Tribunal acusa a Bush

20-22 de enero: Comisión Internacional Investigadora sobre los Crímenes contra la Humanidad perpetrados por el Gobierno de Bush

Revolución #032, 29 de enero de 2006, posted at revcom.us

Cientos de personas acudieron al tribunal sobre crímenes del gobierno de Bush contra la humanidad. El extraordinario tribunal empezó el viernes en la iglesia Riverside de Nueva York con un fascinante discurso de Harry Belafonte que puso a todos de pie.

Dieron testimonio la general de brigada Janis Karpinski, que estuvo a cargo de la prisión Abu Ghraib; Craig Murray, ex embajador inglés a Usbequistán; Scott Ritter, ex inspector de armas de la ONU; Alan Berkman, médico y profesor de salud pública de la Universidad Columbia, y Larry McBride, a quien abandonaron en la prisión de Nueva Orleáns cuando se inundó después del huracán Katrina. La participación de personas como estas recalca la gran importancia y el impacto del Tribunal sobre los Crímenes del Gobierno de Bush.

Unos días antes, una delegación de la Comisión Investigadora Internacional fue a la Casa Blanca para presentar cinco cargos:

  1. Guerras de agresión
  2. Tortura y detención indefinida
  3. Destrucción del ambiente global
  4. Ataques globales a la salud pública
  5. Abandono ante el huracán Katrina

En la primera sesión del Tribunal, en octubre de 2005, se presentaron fuertes testimonios sobre cada una de estas acusaciones; la segunda sesión desarrolló ese trabajo. El veredicto se anunciará el 2 de febrero en Washington, D.C.

En la segunda sesión, Michael Ratner, presidente del Centro pro Derechos Constitucionales, delineó los propósitos del Tribunal y la urgencia del momento. Dijo: "Estamos juzgando al gobierno de Bush. Investigamos para denunciar. Documentamos para acusar. Despertamos conciencia para crear resistencia popular. Queremos que este juicio sea un paso más hacia el desarrollo de una resistencia masiva contra la guerra, la tortura, la destrucción del planeta y sus habitantes. La situación urge. Nuestro país y el mundo se resbalan hacia la guerra permanente, hacia la eliminación de los derechos humanos, y hacia la ruina y muerte de millones de personas. Todavía se puede impedir esto, tenemos la oportunidad de hacerlo, de no caer en el caos, pero depende de nosotros. No debemos quedarnos de brazos cruzados. Tenemos que ser tan radicales como la situación. Los testigos que oirán en los próximos días dirán la verdad; son testigos de la matanza que este país y este gobierno han perpetrado. Esta verdad nos insta a todos a la acción".

En este número de Revolución presentamos pasajes de las presentaciones de varios testigos. En números futuros tendremos más reportajes sobre el Tribunal y entrevistas a sus participantes.

En www.bushcommission.org se puede encontrar un informe completo de la sesión del Tribunal y sobre los jueces y participantes, así como las últimas noticias del trabajo de la Comisión.

Dr. Alan Berkman, médico y profesor de salud pública en la Universidad Columbia:

Ya hace casi 25 años desde que en 1981 se detectó en Los Ángeles el primer caso de SIDA. Desde ese entonces 20 millones de personas han muerto del SIDA. Se calcula que actualmente hay 41 millones de personas infectadas con el VIH. El año pasado tres millones murieron del SIDA, lo que viene a ser 9,000 de personas al día. Se podría prevenir o por lo menos tratar o retardar y hasta curar la mayoría de esos casos. De esos 9,000, unos 2,000 son menores de 15 años….

