Michael Slate
Obrero Revolucionario #1208, 27 de julio, 2003, posted at rwor.org
Hace unos meses oí por la radio Mississippi Goddam . Me fascina esa canción y me dio mucho gusto que la hayan tocado. En una media hora oí también My Baby Just Cares for Me y See Line Woman , más música de Nina Simone de lo que había oído por radio en muchos años. Se me cayó el alma a los pies porque comprendí que murió.
Nina Simone murió el 21 de abril en su casa en el sur de Francia. Sus cenizas se esparcieron por varios países africanos. El mundo la llora pero ella nos dejó un lugar más bello.
Me acuerdo de la primera vez que escuché su música. Tenía 17 años y vivía en un barrio segregado entre Filadelfia y Chester, de irlandeses, cerca de otros barrios de italianos, puertorriqueños y negros. Todos éramos de clase obrera, todas las vecindades eran laberintos de casitas pequeñitas de tabique colorado en fila, milla tras milla. No nos juntábamos a no ser para pelear. En los primeros años de los sesenta mi barrio salió en las noticias cuando se formó una turba racista para aterrorizar a una familia negra que compró casa allí. Hacia 1968 yo había aprendido unas cosas e hice amistades en los barrios puertorriqueños y negros. La noche que asesinaron a Martin Luther King yo estaba en el carro con la novia frente a su casa. Puse la radio en la WDAS, una estación de música negra en ese entonces. Como a eso de la medianoche empezó a tocar I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free (Quisiera conocer lo que sería ser libre). Sentí como si el mundo empezara a girar al revés. Beth apretó el botón de otra estación. Me le quedé mirando duro y cambié la estación de nuevo a WDAS y Nina Simone. Me dijo con desdén: "No me digas que quieres a los n*ggers ". No la volví a ver. Pero entré en una larga relación con la música de Nina Simone.
"Quisiera conocer
lo que sería ser libre
Quisiera arrancarme
estas cadenas horribles
Quisiera poder decir
todo lo que debo
decirlo recio, decirlo claro
para que oiga el mundo entero
Quisiera compartir
tanto amor que tengo encerrado
arrancar las rejas
que nos mantienen apartados
Quisiera que conocieras
lo que significa ser lo que soy
Entonces verás y sabrás
que todos debemos ser libres".
Quince años más tarde, se casaban dos amigos míos en Baltimore, negros de clase obrera y comunistas revolucionarios los dos. Dos semanas antes del casamiento, vinieron a la casa a pedirme prestado el disco Silk & Soul de Nina porque querían tocar I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free como la canción de la boda. Era perfecta para acompañar una ceremonia muy hermosa; elevó la vista a otro nivel. Tardaron años en devolverme el disco. Cada vez que miraba al compañero me explicaba casi en broma que la esposa sentía un vínculo con el disco que era más fuerte que el mío. Al último lo recuperé, pero cuando lo toqué descubrí que tras tocarlo tantas veces los surcos casi desaparecieron, especialmente los de I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free.Compré otro pero tengo guardado el original con sus surcos gastados como hermoso testimonio de los lazos de afecto entre Nina y las masas del pueblo negro.
Nina Simone nació como Eunice Waymon el 21 de febrero de 1933 en Tryon, Carolina del Norte. Cuenta que nació con la música dentro y su única pregunta era qué hacer con ella. Estudió música clásica; su compositor favorito era Bach. Se identificaba con la cantante Marian Anderson, y quería ser la primera pianista de concierto negra. Asistió a la Escuela de Música Juilliard en Nueva York por un año hasta que se le venció la beca. Solicitó admisión en el Instituto Curtis de Música en Filadelfia pero la rechazaron por ser negra y pobre.
Durante un verano que tocaba piano en una cantina sórdida en Atlantic City, New Jersey, se convirtió en cantante y pianista en vez de pianista de concierto, y cambió su nombre a Nina Simone. Cuando tenía 25 años, firmó su primer contrato de grabación y tuvo una canción por primera y única vez en los Veinte Grandes Éxitos del momento: su interpretación de I Loves You Porgy del espectáculo negro Porgy and Bess . A pesar de ese gran éxito, se vio obligada a trabajar de criada para una familia blanca para pagar los gastos.
Pero eso cambió con su primer concierto importante en el Palacio Municipal de Manhattan el 12 de septiembre de 1959. De repente su nombre estaba en boca de todo mundo. Inmediatamente los críticos y la industria de música se empeñaron en encasillarla dentro de un paquete vendible. Desde el principio exigió que la respetaran a ella, su arte y su pueblo. Le decían vocalista de jazz o la comparaban con la cantante de blues Billie Holiday para comercializarla. Se rebeló diciendo que tocaba música clásica negra.
