Secuestran la ciencia

El ataque de la derecha cristiana contra las películas Imax

C.J.

Revolución #3, 22 de mayo, 2005, posted at revcom.us

"Soy una exploradora", afirma la joven científica al mando de un sumergible que está bajando derechito al fondo del océano, a dos millas de profundidad.

La película es Aliens of the Deep (Seres extraños de las profundidades), un asombroso documental de Imax en 3D que te transporta a un mundo acuoso y oscuro donde la luz del sol nunca ha alumbrado, donde chimeneas volcánicas altísimas arrojan columnas de humo negro mucho más calientes que el punto de ebullición, y a sus alrededores se apiñan la flora y fauna más extraña que te puedas imaginar.

Lo más asombroso es que no es ciencia ficción; es real y ocurre en uno de los centros de volcanes activos que existen en lo profundo de los océanos Atlántico y Pacífico.

"Soy una exploradora". Pude haber leído esta sencilla declaración en mi libro de ciencias de los años 50, pero hoy la oigo en este cine Imax rodeada de 200 entusiasmados alumnos negros, y me pregunto si ya para cuando se gradúen se les permitirá explorar así el mundo natural.

¿Soy alarmista? Consideren esto: el 19 de marzo, la redactora de ciencias del New York Times informó que varios cines Imax del Sur no quisieron presentar Volcanes of the Deep Sea (Volcanes del fondo del mar), una película hermana de Aliens of the Deep (producidas las dos por el director de Titanic , James Cameron). Aunque muchos de los cines Imax están en centros de ciencias , "rehúsan presentar películas que mencionan la evolución, el Big Bang o la geología de la Tierra por temor a los que protestan todo lo que contradiga la Biblia sobre el origen de la Tierra y sus habitantes".

Volcanoes of the Deep Sea compara el ADN humano con microbios de los volcanes submarinos, y aparentemente eso basta para que la rechace la directora de un cine Imax en Charleston, Carolina del Sur: "Tenemos que escoger una película que se venda en nuestra zona. Si no se vende, no la presentamos. Aquí mucha gente cree en el creacionismo y no en la evolución. Encontrándonos en el Cinturón de la Biblia, tenemos que tomar muy en cuenta que la película toca bastante la evolución".

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La mera verdad, el dogma religioso de los momios medievales no aguanta el entusiasmo que generan estas películas sobre el asombroso mundo real que aún falta observarse, explorarse y comprenderse, especialmente con la realidad de la evolución.

Yo no recuerdo haberme emocionado en un cine más que los 48 minutos que gocé con James Cameron y su equipo de jóvenes científicos.

La Guía para maestros de Aliens of the Deep describe las fosas submarinas hasta las cuales bajó este equipo para traernos esta fascinante experiencia:

"Si uno viera la Tierra desde el espacio, y si el mar se hiciera invisible, distinguiría inmensas crestas que corren como cierres en el fondo de los océanos Atlántico y Pacífico. Son cadenas de volcanes submarinos donde la Tierra se abre por las costuras y el magma se desborda desde abajo de la corteza, para formar una nueva superficie submarina.

"La expedición de Aliens of the Deep se sumergió en varias zonas de volcanes activos: en el océano Atlántico, en Lost City, Snake Pit y Menez Gwen; en el Pacífico, a los 9 grados norte, a 21 grados norte y en la cuenca de Guaymas".

Nos llevan a otro mundo completamente negro donde nunca ha ocurrido la fotosíntesis1 y la vida abunda por medio de quimiosíntesis2. Las emisiones sulfúricas volcánicas nutren esta rica profusión de "vida oscura".

La película nos zambulle hasta allá , en medio de escuelas de mil billones de camarones blancos ciegos y de cangrejos que se apiñan en torres grises: chimeneas hidrotérmicas que escupen humo negro. Nos topamos con un bosquecillo de gusanos verticales, de seis pies de altura, de blanco alabastro con la cabeza (¿o sería la cola?) de un rojo candente. Nos cruza el camino una criatura que solo puedo describir como un velo de novia flotante que se propulsa rítmica y suavemente como una caricia. Acto seguido, nos encontramos cara a cara con un animalote (¿sería un pez?), el más feo que he visto. En la pantalla su hocico parece que mide 100 pies de ancho y se dirige derechito a mi panza.

