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Revolución #64, 8 de octubre de 2006

Revolución recibió la siguiente convocatoria:

5 de octubre de 2006: ¡Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush y PARAR su programa!

Llamamiento al movimiento de la mujer y a todos los que valoran la vida de la mujer

Estamos en el 2006 y están a punto de anular el fallo Roe vs. Wade (que legalizó el aborto). Ya son 15 los estados que penalizan el aborto con muy pocas excepciones. En Ohio un proyecto de ley propone prohibir el aborto en todos los casos, incluso si la vida de la mujer está en peligro.

Este movimiento y todos los que de veras quieren que la mujer tenga los derechos fundamentales se encuentran ante una encrucijada, y lo que hagamos hoy moldeará el futuro para las generaciones que siguen. Depositar nuestras esperanzas y energías en el Partido Demócrata, que ha sacrificado el aborto para “ganar” las elecciones de noviembre al Congreso, nos hace preguntar: ¿cuándo decidiremos luchar de veras y cuándo es demasiado tarde?

Las mujeres del movimiento pro derecho a escoger tenemos que comprometernos a adoptar un curso radicalmente diferente y a abandonar la estrategia que en gran parte es responsable del terreno que hemos perdido. Tenemos que rechazar rotunda y contundentemente la estrategia de canalizar toda nuestra energía, dinero e imaginación a campañas electorales, candidatos y todo el proceso político que está totalmente desconectado de las necesidades, objetivos, intereses y principios del pueblo y en oposición a ellos.

A menos que la estrategia cambie de una manera dramática de aceptar “lo posible” dentro del marco de la política oficial de este país, que se está abalanzando hacia la extrema derecha… a menos que nos zafemos de los confines que sofocan nuestra gran fuerza (la iniciativa de los millones de mujeres que buscan una salida y que piden que las movilicemos), vamos a perderlo todo, y los fanáticos de la Operación Salvar a América (que quieren cerrar la última clínica de aborto de Mississippi) tendrán la última palabra.

Cuando nos encontramos en una situación en la que las nueve senadoras demócratas pro derecho a escoger apoyan a Robert Casey Jr. de Pensilvania, un demócrata que se opone al aborto y a la investigación de células tronco y que apoya la guerra de Irak, porque “su elección es crucial para recuperar la mayoría del Senado”, ¿no es hora de hacer algo dramática y radicalmente diferente?

Queda tiempo, pero no mucho. Si actuamos como si ya han anulado el fallo Roe, sin duda alguna perderemos. No podemos aceptar una estrategia defensiva de pelear contra los ataques al aborto estado por estado. Y lo que es más importante, si no rechazamos todo el programa de guerra sin límites, tortura, espionaje masivo, ataques a los gays y la mujer, y destrucción de los derechos fundamentales, y si no sacamos al gobierno de Bush, será más y más difícil parar cualquiera de esas infamias. Lo que tenemos que hacer es PARAR este programa de Bush y la redefinición de la sociedad con un molde fascista.

El Mundo no Puede Esperar urge rechazar esta lógica mortal: lo que al principio es imposible de contemplar después será un acuerdo mutuo y luego una ley legitimada por un voto legislativo bipartidario. No es cuestión de votar o no votar. Lo que queremos decir es: si nuestra lucha se queda dentro de los confines de las elecciones nosotros perderemos, ganen o no los demócratas.

El Mundo no Puede Esperar exhorta a zafarnos de esos confines, a encontrar la manera más fuerte de decir que todo ese discurso político es UN CALLEJÓN SIN SALIDA y que hay que cambiarlo radicalmente de la manera que siempre se ha cambiado: inicialmente una minoría de la sociedad tiene que responsabilizarse y echarse a la calle con suficiente fuerza para forjar un discurso y dinámica políticos distintos de lo que las autoridades permiten. Tenemos que acabar con la pasividad y la desmovilización en que se encuentra el movimiento de la mujer y del derecho a escoger. Tenemos que recoger el dinero que necesitamos directamente de la gente, y no dejarnos callar por los que tienen dinero.