Reunió toda la música de la experiencia negra y le aplicó arreglos y motivos clásicos. Era una artista de maestría profunda y compleja; hacía experimentos con ritmos y tiempos, y usaba el silencio como elemento musical. Al interpretar una canción, la compusiera ella u otro, siempre creaba algo completamente diferente. Odiaba los intentos de catalogarla y señaló que el compararla con Billie Holiday comprobaba que la América racista no podía --ni quería-- tratar la cultura negra con toda su variedad y complejidad. Tenía a los críticos tan confundidos que no les quedaba otra que clasificarla como artista de "jazz y algo más".
Durante los primeros años de su carrera, no se consideraba una artista políticamente consciente. Más bien le fascinaba interpretar canciones de amor, pero a la manera del pueblo negro. Sentía en carne propia el racismo y la opresión nacional durante toda la vida, pero los consideraba un problema individual que tenía que tratarse individualmente. Sin embargo, entró en un proceso de cambio cuando se desató la lucha de los negros contra la opresión en el Sur.
Empezó a darse cuenta que lo que había sufrido y luchado por superar estaba vinculado con lo que le pasaba a todo el pueblo negro. La dramaturga Lorraine Hansberry era muy amiga suya y se encargó de meterla en la onda de lo radical. Según cuenta Nina, las dos pasaban horas a solas en "auténtica plática de muchachas" sobre Marx, Lenin y la revolución. Hansberry trataba de ayudarla a reconocer que la lucha por los derechos civiles de los negros era parte de una lucha más amplia contra la opresión nacional y de clase, y ubicar sus propias experiencias dentro de esa lucha. Nina también buscaba discutir con personas de distintas posiciones, como el autor negro Langston Hughes, Stokeley Carmichael (Kwame Toure) y, más tarde, el Partido Pantera Negra.
A principios de los sesenta, apoyaba públicamente las luchas del pueblo negro contra la brutalidad policial y otros ataques racistas. Pero, según explica en su autobiografía I Put a Spell on You (Te hechicé), todavía no podía crear arte con el tema o la inspiración de esas luchas. Criticaba duramente "las canciones de protesta", que le parecía una música "tan sencilla y carente de imaginación que negaba la dignidad del mismo pueblo al cual quería celebrar". Iba concientizándose y luchando para usar su música más efectivamente para expresar lo profundo de lo que el pueblo negro atravesaba.
En junio de 1963, le afectó profundamente el asesinato de Medgar Evers, secretario del NAACP, en Jackson, Misisipí. Luego, el 15 de septiembre del mismo año, los racistas pusieron una bomba en una iglesia de negros en Birmingham, Alabama, en la cual murieron cuatro niñas que asistían a catecismo. Cuando estalló la rebelión, la policía de Birmingham mató a balazos a otro joven negro, y una turba de racistas blancos mató a un negro a golpes a plena calle. "Yo ya no aguantaba más", se acuerda. "Me quedé sentada en mi estudio, enmudecida como San Pablo en el camino a Damasco; toda la verdad que había negado tanto tiempo se me vino encima y me dio una cachetada. El asesinato de esas niñas en Alabama y de Medgar Evans fueron como las últimas piezas de un rompecabezas que no tiene sentido hasta que uno lo termina de armar. De repente se me reveló lo que significa ser negro en Estados Unidos en 1963, pero no era un reconocimiento intelectual del tipo que me había repetido Lorraine tantas veces, sino una ola de rabia, odio y decisión. En el habla religiosa, me entró la Verdad y `crucé'".
De tanto coraje, trató de construir una pistola de fabricación casera, que se usaba mucho en los barrios pobres en las décadas de los cincuenta y sesenta. Quería matar a alguien en ese momento. Dijo: "La idea de pelear por los derechos de mi pueblo, y matar por ellos si fuera necesario, no me perturbaba mucho". Pero abandonó la fabricación de la pistola y se sentó frente al piano. "En una hora salí del apartamento con las hojas de la música de Mississippi Goddam en la mano. Era mi primera canción para los derechos civiles y me salió volando, más rápido de lo que la podía apuntar".