Cuando el sumergible se acerca a las chimeneas volcánicas que arrojan humo, la narradora anuncia que el calor de las emisiones, 750 grados Fahrenheit, podría derretir la ventana de vidrio. Me aviento hacia atrás en la silla.

Para mis gustos, esta es una mezcla de arte y tecnología que es simplemente extraordinaria y poco común. Parece que los mocosos a mis dos lados están de acuerdo; todos gritamos y quedamos estupefactos sucesivamente, comprobando el comentario de Cameron: "En lo que concierne al arte, existe la idea de que uno no puede hacer las dos cosas, que el cerebro humano no puede abarcar el arte y la ciencia al mismo tiempo. Eso no es cierto".

Una premisa de la película y de la expedición es que explorar las profundidades de los océanos de la Tierra podría apuntar hacia las posibilidades de la vida en el espacio. Por eso, además de biólogos marinos, científicos planetarios y geofísicos, Cameron llevó astrobiólogos (científicos que buscan indicios de vida en el espacio), y la película nos hace volar la imaginación en un viaje (en animación) hasta Europa, una luna que orbita a Júpiter, donde la gruesa superficie de hielo posiblemente tapa vastos océanos.

Al final de este viaje imaginario, el público entero aplaudió.

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De vuelta al planeta Tierra tan angustiado y angustiante.

Un aspecto alarmante de todo el episodio con las películas Imax es que muchas veces los cines deciden autocensurarse preventivamente o en respuesta a un puñado de fundamentalistas cristianos. El director de promociones del Museo Fort Worth de Ciencia e Historia, en Texas, le dijo al New York Times que rechazaron la película después de una presentación de muestra. A muchos de los 137 encuestados les gustó, pero unos pocos la calificaron de "blasfema", con comentarios tales como: "Me choca cuando presentan la teoría de la evolución como un hecho".

En el caso de Fort Worth, corrió la voz sobre la cancelación y prendió tanta indignación que unos días más tarde el museo cambió de posición —un paso alentador— y declaró en una carta pública: "Queremos asegurar al público que el Museo apoya la posición de que la evolución es un importante concepto unificador de la ciencia. Utilizamos evidencia científica en nuestras variadas presentaciones e interpretaciones de cómo la vida ha cambiado a través del tiempo". De todos modos, la cancelación (aunque temporal) de la película por las objeciones de unos cuantos fundamentalistas nos advierte del clima anticientífico que se está imponiendo en este país.

Hasta hace poco, hubiera parecido ridículo que declaraciones tan obvias e inofensivas causaran controversia. Bienvenidos a los Estados Unidos del siglo IX, donde los que creen textualmente en todita la Biblia han penetrado en el mundo político oficial hasta tal nivel que el New York Times se siente obligado a declarar, en un artículo en la sección de ciencias, la verdad irrebatible de que: "La ciencia nunca ha refutado la idea de que todo lo que vive evolucionó de antepasados comunes, que la evolución lleva miles de millones de años y que los métodos científicos la han probado y confirmado". También cita una encuesta de la Fundación Nacional de Ciencia que revela que apenas el 53% de la población del país está de acuerdo con la declaración que "el ser humano, como lo conocemos, se desarrolló de especies de animales anteriores". Esto "aparta a Estados Unidos de todas las demás naciones industrializadas", donde el 80% acepta la idea de la evolución (en Japón es el 96%, e incluso en la católica Polonia, el 75%).

Tanta ignorancia en Estados Unidos no viene de un movimiento "de las bases". Durante décadas, los fundamentalistas que están agrupados alrededor de Bush y la clase de gente que ellos representan han preparando toda una infraestructura social para mover esta sociedad hacia un estado teocrático.

Nada más en los últimos meses, el ritmo de esta cruzada ha acelerado a tal punto que los websites que se dedican a seguirle la pista a los teócratas no dan abasto. En la educación científica, ahora muchos más distritos están prohibiendo mencionar la evolución en los libros de preparatoria —algo que los fanáticos religiosos han promulgado por mucho tiempo— y pegan calcomanías en los libros de texto advirtiendo que la evolución es solo "una teoría" entre muchas. Aún más insidioso, según informa el New York Times , muchos maestros de biología simplemente se brincan el capítulo sobre la evolución por temor a los padres de familia o directores fanáticos. Si vives en un "estado rojo", revisa las leyes del estado; posiblemente te sorprenderás al descubrir que se prohíbe la palabra evolución en la escuela.