Afirmo que las políticas económicas del gobierno de Bush, ya sea por medio de programas bilaterales o a través del FMI y la Organización de Comercio Mundial, han aumentado la desigualdad en el mundo, lo cual acelera la disparidad en la salud. Su agenda de intereses ideológicos sobre prevención ha contribuido a que millones de personas más mueran en los cinco años que lleva en el poder. Cuando digo que la agenda sobre prevención se basa en ideología, me refiero a que lo que recomienda es no tener relaciones sexuales hasta que se casen y ser fieles a su pareja y que los condones son para tener relaciones con prostitutas. Eso se lo imponen a otros países debido al enorme poder que tienen y a la riqueza que aportan. Esto es muy peligroso, especialmente para la mujer, que en muchos casos no tiene voz sobre su cuerpo o la reproducción. En muchos países de África el matrimonio es uno de los mayores riesgos para contraer VIH. Además, está la política de varios gobiernos de este país de no contribuir a programas que promueven el uso de jeringas limpias para los drogadictos que se inyectan, aunque se sabe que eso impide la contaminación del VIH y que está dando resultados en otros países. El gobierno de Bush quiere aplicar esa política en el resto del mundo, quiere revocar la política de las Naciones Unidas y de otros países que hasta la fecha han apoyado programas de jeringas limpias para reducir la contaminación. Estamos hablando de millones de personas que han contraído el VIH por medio de jeringas contaminadas.

Craig Murrey, ex embajador inglés a Usbekistán:

El 60% de la población de Uzbekistán son en la práctica esclavos, esclavos de la industria del algodón, y eso es algo que debe repercutir en este país y en este edificio. No pueden salir de las granjas estatales. A los trabajadores les pagan menos de $2 al mes o sea 7c por una jornada de 12 horas, seis días a la semana. Las ganancias de la industria, que pertenece exclusivamente al estado y es el único que puede vender al mercado internacional, le pertenecen al presidente, su familia y su gobierno…

No hay libertad en ese país. No hay libertad de reunión. No hay libertad de religión. No hay libertad de palabra. No hay prensa libre. Y no se permite la oposición. Una de cada ocho personas trabaja para la policía o la policía secreta. A los ex policías se les contrata para vigilar a los vecinos. A una gran cantidad de presos los obligan, so pena de castigo, a trabajar de soplones. La tortura es prácticamente una industria. En noviembre de 2002, una investigación de la ONU sobre tortura en Usbekistán concluyó que la tortura es generalizada y se aplica de manera sistemática. Cada año torturan a miles de personas en Usbekistán. Estoy hablando de violaciones, de violaciones con botellas rotas; palizas, fracturas… A estas personas y a todo usbequi que demostraba disentimiento o desacuerdo con el gobierno los torturaban hasta que dijeran que eran miembros de Al Qaeda y aliados de Osama Bin Laden. Eso es lo que la inteligencia demostraba una y otra vez. En la embajada inglesa sabíamos que eran tonterías. La CIA creía eso, pero no es cierto…

Para tener acceso al petróleo y los hidrocarburos se decidió aceptar la tortura, complacer a Karamov [el dictador de Usbekistán]. Y para justificarlo necesitaban el falso testimonio de las cámaras de tortura. El falso testimonio daba a entender que tenían que intervenir como parte de la guerra contra el terrorismo, cuando en realidad la razón de la intervención es lo que vemos en pantalla [una carta de Enron a George W. Bush]. La razón era el interés comercial de grandes empresas con estrechos lazos al presidente.

Si apoyamos a un gobierno como ese, ¿cómo no nos van a odiar los musulmanes? Es obvio. Mi acusación ante este Tribunal no es solo que la CIA a sabiendas y abiertamente usa información sacada con tortura, sino también que este gobierno deshumaniza a nuestros hermanos y hermanas musulmanes a tal punto que no importa lo que les hagan. Por ese camino se llega al peor de los males. Y, damas y caballeros, pienso que vamos por ese camino.

