¡Hacia la finalización del Programa del PCR! En estos tiempos histórico-mundiales necesitamos respuestas histórico-mundiales
Obrero Revolucionario #1210, 17 de agosto, 2003, posted at rwor.org
En los últimos años una nueva generación se ha opuesto a la globalización imperialista. Desde el 11 de septiembre de 2001, miles de personas han participado en la lucha contra la campaña de guerra y represión. Mao Tsetung nos enseña la ley fundamental de que "primero el pueblo contraataca, y luego busca la filosofía". Mucha gente se pregunta por qué es así la situación, si tiene que ser así y si otro mundo es posible.
Durante los próxomas meses, el OR destacará el Borrador del Programa y varias secciones importantes. Las páginas del periódico serán un foro para discutirlo y debatirlo, y publicaremos comentarios, críticas y sugerencias de los que lo han estudiado, debates del website 2changetheworld y cartas de presos.
Invitamos a nuestros lectores a participar en el debate con sus comentarios. Pueden enviarlos a: "Debate del Borrador del Programa", c/o RCP Publications, PO Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654. También pueden dárselos a su vendedor.
No podemos publicar todos los comentarios que recibamos, pero todos ayudarán a finalizar el nuevo Programa. ¡Así que ánimo y súmense al debate!
La serie empezó con el No.1200 y esta semana presentamos críticas y comentarios sobre el apéndice "La dictadura del proletariado, la democracia y los derechos del pueblo".
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Comentarios de una camarada del PCR:
En la página 24 dice: "Las masas tendrán el derecho de criticar a los líderes de todo nivel, celebrar reuniones, organizar manifestaciones, lanzarse a la huelga,pegar afiches, volantear y demás". Y en la página 80, sección "Supervisión de los líderes y plena participación en la vida política", dice: "Tendrán el derecho de reunirse, organizar manifestaciones, colgar carteles, hacer huelgas,repartir folletos, etc., salvo en el ya mencionado caso de que sea para fomentar y organizar la contrarrevolución y derrocar al estado proletario". (El énfasis es mío).
Estoy de acuerdo con la orientación de alentar las críticas, pero se debe trazar una diferencia entre la expresión de críticas y las acciones que apuntan a paralizar el sistema económico socialista. También se deben aclarar las grandes diferencias de tomar medidas como la huelga en una sociedad donde ya no predomina la dictadura de la burguesía, es decir, en medio de la revolución y la dictadura del proletariado.
Por lo general, en este país la huelga o la amenaza de lanzarse a la huelga ha estado ligada a los sindicatos y a la lucha por mejores salarios y condiciones de trabajo. Esas luchas económicas pueden ser importantes "escuelas de guerra que contribuyen a la capacidad de combate y organización de las masas, fortalecen su determinación ante la represión del enemigo y las ayudan a ver la necesidad de oponer resistencia como parte del movimiento revolucionario". (p. 46) Además, en ciertos casos, ayudan a ver el papel estratégico que podrían desempeñar los diferentes sectores de la clase obrera hoy en la economía capitalista para acelerar la insurrección armada y en la construcción de una nueva sociedad. La reciente lucha económica de los trabajadores de transporte de Nueva York planteó la posibilidad de que ese sector de obreros paralice, en buena medida y por cierto tiempo, la capital financiera del imperialismo estadounidense.
Por otra parte, la tendencia predominante (y espontánea) así como histórica ha sido usar semejantes huelgas o amenazas de huelgas para "presionar" y obtener concesiones sin pasarse de los estrechos parámetros de un contrato colectivo. No se desafía el aparato fundamental de explotación y control.
Esa no es la intención del pasaje citado, pero debido a lo que en Estados Unidos se entiende por "lanzarse a la huelga", se podría interpretar como que va a persistir la misma práctica de hoy de "contrato colectivo" por mejores salarios y condiciones de trabajo. La orientación y visión del Borrador del Programa es muy diferente; apunta a que el proletariado tome el poder de la sociedad.
El 5 de abril de 2002, Dolly Veale dijo lo siguiente en la página 2chagetheworld.info: "El Borrador del PCR parte del `derecho más básicos de los obreros': el derecho a tomar el poder, establecer un estado independiente y construir una sociedad sin explotación u opresión". Habrá que luchar conscientemente contra la "idea retrógrada" de que los trabajadores solo se limiten a los temas relacionados con su sitio de trabajo, en vez de bregar por dirigir la sociedad, formar comités de 3 en 1 y otros medios para operar las fábricas, etc.
