Revolución #91, 10 de junio de 2007


La verdadera historia del “gran don de la fe cristiana a las gentes de este continente”

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América Latina

“Quiero que mis primeras palabras sean de acción de gracias y de alabanza a Dios por el gran don de la fe cristiana a las gentes de este continente”.

-- Papa Benedicto XVI, ante los arzobispos latinoamericanos en e Aparecida, Brasil, 13 de mayo de 2007.


La mina de plata de Potosí, Bolivia, de un grabado del siglo 17.`

1) El "descubrimiento" de lo que se llamaría las Américas aceleró el desarrollo del capitalismo en Europa. A los indígenas que sobrevivieron los ejércitos y las enfermedades de los europeos los enterraron vivos en las minas donde sacaron el oro y la plata que alimentaron los albores del capitalismo en Europa. Después explotaron a los esclavos africanos en las plantaciones y minas del "nuevo mundo". Carlos Marx escribió en El capital : "Bajo el sistema colonial, prosperaban como planta de estufa el comercio y la navegación. Las 'Sociedades Monopolias' (Lutero) eran poderosas palancas de concentración de capitales. Las colonias brindaban a las nuevas manufacturas, que brotaban por todas partes, mercado para sus productos y una acumulación de capital intensificada gracias al régimen de monopolio. El botín conquistado fuera de Europa mediante el saqueo descarado, la esclavización y la matanza refluían a la metrópoli para convertirse aquí en capital".


Campaña española de genocidio contra la población de Hispaniola (hoy Haití y la República Dominicana), ilustrada por Fray Bartolomé de las Casas.

Esclavos del nuevo mundo producen azúcar para exportación a Europa, de Historia Antipodum, un libro del siglo 17.

2) El cristianismo llegó al "nuevo mundo" como arma de conquista. Apuntalados por las armas de fuego y las espadas, los misioneros cristianos establecieron sistemas que pusieron a la organización de las comunidades indígenas existentes al servicio de la explotación del capital europeo.


Esclavos indígenas en Yucatán cargan provisiones para el ejército de Hernán Cortés.

Aztecas mueren de viruela (dibujo azteca transcrito por el Fray Sahagún, 'El Códice Florentino").

3) Muchos recibieron el “gran don de la fe cristiana” con el fusil y la espada. Otros adoptaron el cristianismo, se entregaron a las misiones para que los bautizaran y aceptaron el gobierno de los colonizadores y de la iglesia. El por qué se sometieron al cristianismo es en sí una condena del papel de la religión. Los europeos eran inmunes a las enfermedades que trajeron, enfermedades que se difundieron rápidamente entre la población indígena que no había entrado en contacto con ellas. Como explica el antropólogo Daniel Reff en su libro, Disease, Depopulation, and Cultural Change in Northwestern New Spain, 1518-1764 (Enfermedad, despoblación y cambio cultural en el noroeste de la Nueva España): “Los jesuitas llegaron bien preparados con un sistema de creencias para explicar por qué los indígenas se enfermaban. En esencia decían que era castigo por creer en dioses falsos y por hacer caso a los hechiceros, los principales rivales de los jesuitas. La explicación tenía peso en vista de que las epidemias prácticamente no afectaban a los jesuitas, mientras que los hechiceros sufrían como los demás indígenas". Ante el temor del “dios” que trajo esas enfermedades y muerte, los indígenas huyeron a las misiones cristianas a bautizarse en busca de protección del dios católico, supuestamente más poderoso. Así, por medio de la espada, el fusil y las enfermedades de los conquistadores, y el mito del cristianismo, sometieron a los pueblos indígenas. Tal fue el “gran don de la fe cristiana a las gentes de este continente”, que las esclavizó física y mentalmente.

4) "La fe en Dios ha animado la vida y la cultura de estos pueblos durante más de cinco siglos. Del encuentro de esa fe con las etnias originarias ha nacido la rica cultura cristiana de este continente expresada en el arte, la música, la literatura y, sobre todo, en las tradiciones religiosas y en la idiosincrasia de sus gentes, unidas por una misma historia y un mismo credo, y formando una gran sintonía en la diversidad de culturas y de lenguas". (El papa, en Brasil, 2007)

La "gran sintonía" aportada por la "cultura cristiana" (como ingrediente de la esclavitud del capitalismo) se manifiesta hoy en las favelas, en los campesinos sin tierra y en la desigualdad y opresión que marca hoy a América Latina.


5) Carlos Marx escribió con mordaz ironía: "El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, el exterminio, la esclavización y el sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: tales son los hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista". Carlos Marx, El capital, Vol. 1, Cap. 31

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