La opinión pública sobre la guerra no cambió porque la gente eligió a demócratas, sino a pesar de eso. Las grandes protestas dieron un ejemplo y plantearon una posición que la guerra confirmó para los millones de personas que no estaban convencidas. ¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos salido a la calle en el 2002? ¿Se estarían sacando hoy las mismas conclusiones? ¿Dirían las encuestas sobre la guerra lo que dicen ahora? ¿Se hubiera callado todo el disentimiento con lo de “cuidado con lo que digas” si no se hubiera rechazado la intimidación y opuesto una gran resistencia, diciéndoles: “¡No! Su guerra es injusta y no la librarán en nuestro nombre”? Si no fuera por eso, ¿podrían hoy los soldados decir “no voy a obedecer las órdenes”?

La única posibilidad de derrotar este ataque al aborto, la imposición de la moral y autoridad patriarcales en forma de ley, y la reconfiguración de la sociedad con un molde fascista (que refuerza una guerra imperial sin fin), es dedicar todas nuestras energías ahora mismo a una gran movilización y resistencia.

El Mundo no Puede Esperar convoca a grandes protestas el 5 de octubre para zafarnos de la parálisis que aflige la vida política de este país y decir: ¡basta ya, hay que pararlo ya! ¡Fuera Bush y su gobierno! Exhortamos a que se salgan de las escuelas, del trabajo, que dejen de hacer compras y cierren las tiendas y que participen en las protestas.

Sean parte de esta gran hazaña. Es hora de juntar nuestras energías y recursos, y de responsabilizarnos por cambiar el curso de la historia. No hay otra manera de hacer oír la voluntad del pueblo este otoño, de que no se desperdicie.

Como dice El Mundo no Puede Esperar: El futuro no está escrito.

El futuro que nos toque depende de nosotros.

Julio de 2006

Escrita por Mary Lou Greenberg, activista del movimiento por la emancipación de la mujer desde los años 60, que defiende las clínicas y a los médicos que practican abortos por todo el país. En 2001 recibió el premio Susan B. Anthony por activismo de base del capítulo de Nueva York de la Organización Nacional para la Mujer. Trabaja con El Mundo no Puede Esperar—Fuera Bush y su Gobierno y milita en la rama de Nueva York del Partido Comunista Revolucionario, EU.

Endosada por:

Debra Sweet, coordinadora nacional de El Mundo no Puede Esperar—Fuera Bush y su Gobierno (www.worldcantwait.org).

Merle Hoffman, fundadora/presidenta, Choices Women’s Medical y Mental Health Center, Long Island City, Nueva York, establecido en 1971, uno de los primeros centros ambulatorios de aborto; co-fundadora de la Federación Nacional del Aborto y fundadora de la Coalición pro Derecho a Escoger de Nueva York; directora editorial/redactora On the Issues: the Progressive Women’s Quarterly.

Eleanor J. Bader, co-autora, Targets of Hatred: Anti-Abortion Terrorism; y contribuidora de las revistas Z, Library Journal, Lillith, NY Law Journal y The Brooklyn Rail.

Rosemary Candelario, activista pro derecho al aborto, co-fundadora del Fondo de Aborto del Este de Massachusetts, ex miembro de la Coalición Religiosa pro Derechos Reproductivos, el Proyecto Acceso al Aborto y el Comité sobre Libertad Reproductiva de Rehusar & Resistir.

Elaine Brower, vocera de El Mundo no Puede Esperar—Fuera Bush y su Gobierno, activista contra la guerra cuyo hijo está en Irak.

Lucinda Marshall, fundadora, Red Feminista pro Paz (www.feministpeacenetwork.org).

Rda. Mónica Corsaro, co-directora, Coalición Religiosa pro Igualdad, presidenta de la Coalición pro Derecho Reproductivo del Estado de Washington, ministra del Ministerio Ecuménico de la Universidad de Washington y ordenada de la iglesia United Methodist Church Pacific Northwest Conference.

Carolyn R. Swift, profesora emérita, facultad de Inglés, universidad Rhode Island College, Providence, Rhode Island.

Por favor firme y haga circular. Comuníquese a chainsnomore@hotmail.com y háganos saber si podemos agregar su nombre a la convocatoria.

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