Revolución #87, 6 de mayo de 2007


Del Partido Comunista Revolucionario, EU
Con motivo de las marchas del 1º de Mayo por los derechos de los migrantes:

Somos seres humanos, exigimos un mundo mejor, no aceptaremos ninguna forma de esclavitud

Hoy, el 1º de Mayo, por todo el mundo se está celebrando el Día Internacional del Trabajador en la lucha contra toda la opresión y degradación que este sistema capitalista/imperialista desata contra los pueblos del mundo. Aquí en Estados Unidos, mucha gente se ha lanzado a la calle para decirles no a los feroces ataques contra los migrantes y no permitir que los traten como esclavos modernos.

Este día lanzamos la consigna:

Somos seres humanos, exigimos un mundo mejor, no aceptaremos ninguna forma de esclavitud.

El mundo clama por la revolución. Ya sea que se trate de la injusta guerra que Estados Unidos lanzó contra Irak o de los niños esclavizados en las maquiladoras de Pakistán. Trátese del comercio del sexo en Tailandia o el asesinato a balazos de los chavos negros por la policía en las calles de Estados Unidos. Tenemos la destrucción del medio ambiente y la destrucción del espíritu humano, con la pobreza, la desesperanza y la humillación. A la mujer la están llevando de nuevo al oscurantismo, negándole el derecho a escoger si tener o no hijos y cuándo… y al mismo tiempo condenan a los niños, aún antes de nacer, a una vida sin esperanzas. Dejan pudrir a países y continentes, oprimen a pueblos enteros; su mundo es un desequilibrio total, donde un puñado controla y maneja la riqueza y los recursos del planeta mientras que la gran mayoría no controla ni su propia vida ni el rumbo de la sociedad.

Todas estas y mil cosas más son más que intolerables. Nacen del sistema capitalista y de las estructuras políticas e instituciones con que impone su voluntad. La pura verdad es que para poner fin a todo esto se necesita una revolución; en nuestros millones tenemos que hacer revoluciones en todas partes del mundo, decirles basta ya y cambiar el mundo. Solo la revolución puede acabar con todo esto. Esta verdad ha sido el alma viva del 1º de Mayo desde su inicio hace 121 años.

La justa lucha por los derechos de los migrantes

El año pasado, como si de la nada, nació un movimiento en defensa de los derechos de los migrantes. Millones de migrantes y sus aliados se tomaron las calles en las megamarchas históricas. De las empacadoras de los estados centrales a las más importantes ciudades del país y las comunidades agrícolas del Sur, un mar de migrantes —que a diario tiene que vivir en las sombras y huye de todo contacto con las autoridades— se lanzó a las calles con osadía para exigir una vida mejor. Se sumó a ellos gente nacida aquí de diferentes nacionalidades que rechaza la criminalización de los migrantes.

Cerraron importantes ciudades en un enorme despliegue de la fuerza popular, que estremeció todo el país. Fue parte de una oleada de protestas que hundió al odiado proyecto de ley Sensenbrenner (HR 4437), que hubiera criminalizado a millones de personas sin papeles y a todo quien les brindara cualquier ayuda. El despertar de ese gigante sacudió a este sistema opresivo y repercutió por todo el país y más allá… en México y otros países. El año pasado, el 1º de Mayo esperanzó a todos los que sufren bajo el peso de la explotación y opresión, así como a muchos que no lo sufren directamente pero lo odian; se vio que aquí, en el más poderoso opresor del mundo, los esclavos modernos alzaron la frente y demostraron que nuestras acciones pueden cambiar la situación.

Hoy, todo lo que llevó a la gente a lanzarse a la calle se ha agudizado. Día tras día, la gente vive en temor del golpe en la puerta, después del cual irrumpen los agentes de ICE (Inmigración y Control de Aduanas), aterran a niños y humillan a adultos. Salen de cacería por las calles y agarran a este y al otro, esposan a padres, madres y niños; en un año han arrestado a 18,000 y separado a familias. En la frontera han colocado a más soldados, agentes de la Migra y aparatos de alta tecnología; obligan a gente muerta de hambre y desesperada a cruzar ríos, montañas y desiertos, donde ya son miles las víctimas y se mueren más cada día.

