerzos de los seguidores del camino capitalista de tomar el poder. Sin embargo, después de la muerte de Mao, las fuerzas de la restauración capitalista lograron llevar a cabo un golpe de estado reaccionario. Ese fue un terrible revés para la revolución mundial y la humanidad, pero también confirmó la certeza del análisis que hizo Mao sobre el peligro de la restauración capitalista.

Pregunta: Se dice que se concentró un exceso de autoridad en el partido y que el propio partido se hizo más vulnerable a una toma de poder. Se dice que “se excluyó” de manera exagerada a las masas de esas luchas entre dos líneas, y que poner el partido a prueba mediante elecciones hubiera creado un terreno más favorable para tratar esas cuestiones.

Raymond Lotta: Esa idea de que se le confirió demasiada autoridad al partido de vanguardia está llena de conceptos erróneos.

En primer lugar, la sociedad socialista sigue siendo una sociedad dividida en clases. Hemos hablado de los vestigios de la sociedad capitalista, como la brecha entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Por ende, los líderes concentran el punto de vista y los intereses de las principales clases en pugna y tendrán una influencia desproporcionada. Otra vez, hay que ver de dónde viene el peligro de la restauración capitalista y cuáles son las formas de lucha de masas y el nivel de transformación que se necesitan para continuar la revolución. Si la vanguardia del proletariado cede su posición dirigente en la sociedad, eso abrirá más las puertas para las fuerzas burguesas, que estarán ejerciendo su influencia desproporcionada y estarán organizándose para llevar la sociedad por el camino capitalista.

La revolución proletaria se trata de cambiar el mundo radicalmente con el fin de arrancar de raíz y eliminar toda explotación y opresión. Se trata de ir contra la fuerza e influencia del pasado, y contra el poderío y la influencia del sistema imperialista mundial. Sin una dirección de vanguardia, no hay ninguna posibilidad de juntar todos los factores positivos en la sociedad... ni de movilizar a las masas y apoyarse en ellas, con el respaldo de la fuerza del estado, para continuar la transformación de la sociedad y mantenerse en el camino socialista... ni de elevar la conciencia política e ideológica de las masas, como se hizo durante la Revolución Cultural.

Esas son algunas razones importantes para tener una dirección institucionalizada de vanguardia, y por qué Mao estaba en lo correcto al luchar por ese principio, a la vez que había que darle al partido una gran “sacudida” mediante la Revolución Cultural.

Pregunta: Pero ¿qué dices sobre la democracia?

Raymond Lotta: Quiero poner énfasis en dos aspectos de esta cuestión. Primero, el estado socialista garantizó los derechos de las masas. En China durante la Revolución Cultural, había democracia para las masas en una escala sin precedentes. Aparte de tener derechos formales a la libertad de expresión y de prensa, etc., las masas en ninguna parte del mundo, ni antes ni después, hayan utilizado esos derechos en una escala tan grande como lo hicieron en China para examinar y debatir todo aspecto de la vida política. Un ejemplo muy conocido es el uso generalizado de lo que se llamaron los “cartelones de grandes caracteres” en las escuelas, las fábricas y otras instituciones, donde estallaron continuos debates y lucha, pues las masas colocaban dichos cartelones en cada superficie de las paredes. Fue prohibido quitar un cartelón de grandes caracteres y se requirió de cada institución proporcionar los materiales (papel, pintura y brochas) gratis.

El hecho de que las masas podían convocar a reuniones para criticar a los altos dirigentes del partido, o que había debates libres, sean grandes o pequeños... todo eso fue democracia en una escala que ni siquiera se puede imaginar en el “más democrático” de los estados capitalistas. La Revolución Cultural institucionalizó lo que se llamaron los “cuatro grandes derechos”: escribir los cartelones de grandes caracteres, mantener grandes debates, hablar claro y libremente y ventilar las opiniones completamente. Si piensas que todo eso no fue más que simples formalidades cosméticas, los nuevos gobernantes capitalistas que llegaron al poder en 1976 sabían que esas prácticas tenían el propósito de despertar y motivar a las masas; y las vilipendiaron y prohibieron.

Pero hay otro aspecto importante de la democracia bajo la dictadura del proletariado. Se estaban desarrollando formas, mediante la Revolución Cultural en particular, en que las masas podían asumir cada vez más responsabilidades, y mayores responsabilidades, para el rumbo de la sociedad, por ejemplo los comités revolucionarios, que eran nuevas instituciones de poder. Se trataba de combinaciones de representantes de las masas; diferentes capas profesionales, técnicas, intelectuales y culturales (según la institución de base de que se trataba, por ejemplo un hospital o una escuela); y cuadros del partido. Mediante esos órganos de poder, se estaba poniendo en manos de las masas importantes responsabilidades de tomar decisiones.

Compara eso con el ritual electoral de la democracia burguesa, en que se pide a las masas escoger entre este u otro representante de la clase dominante, y mediante el cual se legitiman los programas de diferentes fracciones de la clase dominante.

                                     Continuará.

 

 

 

1 Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos, un folleto de Revolución, 1º de mayo de 2008, p. 31.

2 Ver, por ejemplo, ¿Conquistar el mundo? Deber y destino del proletariado internacional, una charla de Bob Avakian de principios de otoño de 1981, publicada en la revista Revolución, #50; “El fin de una etapa — el comienzo de una nueva etapa”, una charla de Bob Avakian, publicada en la revista Revolución, #60, otoño de 1990; y “El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor”, un discurso de Raymond Lotta, en línea en revcom.us.

3 La revolución de nueva democracia es la revolución en los países oprimidos dirigida por el proletariado con el objetivo de expulsar al imperialismo y derrocar a las clases de la gran burguesía y los terratenientes; después de la victoria, se establece una forma de dictadura del proletariado, con ciertas alianzas de clases, y se inicia el avance a la etapa socialista. Los libros de William Hinton, The Great Reversal [El gran revés] y Through a Glass Darkly [Por el espejo, oscuramente] tienen relatos útiles de las dos líneas en la agricultura y describen la dinámica “iniciativa-contra iniciativa” de las dos partes del Partido Comunista de China.

 

 

 

 

Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos, un folleto de Revolución, 1º de mayo de 2008, p. 31.

 

Ver, por ejemplo, ¿Conquistar el mundo? Deber y destino del proletariado internacional, una charla de Bob Avakian de principios de otoño de 1981, publicada en la revista Revolución, #50; “El fin de una etapa — el comienzo de una nueva etapa”, una charla de Bob Avakian, publicada en la revista Revolución, #60, otoño de 1990; y “El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor”, un discurso de Raymond Lotta, en línea en revcom.us.

 

La revolución de nueva democracia es la revolución en los países oprimidos dirigida por el proletariado con el objetivo de expulsar al imperialismo y derrocar a las clases de la gran burguesía y los terratenientes; después de la victoria, se establece una forma de dictadura del proletariado, con ciertas alianzas de clases, y se inicia el avance a la etapa socialista. Los libros de William Hinton, The Great Reversal [El gran revés] y Through a Glass Darkly [Por el espejo, oscuramente] tienen relatos útiles de las dos líneas en la agricultura y describen la dinámica “iniciativa-contra iniciativa” de las dos partes del Partido Comunista de China.

 

 

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

4 de junio de 2009:

20 aniversario de la masacre de la Plaza Tienanmen

El 4 de junio de 2009 se cumple el 20 aniversario de la represión violenta por parte de los nuevos gobernantes capitalistas de China contra las protestas de la juventud en la Plaza Tienanmen y de los obreros en otras partes de Pekín. Las manifestaciones llevaban semanas en desarrollo. Aunque en gran medida los estudiantes estaban bajo la influencia de las ideas de la democracia del capitalismo occidental, conglutinaron el descontento en la sociedad y las protestas se convirtieron en el centro de atracción para millones de chinos que estaban hartos de la corrupción de los altos niveles del gobierno, las mayores desigualdades salariales, la inflación, la promoción del egoísmo craso y muchas otras injusticias en la sociedad; en las protestas participaron corrientes pro-Mao.

Después del derrocamiento del socialismo en 1976 a la muerte de Mao Tsetung, volvieron estas injusticias. Aunque el gobierno conserva el nombre de “socialismo” y “comunismo”, China es una sociedad capitalista y los gobernantes son los “seguidores del camino capitalista” contra los cuales Mao advirtió y contra los cuales estaba apuntada la Revolución Cultural.

Los gobiernos de Estados Unidos y de otros países imperialistas montaron un espectáculo de críticas a la masacre, pero conocen “a uno de los suyos” cuando lo vean: los 20 años desde la masacre de 1989 presenciaron enormes inyecciones de capital occidental al país a medida que éste se desarrollaba como la principal maquiladora del capitalismo mundial. Cuando China era una sociedad socialista auténtica, no había ni explotación ni represión contra la gente. Solamente otra revolución socialista puede salvar a China.

En el número electrónico de Revolución, reimprimimos una entrevista de 1999 a Li Minqi, estudiante que participó en las protestas de Tienanmen en 1989. La entrevista, “La rebelión de la plaza Tienamen vista por un testigo ocular” (Obrero Revolucionario [ahora Revolución], No. 1009, 6 de junio de 1999), da una perspectiva especial sobre el curso y el impacto de estos acontecimientos en mayo y junio de 1989.

Vea en línea en revcom.us

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

De “Democracia: ¡Más que nunca podemos y debemos lograr algo mejor!”

Bob Avakian, presidente del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

Los siguientes pasajes son de una polémica escrita por Bob Avakian, acerca de un ensayo titulado “Sobre la democracia proletaria”, escrito por K. Venu, un líder del Comité de Reorganización Central, Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista). Los dos escritos salieron originalmente en la revista Un Mundo Que Ganar #1992/17. Poco después el CRC dejó de existir, pero se ha seguido reciclando y remozando los argumentos de K. Venu, incluso de parte de algunos que se dicen maoístas. En muchos sentidos, aunque Avakian terminó el ensayo en diciembre de 1991, hoy tal vez éste sea aún más pertinente (¡!) y, en su caso, aún más importante (¡!) que nunca. Luego, salió en la segunda edición en inglés del libro El falso comunismo ha muerto… ¡Viva el auténtico comunismo! (originalmente se escribió como complemento de ese libro).

Este ensayo sobre K. Venu es parte del conjunto de obras de Bob Avakian sobre esta cuestión, las cuales incluyen, entre otras, El comunismo y la democracia jeffersoniana (RCP Publications, 2008, en inglés, en forma de folleto y en línea en revcom.us), Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo (RCP Publications, 2005 y en línea en revcom.us) y Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr? (Banner Press, 1986, en inglés).

