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Revolución #77, 28 de enero de 2007

¡Esto tiene que PARAR!

Un reto…

La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es democracia, sino capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.

Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.

Bob Avakian
presidente del
Partido Comunista Revolucionario, EU

Esperar hasta el 2008: Una falta de escrúpulos

Una palabra sobre la idea de que debemos dedicar nuestras energías a escoger un candidato que podrá ganar la presidencia en el 2008.

¿Qué clase de sociedad espera dos años para parar la tortura, el saqueo de otros países, la matanza de niños y la intensificación de una guerra civil que podrá destruir la civilización?

¿Qué clase de personas canjean la vida y el futuro de millones de personas por el capital político en elecciones que se celebrarán en dos años para determinar quién encabezará la “Nueva Roma”?

Especialmente en vista de los resultados de las últimas elecciones y la intensificación de la guerra que las siguió, es engañarse a sí mismo y raya en la complicidad criminal esperar las próximas elecciones para parar y voltear el rumbo fascista de esta sociedad. Para entonces, ya podría ser demasiado tarde.

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Si caen en la trampa de tratar de convertir a los demócratas en algo que no son y nunca serán, terminarán convirtiéndose a sí mismos en lo que los demócratas en realidad son.

Bob Avakian
presidente del
Partido Comunista Revolucionario, EU

Es una pesadilla de la que no se puede despertar…

En noviembre, docenas de millones de personas hicieron lo que les han dicho toda la vida que hagan si quieren cambiar lo que el gobierno hace: votaron.

Votaron para que parara una guerra inmoral en Irak en la que han muerto centenares de miles de seres humanos. Votaron para expresar repudio a un presidente que cree que está por encima de la ley y a un Congreso que ha aceptado la destrucción del derecho de hábeas corpus, intervenciones telefónicas masivas y la legalización y el uso de la tortura. Votaron por temor a lo que pueda suceder en el mundo si no se para a Bush antes de que su cruzada invada otro país, con mentiras y violencia santificadas por el fundamentalismo cristiano fascista.

Pero el resultado fue todo lo contrario.

Ante las fosas comunes, la degradación infrahumana y un sinfín de horrores, Bush prometió más de lo mismo. Anunció una nueva escalada de la guerra.

Más tropas y más muerte en las calles de Bagdad y el oeste de Irak. Más crímenes de guerra y tortura al levantar las “restricciones” que Bush dice que le han atado las manos. Más gasolina para las llamas de la matanza religiosa en Irak y otras partes que atrapará a millones más entre las opciones intolerables de la campaña bélica yanqui y la respuesta fundamentalista islámica que alimenta. Una guerra mayor con amenazas contra Irán y Siria, más buques de guerra en el golfo Pérsico y, de manera provocadora, ataques contra diplomáticos iraníes en Irak. Más poder para continuar la matanza, y más tropas, para extender a largo plazo estas guerras sin fin.

Esto es, francamente, inaceptable. ¡Hay que parar a este presidente! ¡Hay que parar sus crímenes! ¡Hay que sacarlo a él y a su gobierno criminal!

Aceptar menos —la idea de esperar dos años más las próximas elecciones mientras continúan y empeoran la matanza y los crímenes— es una falta de escrúpulos.

La parálisis de los demócratas

Mucha gente todavía espera que el Congreso, ahora controlado por los demócratas, intervenga. Muchos demócratas han expresado serias reservas e inclusive oposición a la escalada de la guerra. Pero examinemos lo que dicen y prometen.

Hace un par de días la senadora demócrata Hillary Clinton dijo que tiene un “gen de responsabilidad” que le impide recortar los fondos para la guerra o proponer el retiro de las tropas. De hecho, todo el Partido Demócrata tiene ese mismo “gen”. La pregunta es: ¿responsabilidad con quién y con qué?

¿Responsabilidad con los iraquíes? Dick Durbin (senador demócrata), en la respuesta oficial al plan de Bush, lo dijo así: “Les hemos dado tanto a los iraquíes… Es hora de que defiendan su propia nación”. ¡Como si los iraquíes invitaron a Estados Unidos a invadir y destruir la infraestructura, provocar una guerra civil sectaria y matar a centenares de miles de personas! ¡Como si eso fuera un favor magnánimo y los iraquíes fueran unos ingratos codiciosos que ahora piden más!