En algunas universidades, los grupos como Jóvenes Republicanos, evocando la Juventud Nazi, organizan “juegos” de “Busca al migrante ilegal”. En la frontera, los paramilitares armados, como los Minutemen, cazan de veras a migrantes. Las alcaldías aprueban leyes que prohíben alquilar vivienda a “migrantes ilegales”. Y el programa de “trabajadores huéspedes” que Bush y los demócratas promueven no es más que una nueva forma de esclavitud. Todas las propuestas multarán a los migrantes muchos miles de dólares. Ninguna es buena para el pueblo.

Esta situación intolerable requiere oposición y resistencia amplia y resuelta.

¿Qué es el problema? El capitalismo

Por su parte, los politiqueros y la prensa deshumanizan a todo un sector de la población y lo pintan de una bola de criminales, ladrones y “terroristas”. Incitan la histeria contra los “ilegales criminales” que se escurren por la línea para perjudicar a los “americanos”, quitarles los empleos y abrumar los presupuestos gubernamentales.

Pero son puras mentiras. Veamos los hechos tal y como son.

Los 12 a 20 millones de trabajadores indocumentados que se calcula que están aquí son víctimas del desalmado funcionamiento del capitalismo y el imperialismo. El sistema capitalista/imperialista estadounidense ha distorsionado y arruinado la economía de países como México, Pakistán o Nigeria. Al mismo tiempo, las economías capitalistas de países como Estados Unidos se ven obligadas a rebajar más y más el salario de los trabajadores y buscar a gente más desesperada para esclavizar.

Un ejemplo: el capital estadounidense transformó la agricultura mexicana al servicio del mercado mundial y expulsó de la tierra a un millón y medio de agricultores desde 1994, cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC/NAFTA) que subió el precio de la tortilla, el alimento básico. Millones de personas viven en condiciones desesperadas y cientos mueren cada año en la frontera, donde el muro que están construyen es otro símbolo más de la odiada dominación estadounidense de México. (¡Recordemos que su frontera “sagrada”, de la que tanto oímos, fue el resultado de una guerra injusta contra México para extender el sistema de esclavitud y agrandar al capitalismo estadounidense!) Ahora los que están en Estados Unidos forman la espina dorsal de las industrias más peligrosas y explotadoras, como las empacadoras de carne y la construcción.

Lo mismo se ve en casi todas las industrias y en casi todos los países de Asia, África y Latinoamérica. El imperialismo expulsa a la gente de la tierra, la persigue y hasta la mata en la frontera; luego, dentro de sus fronteras, la superexplota y demoniza. Millones de migrantes tienen que abandonar su tierra natal para ir a Estados Unidos, donde los explotan horriblemente en restaurantes, talleres, jardinería y construcción. Son prácticamente esclavos y la economía del país depende tanto de la superexplotación de estos migrantes que no podría funcionar sin esa mano de obra. Toda la manipulación de los temores de los millones nacidos aquí; todas las divisiones que fomentan e imponen entre las nacionalidades, incluso las nacionalidades oprimidas… todo esto es producto del capitalismo.

Esto está sucediendo por todo el mundo. Más de 200 millones de personas han tenido que abandonar el campo para buscar trabajo en países como Estados Unidos, Europa y Japón. Junto con los aproximadamente 12 a 20 millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos, ellos han sido expulsados por el desalmado funcionamiento del capitalismo y el imperialismo. Los capitalistas dicen que no son rapaces ni mala gente, sino que no les queda otra; y, en un sentido perverso, tienen razón. A cada uno le impulsa el temor de que otro capitalista lo hunda haciendo trabajar por salarios más bajos y sacando mayores ganancias.

Desde el punto de vista de los de abajo, no hay un problema de migración sino un problema de capitalismo.