Esa canción --la cual describe como una pieza de un show de variedades que aún no se ha escrito-- arranca así: " Esta pieza se llama Mississippi Goddam, y digo cada palabra en serio", y termina más cortante: " Ay, pero todo este país está lleno de mentiras/ ustedes van a morir, a morir como hormigas/ Ya no les creo nada/ Siguen diciendo, `poco a poco'/ `¡Poco a poco!/ Pero ese es el problema/ muy poco/ Desegración/ muy poco/ participación de masas/ muy poco/ Unificación/ muy poco/ Cambio gradual/ muy poco/ Más tragedias/ muy poco/ ¿Por qué no lo ves?/ ¿Por qué no lo sientes?/ yo no sé/ yo no sé/ No tienes que vivir en mi vecindad/ pero dame mi igualdad/ Todos saben de Mississippi/ Todos saben de Alabama/ Todos saben de Mississippi Goddam/ ¡Es todo! " Algunas estaciones de radio no quisieron tocarla por blasfema. Un DJ de Carolina del Sur recibió un cajón de discos de promoción, los rompió todos y los mandó de vuelta a la compañía de discos.
Ese momento de la historia le cambió todo. Su vida entera dio un viraje más fuerte de lo que nadie hubiera esperado. En una entrevista con el músico Arthur Taylor, como parte de su libro Notes and Tunes (Notas y canciones), Nina explicó que pudo escribir así por lo que hacían las masas del pueblo negro en ese entonces. La gente luchaba y se rebelaba en la calle, y eso le dio la fuerza, el valor y la inspiración para crear arte revolucionario popular que inspirara al pueblo en lucha. Ahora dedicaba su trabajo "a la lucha por la libertad y el destino histórico de mi pueblo". Y todo eso le ayudaba a contestar, por fin, la pregunta sin formular de su mamá, de por qué "cantaba en el mundo en vez de alabar a dios".
Tomó esa nueva dirección con una velocidad y determinación asombrosa. Habló de que vivió y respiró la revolución durante los siete años siguientes. Creó canciones como reguero de pólvora. Con Langston Hughes escribió le letra de Backlash Blues (Blues de la reacción represiva). En honor a su amiga íntima Lorranie Hansberry, quien murió de cáncer, usó el título de su última obra de teatro para componer, con Weldon Irvine Jr., la canción To Be Young, Gifted and Black (Ser joven, talentoso y negro), la cual se convirtió en uno de los himnos de la lucha de liberación negra e incluso --Nina cuenta con orgullo-- se tradujo al chino y se presentó en China. La canción Turning Point (Momento decisivo) es una conmovedora condena del impacto del racismo sobre los niños.
Al entrar más al movimiento, buscó cómo explorar los temas y educarse políticamente. Bregó muy seriamente con la cuestión de la estrategia necesaria para liberar de verdad al pueblo negro. Aunque apoyaba a Martin Luther King Jr. y el movimiento que encabezó, tenía más en común con los sectores radicales del movimiento, como Malcolm X, Stokeley Carmichael, H. Rap Brown, SNCC (Comité Coordinador No violento Estudiantil) y el Partido Pantera Negra. Le caían especialmente bien los Panteras porque daban inspiración a los jóvenes negros que antes solo conocían el modelo pacifista de resistencia. Según Nina: "Estos chavos se dieron cuenta por los Panteras Negras de que existen héroes negros dispuestos a pelear y morir si es necesario para conseguir lo que quieren. Eso me encanta; también les dan un chingo de miedo a los blancos, y definitivamente necesitamos eso".
El movimiento se desarrollaba en una dirección más revolucionaria, y el pensamiento de Nina también. La impulsaba una gran impaciencia revolucionaria. Alzó la voz contra la guerra en Vietnam. En 1971 se unió a Donald Sutherland y Jane Fonda en la gira antiguerra "FTA" (Fuck the Army/Chinga al ejército), un show de variedades que combinaba música, comedia, teatro y protesta. Viajó por todo el mundo para cantar sus canciones sobre la lucha y la opresión del pueblo negro en Estados Unidos.
Cuando asesinaron a Martin Luther King Jr., presentó por primera vez en la Feria de música de Westbury la canción Why? (The King of Love is Dead)(¿Por qué? (El rey del amor está muerto), y en medio del concierto declaró: "¡No voy a ser pacifista, créanmelo!". Empezó a entender que era imposible reformar la injusticia en Estados Unidos; vio que partía de la estructura de la sociedad, a la cual se tiene que transformar de pies a cabeza. Su arte reflejaba este cambio. Su interpretación de Pirate Jenny de Kurt Weill y Bertoldt Brecht sigue siendo una de las versiones más revolucionarias que he oído. Durante ese período grabó las canciones Revolución (parte 1) y Revolución (parte 2). La última estrofa de Revolución (parte 1)dice: " Cantamos de una revolución/ de cambiarlo todo de una vez/ va más allá de la evolución/ hay que pensar las cosas al revés/ Solo podremos ponernos de pie/ Cuando nos quitemos ese pie de encima".