Si la vanguardia no dirige, ¿quién lo hará?

Con esto en mente, volvamos a la formulación de la “concepción nueva” del documento del CRC: “Este sistema socialista, en el que la base económica socializada y el sistema político democrático proletario son aspectos complementarios, tiene que sobrevivir por sí mismo, convirtiéndose en un sistema social aceptado y practicado por todo el pueblo, bajo el liderazgo del proletariado”. Aquí, se debe uno preguntar: ¿Qué se entiende por “todo el pueblo”? ¿Incluye a los explotadores derrotados? Y ¿qué hay de los nuevos explotadores que surgen del seno mismo de la sociedad socialista? Y ¿qué pasa con los elementos degenerados que surgen de entre el propio pueblo trabajador, ya que nadie en sus cabales podría negar que en la sociedad socialista tales individuos existan? Una vez que se acepte que sobre estos grupos debe ejercerse una dictadura, estamos de regreso al hecho de que “un sistema social aceptado y practicado por todo el pueblo” no puede darse de golpe o en un corto período sin sostener una lucha de clases prolongada y a veces muy aguda, y a través de una transformación cabal de la base económica y de la superestructura de la sociedad y, más aún, del mundo entero.

¿Qué significa, en este contexto, “sobrevivir por sí mismo”? ¿Significa que si “todo el pueblo” decide que no quiere este sistema, debe abandonarse hasta que más adelante, tal vez, “todo el pueblo” decida, después de todo, que sí lo desea otra vez, al menos por un tiempo? Lo absurdo de esta idea (relacionada con la absurda noción de Jruschov de “todo el pueblo”, sin clases) debe verse en toda su amplitud.

Ah, pero se dice que “todo el pueblo” debe practicar este sistema “socialista” “bajo el liderazgo del proletariado”. Mas aquí el documento cae en una contradicción lógica de su propia mano. De acuerdo con su lógica, es válido preguntar: ¿Quién le dio al proletariado “el derecho” de ejercer su dirección? Desde el punto de vista de “todo el pueblo”, ¿por qué esto no es tan malo como la terrible “dictadura del partido”? Pero, aun si esta dirección proletaria fuera aceptada, ¿cómo se ejercería esa dirección (institucional o “extrainstitucionalmente”)? ¿Cuáles serían los medios y mecanismos para esto que no condujera a la misma situación de que la vanguardia del proletariado juega el papel dirigente?

Obviamente, una vez más la lógica de este documento llevará a la conclusión de que no debería existir ninguna vanguardia, al menos no una vanguardia proletaria. Y, además, llevará a la conclusión de que nadie, ni fuerza ni clase social, deberá ser excluido de “todo el pueblo”, porque ¿quién le dio a un grupo cualquiera “el derecho” a declararse juez para decidir quién deberá ser incluido en “todo el pueblo”? Por supuesto, hay una respuesta a esto, que no puede dar la posición democrático-burguesa del documento del CRC.

En esta parte, el documento mencionado parece admitir que la dirección de un partido de vanguardia será necesaria para derrocar el viejo poder estatal, destruir la vieja maquinaria estatal y ser seguido por el “establecimiento del nuevo sistema político” (párrafo 10.4). Y además, “El partido de vanguardia del proletariado tendrá que jugar el papel dirigente hasta que el nuevo sistema político comience a funcionar eficazmente, completando el proceso de la socialización de los medios de producción y luego consolidando el poder en manos de las nuevas clases dominantes bajo el liderazgo del proletariado. Una vez logrado esto, el partido comunista debe renunciar a su control monopólico de la transformación revolucionaria y permitir que el sistema funcione por sí mismo. Bajo el sistema democrático proletario, la efectividad del nuevo sistema será aceptada o rechazada por el pueblo mediante un proceso democrático abierto en el que todo el pueblo estará libremente involucrado a través de sus propias organizaciones políticas o de cualquier otro modo” (obra citada).

Una vez más, el documento se embrolla en toda clase de contradicciones lógicas de su propia mano.

Primero, hablemos sobre el derrocamiento por medios violentos del viejo sistema, y el papel del partido de vanguardia en esto, como se precisó al principio de esta crítica, al mencionar algunas conclusiones generales concernientes al documento: la posición del documento sobre la llamada dictadura del partido está ineludiblemente ligada a la posición de que el derrocamiento violento, especialmente dirigido por un partido de vanguardia, es también errónea por elitista y coercitivo no solo contra la burguesía sino también contra las masas del pueblo que pueden no estar de acuerdo, al menos al principio, con el partido sobre la necesidad de llevar a cabo este derrocamiento violento. ¿Esta pregunta (acerca del derrocamiento o no del viejo sistema) deberá someterse al voto de “todo el pueblo”? ¿O tal vez someterse al voto de “todo el pueblo”, menos el de la vieja clase dominante y de aquellos que están (abiertamente) a su lado? Pero, de nuevo, se entraría en el molesto problema de quién decidiría, quién tendría “el derecho” a decidir, quién sería, exactamente, incluido o excluido en “todo el pueblo”. Y así, en un abrir y cerrar de ojos, ¡esta clase de fijación en la democracia formal abrumaría toda orientación hacia el derrocamiento del sistema!

Esto puede parecer una caricatura de la posición del documento, pero no lo es. No es incidental que la línea de Jruschov sobre “el Estado de todo el pueblo” era parte de toda una concepción que incluía “la transición pacífica al socialismo”. Y también existe un paralelismo con respecto a la línea y lógica del citado documento. De seguir esta línea y lógica hasta sus últimas consecuencias, no tardaremos en ver que se adopte más o menos abiertamente alguna versión de “transición pacífica”.

Volviendo a la parte sobre cuándo y de acuerdo a qué criterios debería decidirse que el partido ya no ejerza el papel de dirección institucionalizado en la nueva sociedad, nos adentramos en otra contradicción lógica, ahora familiar, del documento. ¿Quién decidirá cuándo “el nuevo sistema político empiece a funcionar efectivamente” y en concreto cuándo en la consolidación del “Poder en las manos de las nuevas clases dominantes bajo la dirección del proletariado” será el momento oportuno en que el partido deba abandonar este papel? ¿Es el partido el que decide esto? Pero esta es una contradicción en sí: ¿Cómo puede el partido decidir por las masas que estas ya no necesitan más el papel institucionalizado de dirección del partido? O, si el partido no determina esto, ¿quiénes lo hacen y con qué medios? ¿El pueblo con votos? Pero entonces, ¿quién dirá cuándo es tiempo de votar, quién organizará tal votación, sus reglas, etc.? Lo tonto de tales cuestionamientos es un reflejo del idealismo que subyace a toda la línea de este documento.

Retomando el aspecto económico, en ningún país socialista hasta la fecha ha existido nada cercano a una completa socialización de la propiedad, ciertamente no en el sentido mencionado por Marx en Crítica del Programa de Gotha (donde propone que toda la propiedad fuera propiedad de toda la sociedad). Y la experiencia nos dice que es probable que tome un largo tiempo antes de que tal socialización se logre. En la Unión Soviética y en China, cuando eran socialistas, el hecho de que la situación no avanzó a una etapa tal donde los medios de producción fueran propiedad de todo el pueblo, fue una importante razón por la que las mercancías, y con ellas la ley del valor, continuaban jugando un papel importante, si no regulador, en la economía. En China, la propiedad colectiva de grupos de campesinos era la forma más común de propiedad, y los equipos de producción relativamente pequeños eran la principal unidad de contabilidad económica. Mao y, bajo su dirección, Chang Chun-chiao identificaron esto como una contradicción a largo plazo, muy significativa, estrechamente ligada con la existencia de clases y lucha de clases, y con el continuo surgimiento de la burguesía en el socialismo. Por lo tanto, decir que el partido deberá abandonar su papel institucionalizado de vanguardia cuando se complete el proceso de socialización, sin tomar en cuenta cuestiones cruciales como esta, es otro reflejo, más serio, del idealismo del documento del CRC.

Y debido a tales profundas contradicciones y su reflejo en la superestructura, el partido tendrá que continuar ejerciendo el papel dirigente por largo tiempo, de hecho durante todo el período histórico de transición socialista en que existen tales contradicciones. Y para jugar este papel de forma correcta (en correcta relación con las masas), esta dirección debe institucionalizarse. Como se remarcó antes, si esto no se cumple, otro grupo dominará la toma de decisiones debido a las contradicciones aún vigentes, y desde luego serán camarillas burguesas de una u otra índole…

El modelo electoral burgués vs. dirigir a las masas para transformar el mundo

Sí, es verdad, el partido no debe confiarse en su posición de autoridad, debe apoyarse en las masas; pero eso no significa degenerarse y jugar un papel como cualquier partido socialdemócrata de viejo tipo, yendo a la zaga de las masas y reduciendo su actividad al marco y los límites democrático burgueses y al proceso electoral, y no asumir su responsabilidad de vanguardia y dirigir a las masas en la revolución.

Que la visión del CRC acerca del funcionamiento del “sistema democrático proletario” no es cualitativamente diferente del sistema democrático-burgués clásico, debe estar claro. Su “modelo”, donde el “derecho a gobernar” del partido comunista “debe estar basado estrictamente en el apoyo electoral ganado por su plataforma, al igual que cualquier otra plataforma”, en el mejor de los casos, llevaría a una situación en que centros rivales de poder, con sus respectivas plataformas, competirían por el voto de las masas. El resultado de esto (otra vez, en el mejor de los casos) sería un gobierno de “coalición” donde “socialistas” y “comunistas” de todo tipo se unirían con representantes de tendencias democráticas más abiertamente burguesas y pequeñoburguesas, y en donde comprometerían los intereses fundamentales de las masas y no se llevaría a cabo ninguna transformación radical de la sociedad (y cualquier intento de hacerlo sería reprimido rápida y eficazmente por tal gobierno de “coalición”). ¿Es que no ha habido suficiente experiencia, por no decir demasiada, en el mundo que ilustre esto?1

La idea que de alguna manera este proceso electoral expresará el “deseo político” de las masas solo puede provocar una sonora carcajada cínica de cualquiera que esté familiarizado con estos procesos electorales y que no sufra de “amnesia política”. Esta idea solo la pueden sostener quienes creen en la democracia burguesa más que la burguesía misma, que no han aprendido o han “olvidado” que tal democracia, con su proceso electoral, es un instrumento de la dictadura burguesa sobre las masas. Esto no significa que las elecciones no pueden jugar un papel legítimo en la sociedad socialista, pero tal papel debe basarse en el reconocimiento de que las elecciones formales no pueden representar la más alta ni más esencial expresión de la “voluntad política” de las masas; que las elecciones deben subordinarse al proceso general a través del cual esa “voluntad política” se expresa; que a las elecciones, como todo lo demás en la sociedad de clases, las condicionarán y moldearán las relaciones de clase; y por último, que en una sociedad socialista, las elecciones deben servir al ejercicio del poder político del proletariado bajo la dirección de su partido.

