Revolución #91, 10 de junio de 2007


La alarmante lógica de la masacre de Haditha

La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es democracia, sino capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.

Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.

Bob Avakian presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU

En mayo, se realizaron audiencias para decidir si acusar a dos marines por la muerte de 24 civiles iraquíes en Haditha, una ciudad del oeste de Irak. Para millones de personas por todo el mundo, el nombre Haditha hace recordar la sangrienta masacre del 19 de noviembre de 2005, cuando los marines de la compañía Kilo arrasaron la ciudad tras la muerte de un marine por una bomba que estalló al pasar su vehículo. Mandaron bajarse a varios jóvenes iraquíes de un taxi y los ejecutaron en el acto. Fueron de casa en casa y mataron a familias enteras con granadas y armas automáticas. En total masacraron a 24 hombres, mujeres, niños pequeños y un anciano en silla de ruedas.

Los marines fotografiaron los cadáveres y los llevaron en bolsas de basura a la morgue. En su testimonio en mayo, un marine que llevó los cadáveres dijo que recibió órdenes de advertirles a los iraquíes: "Nos ordenaron decirles que los marines sienten el incidente, pero que esto es lo que pasa cuando permiten que los terroristas ataquen a los marines desde sus casas". Al día siguiente, un vocero anunció que una bomba mató a 15 civiles y que ocho combatientes murieron en un ataque contra las tropas estadounidenses e iraquíes. Dijo que las acusaciones de una masacre eran "mentiras enemigas". Al comandante del escuadrón, el sargento Frank Wuterich, lo ascendieron.

Los marines no iniciaron una investigación porque consideran que la muerte de civiles es "daño colateral". El general Stephen T. Johnson, comandante de los marines en el oeste de Irak, le dijo a los investigadores militares: "No es nada extraordinario". El mando militar solo empezó a investigar el incidente tres meses después, cuando salió a flote un video iraquí que muestra los muros manchados de sangre y acribillados de balas de las casas y los cadáveres en la morgue, y cuando un corresponsal de la revista Time empezó a hacerles preguntas a los oficiales.

El 21 de diciembre de 2006, más de un año después de la masacre, acusaron a ocho marines: cuatro oficiales por no investigar o informar sobre el incidente, y al sargento Wuterich y tres soldados por homicidio "no premeditado". En abril, al sargento De la Cruz, uno de los acusados, le ofrecieron inmunidad a cambio de testimonio y retiraron las acusaciones contra él. En mayo, como dijimos al comienzo, realizaron audiencias para decidir si acusar al teniente coronel Jeffrey Chessani y el capitán Randy Stone.

Cuando el gobierno de Bush y el mando militar no pudieron tapar más la masacre, anunciaron que no refleja la conducta del "99.9%" de las tropas. Por su parte, organizaciones derechistas de ex combatientes y de fascistas cristianos corrieron a apoyar a "los 8 de Haditha". Quieren convertir un crimen de guerra en un símbolo de "injusticia" contra soldados "heroicos". En la internet, redes de blogs y websites, con lemas de "Que el Señor bendiga a nuestras tropas y los Estados Unidos de América", piden dinero y apoyo para Wuterich y los demás. El website derechista freerepublic dijo que recibió $220,000 para la defensa del "Military Combat Defense Fund". El Centro de Derecho Thomas More, un grupo cristiano fundamentalista cuyo lema es "la espada y el escudo para la gente de fe", defiende a Chessani y ha recibido centenares de contribuciones. Con el pretexto de defender "la libertad religiosa de los cristianos", el Centro promueve rezar en las escuelas y se ha opuesto a los derechos de los gays y el derecho al aborto. Uno de sus fundadores es Tom Monaghan, ex CEO de la compañía Dominos Pizza, que ha contribuido mucho dinero a los grupos opuestos al aborto.

Estos fundamentalistas cristianos dicen que los soldados que participaron en la masacre son víctimas del alto mando militar. En realidad, buscan movilizar apoyo a la guerra y a las fuerzas armadas con el pretexto de "apoyar a las tropas". También buscan aumentar la influencia de los fascistas cristianos en las fuerzas armadas y el alto mando, que ya es bastante. Por ejemplo, en el 2003 el general Jerry Boykin recorrió el país en uniforme militar y declaró: “El enemigo es Satanás. Satanás quiere destruir esta nación. Quiere destruir nuestra nación y nuestro ejército cristiano. Estoy aquí para reclutar. Les pido que formen parte de este ejército”. También dijo que Bush “está en la Casa Blanca porque Dios lo puso ahí para los tiempos en que nos encontramos”. Poco después lo ascendieron a subsecretario adjunto de defensa.

Los defensores cristianos fascistas de los marines no niegan la muerte de civiles en Haditha ni que la mayoría fueron mujeres y niños. Tampoco niegan que los mataron soldados estadounidenses. Pero están tratando de presentar una masacre cometida a propósito como una operación militar con víctimas "accidentales". Dicen que los soldados "heroicos" cumplían su "deber" y obedecían las "reglas de combate", y que las muertes fueron "daños colaterales".

Pensemos en lo que dicen estos funcionarios del gobierno, oficiales militares y fascistas cristianos:

¿Qué significa decir que el "99.9%" de los soldados hacen un buen "trabajo"… cuando el alto mando militar admite que matar a civiles iraquíes "no es nada extraordinario"?

¿Qué clase de "trabajo" deja a dos docenas de inocentes muertos en un charco de sangre?

¿Qué clase de ideología y punto de vista político justifica tales acciones como parte de una "causa noble"?

La realidad es que el "trabajo" de las tropas estadounidenses en Irak es imponer una ocupación injusta y opresiva de un país y sus habitantes, como parte de la campaña del imperialismo yanqui por crear un imperio indiscutible e indisputable. Tras cuatro años de ataques aéreos, arrestos en masa, bombardeos de ciudades y pueblos "hostiles", y el uso de armas como uranio agotado y fósforo blanco (que quema la piel), los iraquíes sienten gran odio por las fuerzas de ocupación. Para mantener la dominación de una población hostil, los soldados yanquis los tratan como enemigos potenciales "desechables" e infrahumanos.

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