El tema principal de su arte era la lucha revolucionaria en general del pueblo negro, pero en ciertas ocasiones también trató las contradicciones en el seno del pueblo. Su emotiva canción Four Women (Cuatro mujeres) ilumina la amarga experiencia de cuatro negras (de piel negra, bronceada, amarilla y morena) y trata con franqueza las contradicciones entre el hombre y la mujer en el pueblo negro; estaba muy avanzada para sus tiempos y causó mucha controversia.
También compuso y/o cantó unas de las canciones más bellas sobre lo que sería un futuro liberado. Sus interpretaciones de Here Comes the Sun (Viene el sol) de George Harrison y Ooh Child (Ay, niño) de Stan Vincent, son una celebración a todo dar del futuro por venir; expresan tanto orgullo y gusto que uno siente que ya entra al nuevo mundo con el pecho alzado y la cabeza en alto. New World Coming (Viene un mundo nuevo) sigue la tradición de las antiguas canciones espirituales que usaban los esclavos para planear fugas e inspirar a la gente a luchar por el futuro. "Viene un mundo nuevo/ Está a la vuelta de la esquina/ Viene un nuevo amanecer/ Viene para mí y para ti/ Un nuevo mundo/ El que soñábamos/ Viene en paz/ Viene con alegría/Y viene con amor ... sí ... sí ... sí".
Según Nina lo explicó una vez, llegó a considerarse ciudadana del mundo. Viajó a África por primera vez en 1961 con un grupo de artistas e intelectuales negros estadounidenses, entre ellos James Baldwin y Langston Hughes. La impactó mucho entrar en una parte del mundo con tan profundo significado emocional e histórico para el pueblo negro en Estados Unidos.
A mediados de los años setenta, la lucha en Estados Unidos cedió. Muchos de los grupos revolucionarios o progresistas con los cuales Nina trabajó dejaron de trabajar o perdieron su visión revolucionaria. Como lo describió una vez, cambiaron de "lo que queremos" a "lo que podemos conseguir". Pero la situación del pueblo negro no tuvo ningún cambio fundamental y ella sintió que lo habían traicionado, tanto los Estados Unidos como aquellos líderes que ahora se refugiaban en servicios comunitarios y programas académicos. Decidió que si Estados Unidos no iba a cambiar, ella no iba a seguir viviendo allí. Dio la vuelta al mundo, de Barbados a Europa, y duró un tiempo largo en África, especialmente Liberia. Cuando salió de Liberia, regresó a Europa y se instaló en el sur de Francia. Buscaba un descanso largo, durante el cual no hizo mucho arte.
A mediados de los ochenta empezó a hacer giras por el mundo de nuevo, e hizo una gira a Estados Unidos en 1985. Inmediatamente que aterrizó en Nueva York la arrestaron por evasión de impuestos. Durante los 18 años siguientes hacía giras a Estados Unidos de vez en cuando pero jamás regresó a vivir aquí. "Estados Unidos me traicionó, traicionó a mi pueblo y pisoteó nuestras esperanzas", dijo a los entrevistadores. "Jamás volveré a vivir aquí. El racismo lo agrede a uno al cruzar la calle, nace de la misma estructura de la sociedad".
En el curso de su carrera, Nina Simone grabó oficialmente 48 discos; si uno cuenta todas las grabaciones piratas que salieron por todo el mundo, se calcula que son un total de 100 discos. En las últimas páginas de su autobiografía, hizo un resumen de su vida. No se arrepintió de nada. Saboreaba "años de regocijo, difíciles pero regocijantes al mismo tiempo, en que luchaba por los derechos de mis compañeros en todas partes --Estados Unidos, África, por todo el mundo--, años de gusto y dolor revueltos. Reconocí en ese entonces, y reconozco, que la alegría que sentía y todavía siento al movernos juntos hacia adelante, era algo que muy pocas personas experimentan en la vida".
Una vez un entrevistador le preguntó cómo quería que la recordaran, y contestó: "Quiero que me recuerden como una diva que desde el principio hasta el fin nunca transigió en lo que sentía sobre el racismo y cómo debe ser el mundo, y que fue consecuente hasta el fin de sus días". Le agradecemos mucho ese valor de corazón y todo el arte que gestó.