Engañados

Pero los que detentan el poder aquí, con la ayuda de los medios de comunicación reaccionarios, han hecho toda una campaña para mantener ignorante a mucha gente y llevarla a su lado y en contra de los migrantes. A la gente de la clase media que siente que se le está disminuyendo el nivel y la calidad de la vida, la han engatusado los voceros de la misma clase responsable de esos problemas. Esos voceros, como Lou Dobbs o el congresista fascista Tom Tancredo, echan la culpa a los migrantes por las inseguridades, problemas y temor por el futuro que este sistema le ha causado a la mayoría de la población.

Una de las estrategias más viles es enemistar a los negros y los migrantes. Estos dos grupos deben ser parte del núcleo sólido del movimiento revolucionario para acabar con este horror. Pero a los negros les dicen: "Los migrantes les roban los trabajos y se están apoderando de sus barrios". Y a los migrantes les dicen: "Los negros son unos huevones y delincuentes que los van a robar". Aunque viven lado a lado en el mismo barrio, muchos no saben nada de la historia de cómo llegaron aquí ni cómo este sistema los ha empujado a la situación en que se encuentran… el sistema tapa todo esto con el propósito de dividir.

¡Pero piénsenlo bien! Este es el mismo sistema que nació con la salvaje explotación de los esclavos. Secuestró a los africanos, se robó todas las tierras que hoy dice que son suyas y se extendió por todo el globo a través de guerras monstruosas. Y se ha cebado del trabajo agotador primero de los esclavos y después de los esclavos asalariados… aquí y por todo el mundo. Ahora este imperio ha creado una nueva forma de esclavitud para la gente cuyo trabajo no produce las debidas ganancias: a los negros los encaminan sistemáticamente a la cárcel, donde los encadenan de nuevo en las cuadrillas de trabajo forzado; y a los migrantes (de países cuya economía este imperio domina y distorsiona) los obliga a venir aquí a trabajar por un salario de miseria y sin derechos, o sea, una forma distinta de esclavitud.

En vista de todo esto, ¿qué sentido tiene que gente que tiene un problema en común se pelee por las sobras? ¿Qué sentido tiene que los migrantes se sientan alabados por ser el "buen esclavo" y hagan partido con los opresores para criticar a los negros porque no lo quieren ser? ¿Qué sentido tiene, especialmente para los negros, tomar partido con los que los han oprimido tanto tiempo contra los que vienen aquí con la esperanza de salir adelante? ¿Qué quieres hacer: pelear para ganar el favor de los que detentan el poder… o ser parte de la lucha para emancipar a toda la humanidad?

Pero no tiene que ser así… y no podemos permitir que así sea. Cuando la gente entienda la situación que lleva a tanta gente a venir aquí y la verdadera historia de opresión en este país… captará por qué hay que luchar contra todo el sistema

Resistencia… y revolución

Y se dan importantes cambios positivos. Se empieza a forjar la unidad. Hace poco ICE hizo una redada de viviendas de Stillmore, Georgia, con rifles y chalecos antibalas, y arrestó a 120 mexicanos. Ante eso, la alcaldesa dijo: “Esto me hace pensar en lo que leí sobre la Alemania nazi y las redadas de la Gestapo”. Los estudiantes de varias universidades han protestado contra los Minutemen cuando han ido a regar sus mentiras sobre los migrantes y contra los Jóvenes Republicanos cuando organizaron el juego reaccionario "Busca al migrante ilegal". En California ha habido protestas contra las redadas y en varias ciudades las alcaldías han declarado que no cooperarán con las redadas de ICE. Donde hace las redadas, los vecinos las denuncian en el acto. Y de una manera menos visible pero importante, gente de diferentes nacionalidades se están reuniendo para ver el video de la charla grabada "Revolución" de Bob Avakian y para hablar sobre la causa de todo esto y cómo se puede forjar la unidad necesaria para pararlo.

