Estados Unidos monta elecciones en Irak - Resultados plantean nuevos problemas y peligros

Revolución #029, 8 de enero de 2006, posted at revcom.us

Los iraquíes fueron a las urnas el 15 de diciembre bajo el fusil.

Las casillas estaban repletas de efectivos de la policía y el ejército iraquí, que en muchas partes del país actúan como escuadrones de la muerte y torturadores. Las tropas estadounidenses ocupaban los techos o esperaban cerca. Las ciudades eran un laberinto de retenes armados.

La prensa y el gobierno nos dijeron que las elecciones demuestran que tenemos que apoyar esta sangrienta ocupación, no importa cuánto dure. Bush llegó a nuevos niveles de exageración y dijo que estas elecciones eran uno de "los logros más maravillosos de la historia de la libertad" y que eran "un importante hito" del camino a la victoria contra la insurgencia. La verdad es que no fueron ni lo uno ni lo otro, y los ataques contra las fuerzas armadas estadounidenses aumentaron al día siguiente.

Con las elecciones Washington buscaba demostrar control del país y legitimar un nuevo gobierno que estabilice la dominación permanente.

La Alianza Iraquí Unida, una coalición de fuerzas chiítas fundamentalistas, ganó casi la mitad de los escaños de la nueva asamblea nacional. Debido al ascenso de fuerzas teocráticas islámicas, y a los arreglos que Estados Unidos ha hecho con ellas y con sus milicias, ahora en muchas partes de Irak la población vive bajo las reglas teocráticas de fundamentalistas armados. Eso conlleva mayor opresión de la mujer, así como ataques mortales de las milicias fundamentalistas o del ejército iraquí contra los que no comparten su religión. Ahora con el show electoral de diciembre, esas fuerzas teocráticas ganaron más fuerza en el gobierno, y existe un serio peligro de que la represión y la limpieza étnica aumenten.

Los candidatos sunitas y "chiítas laicos" que Estados Unidos ha respaldado sufrieron una rotunda derrota. Por ejemplo, la coalición del ex primer ministro Iyad Allawi solo obtuvo 6.5% de los escaños de la asamblea.

A cierto nivel, sin importar cuáles sean los resultados de las elecciones, persiste el hecho de que Irak es un país ocupado. Nadie pudo votar sobre eso. Desde la invasión del 2003, Estados Unidos ha montado tres elecciones y una "transferencia de soberanía nacional", pero el poder sigue en sus manos. Veamos un ejemplo de lo que eso significa en la práctica: Ahmed Chalabi, conocido agente de la CIA, sufrió una derrota humillante en las elecciones, pero a los 15 días lo nombraron ministro del petróleo: un puesto altamente estratégico.

A otro nivel, a Estados Unidos le preocupa mucho el poder de los teócratas chiítas en el nuevo gobierno central. Una de las preocupaciones es que atizará la insurgencia de los sunitas y acelerará la desintegración de Irak; y eso desestabilizaría seriamente la región.

La invasión del 2003 despedazó al partido laico Baath, que privilegiaba a los sunitas y oprimía a los chiítas. Ahora Estados Unidos ha desatado una campaña de limpieza étnica contra los sunitas para contraponer a los distintos sectores y reprimir la resistencia a la ocupación. Otra de las preocupaciones de Estados Unidos es que los partidos dominantes del nuevo gobierno son íntimos amigos del gobierno teocrático de Irán.

Estados Unidos ha hecho arreglos con fuerzas teocráticas chiítas; por ejemplo, ha dejado entrar sus milicias al ejército iraquí. Se ha documentado que esas milicias torturan y matan a los sunitas como parte del ejército nacional y en alianza con las fuerzas de ocupación. (Ver "'Plan de victoria' de Bush, primera parte: Limpieza étnica y bombardeos indiscriminados", Revolución, No. 26, 5 de diciembre de 2005).

Ahora la victoria electoral de esas fuerzas y la perspectiva de que dominen el gobierno central hacen más difícil evitar la desintegración nacional.

Otro problema para el imperialismo yanqui es que la victoria de la coalición chiíta aumentará la influencia del gobierno iraní en el sur y su poder en toda la región del Golfo. El ayatola Ahmad Jannati, cabeza del poderoso Consejo Guardián del gobierno iraní, dijo: "Estamos muy contentos con todo lo que ha pasado en Irak, especialmente con las elecciones y la victoria de la amplia alianza islamista. Considerando esta tendencia, podemos decir que se está estableciendo un gobierno islámico estable en el país".

El gobierno de Irán es un freno a los planes de Estados Unidos en la región, y en especial a la visión neoconservadora de una gran reestructuración regional. Irán está negociando directamente con otras potencias imperialistas, como Rusia y Francia, y está tratando de fortalecer su posición en la región. El ascenso al poder en Irak de los aliados de Irán es una seria complicación para Estados Unidos y plantea el peligro de que Bush se sienta obligado a agredir más a Irán.

Esto plantea la gran inquietud de que Bush podría lanzar un ataque mayor contra Iran, lo cual podría arrastar a otros países a la guerra en el Medio Oriente. Der Spiegel, la revista alemana, y otros medios alemanas informan que el gobierno de Estados Unidos tiene planes para atacar a otras instalaciones militares nucleares iraníes tan pronto como a principios de este año. Sus preparativos incluyen consultas de alto nivel con aliados como Turquía, las potencias europeas de OTAN, y aliados regionales como Pakistán, Jordania, y Arabia Saudita. También se alega que Estados Unidos le ha autorizado a Turquía cruzar la frontera este de Iran si se da semejante ataque, con el pretexto de destruir encampamentos kurdos.

Ya han muerto más de 100,000 iraquíes desde la invasión. Las tropas estadounidenses recorren el país lanzando ataques terrestres e intensos bombardeos aéreos. La ofensiva preelectoral contra la provincia de Anbar dejó 97 civiles muertos por bombardeos aéreos en el pueblo de Husaybah. Se estima que más de 15,000 iraquíes han pasado por cárceles y centros de tortura como Abu Ghraib, y muchos han sido detenidos al azar.

Las elecciones no le ofrecieron al pueblo iraquí ninguna opción para terminar todo esto, para una verdadera autodeterminación, y el objetivo era legitimar la ocupación. Pero los resultados le crearon complejos problemas a Estados Unidos. Hacen más profundo el atolladero en que Bush se ha metido, pero también aumentan el peligro de que ataque a Irán. Todo esto realza la importancia de luchar para acabar esta injusta guerra y ocupación.

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