Daphne Wysham, docente, Institute for Policy Studies, Sustainable Energy & Economy Network:

Quiero hablar de la censura de la ciencia del clima, porque pienso que las pruebas más fuertes que tenemos contra la Casa Blanca de Bush son que ataca, deliberadamente, la información que se tiene sobre los cambios climáticos con el fin de proteger a las más poderosas industrias del planeta, como la del petróleo, del gas y el carbón. Al mismo tiempo causa daños a los más pobres debido a los cambios climáticos que eso ocasiona. Eso es lo que sabemos. Hasta junio de 2005, Phillip Cooney, ex abogado y miembro del grupo de presión del Instituto Petrolero Americano, fue el jefe del Consejo de la Casa Blanca sobre la Calidad del Ambiente. El 8 de junio de 2005, el New York Times,por medio del delator Rick Pilz, denunció a Cooney como el principal censor a los más altos niveles del gobierno de documentos sobre cambios climáticos. Dos días después Cooney renunció. Tres días después estaba de nuevo a la cabeza del grupo de presión de Exxon Mobil. El programa del gobierno que representó a Pilz concluyó que la misión secreta de Cooney era censurar y alterar los informes científicos sobre lo que el gobierno federal sabía sobre los cambios climáticos. No sorprende entonces que las cientos de hojas de informes al Congreso que modificó le restaban importancia al impacto de los seres humanos en el calentamiento global y las consecuencias a la sociedad como resultado de los cambios climáticos. Al mismo tiempo exageraba la incertidumbre y daba a entender que buena parte de la ciencia era polémica. Rick Pilz ocupó una posición alta en el Programa Científico sobre Cambios Climáticos. Renunció porque los designados por Bush convirtieron la comisión para la defensa del ambiente de la Casa Blanca en una máquina propagandística de la industria petrolera a expensas del público. La pieza clave para la campaña de desinformación del gobierno de Bush fue el reemplazo de científicos profesionales por politiqueros. Prácticamente todo tenía que pasar por manos de Cooney. Estos son algunos ejemplos de cómo abusaron de su poder: todo lo que el gobierno publicó, como investigaciones realizadas por personal fuera del gobierno o por expertos internacionalmente reconocidos, tenían que ser leído, aprobado y adoptado por el personal político. La administración canceló la práctica común de "independencia del principal autor", lo que significa que los científicos que investigaron y escribieron el informe ya no tenían el derecho de aprobar o ver los cambios hechos por designados políticos o miembros de grupos de presión de la industria petrolera antes de publicarlos. Cooney y su personal hacían una enorme cantidad de cambios, entre 100 y 450 por informe. El gobierno no quiere que sepan el impacto nacional y regional de los cambios climáticos o las consecuencias del derretimiento de los glaciares y las inundaciones. La resolución de problemas ha sufrido un revés de 10 años.

Harry Belafonte:

Es importante que cuando colapsan todos los instrumentos del gobierno recurramos finalmente y a última hora a la más importante línea de batalla: al pueblo mismo. Pienso, de hecho sé, que el pueblo de esta nación está despertando y cada día se despierta más. Está escuchando y siente el peligro que se perfila en el horizonte. Reconoce la opresión internacional de la que somos parte, ve que se ha maltratado a la humanidad y que se ha violado el derecho internacional. Espero que un día este Tribunal abarque e indague sobre lo que se está viviendo en esta nación misma en cuanto a opresión e ilegalidades.

Los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre, cuando se desplomaron las Torres Gemelas, nos sacudieron a todos y ese terrorismo cayó sobre nuestra gente... Los llamamos terroristas y dijimos que los íbamos a cazar y someter a la justicia. ¿Dónde se desdibuja para ti la línea? ¿Cuando una nación tan poderosa como esta, la más poderosa de la historia de la humanidad, cuando los que dudosamente han tomado el poder y cabalgan sobre el mundo y esta nación, cuando mienten y engañan a la población de este país, cuando nos encaran con el temor y gobiernan con terrorismo? ¿Dónde se desdibuja para ti la línea? ¿Cuando mandan a nuestros hijos e hijas a morir en campos de batalla extranjeros, cuando abatimos a miles y miles de hombres, mujeres y niños inocentes en otras partes? ¿Dónde para ti empieza el terrorismo y dónde termina? ¿Quiénes son los terroristas? (aplausos)

General de brigada Janis Karpinski, quien estuvo a cargo de la prisión Abu Ghraib:

Pregunta: ¿Qué vio en las fotografías que vio por primera vez el 23 de enero?