¿Responsabilidad con los millones de personas que votaron por los demócratas con la esperanza de que se le plantaran a Bush? Ted Kennedy (senador demócrata) admitió de antemano que, cuando llegue la hora de votar sobre los fondos para la escalada de la guerra, “las tropas ya estarán en Irak. Nos preguntarán: ‘¿van a negarles los chalecos antibalas que necesitan los hombres y las mujeres que están en Irak?’”. Nancy Pelosi (líder demócrata de la Cámara de Representantes) lo apoyó: “Los demócratas nunca cortaremos los fondos para las tropas que están en el campo de batalla”.

¡Dijeron eso después de que Bush anunció públicamente que no dejará que el Congreso lo influencie ni lo pare! En el programa de TV “60 Minutes” le preguntaron si cree que ser comandante en jefe le da “la autoridad de enviar tropas a pesar de lo que quiera el Congreso”. Bush gruñó: “Sí… podrían tratar de pararme, pero ya tomé la decisión y vamos a hacerlo”.

Así que, ¿con quién tienen responsabilidad los peces gordos del Partido Demócrata? Cuando hablan de la “reubicación de las fuerzas estadounidenses” en la región para proteger “nuestros intereses”, ¿de quiénes son los intereses que quieren proteger? ¿Dónde está el demócrata de peso que diga la verdad sobre esta guerra: que es una guerra ilegal e inmoral iniciada para proteger los intereses del imperio en el Medio Oriente. ¿Dónde está el demócrata que muestre que esos intereses NO son los del pueblo de Irak, el Medio Oriente ni de la mayoría de la gente de Estados Unidos?

Si escuchan atentamente, oirán que el único debate que se permite es cómo defender y expandir el poderío militar, el control global y los intereses del sistema estadounidense… cómo navegar en las aguas tumultuosas de trastornos y reconfiguración global tras el fin de la guerra fría, y las enormes migraciones de gente, fábricas y capital de la globalización capitalista, aumentando la explotación, el sufrimiento y el trabajo humanos…. cómo imponer aquí una moral y un sistema penal más represivo. Y cómo hacerlo y a la vez redoblar la dominación política y la explotación global, y el terrible saldo de sufrimiento que las acompaña.

Por otro lado, es cierto que HAY verdaderas diferencias en la cúpula del poder. Esta guerra va mal y en los corredores del Congreso se oye hablar de una posible crisis constitucional. Pero si sigue siendo una batalla sobre cómo defender y extender el imperio, y un debate de los políticos del imperio en la cámara del imperio, esas diferencias nunca llevarán a nada bueno. Si no surge un movimiento desde abajo, conforme a los intereses y demandas de la gran mayoría de la gente de aquí y de todo el mundo, la parálisis de los demócratas seguirá permitiéndole a Bush que cometa esos crímenes.

Se necesita: Protesta y resistencia mayores y más resueltas

¡Tanto la situación como la dirección y las opciones que se debaten son intolerables!

Los demócratas, paralizados como están, han dicho claramente que ellos no lo pararán por su cuenta. Esta situación solo llevará a algo mejor si millones de personas se ponen de pie, protestan y desatan resistencia a toda esta línea de acción.

Pero necesitamos otra clase de protestas. No una protesta que les suplique a los que nos gobiernan que “hagan lo debido” y después regrese a la rutina… sino protestas que proclamen ante el mundo que no vamos a descansar hasta que paren todos esos crímenes… protestas que reten a los que están indecisos… protestas que se comprometan a parar esta campaña de guerra y represión y nada menos, y que no teman provocar trastornos. ¿Cuándo se han realizado grandes cambios sociales sin trastorno y lucha?

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, ha hablado de la clase de espíritu que hace falta:

“No es solo cuestión de decirles a los que ocupan el poder que no nos gusta lo que están haciendo. Es decirles que van por un camino que será un desastre para el mundo y que estamos organizando una movilización política masiva para pararlo. Una fuente de inspiración en esto son los padres y las madres que perdieron hijos en Irak y ahora se oponen a la guerra, a toda esta trayectoria desastrosa y se han unido a El Mundo no Puede Esperar. Ellos han cambiado toda su vida. No se limitan a decir: ‘Voy a poner una calcomanía en el carro en señal de oposición’. Las calcomanías progresistas, las frases contra la guerra y contra otros crímenes de este gobierno son positivas; pero hay que preguntarles a los que las ponen: ¿qué van a hacer?” (Bob Avakian, “Sobre la importancia de El Mundo no Puede Esperar…”, Revolución #62)

Sin ese espíritu, no habrá ningún cambio positivo. Con ese espíritu, se abrirá un mundo de posibilidades.