En contraste con esto, la siguiente caracterización del papel de las elecciones en la sociedad burguesa también se aplica al proceso electoral democrático (burgués) que el documento propone para su versión de la sociedad “socialista” y su “sistema democrático proletario”:

“El proceso electoral tiende a ocultar las relaciones de clase básicas —y los antagonismos de clase— de la sociedad, y sirve para darle una expresión formal e institucionalizada a la participación política de los individuos atomizados en la perpetuación del statu quo. Dicho proceso no solo reduce al pueblo a individuos aislados, sino también los reduce a una posición políticamente pasiva y define la esencia de la política como tal pasividad atomizada — en que cada persona, individualmente y aislada de los demás, aprueba esta o aquella opción, todas las cuales han sido formuladas y presentadas por un poder activo que se alza por encima de esas masas atomizadas de ‘ciudadanos’” (Avakian, Democracy, p. 70, énfasis en el original).

En el documento del CRC encontramos muchas referencias a la “voluntad política” del pueblo o del proletariado. Pero en ninguna parte se encuentra el concepto (de hecho, lo rechaza) de que no hay manera de concretar y es más, no hay ninguna forma de determinar la “voluntad política” del proletariado y de las masas salvo a través del papel dirigente del partido, a través de su práctica de la línea de masas y la aplicación de una línea política e ideológica comunista.

Y, como hemos visto, el documento insistentemente pone el papel de vanguardia del partido contra la actividad consciente de las masas. Es indiscutiblemente claro en su afirmación de que, una vez que el ejército permanente haya sido abolido y reemplazado por el pueblo armado y una vez que el partido y su “papel de vanguardia” se hayan reducido a la lucha del partido por los votos electorales que gane basándose en su plataforma (“al igual que cualquier otra plataforma”), entonces, “a diferencia de las formas de dictadura del proletariado practicadas hasta ahora, en la nueva estructura política, al tener el pueblo el verdadero poder en sus propias manos, también con las armas en la mano, estará jugando un papel realmente activo en la totalidad de la vida política de la sociedad, constituyéndose por lo tanto en la mejor garantía contra la restauración y garantizando también las mejores condiciones para retomar el poder si tiene lugar la restauración” (párrafo 10.9, énfasis añadido).

¡Qué declaración tan increíble! Por ejemplo, ¿cómo es posible que gente conocedora de la Gran Revolución Cultural Proletaria asegure que las masas de China no jugaron “un papel realmente activo en la totalidad de la vida política de la sociedad” en general y en particular al combatir el revisionismo y la restauración capitalista? Si comparamos la Revolución Cultural con las recientes “protestas democráticas” (burguesas) en China, podemos decir sin ninguna duda que la actividad consciente y la iniciativa revolucionaria consciente de clase de las masas del pueblo chino se expresó “un millón de veces más fuertemente” en la Revolución Cultural. Y esto se debe a que durante ésta las masas tenían la dirección de una vanguardia comunista, mientras que en la actual lucha no2 . En esta lucha ha habido factores positivos y la participación de fuerzas progresistas, incluso revolucionarias (se dieron abiertas expresiones de apoyo a Mao y su línea revolucionaria; se hicieron marcados deslindes entre Mao y sus seguidores revolucionarios, y los gobernantes revisionistas y corruptos actuales). Pero, a pesar de todo eso, en un sentido general, las fuerzas y líneas políticas que ocuparon las posiciones dirigentes en los levantamientos de las masas representaban los intereses de la burguesía.

Aquí, es conveniente repetir lo siguiente sobre el papel del partido leninista y su relación con las masas, que se aplica después de la conquista del poder y a lo largo de la transición socialista, tanto como en la lucha por la conquista del poder:

“Lenin forjó y aplicó estos principios más allá de lo que habían elucidado previamente Marx o Engels y además rompiendo con los preceptos establecidos y la práctica preponderante del movimiento marxista, pero lo hizo partiendo de la base de los principios marxistas fundamentales, adhiriéndose a su metodología básica, y de una manera completamente consistente con su espíritu crítico y revolucionario. Plantear, en oposición a estos principios, la experiencia de la Comuna de París, que fue derrotada —en parte, y secundariamente, debido a la falta de un partido de tipo leninista— o de la II Internacional, que degeneró y se convirtió en un franco instrumento del imperialismo, es pensar patas arriba y al revés, para no decir más. Sostener que la degeneración de la Revolución Rusa se puede deducir de la naturaleza y el papel del partido leninista, es en primer lugar contrario a los hechos y además una evasión del problema fundamental. El argumento de Lenin en ¿Qué hacer? —que cuanto más altamente organizado y centralizado sea el partido, cuanto más sea una organización de vanguardia real de revolucionarios, tanto mayor será el papel y la iniciativa de las masas en la lucha revolucionaria— quedó poderosamente demostrado en la misma Revolución Rusa y ha sido demostrado en todas las revoluciones proletarias. En ninguna parte se ha hecho una revolución proletaria sin semejante partido y en ninguna parte la falta de dicho partido ha contribuido al desencadenamiento de la iniciativa de las masas de los oprimidos en lucha revolucionaria consciente. Y... sostener que una vanguardia, que un partido leninista puede degenerarse, puede convertirse en un aparato opresivo de las masas, y que por lo tanto es mejor no tener dicho partido, en la práctica se reduce a propugnar que no haya revolución en primer lugar; esto no eliminará las contradicciones que hacen que dicho partido sea necesario, es decir, las condiciones materiales e ideológicas que se tienen que transformar con la dirección de dicho partido para abolir las diferencias de clase y con eso, finalmente, la necesidad de un partido de vanguardia” (Avakian, Para una cosecha de dragones, Bogotá: Asir Editores, 1989, pp. 77-79, énfasis en el original)….

Conclusión: Ponerse a las alturas del reto o repudiar la revolución

Ya hemos tratado las principales tesis y argumentos del documento del CRC, y la pregunta que una vez más se haría es: ¿Adónde conduce esta línea a aquellos que insisten en seguirla? En el final del documento, que cierra con “algunas preguntas más”, las implicaciones de su línea y metodología se hacen más evidentes. En particular, aplica la idea de combatir el “reduccionismo de clase” y de enfocar los “aspectos no clasistas” a una amplia gama de problemas sociales significativos. Así, se ve que se van alejando de los principios y métodos básicos del marxismo-leninismo-maoísmo en todos los frentes.

Y estos pasos atrás se muestran no sólo en posiciones políticas importantes, sino también en importantes puntos de la línea ideológica. Casi al final del documento, en el curso de una discusión sobre la actitud correcta hacia los errores y las contribuciones de los dirigentes del proletariado internacional, encontramos el planteamiento siguiente: “Incluso durante las ricas experiencias de la Revolución China, sólo las contribuciones de Mao fueron tenidas en cuenta para el enriquecimiento del marxismo” (párrafo 12.2).

En respuesta a eso, se debe recalcar que no se trata de Mao como individuo o de su autoridad como dirigente en un sentido abstracto o formal; y no es que Mao no haya cometido nunca errores o que sus errores no deban analizarse. Lo importante es que la línea política e ideológica de Mao representa una concentración científica de una rica experiencia, tanto en China como a nivel internacional; representa la aplicación de la teoría comunista a esta experiencia y el desarrollo de la ideología comunista a una nueva etapa. No entender esto, o más concretamente no querer reconocerlo, con el pretexto de no enfocarse unilateralmente sobre las contribuciones de los dirigentes, es otra vez eclecticismo. En oposición a la dialéctica materialista, esto es idealismo y metafísica que rompe la unión entre la práctica y la teoría, en tanto concentración de la práctica. Es relativismo y abre las compuertas al argumento relativista de que una idea es tan buena como la otra. Esta es otra expresión importante de la concepción pequeñoburguesa que ha adoptado el documento.

Lo que pasó en este documento es algo muy similar a lo que Lenin describe en “La bancarrota de la II Internacional”: un importante viraje del curso de los acontecimientos mundiales ha conducido a la desorientación y casi al pánico, a una carrera para renunciar a los principios que de repente parecen ser una pesada carga y no un tesoro, rindiendo pleitesía a la espontaneidad de las masas y en particular a los prejuicios pequeñoburgueses e ilusiones democráticos, arrastrándose tras la burguesía. Antes a la gente común y corriente tal vez se la podía persuadir de que sobre todo en la Unión Soviética “no hay auténtico comunismo”. Ahora esa misma gente observa la caída de las estatuas de Lenin y eso refuerza la idea (propalada por la burguesía) de que “el comunismo nunca ha sido bueno, incluso en la tierra de la primera revolución comunista”.

Esta pleitesía a las fuerzas y los sentimientos atrasados se expresa otra vez al final del documento. En el párrafo con que concluye, dice:

“Cuando el pueblo de los países anteriormente socialistas pone en la picota de la historia la estrategia del monopolio del poder por el partido durante toda la fase de transición del socialismo, los comunistas no pueden quedar satisfechos con el consuelo de que esto es el resultado del pensamiento atrasado entre el pueblo. Por el contrario, estas experiencias una y otra vez indican la enseñanza marxista de que sólo las masas son las creadoras de la historia” (párrafo 14.2).

Antes que nada, es una gran exageración decir que “el pueblo” en estos países ha puesto el principio del papel dirigente institucionalizado del partido comunista “en la picota de la historia”. Veamos a China, y esto no es un ejemplo insignificante. Dista mucho de la verdad decir que las masas sostienen uniformemente la posición que el documento describe para ellas: es claro que existen muchos que ven la diferencia cualitativa entre el partido comunista de Mao y el corrupto “partido comunista” de Deng Xiao-ping, y que guardan un profundo respecto al primero y nada más que repudio al segundo, y esto, en especial, si se habla de las masas de obreros y campesinos.

