Trump dice que Irán está violando el tratado nuclear:
Una maniobra ominosa, una escalada gangsteril

18 de octubre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El viernes. 13 de octubre, en un discurso belicoso y fascista, Donald Trump condenó y amenazó a Irán, y de ahí se negó a certificar su cumplimiento con el tratado nuclear de 2015 que Irán firmó con Estados Unidos y otras potencias mundiales. Esta es una un intensificación seria y peligrosa de parte de Estados Unidos.

Bajo el tratado nuclear, Irán aceptó restringir estrechamente sus programas de desarrollo y enriquecimiento nucleares, lo que le imposibilita desarrollar la capacidad de fabricar un arma nuclear durante por lo menos 10 años. A cambio, Estados Unidos y otras potencias prometieron quitar sus sanciones económicas y financieras paralizantes. Todos los firmantes del tratado, incluido el régimen de Trump y Pence hasta la fecha, han confirmado que Irán está cumpliendo con el tratado.

Se requiere que el presidente estadounidense certifique el cumplimiento iraní cada 90 días. Y esto es lo que Trump se negó a hacer el viernes, afirmado que Irán había cometido “múltiples violaciones” del tratado, y que no “cumplía con el espíritu del tratado”. Estas son mentiras.

No se conformó con eso. Trump planteó nuevas demandas a Irán —sobre su programa de misiles y para extender el tratado— que no formaban parte del tratado. Exigió que el congreso planteara nueva legislación que imponga nuevas sanciones a Irán si éste no aceptara sus demandas. Estas maniobras violarían el tratado nuclear, y si se las implementan, podrían echarlo por tierra. Trump puso muy claro qué pasaría si el congreso y los aliados estadounidenses no tomen acciones a su agrado: “Pues el tratado se terminaría. Está sujeto a una revisión continua y nuestra participación podría ser cancelada por mí como presidente en cualquier momento”.

La maniobra ominosa de Trump y la escalada gangsteril

La amenaza de Trump de desmantelar el acuerdo nuclear con Irán es ominosa.

Este acuerdo, entre potencias mundiales reaccionarias y una potencia regional reaccionaria, fue el producto de la intensificación de amenazas militares estadounidenses e israelíes, y años de sanciones perjudiciales estadounidenses e internacionales. Se estableció con el fin de prevenir que Irán se capacite para desarrollar armas nucleares, y, desde el punto de vista estadounidense, para mantener su control sobre una región que ha sido crucial para su dominio y poderío global durante mucho tiempo. En este contexto, también tuvo el objetivo de interrumpir el impulso creciente hacia una posible guerra contra Irán por Estados Unidos e Israel, que al parecer del equipo de Obama podría poner en peligro los intereses yanquis. Estados Unidos también esperaba que el tratado nuclear resultara en una mayor cooperación —y mayor conformidad— iraní con los objetivos estadounidenses en la región y a nivel internacional.

Sin embargo, desde que se firmó el acuerdo, la guerra y la turbulencia en el Medio Oriente se han intensificado en muchas maneras, y las necesidades, intereses, y ambiciones de Estados Unidos están chocando agudamente con los de Irán. In Irak, donde Irán ha hecho grande palanca en su economía, fuerzas militares patrocinadas por Estados Unidos y por Irán se posicionan para dominar unas a otras, al mismo tiempo que a veces cooperan contra ISIS. En Siria, la intervención iraní y rusa ha mantenido en el poder a Bashir al-Assad hasta la fecha, lo que da coraje a Estados Unidos, Israel, y Arabia Saudita. En Yemen, Arabia Saudita, un títere estadounidense crucial en la región, está atascado en una guerra prolongada y arriesgado contra rebeldes Houthi, que se alinean levemente con Irán.

Todo lo anterior plantea grandes retos a la dominación estadounidense de la región. El núcleo del régimen de Trump y Pence cree que Obama titubeaba, hasta retrocedía, ante estas dificultades y que el tratado con Irán encarnaba esa debilidad. Están decididos a invertir lo que ellos consideran un deslizamiento mayor, y al ser necesario, salir de esas contradicciones a golpes y bombazos — y al diablo con tratados o acuerdos existentes.

Cuando Trump dice que Irán no “cumple con el espíritu de acuerdo”, esto no tiene nada que ver con el texto del tratado. Se trata de su intento de ensanchar el alcance del acuerdo para abarcar acciones iraníes que obstaculizan el control absoluto y sangriento estadounidense sobre la región.

Eso es lo que impulsa su acusación belicosa contra la República Islámica iraní, y su nueva estrategia de confrontar Irán agresivamente y rebajar su influencia. Dicha estrategia incluía sanciones contra el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, un pillar clave de ese régimen; mayor cooperación con Israel y Arabia Saudita para asaltar y socavar directamente a los aliados iraníes en Líbano, Siria, Irak, y Yemen; y contrarrestar el programa iraní de misiles.

Un vocero del Pentágono declaró que a la luz del anuncio de Trump, las fuerzas armadas están revisando “en toda su amplitud” sus acciones en el Medio Oriente —incluidos movimientos de tropas— para encontrar nuevas maneras de contrarrestar a Irán y sus aliados. Un experto sobre Irán dijo a Democracy Now!: “Se comenta aquí [en Washington, DC] que se va a un aumento muy fuerte, una intensificación, en la región contra Irán, que podría incluir derribar aviones iraníes, hundir barcos iraníes en el Golfo Pérsico, atacar a tropas iraníes o tropas aliadas con Irán en Irak y Siria”.

Trump: Consolidando el fascismo, intensificando la probabilidad de una guerra catastrófica

Las amenazas de Trump contra el acuerdo con Irán reflejan la determinación de su régimen fascista de desmantelar toda cosa que se interponga en el camino de imponer a punto de pistola la hegemonía gangsteril de “Estados Unidos Ante Todo” del globo entero — y de ser necesario, destripar incluso las estrategias, tratados, alianzas, y normas políticas mediante los cuales Estados Unidos ha ejercido su hegemonía durante los últimos 70 años.

Desmantelar el tratado nuclear con Irán e intensificar la agresión estadounidense contra ese país sería un acto totalmente ilegítimo de bravata militar —implícitamente nuclear— que ¡pondría en peligro una región con una población de cientos de millones, y de hecho, al mundo entero!

Como revcom.us analizó la semana pasada, las acciones de Trump hacia Irán representan “una mayor consolidación del régimen fascista y del programa fascista, en el ámbito internacional”. Además:

Aunque no podemos decir a ciencia cierta cómo se desenvolverá cualquier situación particular, sí podemos decir que si este régimen sigue en el poder, eso intensifica mucho la probabilidad de que Estados Unidos termine en una guerra que empezará con armas nucleares o llegará a ser una guerra con armas nucleares. Las amenazas de Trump y su imprevisibilidad intencional hacen que sea mucho más probable un error de cálculo o una guerra “accidental”, y juegan con la vida de literalmente miles de millones de personas. De hecho, lo que Trump representa y hace intensifica cualitativamente el peligro para la humanidad, hasta para el futuro mismo de la humanidad.

¿Qué más motivo nos hace falta para lanzarnos a las calles en tropel el 4 de noviembre, y permanecer ahí hasta que se saque del poder a este régimen fascista asesino que pone en peligro al planeta entero?

 

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