Un llamado a los estudiantes y los jóvenes

En los años 60, los jóvenes y los estudiantes exigían y debatían la verdad, y luchaban por ella. Los jóvenes negros, blancos y de todas las nacionalidades decían con osadía: “Este sistema de segregación y opresión racial, esta guerra de Vietnam, estas instituciones que oprimen a la mujer… son una infamia y son inmorales, y no se pueden tolerar un minuto más”.

Esos jóvenes arriesgaron la vida por sus creencias. Se zafaron de los intereses imperiales y del engaño de las elecciones, se echaron a las calles…. y cambiaron la sociedad.

La generación actual tiene un reto mayor. No se puede contentar con odiar a Bush y escurrir el bulto con un cinismo de mucho mundo. Para los iraquíes, las calificaciones y los planes profesionales no son una opción porque la muerte recorre sus calles… y tampoco pueden ser las opciones para los que vivimos en la sociedad que ha desatado esos horrores. La educación que más se necesita en tiempos como estos es la que enseña e inspira debate sobre cómo luchar por un mundo totalmente distinto… no cómo encontrar un futuro dentro de la pesadilla que envuelve el mundo entero.

Piénsenlo. El gobierno de Bush ha tropezado con grandes problemas para imponer lo que Condoleezza Rice llamó “el nuevo Medio Oriente”. Ha respondido a esos problemas con más agresión, pero enfrenta una situación política en este país de amplio rechazo. El mundo los está esperando… les está preguntando cuándo aceptarán por fin la misión que les corresponde de parar todo esto e impulsar toda la sociedad en el proceso.

En las universidades tienen que florecer agitación, protesta y lucha política. Los que captan lo que está pasando tienen que retar a sus amigos, maestros, familiares y a toda la sociedad con una posición de compromiso total. Todos los demás, y especialmente los que experimentaron las luchas liberadoras de los años 60 y los que tienen una plataforma para hablar, tienen que compartir esa responsabilidad y estimular a la juventud de hoy, y decirle clara y fuertemente a toda la sociedad: no contamos con nadie más. ¡Nos toca a nosotros, a millones de nosotros, ponerle fin a todo esto!

Discusión, debate y unidad

Hay un tema prohibido que hay que volver a meter en el debate: cómo el mundo ha llegado a donde está, qué hay que hacer para cambiarlo y qué tiene que ver la revolución con todo eso. Ese debate se necesita con urgencia y es la clave para forjar e impulsar un movimiento lo suficientemente pujante y resuelto para parar la horripilante trayectoria de hoy.

Crucial en este debate es la visión revolucionaria de Bob Avakian de una sociedad verdaderamente liberadora. Este periódico tiene un artículo que presenta en términos básicos su nueva visión del proyecto comunista, y su método y proceso para entender la realidad y cómo cambiarla. Si les preocupa en serio el futuro (¿a quién no le preocupa?), tienen que conocer y debatir lo que dice. Exhortamos a ir al portal BobAvakian.net y escuchar la charla “Por qué estamos en esta situación… y qué hacer al respecto: Un sistema totalmente podrido y la necesidad de la revolución” (en inglés).

Hoy docenas de millones de personas se rompen la cabeza pensando qué se puede hacer. Tenemos que conectarlos al debate sobre los grandes interrogantes de la historia, la moral y el cambio que el momento actual concentra; tenemos que incorporarlos al campo de juego de la historia. Les planteamos este reto: lean y debatan este periódico, y pónganlo en las manos de mucha gente más. Únanse y contribuyan a grupos como El Mundo no Puede Esperar—Fuera Bush y su Gobierno, comprometidos a dirigir a millones a parar y a sacar este gobierno.

Tras cuatro años de una guerra horripilante, no digamos que hemos aprendido a vivir con la matanza o la tortura insoportable que siguen cometiendo hoy mismo. Digámonos que una protesta “simbólica” no es más aceptable que un voto “simbólico” contra esta criminal escalada de la guerra. A menos que opongamos resistencia y movilicemos a millones más para que participen en acciones históricas independientes, seremos cómplices de la perpetuación de los crímenes que hemos venido a repudiar a Washington, D.C.

No se puede exagerar cuánto está en juego para la humanidad. El futuro podrá depender de cómo vivamos en los próximos meses. Tenemos que hacer que este sea el año que saquemos corriendo a este gobierno.

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