En la Unión Soviética, si bien hay cierto número de gentes (en especial obreros mayores) que reconocen en general que hay diferencias significativas entre el país bajo el liderato de Stalin y la situación actual (entre ellos quienes prefieren, con sus razones, lo primero que lo segundo), se puede decir con seguridad que en la Unión Soviética (y en los “países anteriormente socialistas” que han sido parte del bloque soviético) muy poca gente siquiera había oído una presentación sistemática del análisis de Mao sobre el proceso de restauración capitalista y la naturaleza de las clases dominantes en los países revisionistas y de los conflictos entre las diferentes facciones en esas clases dominantes. Es precisamente este análisis científico lo que se necesita y, en lugar de hacer un análisis materialista de lo que ha ocurrido en esos países, especialmente un análisis de clase de las diversas fuerzas y líneas en el escenario, el documento convierte en principio filosófico el culto a la confusión y atraso de varios sectores del pueblo al respecto, al plantear: “Estas experiencias una y otra vez indican la enseñanza marxista de que sólo las masas son las creadoras de la historia”.

Esto es lo mismo que si al estallido de la I Guerra Mundial, cuando una oleada de chovinismo nacional se propagó por toda Rusia, ¡Lenin hubiera proclamado que los sentimientos y manifestaciones chovinistas de las masas rusas eran testimonio viviente de la “enseñanza marxista de que sólo las masas son las creadoras de la historia”! De hecho la lógica del documento aquí es que lo que piensan en un momento dado las masas (y en particular las masas intermedias e incluso atrasadas, las más fuertemente influenciadas por el punto de vista y la propaganda de la burguesía), es una expresión de sus más altos y genuinos intereses. Esto es pariente cercano de la fórmula revisionista que Lenin criticó severamente: considerar como deseable lo que sea posible y como posible lo que pase en el momento presente. Esto no es una orientación ni método para dirigir a las masas para que rompan las cadenas —especialmente las muy importantes cadenas mentales— del viejo orden y creen un nuevo mundo por medio de la lucha revolucionaria. Es una receta para ir rastreramente a la cola de las masas dirigiéndolas en un círculo, y siguiendo sus propios traseros, sin romper nunca esas cadenas.

Los sucesos de los países (antes) revisionistas han planteado importantes y profundas preguntas. La respuesta se encuentra al profundizar y fortalecerse en los fundamentos del marxismo-leninismo-maoísmo y, sobre esta base sin timidez y con una orientación científica implacable, examinar la experiencia histórica del movimiento comunista internacional. Pero, de nuevo, en el documento vemos una respuesta diferente, un franco repudio al marxismo-leninismo-maoísmo, a “los conceptos fundamentales que hemos enarbolado hasta ahora”….

En el documento “Sobre la democracia proletaria”, sus autores han retrocedido sosteniendo que no es posible ni deseable traspasar el estrecho horizonte del derecho burgués ni de la democracia burguesa formal. Su respuesta a la pregunta “¿Es lo mejor que podemos lograr?” fue: Sí. A pesar de sus declaraciones, o sus intenciones, de defender el objetivo final del comunismo, han retrocedido al “tema clásico” no sólo de la burguesía sino de los socialistas burgueses al evocar la misma vieja y trillada tonada; se han unido en coro a los que proclaman y gritan cada vez más fuerte en estos tiempos que no se puede y no se debe ir más allá de la etapa de la historia humana donde la sociedad está dividida en clases y se caracteriza por antagonismos sociales.

Independientemente de las intenciones del documento, lo cierto es que su posición condena a las masas a una situación donde éstas no pueden levantar la cabeza y derrocar el viejo orden, ni pueden ejercer la dictadura sobre las clases explotadoras, y mucho menos continuar la revolución bajo esta dictadura hacia la meta final del comunismo; deja a las masas bajo la dominación de un sistema económico de explotación capitalista con su correspondiente sistema político burgués donde, tal como Marx lo predijo, a las masas se les autoriza para decidir una vez cada varios años qué miembros de la clase explotadora han de representarlas y aplastarlas. Esa es la lógica de repudiar la experiencia histórica de la dictadura del proletariado en la sociedad socialista, y las lecciones que los comunistas deben sacar de ella, y de reemplazar esta dictadura con una ilusoria democracia que es imposible e indeseable bajo las condiciones del socialismo, y que es innecesaria, y en un sentido profundo imposible, al llegar a la futura sociedad comunista, a nivel mundial.

No es la intención ni el propósito de este artículo ponerse a examinar toda la relación entre la línea oportunista desarrollada en el documento del CRC sobre la dictadura del proletariado y otras tendencias erróneas que han caracterizado al CRC. Nuestra atención se ha centrado en desenmascarar esta línea oportunista, la cual es una concentración de esta concepción, método y línea política incorrectos. Como expresamos al principio de esta crítica del documento, esperamos que contribuya a que los mismos camaradas del CRC se comprometan a hacerse una buena autocrítica y repudien ese documento, y que en el proceso analicen y vuelvan a examinar las otras posiciones tomadas por el CRC para ver en dónde y en qué momentos estas posiciones han tolerado, al menos, ciertos aspectos de esta concepción, método y línea política incorrectos.

Notas

1. De las derrotas sufridas por los partidos socialistas y comunistas que han caído en el parlamentarismo burgués y/o enfocado su trabajo en gobiernos de “coalición” con varias fuerzas burguesas, tal vez el caso más dramático y trágico es la experiencia del Partido Comunista de Indonesia a mediados de los años 60: la masacre de cientos de miles de comunistas (y otros indonesios) y la destrucción de un partido comunista poderoso, a manos de los reaccionarios. Antes de esto, el partido se había enfocado más y más en el trabajo parlamentario y otras formas de lucha legal; se había confiado más y más en sus logros parlamentarios y sus posiciones en un gobierno de coalición (encabezado por el nacionalista burgués Sukarno); y por ende lo agarró desprevenido el golpe de Estado contrarrevolucionario de las fuerzas armadas (encabezadas por Suharto) con el respaldo, dirección tras bambalinas y la participación activa de la CIA. (Ver “Historical Document: Self-Criticism by the Indonesian Communist Party, 1966”, en la revista Revolution, No. 55, invierno/primavera 1987. Una versión abreviada de este documento salió en el periódico Obrero Revolucionario (ahora Revolución), #396, 9 de marzo de 1987).

Aunque es claro que el gobierno de Sukarno no era una dictadura del proletariado, existe una analogía entre la situación del Partido Comunista de Indonesia en ese gobierno “nacionalista” y la posición que un partido comunista tendría si tratara de apegarse a la línea del CRC en cuanto a la forma en que debería operar bajo la dictadura del proletariado. Como quedó anotado, tal partido se encontraría en un gobierno de “coalición” en el cual el partido no podría dirigir en absoluto. El partido, y las masas revolucionarias en general, serían muy vulnerables a un golpe de Estado reaccionario (y las masacres que lo acompañarían). Aquí, una vez más, es crucial reconocer que, aun dejando a un lado a la clase dominante derrocada, “todo el pueblo”, en las condiciones de la sociedad socialista, quiere decir muchas clases diferentes, entre ellos fuerzas burguesas recién nacidas, y “armar a todo el pueblo” en realidad implicaría el desarrollo de muchos bandos armados en la sociedad, entre ellos fuerzas armadas bajo el mando de fuerzas contrarrevolucionarias burguesas. [regresa]

2. Además, se debería subrayar que el gran desencadenamiento de las masas en la Gran Revolución Cultural Proletaria fue posible, también, porque tuvo lugar bajo la dictadura del proletariado, mientras que un Estado burgués, una dictadura burguesa, reprimió las manifestaciones de 1989. [regresa]

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

“En un año de encierro, leí más libros que en toda mi vida”

Cárceles como universidades de la revolución

Estimados amigos,

Decían que éramos “la basura al fondo” de la población carcelaria.

En el patio se da un debate acalorado e intenso, mientras aproximadamente una docena de presos escuchan atentamente. Uno dice: “... siempre hay y siempre habrá ricos y pobres. ¡Los ricos y poderosos siempre gobernarán sobre los pobres e impotentes... lo mejor que se puede hacer con una situación así es lo que hizo Robin Hood!” (es decir, tomar de los ricos para dar a los pobres).

Contesté de inmediato: ¡“...eso de que las cosas no cambian, que están fijas en el tiempo y en el espacio, y sólo siguen repitiéndose — esa es una visión metafísica de la historia y no concuerda con los hechos! ¡Tienes que estudiar el materialismo dialéctico e histórico para que puedas entender y ver cómo la historia humana se desarrolla y cambia, y por qué ya no es necesario vivir como lo que estás defendiendo!”

Abajo en “la mazmorra”, “las celdas de desnudos”, todos los presos del piso escuchan callados mientras un preso de 19 años y yo (entonces yo tenía 23 años de edad) hacemos un análisis crítico de la República de Platón, discutiendo, diseccionando y demostrando que la perspectiva del libro refleja las ideas de una persona que es defensor y filósofo de la esclavitud. Solo un poco antes habíamos comenzado a estudiar algo de teoría comunista, y estábamos usando lo aprendido para examinar la República de Platón y por qué un filósofo como él goza de tanta estima entre los defensores del sistema capitalista.

En algún momento, mi amigo de 19 años estalla en risas. Cuando le pregunté por qué, me explica exclamando: ¡“...aquí somos los llamados ‘peores de los peores’ (eso decían y eso creían, en todo sentido de la palabra, los que nos tenían encerrados), nos tienen en las condiciones más extremas en esta prisión queriendo quebrantarnos el espíritu, y aquí estamos pues, no sólo discutiendo sino criticando a Platón, demostrando que él y Sócrates no representaron el interés de la gente, sino el interés de un sistema de esclavitud!”

Ahora todos del piso se reían ante la aguda ironía que mi amigo estaba señalando.

Esa fue una parte importante de mi introducción al reclusorio a principios de los años 1970. Mucha literatura revolucionaria circulaba en la prisión. Y había mucha actividad revolucionaria, y discusiones y debates sobre la revolución, a veces en los momentos más inesperados de nuestro confinamiento.

A veces eso se expresó en rebeliones revolucionarias de masas que unieron a negros, latinos y blancos, en lo que L.D. Barkley, a los 21 años de edad, llamó “... el ruido antes de la furia de todos aquellos que son oprimidos...” en la prisión Attica, en el norte del estado de Nueva York, en 1971. Otras veces se expresó en levantamientos de masas en las unidades de segregación, por ejemplo en la prisión de San Quintín en California, en defensa de la vida de George Jackson, un líder revolucionario, también en 1971.

Sucesos como los mencionados arriba continuaban casi con regularidad
en las correccionales estadounidenses desde finales de los años 60 a mediados de los años 70.

Se expresó también en las numerosas organizaciones revolucionarias, incluidos los “colectivos” que se basaron en principios comunistas, que estaban formándose en todo el sistema correccional estadounidense.

