Revolución #005, 12 de junio de 2005, posted at revcom.us
Bob Avakian hace un recorrido de un ayer conocido a un mañana posible en From Ike to Mao and Beyond. Este diario de esperanzas y de lecciones es una crónica de días de inquietud, acciones de desafío y sueños compartidos. Bob Avakian se imagina y sabe que no es el único, y está dispuesto a compartir sueños, los suyos y los nuestros. Sus recuerdos son lúcidos y claros, y las lecciones que ha aprendido son persuasivas como mapas para los que quieren un mundo mejor. Las experiencias que comparte con toda honestidad y generosa calidez son sus respetos para los que tienen el corazón fuerte y la mente clara, los que quieren hacer la labor de llegar al otro lado de la historia.
De una carta del Dr. Juan Gómez Quiñones, historiador y profesor, UCLA
El miércoles 25 de mayo, el auditorio Taper de la biblioteca central de Los Ángeles se llenó para celebrar la publicación de la autobiografía de Bob Avakian: From Ike to Mao and Beyond—My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communism.
El patio español de la biblioteca tenía música doo-wop, fotos, pasajes del libro, recortes de periódico de los años 60 y cartas.
Corría un vientecillo de comunismo.
Esta autobiografía ha conectado a Bob Avakian con mucha gente: como líder comunista revolucionario innovador, pensador crítico, narrador y un ser humano fascinante y divertido.
Lucía Marano, actriz de TV, teatro y cine que leyó pasajes de la obra, nos dijo: "Valoro a todo individuo que quiera mejorar la humanidad. A esos individuos hay que escucharlos; hay que platicar con ellos. Quiero ser parte de esa discusión y quiero concientizar".
La celebración la organizaron el Departamento de Ciencias Sociales y Amigos de Insight Press.
Mark Gonzales relató al estilo slam una de las primeras veces que Bob Avakian vio la naturaleza del sistema. Leyó la anécdota de cuando fue a la biblioteca a leer una y otra vez la Carta de las Naciones Unidas para confirmar que era una violación de dicha Carta que la Unión Soviética instalara misiles en Cuba, como afirmó John F. Kennedy. La Carta no lo decía y esa mentira llevó el mundo al borde de la aniquilación nuclear: "...había tanto en juego que yo pensaba: tengo que saber la verdad; no puedo aceptar así no más lo que dice, aunque sea el líder del país, cuando hay tanto en juego".
Cuando Reg E. Gaines, renombrado dramaturgo, poeta y escritor, leyó pasajes y recordó una vez que almorzó con Bob Avakian, nos transportó al lugar, a la conversación de arte, cultura y comunismo, y prácticamente podíamos probar los aguacates y tomates que comieron.
"Hablamos de las influencias, unas buenas, otras malas. Coincidimos en que uno puede aprender de las influencias, sean buenas o malas, y en que hay que tener los medios para tomar lo bueno o lo malo y hacer que le sirva a uno. Una de nuestras principales influencias y puntos de conexión fue Malcolm X.
"1965 fue un año central en nuestra conversación porque fue el año del asesinato de Malcolm X, pero también fue el año de la muerte de mi madre.
"También fue el año que salió 'A Love Supreme' de John Coltrane. Mi madre lo estaba tocando en la casa el día que oímos del asesinato de Malcolm. Ella dijo que si los hombres que lo mataron hubieran oído 'A Love Supreme' esa mañana, no le habrían disparado".
Después leyó el recuerdo de Bob del asesinato:
"Me pareció un golpe tremendo para los negros y en general para los que luchan contra la injusticia, en este país y en todo el mundo... Primero vi a Kennedy mentir descaradamente delante de todo el mundo y poner en juego el futuro del mundo con la crisis de misiles de Cuba; después pasó esto, el asesinato de Malcolm X, e inmediatamente intuí que el gobierno estaba metido. No había investigado el tema y todavía no se sabían los detalles, pero intuí que era obra del gobierno. Sabía que el gobierno odiaba a Malcolm X y que lo consideraba muy peligroso, y me dio mucha tristeza, pero también mucha rabia". (pág. 136)
Después de la lectura de pasajes, Raymond Lotta (economista político maoísta y autor de America in Decline ), el Dr. Juan Gómez Quiñones (profesor y autor de numerosas obras de historia chicana) y Martha Quetzal Ceja (editora adjunta de Insight Press) comentaron sus impresiones sobre la autobiografía.