El Borrador del Programa identifica tres grandes sectores de la clase obrera de Estados Unidos. En la página 64 leemos que una de ellas "son los obreros `aburguesados', que tienen una posición relativamente privilegiada y se concentran en las grandes industrias, como automotriz, siderúrgica, maquinaria pesada, luz y agua, y correos, y especialmente donde los sindicatos han sido fuertes".
La tendencia a seguir limitando la lucha a salarios y condiciones de trabajo será más fuerte en ese sector, y habrá que hacer mayores esfuerzos en él para elevar el nivel de todos , y para que aprovechen su posición de fuerza, su conocimiento y experiencia en la industria pesada para impulsar la revolución en vez de preocuparse de fines mezquinos.
Es posible que en la nueva sociedad haya intentos de los sectores ya privilegiados de conseguir más privilegios, especialmente inmediatamente después de la revolución, y será un desafío manejar esos de una manera no antagónica. Veamos un ejemplo de la lucha de dos líneas en la revolución rusa. En los oscuros días de la guerra civil, cuando a la revolución recién nacida la atacaban reaccionarios atizados por las potencias imperialistas, surgió una contradicción con los trabajadores ferroviarios, que tenían mejores condiciones de trabajo y no apoyaron mucho la revolución. Unas fuerzas que se oponían a la revolución buscaron apoyo de esos obreros e hicieron paros para que no llegaran abastecimientos a las fuerzas revolucionarias y a los centros metropolitanos en medio de la guerra civil.
La situación era angustiosa. Trotsky (jefe del Ejército Rojo), demostrando la clase de "seguidor del camino capitalista" que hubiera sido de ponerse a la cabeza de la revolución, dijo que la solución era reclutar a los trabajadores ferroviarios al ejército y ponerlos a trabajar, ¡o pasarlos por las armas!... Lenin y otros se opusieron a Trotsky y exhortaron a recurrir a la persuasión, a resolver el conflicto de una manera no antagónica, diciendo que el plan de Trotsky impediría que el proletariado dirigiera la sociedad.
Aquí también entra en juego el hecho de que en la lucha por continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado, aun si en un sentido fundamental el poder está en manos del proletariado y las masas, en ciertas partes de la sociedad podrían estar en poder los seguidores del camino capitalista y sería necesario librar la lucha más enérgica contra ellos. En ese contexto la huelga podría ser un arma necesaria.
Es significativo que en el Cuarto Congreso Nacional del Pueblo de la República Popular China, celebrado en 1975 (cuando se procuraban consolidar los logros de la Revolución Cultural y en medio de lo que Raymond Lotta ha llamado "La última gran batalla de Mao", contra los proponentes de la restauración capitalista, que cobraban fuerzas cuando Mao estaba en su lecho de muerte), se estableció por primera vez en la Constitución el derecho a la huelga. Fue la primera vez que apareció en la Constitución de un país socialista. Creo que se debe examinar si eso se debe copiar directamente y mencionar el derecho de huelga en las condiciones concretas de Estados Unidos. Pero las lecciones de la Gran Revolución Cultural Proletaria de exhortar a las masas a criticar y presentar puntos de vistas distintos sí son correctas.
Por el daño que la huelga le podría hacer al proceso colectivo de construir el socialismo, creo que si se va a mencionar el derecho a la huelga, le debe acompañar una explicación de que la huelga no debe ser la continuación de luchas económicas de la vieja sociedad, sino algo mucho más "serio" que celebrar reuniones, organizar protestas, pegar afiches, etc. Como alguien dijo en la página 2changetheworld: si se da una huelga "es porque se han cometido grandes injusticias y los demás esfuerzos han resultado inútiles".
Sigue parte de una conversación en 2changetheworld entre Dolly Veale (vocera del PCR en San Francisco) y Ben Seattle.
Mi opinión es que el movimiento revolucionario no ha abordado debidamente los derechos democráticos que tendrán los obreros tras el derrocamiento de la burguesía en el contexto de una sociedad moderna y estable con mayoría obrera (como Estados Unidos, donde vive la mayoría de los lectores de esta página).