Los presos de todo tipo estudiaban y discutían la teoría revolucionaria. Unas partes de la rutina “normal” de la vida carcelaria se estaban transformando; en ciertos aspectos importantes las prisiones estaban llegando a ser “universidades de la revolución”.

Corría la voz sobre los lugares donde la corriente revolucionaria era fuerte y dónde era débil. Si te enviaron a una prisión donde era débil, pues tratabas de fortalecerla. Si te enviaron a un lugar donde era fuerte... hacías lo que pudieras para hacerla aún más fuerte.

Me acuerdo de haber dicho en una carta a una amiga que, en un año de encierro, yo había leído más libros que en toda mi vida. Por ejemplo, durante ese tiempo leí por primera vez El origen de la familia, la propiedad privada y el estado de Federico Engels, y un nuevo mundo se me abrió. Se trataba de una forma completamente nueva de ver la historia humana. Al mismo tiempo, el libro tenía más sentido que cualquier cosa que yo había leído u oído jamás.

Antes de leerlo, mi pensamiento era similar al de mi amigo que creía que se necesitaba un enfoque tipo Robin Hood de la revolución.

No me cansaba de esa materia. De esa clase de libros. Cuando quiera descubriéramos un lugar que enviaba los libros “gratis”, lo inundábamos con pedidos.

Así fue que comenzamos a recibir la revista Pekín Informa de la China socialista de Mao Tsetung. La publicaron en inglés [y otros idiomas] y llegó todas las semanas. Nos entusiasmó mucho. Nos espoleó a estudiar más: ¿qué es el socialismo en verdad? ¿qué implica ser una transición del capitalismo al comunismo?

Hablábamos de esas cosas. Estudiábamos y discutíamos por qué Mao y los revolucionarios que lo apoyaban decían que había que continuar la revolución bajo el socialismo, bajo la dictadura del proletariado, porque si no, se le daría marcha atrás.

Mao dijo que dicho conocimiento, dicha orientación y dicho análisis llevarían a la adopción de políticas encaminadas a superar, transformar más y revolucionar más las condiciones que hacen del socialismo una transición del capitalismo al comunismo.

La otra cosa que unos seguíamos de cerca y estudiábamos fue el movimiento comunista, que estaba en sus fases iniciales en este país. A veces seis o más periódicos diferentes y Pekín Informa estarían esparcidos por encima de mi litera.

Yo leía todos los periódicos y tratamos de compararlos y contrastarlos, para determinar cuál grupo estaba en la misma onda que Mao, cuál era en verdad comunista y verdaderamente revolucionario.

Todavía recuerdo vívidamente estar sentado en mi celda con un camarada muy allegado. Estábamos estudiando unos escritos filosóficos de Mao y Lenin sobre el materialismo dialéctico.

Yo había recibido un poco antes un folleto de RCP Publications titulado: Trabajo revolucionario en una situación no revolucionaria de Bob Avakian. Había un montón de literatura desparramada por mi litera.

En ese punto de nuestro desarrollo político, estábamos convencidos de que para hacer la revolución en este país se necesitaría un partido y que tal partido necesitaría la dirección de un líder capaz de aplicar el materialismo dialéctico y la teoría comunista al mismo nivel que Mao.

Yo había comenzado a buscar todos los escritos, discursos o charlas de Avakian que pudiera encontrar. Estuve tratando de determinar si él cumplía con los criterios que habíamos puesto.

Esa fue una experiencia que me cambió la vida. Decidí en ese momento preciso que lo primero que tenía que hacer cuando saliera de la prisión fue encontrar y conectarme con el PCR. Eso es lo que anuncié a todos mis camaradas presos, y eso fue lo que hice.

Comparto esa historia con ustedes porque quiero que cada uno que lee esto contribuya generosamente al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os.

Quiero que entiendan el poder transformador de la prensa revolucionaria. Quiero que entiendan el potencial transformador del conjunto de la obra de Bob Avakian y del líder comunista que tenemos en él, una persona que tiene un enfoque científico y crítico del estudio de la historia humana y de la revolución comunista que necesitamos.

Por eso exhorto a todos los que leen esta carta a donar generosamente, a dar todo lo que puedan y todavía un poco más al FLRP, para que otros tengan la misma oportunidad que yo, para que las hermanas y los hermanos encerradas/os en las mazmorras de este sistema putrefacto puedan conseguir literatura que les conecte con el movimiento revolucionario.

Siempre me inspira leer las cartas de presos en las páginas de periódico Revolución y siento conectado de un millón de maneras con esas voces. El FLRP es crucial para que la esperanza de la revolución traspase esas murallas. Estoy plenamente confiado de que muchos presos, como yo, encontrarán formas creativas de contribuir a la revolución ahora y cuando salgan en libertad.

Joe Veale

 

Done generosamente al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas/os

 

Envíenos sus comentarios.

Revolución #168, 21 de junio de 2009


Número actual  |   Números Anteriores  |   Bob Avakian  |   PCR  |   Temas  |   Comunícate

Entrevista de la emisora Pacífica KPFK:

La PURA verdad sobre el Nuevo Trato... y Obama

 

La siguiente trascripción es de una entrevista de radio del 28 de abril de 2009 (incluyendo llamadas de los radioescuchas) a Andy Zee en el programa radial en inglés Debajo de la superficie de Michael Slate en KPFK (Los Ángeles). Andy Zee es el autor del reciente artículo del periódico Revolución, “En la era de Obama: El colapso de ‘El Movimiento’; la resistencia y el movimiento revolucionario que necesitamos”.

Michael Slate: ¿Qué te impulsó a escribir este artículo?

Andy Zee: Creo que si echemos un vistazo al último período, una trayectoria que va desde 2004 hasta ahora, pero particularmente en el último año, el movimiento de resistencia ha ido a niveles cada vez más bajos de resistencia, de masas populares en las calles, al punto en que ahora tenemos estas revelaciones de la tortura, y ésta está ocurriendo y sigue ocurriendo a nombre del pueblo en este país, y se habla un poco de esto en los medios de comunicación y el internet, pero no existe el nivel de protesta y condena que hay que tener. Así que eso fue su origen.

Slate: He visto algunas cosas que dicen acerca de la tortura. Aun cuando redactaron la Ley de Comisiones Militares, cuando la aprobaron y salió la idea de que por alguna razón bajo el gobierno de Bush la tortura fuera aceptable. Luego salieron los memos los cuales son verdaderamente asquerosos. Alguien me mencionó el otro día que han submarinado a personas más de 200 veces. A un tipo lo submarinaron 183 veces, a otro lo hicieron 90 veces. Esto te hace pensar y no solamente estalla el escándalo que esperarás, que la humanidad básica y digna requiriera. Pero por alguna razón la discusión se pasa al escenario de la bomba de tiempo, pero también empiezan a citar a Jack Bauer en “24”, y dicen: “Pero ¿la información será útil o no?” Y pensar que hoy estas cosas son los parámetros de la discusión de si oponerse a algo que es tanto un crimen de guerra como lo es la tortura.

Zee: Estos son los mismos términos de un largo artículo de Mark Danner en el New York Review of Books, segunda parte, la semana pasada. Hay mucho de que aprender de este artículo, pero no obstante están fijando los términos: ¿consiguieron evidencia concreta de personas mediante la tortura o no? Ese es el marco completamente incorrecto con que verlo. Es parte de lo que contribuye a la pasividad del pueblo. Porque de hecho eso no es el quid de la cuestión. En realidad, aunque estamos aprendiendo mucho ahora, la mayor parte de lo que sabemos ha existido desde 2004. Por ejemplo, participé en la Comisión de Crímenes de Bush en Nueva York, en que montamos un simulacro de juicio al gobierno de Bush, que abarcó la cuestión de la tortura. Mucha evidencia está saliendo hoy que logramos recoger de modo inicial entonces. En esta Comisión, Craig Murray, un ex-embajador de Gran Bretaña a Uzbekistán, hizo un comentario muy importante, y fue más que un comentario, de hecho fue una postura de la que podemos aprender: “Preferiría morir que me salvara la vida por cuenta de la tortura de alguien”. Esa es una postura muy importante que la gente debería asumir ampliamente.

Luego hace falta analizar más profundamente qué es el rol de Estados Unidos y por qué tortura. Eso es algo de que podemos hablar durante la entrevista.

Slate: No sé si habías visto ese segmento de Jon Stewart sobre el discurso de Obama en el Campamento Lejeune. Creo que él lo comentaba antes de los demás. En el discurso Obama dijo que supuestamente la misión de combate ha terminado y otras cosas semejantes. Stewart puso el discurso y luego lo comentó. Ahí reveló que principalmente lo que pasa con las brigadas de combate es solamente cambiar el nombre. Después comparó lo que estaba diciendo Obama con lo que había dicho Bush, y la computadora encontró una sola palabra diferente entre las dos declaraciones sobre la misión en Irak. Una fue “ayuda” y la otra “apoyo”.

Lo que precedió a eso fue que Jay Leno entrevistó a Obama en su programa, sin siquiera una pregunta en toda la hora acerca de la guerra. Luego había esa rueda de prensa donde nadie dijo nada acerca de la guerra. La guerra ha desaparecido salvo algunos artículos de aquí y allá.

Zee: Creo que en términos de la cuestión del lenguaje, se ha dado un nuevo nombre a lo que es en esencia la misma política general. El New York Times publicó un artículo, que fue citado en el segmento, el mes pasado. Cita a Gordon Johndroe, un asesor de seguridad nacional de Bush, que dijo que “detectó mucho en común” entre las políticas de los dos presidentes. Y en esencia Obama ha dejado intacto todo eso en el frente de la política de seguridad nacional que incluye la tortura, el espionaje sin orden judicial. Ha eliminado el término de “combatiente enemigo” pero aún existe la realidad: la capacidad de la rama ejecutiva de detener a alguien sin causa y en secreto por un tiempo indefinido.

Luego existe la cuestión de la gente que confronta la realidad de lo que está continuando, además de mirar lo que ha cambiado y lo que no ha cambiado, y de más importancia, cómo se ha desmovilizado todo un movimiento durante un plazo de unos años, pero particularmente a partir de esta larga campaña electoral y en los primeros 100 días de su gobierno, de manera que dejara de actuar en pro de los intereses del pueblo del mundo y de oponerse a lo que nuestro gobierno está haciendo.

Slate: Hablamos de eso. Estoy seguro que algunas personas se están enfureciendo por el hecho de que estamos hablando del colapso del movimiento. Esa es una declaración bastante fuerte. Hablas del colapso, y en realidad hablas de la complicidad criminal. Si vas a decir eso, pues expliquemos por qué.