JK: La primera que vi fue la de la pila de detenidos desnudos, unos sobre los otros y solo se veían las nalgas. Disculpen, pero solo se veían nalgas y testículos, todos amontonados, y detrás de la pila dos policías militares sonriendo con cigarrillos colgados de los labios. Esa fue la primera. Si lo que quería era sorprender, lo consiguieron, porque no pude creer lo que estaba viendo. Todas las fotos menos una han sido publicadas, así que no estoy hablando de nada que no han visto. Una foto es del pabellón, tomada desde un ángulo, y se ve a un hombre que coloca a los detenidos en una configuración. Pregunté sobre las otras personas de la foto, porque estaba claro que no todos eran policías militares. El comandante de la División de Investigación Criminal me dijo, tiene razón señora, son soldados de inteligencia militar, hay un médico y unos civiles. Pregunté por qué estaban ahí los traductores, porque no deben estar ahí y me contestó: No son traductores señora, son interrogadores contratados…

Empecé a hacer preguntas generales. Había oído de fotografías, así que pregunté qué sabían de las fotografías. Nada. No sabemos nada de fotografías. Fui al pabellón 1A y hablé con un sargento. Me dijo, yo no sé señora, no trabajo aquí, pero me dijeron que viniera porque antes trabajé aquí. Yo le pregunté que dónde están los registros, quiero entender esto. Me contestó: no tenemos registros, se llevaron todo y empezamos de nuevo. Pregunté si había expedientes o memorandos. Me dijo que el único memorando estaba pegado en un poste en el pabellón a la entrada de una oficina de administración.

P: ¿Qué decía el memorando?

JK: Que se aprueban las técnicas de interrogatorio más severas.

P: ¿Quién lo firmó?

JK: El secretario de Defensa Don Rumsfeld.

P: ¿Qué técnicas autorizaba el secretario de Defensa Rumsfeld?

JK: Era de una página y autorizaba privación de sueño, posiciones para causar estrés, privación de alimentos como servirlos tarde o no darles de comer. Dejar las luces prendidas y tocar música a alto volumen. Insultos o críticas a su religión, cultura o creencias.

P: ¿Y a la par había una nota escrita de su puño y letra?

JK: Sí, al margen izquierdo.

P: ¿Qué decía?

JK: ¡¡Que esto se cumpla, sin falta!! Con dos puntos de exclamación. Escrito al margen de la lista de técnicas de interrogatorio.

Scott Ritter, ex inspector de armas de la ONU:

A mediados de los años 80, Hussein Kamel, yerno de Saddam Hussein, fue director de la Comisión Industrial Militar. En esa capacidad estaba a cargo del desarrollo e implementación del programa de armas de destrucción masiva. Era un caballero que tenía todo el conocimiento necesario para hablar con autoridad sobre el programa de armas de destrucción masiva. En 1995 desertó. Debo señalar que yo me encargué de la investigación sobre la deserción de Hussein Kamel. Por tanto, me siento calificado para hablar sobre su deserción y de lo que vino después…

Dick Cheney dijo que como resultado de la deserción de Hussein Kamel las Naciones Unidas, de hecho Estados Unidos, tenían pruebas de que Irak estaba reactivando su programa de armas de destrucción masiva. En eso, en que Irak había reactivado su programa de armas de destrucción masiva, se basó el gobierno de Bush para afirmar ante el Congreso, Estados Unidos y el resto del mundo. Dick Cheney sabía que estaba mintiendo. Y esa es una de las más graves acusaciones que uno puede hacer contra un funcionario del gobierno de Estados Unidos de América. Es un delito civil y no necesariamente un crimen de guerra. El mentir en el curso de desempeñar sus funciones es un delito mayor por lo cual Dick Cheney y otros deben responder. Está claro que el gobierno de Bush exageró la amenaza que representaban las armas de destrucción masiva de Irak, lo cual niega que hubiera un peligro claro e inminente que hubiera justificado un ataque preventivo.

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