Mi conclusión es que los obreros tendrán los siguientes derechos:
(a) crear organizaciones políticas independientes
(b) luchar por influenciar la conciencia de las masas y movilizar apoyo a favor de sus ideas
La protesta común a lo arriba mencionado (de parte de muchos que se consideran marxista- leninistas) es que el estado obrero no permitirá que la vieja burguesía (o los que aspiran a reemplazarla) se organice, o difunda abiertamente sus puntos de vista incorrectos y venenosos, etc.
No estoy de acuerdo.
El problema es que en la práctica no será posible distinguir entre
(c) los obreros que presentan sus propios puntos de vista, y
(d) los peones de fuerzas burguesas
Además, la Internet hace resaltar esta contradicción. La eliminación total de la promoción de ideas e ideologías burguesas limitará el desarrollo de la Internet, que una sociedad de la clase obrera necesitará para el desarrollo de la economía y el incremento de la productividad del trabajo al mayor ritmo posible.
Mi conclusión es que en una sociedad estable, moderna (después del período de ley marcial que podría existir una vez que muchos millones tumben del poder a la burguesía) los obreros gozarán de los derechos democráticos (a) y (b) arriba mencionados. Necesitarán esos derechos para criticar la inevitable incompetencia, hipocresía y corrupción que se manifestará en individuos y medidas del estado obrero. Necesitarán esos derechos para prevenir intentos abiertos o solapados de restaurar el dominio burgués. Necesitarán esos derechos, y los tendrán, a pesar de que, inevitablemente, algunos los usarán para promover la venenosa ideología burguesa.
¿Cómo entonces oponerse a la promoción de la ideología burguesa?
Mi conclusión es que a los ideólogos burgueses:
1. se les bajarán los humos una vez que se haya separado la expresión de la propiedad, mejor dicho, que no podrán contratar cagatintas ni medios comerciales para dar a conocer sus ideas, y que
2. la furia, resolución y conciencia de clase de las masas los ahogarán...
Para los interesados, he construido una página web (http://struggle.net/proletarian/democracy) y una lista de correo (http://groups.yahoo.com/group/problem- open) que se dedican exclusivamente al debate de cómo funcionarán la política y la economía en una sociedad moderna y estable bajo el dominio de la clase obrera.
Ojalá se logre avanzar con respecto a estos asuntos teóricos. La teoría es un frente de lucha revolucionaria como cualquier otro. Es un frente que requiere la asistencia de los activistas. A mi parecer, jamás se desarrollará un movimiento para tumbar a la burguesía si la teoría revolucionaria no reconoce el período en que los enemigos del marxismo lo convirtieron en religión estatal. Para abordar correctamente ese período es necesario abordar el tema de los derechos democráticos bajo un gobierno obrero. El movimiento revolucionario no se merecerá la atención y el respeto de la mayoría de la clase trabajadora hasta que no aborde ese problema.
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El 27 de marzo, mandé a este foro una nota titulada: "La democracia proletaria requiere derechos democráticos para los trabajadores". Creo que lo que dije señala una debilidad del Borrador del Programa del PCR: no dicen casi nada concreto sobre los derechos de los obreros, en el contexto de que la clase obrera está en el poder, de desarrollar sus propias organizaciones políticas e independientes (sin permiso de nadie) para criticar la incompetencia, hipocresía y corrupción de su propio gobierno.
Si el Borrador del Programa no aborda este problema de una manera clara y concreta, creo que sería una indicación de que su tendencia todavía no está lista para considerar cómo funcionaría el gobierno obrero en una sociedad moderna.
Me gustaría ver una respuesta a lo que escribí el 27 de marzo.
Atentamente, con saludos revolucionarios,
Ben Seattle
En "Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?", el presidente Avakian señala que TODOS los reformistas tienen una cosa en común: piensan que el proletariado y los oprimidos se merecen todo, ya sea mejores salarios y condiciones de trabajo, buen tratamiento, etc., SALVO el poder.
Eso es lo que tienen en común los revisionistas (falsos comunistas) y los trotskistas; o sea, confunden el socialismo con el capitalismo, y aunque usen frases como "socialista" y "marxista-leninista", en el fondo son conservadores, de tendencias no revolucionarias.
Por el contrario, los marxista-leninista-maoístas decimos: "salvo el poder, todo es ilusión", pero CON el poder en manos del proletariado y los oprimidos, mucho es posible. El Borrador parte del "derecho más fundamental de los trabajadores", el derecho a tomar el poder, formar su estado independiente y construir una nueva sociedad sin explotación ni opresión.