Zee: Claro que sí. Echamos un vistazo a la cuestión de la tortura. No podemos reducirla solamente a la tortura, pero veamos la cuestión de la tortura. Si uno no levanta cargos, no procesa a los criminales de guerra incluidos los que están en la cúpula, ¿qué representa eso en los hechos? Eso quiere decir que está bien, vale. ¿Y cómo justificar que está bien o que vale? Solo que podría surgir una necesidad de hacerla otra vez. Ciertamente la cuestión de la tortura ha estado con nosotros desde hace mucho tiempo. El submarino se remonta a la Inquisición Española, si no antes. Pero es una gran tradición estadounidense. Por ejemplo, el presidente Taft, antes de ser presidente, fue el gobernador de las Filipinas al comienzo del siglo pasado. En realidad presidió el submarino que usaron entonces. Se aplicó con tanta frecuencia durante la Guerra Hispano-Estadounidense en las Filipinas que las fuerzas armadas incluso desfilaban cantando una cancioncilla al respecto. Así que eso es de lo que se trata, de cambiar de la aceptación pasiva sin salir y protestar de la manera que se necesita para detener el rumbo del régimen de Bush, a tener una complicidad más activa, de salir y decirle a la gente que algunas cosas buenas puedan provenir de este régimen.

Slate: Pero algunos dirían: “No se trata de que el movimiento haya colapsado, más bien ha cambiado de carácter. Sus características obvias han cambiado. Ahora mismo tenemos a alguien en la Casa Blanca que nos escuchará”. He escuchado que incluso se dice algo muy inquietante: “Él es uno de nosotros”, porque él ha surgido del movimiento y es posible influenciarlo. De decir que lo importante es lo que el movimiento que Obama ha engendrado o lo que su elección ha engendrado, pasan a decir que en realidad el movimiento puede sentar las bases para que Obama haga cosas que quizás no pudiera hacer en otro caso. O que el papel del movimiento es presionar a Obama, a ejercer presión sobre él, obligarlo de algún modo de hacer lo correcto.

Zee: Hay dos suposiciones básicas en juego. Una dice que este sistema no es un sistema, que no vivimos bajo este sistema, que no existe una naturaleza del imperialismo, que Estados Unidos no tuvo razones para invadir al Medio Oriente pero que fue algo secundario, unas aberraciones que ocurrieron bajo Bush y que en realidad no eran parte del funcionamiento general del imperialismo. Debemos hablar de lo que esto ha representado para la gente y lo que sigue representando. Luego algunos creen que es posible hacerlo funcionar para uno mismo, para nosotros mismos. Que de hecho es posible utilizar el mismo sistema que oprime al pueblo de este país y del mundo en beneficio de los oprimidos. Esta es una ilusión de la que tenemos que hablar y analizar.

Pero debemos empezar con lo que Obama ha hecho en realidad. Ha enviado 20.000 tropas más a Afganistán, y han planteado la opción de enviar aún más. Las alianzas políticas que están fraguando en Afganistán y el resto de su programa han incluido instaurar la ley Sharia en parte de Afganistán. Ha expandido la guerra a Pakistán con tropas y aviones teledirigidos no tripulados. Ha extendido la fecha tope para retirar las tropas de Irak hasta 2010, y ha dicho que, según los consejos de sus generales, podría durar más. E incluso esta retirada deja de 35 a 50 mil tropas para defender lo que es la embajada más grande aún construida en la historia del mundo en Bagdad, más algunos 50 a 100 mil mercenarios.

Eso es lo que dice cuando habla de terminar la guerra: que permanecerán ahí cerca de quizás 150.000 personas para seguir reforzando el papel estadounidense. Dijo que cerrará Guantánamo en un año pero también aprobó el presupuesto para doblar el tamaño de la prisión de Bagram en Afganistán. Y ha defendido la política de Bush de interceptaciones telefónicas ilegales sin orden judicial y aún ha ejercido derechos mucho más amplios de inmunidad de la rama ejecutiva. Y como dije antes, no toma medidas ahora para iniciar procedimientos criminales contra el gobierno de Bush por la tortura y los crímenes de guerra, lo que por cierto los hacen su propio crimen de guerra.

Slate: Cuando hablas de estas cosas que ha hecho, es como si la gente se hubiera puesto anteojeras y no es posible hablar con la gente que dice: “Pues, en realidad lo que tenemos que hacer es presionarlo. Tenemos que ponerle el fósforo más cerca a los pies”. No solamente se trata de traicionar promesas electorales o no hacer lo que quisiéramos. Es un sistema el que está operando aquí. ¿Por qué no hablas acerca de donde viene todo esto? Creo que la gente no entiende lo que está mal. ¿Por qué refutarías la idea de presionarlo, de mantenerle los pies al fuego, como lo que el movimiento debería hacer?

Zee: La gente debería estar en la calle protestando. No digo que no hace falta resistencia. A muchos niveles diferentes hace muchísima falta la resistencia. Entiendo que el 28 de mayo se supone que divulguen más fotos de la tortura. [Nota de la redacción: Esta entrevista tuvo lugar antes del anuncio de Obama de que iba a bloquear la publicación de estas fotos.] Creo que se han programado protestas en Washington, Nueva York y otros lugares. La gente debería estar en las calles, pero lo importante es: ¿en las calles para hacer qué y por cuáles intereses? ¿Está pensando la gente en términos de “mantenerle los pies al fuego”? No habrá ningún fuego si principalmente no hay lucha y protesta en pro de los intereses del pueblo del mundo. Uno de los problemas y una de las razones principales por la falta de gente en las calles, es que todo un movimiento ha dejado de prestar atención a los crímenes que su propio gobierno está cometiendo, a lo que el sistema está haciendo a la gente de este país y de todo el mundo, y al contrario está planteando las cosas de una forma nueva: de lo que corresponde a los intereses del pueblo estadounidense. Y al remontar a los años 1930 y decir que lo que hace falta es un gran movimiento para evitar los efectos de la crisis económica sobre la población de este país y ni siquiera reconocer [el hecho] de que es un sistema que está operando aquí. Esto no tiene nada de nuevo.

Creo que esto es lo que sostiene el artículo. Meramente mantenerle los pies al fuego, presionarlo, pero hablemos de luchar por los intereses del pueblo del mundo. Empecemos a pensar acerca de eso. Pongamos un fin a la tortura. ¿Y qué del hecho que esta guerra aún está en marcha? ¿Y qué de los aviones teledirigidos que están en Pakistán? ¿Qué hay de bueno que eso va a traer para la humanidad? Y es sumamente venenoso pregonar una ilusión de que Barack Obama es para nosotros y de que de alguna manera puede servir a los intereses del pueblo. No es el presidente de la República Popular de los Estados Unidos. Es el presidente del imperialismo estadounidense. Esa es la descripción de su trabajo. Y en realidad lo dice muy abiertamente. Lo hizo a lo largo de su campaña. Su deber es rescatar este sistema.

Slate: Esto no es algo que ocurre espontáneamente entre las personas. Existe ilusión falsa, espejismo, engaño y autoengaño, pero se han propuesto programas y posiciones que en realidad le dicen a la gente: “Se puede hacer que funcione Estados Unidos. Se puede hacer que Estados Unidos haga bien en el mundo. Se puede hacer que Estados Unidos sirva a los intereses del pueblo aquí”. Analizas eso en el artículo, dices que algunas personas dicen que el problema con la estrategia de Obama en Afganistán es que quizás no conduzca a la victoria. Estos son los parámetros que están planteando, de que de algún modo Estados Unidos puede hacer bien en el mundo.

Zee: He aquí un viejo chiste de la serie del Llanero Solitario, el programa de televisión de los años 50 y principios de los años 60. El Llanero Solitario fue un güero que andaba en su caballo blanco con su compañero indígena, Tonto, y en cierto momento en uno de estos episodios, están rodeados por un montón de otros indígenas, aunque esa no fue la palabra que usaban en aquel tiempo, y Tonto estaba montado sobre su caballo y el Llanero Solitario estaba montado sobre el suyo. El Llanero Solitario da una vuelta hacia Tonto y le dice: “¿Qué vamos a hacer nosotros?” y Tonto contesta: “¿Cómo que nosotros, blanquito?”

He aquí la pregunta. ¿Identificarse con el sistema que lleva a cabo la tortura, cuya historia global es una de invasiones? El periódico Revolución lanzó un reto el 4 de julio pasado que dijo: “Haz girar un globo terráqueo”. Escojan cualquier país en el tercer mundo y busquen un plazo de diez años en que Estados Unidos no ha estado en guerra, lanzando golpes de estado, cometiendo matanzas o de cualquier modo pretendiendo dominar el resto del mundo y trayendo una enorme opresión sobre el pueblo. Esto no es algo secundario. Ha traído rumbo y movimiento. Y continúa con estas ilusiones morales.

El artículo empieza por hablar acerca de que Unidos por la Paz y la Justicia (UFPJ) vota por no protestar con motivo del sexto aniversario de la guerra y al contrario propone una consigna: “Más allá de la guerra, una nueva economía es posible. Sí se puede”. Como escribí en el artículo, cuesta trabajo saber qué es peor en esa consigna, la mentira o el chovinismo. Debemos hablar más acerca de esto y analizarlo. ¿Eso de veras va a llevar a algo bueno en el mundo? ¿O va a llevar a la gente a tener ilusiones sobre lo que está ocurriendo e incluso por qué Obama es el presidente?

Michael Slate: La gente dice que en los años 30 el Nuevo Trato “salvó a Estados Unidos”. Hoy están promoviendo esta idea en los frentes económico, social y político como el camino que Obama va a tomar para “salvar a Estados Unidos”. ¿Y el Nuevo Trato qué?

Andy Zee: En primer lugar, ¿por qué salvar a Estados Unidos? Cabe hacer esa pregunta en cuanto a cualquier movimiento de oposición en este país que está en la cima de la cadena de alimentación del mundo imperialista. Y para conocer la pura verdad sobre el Nuevo Trato, hay que ver Hiroshima y Nagasaki y luego los interminables años de guerras de agresión y contrarrevolución, de instaurar neocolonias y derrocar movimientos de liberación nacional. De eso se trata el Nuevo Trato en los hechos. Si uno estudia el Nuevo Trato — bueno, se libró una lucha determinada en los años 30. La gente luchó, la gente murió luchando contra los efectos de la Gran Depresión, y esa fue una lucha importante. Pero después de 1934, se dirigió en la dirección y en el marco de la extensión de la democracia en este país y alrededor del mundo y en los frentes político e ideológico dejó al pueblo en una posición en que salió desarmado ideológicamente en términos de luchar en pro de los intereses de Estados Unidos. Incluso llegó al extremo de que el Partido Comunista decía que el comunismo fue el americanismo del siglo 20.

