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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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CARTA de Los Ángeles
Discusión sobre “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”, de Bob Avakian
El hombre de Riverside, de unos veinte años de edad, se acomodó en el asiento al lado del periodista de Revolución y personalidad de la radio Michael Slate. A la derecha estaba la señora que conoció la semana anterior en un evento para recaudar fondos. Justamente cuando la discusión iba a comenzar, dos jóvenes de prepa se sentaron en la primera fila. Así Libros Revolución quedó lleno de gente: jóvenes y viejos, hombres y mujeres, negros, latinos, blancos, iraníes y asiáticos... madres de Watts, migrantes de habla hispana, activistas experimentados y revolucionarios jóvenes. Clyde Young del Partido Comunista Revolucionario y el corresponsal de Revolución Reggie Dylan pidieron la atención de todos. Estaban ahí para hablar de “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”, una charla que se está publicando por partes Revolución (disponible en línea en revcom.us). Se leyó un pasaje breve de la charla y comenzó la discusión.
Hablaron de qué significa “querer recibir más” y “recibir más” por inventar algo. Una persona comentó que la música llega a ser una mercancía en el capitalismo y quería saber qué pensaban los demás. Otra persona bregaba con la contradicción intelectual/manual: la brecha que existe en la sociedad entre los que trabajan con la mente y los que trabajan mayormente con las manos. Para esa persona, el problema principal con querer recibir más por una invención es que da un valor mayor al trabajo intelectual. Otra persona dijo en respuesta que las mercancías ocultan una profunda desigualdad y que eso se relaciona con la manera en que la sociedad se organiza. Un joven de una fila de atrás opinó que en una sociedad distinta, la fama y el reconocimiento sería recompensa suficiente por la creación de la música. Luego pensó un minuto y preguntó si en el comunismo todavía se ganaría fama por crear música. Un profesor respondió que esta sociedad nos bombardea con la idea de que todos merecen reconocimiento por lo que hacen y que eso va de la mano con la idea de que todo lo que se hace merece un pago. Otra persona añadió que el problema son los valores que tenemos en la sociedad capitalista, por ejemplo la idea de que la autoestima viene de la clase de zapatos que se ponen. Luego otra persona opinó que el problema de “querer recibir más” no radica simplemente en lo que se piensa, sino que “recibir más” significa que debe haber explotación y todos los horrores que eso trae.
Varias personas querían saber cómo cambiar la manera de pensar y cómo estimular a las masas a cambiar la situación. Una persona dijo que el problema es que la gente simplemente no piensa y quería saber cómo lidiar con eso. Otra persona dijo que la solución es el temor: por ejemplo, si captan que el planeta va a morir, ese temor los provocará a querer cambiar la situación. Una tercera persona dijo que se necesita educación para captar el impacto de lo que está pasando. En medio de todo eso, un hombre mayor preguntó: ¿cómo será el nuevo sistema “cuando estoy viejo y ya no puedo trabajar”? Un joven proletario le dijo que el comunismo es “trabajar conforme a su capacidad”. Agregó: “Esta sociedad no le da esperanza para el futuro, pero como dice ‘Imagínate’ de Bob Avakian, en una nueva sociedad habrá algo para todos. Con la edad viene una sabiduría, que puede contribuir a la sociedad”.
Regresando al tema de cómo cambiar la manera de pensar de la gente, una persona dijo que el problema es la falta de conciencia, porque el capitalismo es un sistema que engaña. Dijo: “Tenemos que empezar a cuestionarlo todo”. Dijo que se le engaña a comprar cosas que no se necesitan, y que no se aprenderá nada diferente de la escuela o de los padres, así que “empieza dentro de ti, al concientizarte más”. Una señora volvió al tema del temor. Dijo que debemos plantear la visión de un mundo distinto. Dijo: “No creo que la solución sea el temor, porque el temor hace que la gente sea más cerrada. Me gusta el concepto de la esperanza y no el temor”.
Clyde Young preguntó, ¿por qué si quieres recibir más por inventar algo, eso hará retroceder a la sociedad?
Una señora dijo que la gente necesita dejar atrás la competencia y darse cuenta de que hay suficiente para todos. Pero tiene dudas acerca del poder revolucionario y si eso es bueno o no: “El poder es una cosa espinosa. ¿Cómo prevenimos el abuso del poder?”. Hubo otros comentarios sobre el pensar popular: que si se piensa en términos de comprar y vender, entonces su visión no irá más allá del marco del capitalismo; que el problema es que educan a los niños a pensar en conseguir más por sí mismos cuando sean adultos. Una persona respondió al comentario sobre la competencia y dijo que en esta sociedad se siente una necesidad de competir el uno contra el otro porque “si no trabajas, no comes”. Agregó que una actitud de “quiero recibir más” llevará a la China actual, donde unos se enriquecieron pero otros viven en la miseria.
Reggie Dylan dijo que la revolución comunista es “cambiar las circunstancias y cambiar a la gente”, y habló del proceso de transformar la sociedad y seguir revolucionándola durante el socialismo para que al final se pueda trascender los estrechos horizontes de “recibir más”. Otra persona agarró la onda y habló de las relaciones de mercancía que siguen existiendo en el socialismo y que si no se empuja siempre para restringirlas, llevarán la sociedad de nuevo al capitalismo.
Volviendo de nuevo al tema de cambiar la mente de las masas para que le entren a la política, unos hablaron del periódico Revolución. Una estudiante de la prepa Locke dijo que este periódico debe estar en las prepas: “Hay cosas que no nos enseñan en las escuelas y el periódico nos trae esas verdades y desempeña un papel importante”. Dijo que el periódico dirigió el paro que ocurrió en la prepa Locke a favor de los 6 de Jena, y comentó: “Los estudiantes de prepa y de las universidades necesitan leer lo que Bob Avakian escribe, pues es ciencia y rompe las fronteras que el gobierno impone en las escuelas”. Luego otra estudiante de la Locke dijo que le dio el periódico Revolución a su profesor y más tarde él empezó a enseñar sobre el socialismo y el capitalismo. Ella comentó: “A los estudiantes les interesa. Dijeron que Estados Unidos necesita una revolución. Salieron de la rutina”.
La discussión sobre la charla de Bob Avakian continuó, con varias ideas sobre la ciencia y cómo entender la realidad. Pero lo que dijo la estudiante de prepa al terminar resultó ser un sentimiento compartido entre muchos. Dijo que la charla es algo que todos ahí debían propagar. Dijo que iba a tener una discusión como esta con sus amigas y amigos, y que todos iban a hablar con otros más. Dijo que eso es la manera de “hacer que otros participen y no dejar decaer todo el movimiento”.
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