Se necesita eso y mucho más para forjar una nueva polarización donde la iniciativa la tienen los que toman partido con los migrantes. Existe un tremendo potencial de voltearle la tortilla si juntamos todos los puntos fuertes de los de abajo: el entendimiento de cómo este sistema oprime al pueblo y la energía creativa de encontrar la manera de oponerle resistencia.

El pueblo tiene el potencial de forjar la unidad de todas las nacionalidades para acabar con la horrible explotación y opresión de los migrantes y, lo que es más, unirnos como parte de una lucha revolucionaria para crear un mundo mejor. Sí, el enemigo es muy poderoso. Y una lección que tenemos que aprender de lo que pasó el año pasado es que los políticos de este sistema no van a ofrecer una buena resolución en los intereses del pueblo. Pero el año pasado también vimos el poder del pueblo… y aprendimos una que otra cosa. Todos podemos aprender del espíritu de esas protestas, del desafío y la resistencia, e incorporarse y hacer sentir su fuerza en una lucha unida contra el sistema que es la fuente de la miseria y sufrimiento que todos vivimos.

La clase dominante imperialista estadounidense recorre el mundo saqueando y destrozando, invade y ocupa países enteros en aras de su imperio, y tortura y mete en cárceles secretas indefinidamente y sin acusaciones. En el país apuntala un movimiento que busca imponer un gobierno cristiano fascista fanático, elimina el derecho de la mujer al aborto y redobla la opresión y discriminación de las minorías, y más. No hay absolutamente ninguna posibilidad de un mundo mejor para los migrantes ni nadie más bajo este sistema. Piénsenlo bien: no lo van a permitir. Los ataques contra los migrantes son parte de todo un programa y hay que luchar para ponerle fin.

Pero lo que es más importante, la situación no tiene que ser así. Se puede cambiar el mundo por medio de la revolución… una revolución socialista.

El proletariado, la clase que solo tiene su capacidad de trabajar y no tiene nada que perder más que sus cadenas, tiene que dirigir tal revolución y tiene que unir a muchos millones más que no son proletarios pero que anhelan un mundo mejor y más justo. Esa revolución tiene que ser obra consciente de millones de personas. Tiene que crear un poder estatal totalmente nuevo que se base en los logros de las revoluciones proletarias del pasado, y que vaya más allá para desencadenar una sociedad socialista vibrante y efervescente. Este poder estatal tiene y debe estar al servicio de nuevas relaciones sociales y económicas cuya meta es acabar con la explotación y todas las instituciones e ideas opresivas que existen hoy, entre el pueblo y entre países. Tiene que tratar con firmeza a los que buscan destruirlo, tanto los de afuera como los explotadores viejos y nuevos de la misma sociedad… pero tiene que "ir al borde de ser descuartizado" para garantizar el mayor florecimiento posible del pensamiento crítico y de la democracia popular. Un mundo totalmente diferente… y mucho, mucho mejor… es posible. Y lo que es más, tenemos un líder, Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, que ha forjado un plan y una visión revolucionarias para llegar a ese mundo mejor, que aprende de los logros del pasado y hace un balance crítico de sus debilidades, y a base de eso propone un nuevo "modelo" de la sociedad socialista y la transición a un mundo verdaderamente comunista.

Lo que nos lleva de regreso al comienzo: el mundo clama por la revolución. Nos tocarán grandes trabajos y tremendas luchas. En este momento, una de las tareas más importantes es forjar la unidad revolucionaria de todo tipo de gente para librar una gran lucha para parar todos estos esfuerzos de criminalizar, demonizar y deshumanizar a los migrantes. Piense en las posibilidades que se presentarían… de acelerar el día cuando se puede hacer la revolución… si gente de todas las nacionalidades se lanza junta a la calle, si rechaza los intentos de la clase dominante de crear esclavos asalariados modernos, si millones se unen en una causa revolucionaria común y en contra de un enemigo común y declaran, al unísono, con una diversidad de idiomas pero un sentimiento común:

"Somos seres humanos, exigimos un mundo mejor, no aceptaremos ninguna forma de esclavitud".

Partido Comunista Revolucionario, EU

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