Un educador que asesora a museos de ciencias por todo el país me contó que casi no presentan información sobre la evolución en los centros de ciencias, las instituciones con más probabilidad de tener un cine Imax. De hecho, dijo que ni siquiera se encuentra la palabra "evolución" en los letreros de esos centros. "Eso es un problema. Si uno empieza a quitar la ciencia, no tendrá en qué pararse cuando los fundamentalistas reclamen que uno quite más".

Explicó que hay muchos centros de ciencias en distintas partes del país, la mayoría en ciudades pequeñas. Se construyeron durante los años 60 y 70, una época de entusiasmo por las ciencias. Durante los últimos 20 años, la gente de ciudades pequeñas ha aprendido mucho en esos centros, porque la materia de ciencias en la escuela pública deja mucho que desear. Pero, por lo general, los centros no cuentan con colecciones educativas propias ni especialistas en ciencias, así que dependen de las contribuciones de negocios y de las entradas. Por eso son muy vulnerables a las campañas de opinión pública bien orquestadas de la extrema derecha. Es más, como señaló: "Este ataque contra la ciencia y el pensamiento crítico estaría mal en donde fuera que pasara, pero estos centros de ciencias son unos de los pocos lugares donde las masas tienen acceso a algo que huela a ciencia".

No es solamente la evolución la que está bajo ataque en los centros de ciencias. Muchas de sus presentaciones se dirigen al adolescente y tocan asuntos de salud; sin embargo, nunca mencionan métodos anticonceptivos, mucho menos la salud reproductiva ni el sexo. "Fui al Museo de Vida y Ciencia de Carolina del Norte. Había un terrario con un par de ranas vivas, y el letrero decía: "Si ves a una rana encima de la otra, no te preocupes, no se van a lastimar". Nada sobre el apareamiento. Parece ridículo, pero es cosa seria, porque cuando uno entra en un lugar que trae el imprimátur de la autoridad, como un museo o un centro de ciencias, se supone que lo que te presentan sea la realidad. Lo que la gente encuentra ahí entra en el desarrollo de su propia visión del mundo. La ciencia no es una colección de 300 puntos de información, es una manera integral de comprender el mundo. Por eso le saca de quicio a la derecha religiosa que la gente aprenda una perspectiva crítica y materialista sobre el mundo y su dinámica. Desafortunadamente, mucha gente de los centros de ciencias aún no entiende el peligro de estas campañas".

Volcanoes of the Deep Sea , distribuida en 2003, la patrocinaron en parte la Fundación Nacional de Ciencia y la Universidad Rutgers. Una decena de centros de ciencias, la mayoría en el Sur, la han rechazado, dice el Dr. Richard Lutz, un oceanógrafo de Rutgers y el principal científico de la película. El New York Times también informa que "la controversia religiosa ha perjudicado la distribución de otras películas, como Cosmic Voyage (Viaje cósmico), que retrata el universo desde las partículas atómicas hasta grupos de galaxias, y Galápagos , sobre las islas en donde le nacieron a Darwin sus ideas sobre la evolución".

Hay pocos cines Imax en Estados Unidos, y por eso estas controversias hacen mucho más arriesgado producir películas de ciencias con temas que podrían ofender a los fundamentalistas. De por sí los documentales de ciencias para la pantalla Imax "por lo general no generan mucho dinero", según Joe DeAmicis, vicepresidente de promoción del Centro de Ciencias de California en Los Ángeles. "Será difícil que nuestros cinematógrafos sigan produciendo documentales sin trabas si saben desde el principio que el 10% del público los rechazará".

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Estoy pensando en todos los mocosos a quienes llevaron sus maestros a Aliens of the Deep y en las fuerzas poderosas que en este momento les están preparando un futuro sofocante, sin ciencia, sin documentales, sin buceo en altamar.

Sueño con el poder del arte y la imaginación. ¿Será capaz de animar a la gente a entrar en la batalla política contra esta situación peligrosa antes de que sea demasiado tarde?