Por supuesto que si la gente no tiene preparación ideológica y después le caen el fin de la Segunda Guerra Mundial y el macartismo, sale completamente incapaz de confrontar eso. En esa dirección puede conducir y está conduciendo todo eso. Eso es el problema: a dónde está conduciendo todo eso. ¿Cómo podemos componer en los hechos el imperialismo estadounidense? De eso se trata.

Slate: ¿Podrías hablar de lo que formulas hacia el fin del artículo, de que no habrá un movimiento contra la guerra digno del nombre ni un movimiento contra cualquiera cosa de trascendencia si de fondo no está luchando fuera del marco del sistema ni en oposición a ese marco del sistema que está al centro de las guerras y varias formas de opresión y está llevándolos a cabo?

Zee: Creo que eso es muy importante y que eso es algo que se trata con bastante profundidad en un folleto llamado, “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad” de Bob Avakian, quien es el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos1 . Es algo muy importante, porque el marco general para ver la cuestión de qué hace Estados Unidos en el mundo y qué sigue haciendo Obama mismo en términos de la política del gobierno de Bush es que tenemos que dejar de pensar como estadounidenses y empezar a pensar acerca de los intereses de la humanidad. Eso es lo fundamental para los que viven en un país como éste. El estandarte bajo el cual el gobierno de Bush, así como Bush y Cheney llevaron a cabo su programa general fue la Guerra contra el Terror, que en realidad fue y ha demostrado que es una guerra del terror contra las masas populares y por el imperio estadounidense. Eso es muy esencial. No hay nada que Obama ha dicho y no hay nada que ha hecho que cambia esa clase de marco para lo que Estados Unidos está haciendo. Ha habido algunos cambios. El gobierno de Bush tropezó con muchos problemas en el mundo y la clase dominante en su conjunto decidió que tenía que hacer algunos cambios grandes y que Obama era el indicado. Pero en esencia le están dando un nuevo nombre a la misma política. Aunque se están operando algunos cambios, en gran parte se trata de darle un nuevo nombre y salir adelante afirmando los intereses estadounidenses.

A pesar de toda la discusión acerca del imperio que propagaron en este país en los años 90, en el movimiento antiglobalización, en relación al gobierno de Bush, pese a todas las críticas al imperio de parte de la gente, ésta tiende de no entender qué es. Un imperio es un sistema. Es el imperialismo. No es incidental. No está a un lado ni es una aberración. El gobierno de Bush fue una concentración extrema de programas de imperio e imperialismo. En realidad, era una concentración de todo eso y esto es sistémico. La única promesa de Estados Unidos, como se señaló en ese artículo, es la promesa de más invasiones, más golpes de estado y el empobrecimiento continuo de las masas populares. Eso es sistémico. Podríamos decir más. Debemos hablar de eso incluso en relación a la crisis económica. Esto es algo que tiene su origen aquí en términos del modo parásito en que el capitalismo se mete más en las finanzas. ¿Y el efecto de eso? Hoy hay más de mil millones de personas que sufren inanición en el mundo. Los índices de inanición y del hambre absoluta están aumentando a diario en el mundo como resultado de esta crisis económica. ¿Dónde se habla de eso en el caso de las personas que dicen que lo que necesitamos es un nuevo Nuevo Trato? ¿Dónde están esos intereses en el movimiento?

Esto tiene una consecuencia concreta. Ahora mismo está en ascenso el reclutamiento para el ejército estadounidense. Si bien en parte existen unos factores económicos que conducen a eso, también hay muchos jóvenes negros y latinos que tienen el siguiente sentimiento: “Pues bien, yo no lucharía por Estados Unidos, pero lucharé por Obama”. Si los movimientos de resistencia no están desenmascarando en serio, para el pueblo, qué es la naturaleza de luchar por Obama cuando éste es el jefe del imperio imperialista estadounidense. Él está imponiendo este sistema alrededor del mundo.

Llamada de una mujer: Tus conclusiones me han cortado las alas y lo que iba a decir. Esta idea de Estados Unidos: los artífices de la campaña de Obama hicieron la mejor obra de todo el tiempo de promover un candidato cuyo propósito es desviar nuestra energía para cambiar este país. De todos modos, la idea de Estados Unidos y de salvarlo, más bien nos convendría confiar en el hecho de que hay un colapso financiero y que uno de cada seis personas en este país trabaja para el gobierno y éste es demasiado grande, va a colapsar también y tenemos que ir a nuestros propios adentros y convertirnos en nuestro propio Estados Unidos, mirándonos a quiénes somos como pueblo, aprendiendo a vivir como comunidades desde el corazón. Me parece que eso es la mejor arma contra estas personas que nos quieren controlar con el miedo. Odio lo que está pasando, pero no podemos cambiar el mundo, solo nos podemos cambiarnos a nosotros mismos.

Zee: Estoy de acuerdo contigo en que el pueblo fue engañado en esta elección y que eso es lo que las elecciones hacen bajo este sistema. Estas son estructuras políticas que levantan para reforzar un sistema económico. Pero echemos un vistazo a la situación actual. No podemos mirarnos solamente hacia nuestros adentros. Ese es el lugar equivocado. Tenemos que mirarnos unos a otros. Tenemos que echar un vistazo y ver que en el momento actual del desarrollo del mundo, existe una posibilidad de dar alimento y techo a todos los que viven sobre el planeta, pero existe la barrera de que éste es un sistema que depende de la explotación y la opresión de la mayoría del pueblo. Se ceba de dicha explotación y solo puede vivir sobre dicha base. Esa es la barrera. En esto vemos la locura. Mencionaste la situación en California donde una de cada 65 casas está embargada, pero hemos visto informes en los noticieros nacionales acerca de personas que viven en ciudades de carpas. Eso es una locura. Existe la capacidad para que todos tengan casa en este país y de hecho por todo el mundo, salvo por la presencia de una barrera: no es rentable. No se produce nada en este país según lo que necesita el pueblo. Solo se produce si uno u otro grupo de capitalistas puede sacar ganancias, particularmente en el marco de la protección de los intereses generales del capital estadounidense por todo el mundo. Eso es lo que pasa. Esa es la realidad. Así que tenemos que unirnos. Debemos determinar: ¿qué se necesita para hacer una revolución? ¿Cómo la vamos a hacer? Y tenemos que resistir estas políticas y lo que pasa como parte de aumentar nuestra fuerza y no dejar que el pueblo salga aplastado. No podemos mirar hacia nuestros adentros y preocuparnos de nuestros propios asuntos porque eso también representaría darle la espalda, en un sentido por la puerta trasera, precisamente a lo que están haciendo en nuestro nombre.

Llamada de un hombre: Tenemos que entender que como estadounidenses, el Partido Republicano y el Partido Democrático son dos caras de la misma moneda. Cara tú pierdes y cruz yo gano. Estamos en una encrucijada en nuestra vida ahora. La encrucijada es que los estadounidenses deben asumir el control de la vida en sus propias manos, y no tener miedo, justamente en la manera en que actuamos ahora. Y Obama, bueno, su política habla por sí misma. Él es el jefe de toda la situación imperialista. Y para eso es que sirve ahora. Así que si entendemos eso, podemos unirnos como un pueblo en nuestro propio partido, y no confiar en los demócratas ni los republicanos. Sé que suena a caos y anarquía, pero a eso va la situación. Por ejemplo, los Estados Unidos de las corporaciones, se robaron el dinero del pueblo. El pueblo necesita su propio partido, su propio movimiento. Por lo que a mí me respeta, los demócratas y los republicanos están acabados.

Zee: Necesitamos dos cosas. Dijiste que hace falta nuestro propio movimiento y nuestro propio partido. Primero quiero hablar sobre el segundo punto, hace falta nuestro propio movimiento. A mi parecer, que tienes que preguntarte y que tenemos que preguntarnos unos a otros, qué tipo de movimiento hace falta y tenemos que salir a las calles. Existen muchas cosas contra las cuales la gente puede protestar. Sugiero que accedan a varios portales electrónicos como El Mundo No Puede Esperar y busquen maneras de luchar contra la guerra y la tortura, y como mencioné antes, hace falta hacer muchos planes al respecto. La gente tiene que salir y ver lo que este país está haciendo, lo que está pasando en el mundo, abrir los ojos y actuar sobre la base de los intereses de la humanidad.

Tenemos que hacer más que eso. Como dije, tenemos que cambiar en los hechos este sistema y con eso trata nuestro periódico todas las semanas, el periódico Revolución, con denuncias de los crímenes de este sistema y cuáles fuerzas lo mueven. ¿Cuáles fuerzas políticas? ¿Cuáles fuerzas de clase? ¿Y qué hace falta para eliminarlo? Existe un partido que publica el periódico, el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, dirigido por Bob Avakian, a quien mencioné antes. Existe una estrategia para la revolución en un país como Estados Unidos, una de cuyas partes es la necesidad de una resistencia popular contra los importantes sucesos que están ocurriendo en un momento dado que concentran las contradicciones de la sociedad. Eso es parte de lo que prepara el terreno para que podamos hacer una revolución en un momento en que haya una crisis por toda la sociedad. Para conocer más sobre esa estrategia, recomendaré que adquieran un ejemplar del periódico Revolución o que accedan a revcom.us.

Así que eso es lo que tengo que decir acerca de un partido político. Algo que no necesitamos es desviar nuestra energía jugando al juego entre los dos partidos políticos. Tenemos que entender que ese es el juego con que con Obama nos están engañando y con que nos engañaron.

Llamada de una mujer: Siempre ha habido problemas en el movimiento contra la guerra con Unidos por la Paz y la Justicia. Se dio una escisión en Nueva York entre ellos y la coalición de ANSWER. No estoy segura si se trata de Palestina e Israel, porque el partido que mueve la coalición ANSWER asumió una firme posición de principios sobre Palestina. Pero también pienso que no es un secreto que hay miembros del Partido Comunista en Unidos por la Paz y la Justicia y para sorpresa mía descubrí que el Partido Comunista tradicionalmente ha apoyado al Partido Democrático y este ciclo de elecciones no es la excepción. Así que Unidos por la Paz y la Justicia y el Partido Comunista quieren seguir dándole a Obama espacio para hacer lo que quiera. Eso va de la mano con esa línea acomodaticia que tienen.