La sección titulada "La dictadura del proletariado: El proletariado transformará toda la sociedad", página 15, propone:
construir nuevos órganos de poder
construir una nueva economía socialista apoderándose de los medios y organización de la producción, y prohibiendo la explotación
guiarse por el internacionalismo como piedra angular de las relaciones internacionales
eliminar la opresión nacional y la supremacía blanca
abolir la discriminación a los inmigrantes
arrancar de raíz la opresión de la mujer
desencadenar a la juventud como fuerza para la revolución
transformar todas las instituciones de la sociedad (escuelas, salud, arte y cultura, medios de comunicación, ciencia e investigación)
El apéndice "La dictadura del proletariado, la democracia y los derechos del pueblo", dice:
"En primer lugar, el derecho más elemental de las masas en la nueva sociedad, que jamás tendrán en el capitalismo, será el derecho de ser dueños de la sociedad en toda esfera, y de transformarla en su propio beneficio. Por primera vez, las masas tendrán el derecho fundamental de unirse y acabar colectivamente con el hambre, poner fin a la discriminación, reorganizar la producción para satisfacer las necesidades humanas y no la sed de ganancias, y hacer muchos cambios profundos y urgentes. Eso no ocurrirá como fruto de alguna ley o resolución, sino porque las masas tendrán el poder del estado, respaldado por las armas, y porque la economía no se basará en la ganancia privada.
"Por primera vez, las masas tendrán el derecho de participar directamente en la lucha sobre las cuestiones políticas clave de la sociedad y en la administración del estado. Por primera vez, tendrán el derecho de ejercer la dictadura, de someter y suprimir a las fuerzas que quieren volver a imponer la explotación, que quieren volver a imponer la supremacía blanca y masculina, que quieren restaurar la situación en que un puñado tiene el poder económico y político, y saquea a otros pueblos y naciones".
Además, aborda temas como disentimiento y debate, selección y supervisión de líderes, participación política, el derecho a tener armas, derechos judiciales y religiosos, etc. En un sentido amplio y concreto, todos estos son "derechos democráticos de los trabajadores" y de las masas.
¿Quiénes son "los trabajadores"?
Los trabajadores de Estados Unidos son parte de una clase internacional compuesta de muchas nacionalidades, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, inmigrantes y oriundos de este país. Para construir un mundo sin explotación ni opresión (el comunismo) durante todo el período socialista de transición habrá que reconocer y superar el hecho de que muchos pueblos han sido privados de derechos.
Por ejemplo, los afroamericanos sufren una doble opresión: como proletarios y como miembros de una nación oprimida. Reconocer los derechos democráticos de los trabajadores negros también es reconocer que tienen el derecho de autodeterminación: el derecho a separarse y formar un estado independiente.
Con respecto a los inmigrantes, la mayoría de quienes son trabajadores, sus derechos democráticos son igualdad de idioma, cultura y el derecho a que no se les maltrate por ser "extranjeros" y no ciudadanos. (Todo lo contrario al tratamiento que les da la escalada actual de guerra y represión).
Además, en ningún país imperialista se deben contraponer los derechos de los proletarios más oprimidos a los derechos de nuestras hermanas y hermanos de otros países. Ese chovinismo nacional es otra cosa que tienen en común los trotskistas y revisionistas, y siembra veneno en el movimiento obrero.
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Nota de la redacción: El presidente Bob
Avakian ha aportado muchas ideas teóricas sobre el tema
de la dictadura del proletariado, la democracia y el
disentimiento. Estas son algunas de sus principales obras:
Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?,
Banner Press, 1986 (inglés) "Democracia:
¡Más que nunca podemos y debemos lograr algo
mejor!", revista Un Mundo Que Ganar, No. 17, 1992 "Escalar
las alturas y volar sin cuerda de seguridad", serie en el
Obrero Revolucionario, Nos. 1195 a 1210. También
en rwor.org. "¡Empeñarse en la
revolución, promover la producción! Cuestiones de
concepción y método: algunos puntos sobre la
nueva situación", serie en el Obrero
Revolucionario, desde el 30 de marzo de 2002 hasta el 2 de
marzo de 2003.
Este artículo se puede encontrar en español e
inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
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