Juan Gómez Quiñones: Al leer la memoria pensé en el arte del narrador, en la importancia y el poder positivo que le dan los amerindios. Para ser narrador se necesita una voz con cierto carácter; se necesita una persona que habla y una que oye. Narrar es una síntesis que va más allá de los hechos que se describen o del ingenio del argumento, pues evoca un nuevo panorama, una nueva forma de ver, no una otredad, sino una forma de darle vida a lo imaginado por haber compartido el proceso de creación imaginativa. En este libro yo veo una narración muy convincente y al día de nuestros tiempos. El objetivo del narrador no es el pasado, aunque recuerda el pasado y sirve para ver un nuevo panorama. El objetivo es el futuro. Un narrador es bueno cuando nos permite entender nuestros tiempos y con esas herramientas moldear el mañana por lo que hacemos con el hoy.
Raymond Lotta: Lo que uno sabe de él por medio del libro, el cuestionamiento y el afán de esa generación, cuando uno lo lee y deja que lo empape, lo que resalta de Bob Avakian es su pasión, su furia y su orientación científica al mundo: su pasión por la verdad, su pasión por la revolución, su amor profundo y perdurable por las masas, su impaciencia e intolerancia del orden actual y de todos los horribles crímenes que comete, y la ciencia, la ciencia que impregna todo lo que hace...
Juan Gómez Quiñones: Si observamos la literatura de los años 60 y 70, y gran parte tiene valor, se disciernen ciertos patrones. Es muy valioso cuando un escritor hace un balance de la época, y no se limita a la nostalgia o a repetir lugares comunes de lo que pudo haber sido. Bob Avakian nos hace dar un paso adelante positivo. Algo que ha sucedido es que nos hemos quedado parados, en el mejor de los casos, en vez de estar listos para dar un paso adelante. Esta es una autobiografía muy diferente de alguien que ha vivido a fondo hasta el presente y no ha claudicado, alguien que sigue en marcha.
Después del programa, un maestro nos dijo:
"He comprado el libro muchas veces pero no me dura por lo bueno que es. Lo regalo, pero me dan el dinero y lo compro otra vez y no me dura. Él es quien es, un líder. Es alguien que pertenece a las masas y eso lo ha moldeado a ser lo que es. Hay que lidiar con él de una forma u otra, aunque uno tenga desacuerdos. Si uno no está de acuerdo, de todos modos tiene que lidiar con lo que dice. Es alguien que nos puede encaminar al futuro".
Lucía Marano terminó la velada con la lectura del capítulo final:
"Si uno ha podido ver el mundo tal como es, puede tomar caminos profundamente distintos en la vida. Uno puede escoger el camino de salir adelante pisoteando a los demás, y probablemente terminará devorado. Uno puede meter el hocico en el bebedero y acaparar lo más que pueda. O uno puede hacer algo que cambie el curso de la sociedad y el mundo. Cuando uno compara esas cosas, ¿cuál de ellas tiene significado, cuál contribuye a algo que vale la pena? La vida va valer algo o no va a valer nada. Y no hay nada más grande en la vida que contribuir todo lo posible a transformar la sociedad y el mundo de una manera revolucionaria, para acabar con los sistemas y relaciones de opresión y explotación, y todo el sufrimiento y destrucción innecesarios que eso implica. Ahora, tras las vueltas y revueltas y los grandes reveses, así como de los grandes logros de la revolución comunista hasta la fecha, tengo una mejor apreciación de eso, y eso que históricamente estamos en las etapas iniciales. A eso le dedicaré el resto de mi vida...".