Me imagino a esos mocosos entrar corriendo al salón de ciencias la semana que viene y decirles a sus maestros que empiecen a enseñar ciencia y a decir la verdad sobre el mundo. ¡Que tengan el valor de decir la palabra que empieza con "e", o que se larguen al diablo!

Me pongo a soñar: ¿qué tantas maravillas no podrían crear los estudiantes que se sentaron a mi lado en el cine, si las masas manejaran la sociedad y se desencadenara su creatividad?

Una maestra amiga mía me mandó un email sobre una red de comunicación por internet para profesionales de centros de ciencias; los está alentando a promover más presentaciones de Volcanoes , a tomar una posición pública. Una gerente del Museo Fort Worth informa a la red que el museo recibió 75 mensajes electrónicos pidiendo que presentara la película, y que esa fue una razón central para cambiar de posición. Algo que pensar.

Camino a la casa del cine, medio veo en el tren del metro un afiche. Trae la foto de un vehículo robótico con el brazo mecánico extendido y dedos de metal prensiles. Mi reacción inmediata es, "Qué chévere, otro vehículo explorador". Pero luego me doy cuenta de que este robot está recogiendo con cuidado un portafolio negro que alguien dejó en el andén. Es parte de la campaña de propaganda para alentar a todo ciudadano a ser soplón en la guerra "contra el terrorismo". El lema: "Si ve algo, diga algo".

En la mente, yo borro el afiche policiaco y pego en su lugar un lápiz con el borrador en forma de cruz, que anda borrando fotos de las asombrosas criaturas submarinas que conocí esta tarde en el cine. En mi mente, escribo este lema: "Si entiendes algo sobre el mundo, grita con todo lo que puedas".

Los siguientes websites tienen avances de las películas e información sobre los cines donde se están presentando:

Aliens of the Deep: http://disney.go.com/disneypictures/aliensofthedeep/

Volcanoes of the Deep Sea : http://www.volcanoesofthedeepsea.com/

James Cameron sobre la ciencia, el arte y el ataque contra la ciencia

Un personaje muy alentador de la película Imax es James Cameron, el director de Volcanoes of the Deep y Aliens of the Deep.

Cameron estudió física en la universidad y luego hizo películas de otros géneros, como The Terminator, Aliens y Titanic. Participó en la exploración y en la producción de estos documentales con mucho entusiasmo, y hasta creó un nuevo método de filmar la vida en las profundidades. (Estos animales y plantas solo se pueden ver por video, dado que su estructura molecular no les permite sobrevivir en la superficie).

La meta de Cameron ha sido "mostrar a millones de personas que no tienen la oportunidad de hacer un viaje en submarino la extraordinaria diversidad y capacidad de adaptación de la vida terrestre (y posiblemente extraterrestre), y estimular un renovado interés en la ciencia". Dice que lo hace a pesar de "la actual atmósfera anticientífica. Experimentamos un extraño resurgimiento de una visión religiosa del universo en oposición al empiricismo.".

Le dijo al New York Times (1° de febrero de 2005):

"La superficie marina es del mismo tamaño que la superficie de todos los continentes del planeta. En el mundo solo hay cinco submarinos que pueden llegar a las profundidades del mar: Rusia tiene dos (que utilizamos), y Japón, Francia y Estados Unidos tienen uno. Es como si fuéramos a explorar todos los continentes con cinco jeeps.

"Hay tantos capítulos de biología y geofísica que contar. El océano Índico casi no se ha explorado. El maremoto mató a unas 250,000 personas en una región del mar que casi no conocemos: fue un campanazo para explorar la geofísica y la biología de esa región.

"¿Cuándo vamos a admitir que el clima global está cambiando y que este cambio tendrá consecuencias negativas para todos? El problema es que la carga termal está en aumento y cuando las consecuencias se manifiesten ya será demasiado tarde.

"Cuando los pasajeros del Titanic se dieron cuenta de que había chocado con un iceberg, ya era demasiado tarde".

 


NOTAS:

1. Fotosíntesis es el proceso químico por el que las plantas verdes y otros organismos sintetizan carbohidratos a partir de dióxido de carbono y agua, usando energía derivada de la luz solar.

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2. La quimiosíntesis utiliza energía derivada de la oxidación de compuestos inorgánicos para sintetizar carbohidratos del dióxido de carbono y agua; se limita a ciertas bacterias y hongos.

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