Me gusta mucho lo que dices porque la gente puede entender la manera en que explicas las cosas. Claro que cómo lo logras viene ciertamente del marxismo y del análisis de clases. Cuando digo “nosotros”, ¿quiénes somos? ¿Miembros de la clase obrera? ¿Así que somos miembros de una clase nacional o de una clase mundial? Con toda la globalización que ha ocurrido durante los últimos 30 años, la gente vive en un mundo trasnacional que tiende a caer en un discurso basado en un país. En realidad no existe un Estados Unidos de América y ya no existe ninguna clase obrera estadounidense y ya no existe ninguna clase capitalista estadounidense. Es una clase trasnacional. Recomiendo las obras de William Robinson de [la Universidad de California en] Santa Barbara. Está bajo fuego ahora de parte de la Liga Anti-Difamación por supuestos comentarios antisemíticos por haber defendido al pueblo palestino. Ha hecho muchos estudios sobre la formación de clases, de la clase capitalista trasnacional, de la clase obrera trasnacional. Cuando llaman personas en Los Ángeles que nacieron en otros países las que hablan de asumir una perspectiva mundial y no solamente de pensar acerca de los estadounidenses, y al pensar acerca de la humanidad, hablamos de una clase obrera internacional o trasnacional. Cuanto más podamos dejar de pensar acerca de países individuales y empezar a pensar en términos globales, tal como hacen los capitalistas y empezar a hablar acerca de clases y darnos cuenta de quiénes son nuestros enemigos, más fácil será entender que no se trata de si Obama es un buen tipo o si tiene buenas intenciones, pues él trabaja para la clase dominante.

Zee: Quiero hacer un comentario breve sobre la situación del pueblo palestino y particularmente sobre las bárbaras atrocidades y masacres en la Gaza de que Obama ha hecho caso omiso y de que hasta la fecha no ha hecho ningún comentario que representa nada equivalente a tomar partido con el pueblo de Palestina. Ni siquiera deberíamos anticipar eso. Él lo dejó muy claro en un discurso ante el AIPAC [Comité Israelí-Estadounidense de Asuntos Públicos].

Pero quiero ir a la esencia de tu pregunta, que también responde a la previa llamada. La revolución comunista es una revolución mundial. Nuestro objetivo es un mundo sin países y un mundo sin clases. Para llegar a ese mundo, se necesitará una enorme lucha que va a tener que tomar lugar en países alrededor del globo. Si bien el mundo está más firmemente unido que nunca y la producción se lleva a cabo principalmente en una escala global, el capital aún está agregado principalmente en los países individuales. En Estados Unidos, creo que aproximadamente 30% de las ganancias de las corporaciones provienen de las inversiones en otros países. Pero aún son ganancias que perciben las corporaciones multinacionales estadounidenses.

Existe una clase dominante en Estados Unidos. Tiene las fuerzas armadas más grandes del mundo: más de 700 bases militares alrededor del mundo. Son más grandes que la suma de algunas de las siguientes fuerzas armadas en tamaño. Esta no es una sociedad sin clases ni un tipo de formación trasnacional. En realidad es una clase de imperialistas monopolistas. Dominan a Estados Unidos. Lo dominan mediante sus estructuras políticas y más fundamentalmente mediante sus fuerzas armadas.

Así que es nuestra responsabilidad como personas que viven en Estados Unidos reconocer esta situación y determinar la estrategia y la manera de oponerse a lo que hace ahora como parte de prepararse para un momento en que de veras se podría hacer una revolución en este país y alrededor del mundo y dar apoyo político a tales luchas en otros países donde la gente está haciendo la revolución. El mundo clama por la revolución hoy debido a la naturaleza del sistema imperialista. El imperialismo no va a sobrepasarse a sí mismo. Se tiene que derrocarlo y en su lugar se tiene que poner el dominio de otra clase, los de abajo de la sociedad. El proletariado tiene que gobernar en pro de la abolición de sí mismo y de todas las clases. Este es un tema muy amplio que estoy seguro que Michael ha tratado en su programa. Podemos seguir explorándolo de modo que la gente puede conocer la base y las metas de una revolución comunista además de la estrategia que se necesita para alcanzarla.

Llamada de una mujer: Hoy Obama es el capo del gobierno estadounidense imperialista y colonialista, y eso se decidió firmemente y él lo sabía. Por eso cualquiera que esté prestando atención — tengo sospechas porque Obama entró como un senador de Illinois. Dijo que se oponía a la guerra, pero ha seguido votando por financiarla. Dijo que no iba a dar inmunidad a las compañías de telecomunicaciones, pero votó a favor de ellas. Así que mintió. Es un mentiroso muy hábil. Se expresa muy bien y ha logrado engañar a la gente. Temo decirlo porque yo fui una de las personas que votaron por él pero luego descubrimos un sistema que ya está trucado. Si de veras la gente hubiera pensado que Obama se opusiera a este régimen imperialista, lo hubieran saboteado. Nunca hubiera llegado a la presidencia.

Zee: ¿Por qué votaste por él, si me permites? ¿Por qué creíste que eso fuera lo que debías hacer?

Misma llamada: Pues, porque no quería que ganara John McCain. Es decir, es la misma ratonera en que siempre nos encontramos. Es decir, yo sé que es un fraude y la próxima vez probablemente votaré por un socialista o un miembro del Partido Verde, porque sí creo que necesitamos otro partido del pueblo que representa la gente en este país. Además, se puede ver que su política no ha cambiado. A propósito, nunca ha habido ninguna intención de salir de Irak. Obama lo sabe. Está jugando con palabras. Lo único que hace es cambiar la terminología. Es un juego de triles, y logra engañar a la gente con su carisma. Tiene un acto bien pulido. Me asombra que la gente de MoveOn y otros grupos se lo están tragando. Me alegra que tú estás hablando de esto en público y escribiendo sobre esto y que Michael está hablando de esto, porque es algo que hay que decir. Nos está jodiendo el mismo equipo económico que nos metió en este desastre, los mismos halcones que están manteniendo esto en pie. Las mismas personas que apoyan a Israel pase lo que pase. Guerras alrededor del mundo. Es una vergüenza. Es una vergüenza. Lee el último artículo de Naomi Klein. Es muy gracioso.

Llamada de un hombre: El asunto de la negación está en primer plano. Un mes antes de las elecciones, Jerry Quickley entrevistó a un hombre que se llama Glen Ford, quien es un activista negro y veía lo que estaba en ciernes. Su gran preocupación era que si Obama ganara, para los negros sería una pesadilla porque la luna de miel pudiera durar cuatro años y la gente estaría tan enamorada de la victoria que pudiera pasar cuatro años más antes de que la gente se diera cuenta que el tipo es solamente un pelele para los ricos. Es irónico que no solamente los estadounidenses negros sino toda la izquierda se han dejado seducir a lo Svengali e hipnotizar de modo que pensaran que este tipo no puede hacer nada malo aunque es muy evidente que nada ha cambiado salvo que vemos una transferencia aún más extrema de la riqueza de los más pobres a los más ricos.

Zee: Deberíamos reconocer cuando menos lo que dijo Glen Ford. En su página web, inventó el término “Obama-nada”. Dijo que la gente había bebido la Obama-nada y estaba preocupado de que eso confundiera los sentidos de la gente respecto a la naturaleza de este sistema. Creo que tenemos que dejar de sorprendernos por esto. Por una razón pregunté a la mujer anterior que llamó por qué votó. Quisiera recomendar un libro en inglés que se puede encontrar en Libros Revolución, El comunismo y la democracia jeffersoniana, en que Bob Avakian analiza detenidamente la naturaleza de la democracia burguesa y por qué la transición al comunismo, la dictadura del proletariado, sería mucho más liberadora y democrática. Pero en este libro, Avakian trae a colación la analogía a Lucy cuando coloca ese balón de fútbol delante de Charlie Brown y por qué él se deja engañar cada vez.

Mientras que piensas que tienes un perro en esta carrera, mientras que estás jugando a este juego en que piensas que elegir entre elites que se compiten va a servir a tus propios intereses, no vas a llegar a ninguna parte. Tenemos que reconocer que este es un sistema. Tiene estructuras políticas, no solamente las elecciones sino más particularmente las fuerzas armadas, la policía y la estructura de las cortes, para imponer relaciones económicas específicas. De eso se trata. Es un sistema. Tiene imperativos. Tiene que expandirse. Si no se expande, pues otro país va a expandirse. Pasa lo mismo con una compañía particular. Se compiten entre sí, y existe una competencia por los recursos del mundo. Por eso el Medio Oriente está al centro de todo eso, no solo por las ganancias del petróleo, ni siquiera principalmente por las ganancias del petróleo, sino para controlar concretamente los recursos estratégicos. Se luchan entre sí y libran guerras entre sí por estas regiones, estos mercados, y todo esto depende del poderío militar. Por eso puedes jugar ese juego de hacer girar un globo terráqueo y no vas a encontrar ningún lugar con una historia en que Estados Unidos no ha invadido a un país u otro, sin importar quién sea el comandante en jefe.

Bien, resulta que Obama hizo una audición para este puesto y quedó muy claro que lo que él proponía fue salvar al sistema y que su papel particular fue de volver a traer a la gente al redil. Y cuando aceptas eso y lo refuerzas, que es en efecto lo que los que dirigen a UFPJ [Unidos por la Paz y la Justicia] han hecho y siguen haciendo hasta hoy, pues te van a engañar una y otra vez y no solamente no vas a tener un movimiento que importa pero que en realidad vas a contribuir a los crímenes que el imperialismo estadounidense sí comete alrededor del mundo.

Llamada: Un par de cosas. Decir que podría haber una guerra por la democracia es absolutamente ridículo. Otra cosa: definitivamente hay que componer el centro moral de las personas que toman las decisiones. A todo el gran discurso acerca de promesas de retirarse de Irak, retirarse de la guerra, hay que responder con la verdad. Es absolutamente ridículo el hecho de que estamos traicionando a Estados Unidos y de que se está vendiendo el mercado a los demás países a cambio de bases militares. El hecho de que se está librando la guerra en nuestro propio suelo y no en el de otro país y de que la guerra en nuestro suelo es más importante…

Michael Slate: Para que Andy responda, tendré que interrumpir aquí. Andy: tienes 30, 40 segundos para responder…

Zee: Si ha de haber cualquier movimiento digno de su nombre, un movimiento contra cualquier cosa de importancia, de fondo tiene que estar en oposición al marco de esta sociedad y fuera del mismo.

Nota

1. Bob Avakian, “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”, reimpreso en el folleto Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (Chicago: RCP Publications, 2008). [regresa]

Envíenos sus comentarios.