La ciencia de la evolución

La explosión cámbrica, el equilibrio puntuado y el "dios de las lagunas"

Ardea Skybreak

Obrero Revolucionario #1217, 26 de octubre, 2003, posted at rwor.org

Hay dos problemas con los creacionistas: uno es que hacen declaraciones falsas sobre los hechos (por ejemplo, dicen que todas las especies fueron creadas por separado al mismo tiempo hace unos pocos miles de años; que los seres humanos vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios; etc.). El otro problema, peor aún, es que tienen un método fundamentalmente incorrecto para explorar la verdad. Es importante entender el problema del método porque los creacionistas tienen la costumbre de cambiar sus argumentos específicos cuando los científicos desenmascaran sus mentiras o cuando el público no se traga sus cuentos. Es como si el creacionismo "evolucionara" cuando lo confrontan con la verdad (obviamente este es un ejemplo de evolución cultural, no biológica). Los creacionistas tienen un plan: minar la ciencia secular y reemplazarla con prácticas y métodos religiosos. Irónicamente, para cumplir ese fin tienen que borrar la distinción entre ciencia y religión, y llevar a la gente a pensar que la religión es ciencia. Por eso unos creacionistas (por ejemplo los del grupo Diseño Inteligente) abandonan completamente los detalles de la narración bíblica de la creación y proponen teorías de apariencia más científica, como que el diseño divino se puede comprobar a nivel molecular o submolecular. Mucha gente que no se traga el cuento de que todas las especies actuales descienden de las parejas que se salvaron del diluvio en el arca de Noé, no sabe nada de bioquímica y biología molecular, y los creacionistas se aprovechan de esa ignorancia.

Como los creacionistas cambian sus argumentos cuando se ven en aprietos, es imposible tener una respuesta preparada para todos sus disparates. Lo que hay que hacer es aprender a identificar sus MÉTODOS incorrectos porque, a diferencia de sus argumentos, su método fundamental de explorar la verdad nunca cambia.

Veamos, por ejemplo, el asunto de las lagunas del conocimiento humano. En cualquier momento dado obviamente el conocimiento humano tiene vacíos: siempre habrá algo que todavía no entendemos. En vez de dar evidencia de su posición (de la creación divina, lo cual es imposible), un método típico de los creacionistas es señalar lagunas actuales del conocimiento humano y decir que eso "invalida" la evolución y "prueba" que la creación divina ocurrió. Exigen que los evolucionistas expliquen inmediatamente aspectos del mundo natural que todavía no entendemos del todo (o que tergiversan para que parezca que no entendemos); y si uno no puede dar una explicación detallada dicen que con tantos enigmas sin resolver la teoría de la evolución no puede ser verdadera, y que si es falsa, la única alternativa correcta es la creación divina. (Entre otras cosas, aquí hay un error de lógica: inclusive si la teoría de la evolución fuera falsa, y no lo es, eso no implica automáticamente que la teoría de la creación divina sea correcta). Este es el argumento del "dios de las lagunas".

Es importante que tratemos de entender los hechos que la ciencia actual ha comprobado. Pero también hay que recordar que muchas cosas que en un momento no se podían explicar, después las entendimos perfectamente. Veamos el ejemplo del "misterio" de la explosión cámbrica.

A los creacionistas les gusta decir que la "explosión cámbrica" que se ve en el registro geológico es evidencia de un soplo repentino de creación divina de organismos complejos. Su supuesta "evidencia" es que por mucho tiempo los evolucionistas aún no sabían cómo explicarla. Veamos este argumento.

La "explosión cámbrica" es real: se refiere a una época de principios de la edad geológica cámbrica (hace unos 540 millones de años) en que los mares, aparentemente "de repente y de la nada", se llenaron de organismos multicelulares complejos que no existían antes, como corales, braquiópodos, moluscos (por ejemplo, caracoles) y los primeros trilobitas artrópodos.*

El registro fósil muestra, por ejemplo, que en esa época aparecieron los primeros trilobitas (animales que parecen cucarachas marinas) y se diversificaron enormemente. Muchas especies de trilobitas dominaron los mares de la Tierra por cientos de millones de años y después se extinguieron. Esos animales no se ven en el registro fósil antes de la edad cámbrica: si uno busca fósiles en capas de roca que tienen más de 540 millones de años, no encontrará ninguna de esas especies. ¡De hecho, no encontrará casi ningún fósil! Pero eso no quiere decir que la vida empezó hace 540 millones de años. Sabemos que la vida empezó hace unos 3.5 mil millones de años porque en las rocas se han encontrado rastros de organismos sencillos que se remontan a esa época. También se han encontrado fósiles de eucariotas (los primeros animales de una célula que tienen el ADN dentro de un núcleo y no en hebras sueltas como las bacterias) en rocas que datan de hace 2.5 mil millones de años. Pero son animales unicelulares. Los organismos multicelulares, compuestos de colecciones de células eucariotas que realizan distintas funciones, no aparecen en el registro fósil hasta principios de la edad cámbrica. En ese momento, aparentemente de repente, hay un montón.

¿Qué onda? Si la evolución es verdadera, esos animales marinos complejos (como los trilobitas) no pudieron salir de la nada. Además tienen muchos componentes para ser modificaciones "instantáneas" de los organismos unicelulares previos, porque la evolución no se desenvuelve así. Tienen que descender de especies preexistentes, ¿pero cuáles eran y dónde están? Los creacionistas han usado este "misterio" por más de un siglo para afirmar que la evolución es falsa. Como de costumbre, no dan prueba positiva de sus argumentos; su estrategia es "buscarle problemas" a la teoría de la evolución con la esperanza de echarla por tierra y de que la creación divina sea la única teoría que quede en pie. Su estrategia se puede resumir así: "si los evolucionistas no pueden explicar algo perfectamente, dios lo hizo".

Pero el supuesto "misterio" de la explosión cámbrica (la aparente "repentina" aparición de animales marinos multicelulares complejos hace unos 540 millones de años) se está resolviendo en dos frentes:

  1. los científicos han encontrado más información;por ejemplo, han descubierto restos de una colección de organismos multicelulares de cuerpo blando en capas de fósiles que tienen más de 540 millones de años, entre los que seguramente están especies de las cuales descendieron los animales cambrianos.
  2. los científicos también han hecho importantes avances teóricos que contribuyen a entender mejor los procesos evolutivos de gran escala que se extienden durante un largo tiempo geológico; por ejemplo, hoy se entiende mejor el impacto de grandes cambios de clima y otros cambios ambientales en las "oleadas" o "repuntes" de especiación; otro ejemplo es el modelo del "equilibrio puntuado", propuesto por Niles Eldredge y Stephen Jay Gould en 1972, de que el cambio evolutivo se ha dado a velocidades variables a lo largo de los milenios y que eso se debe apreciar en el registro fósil. Esos y otros avances teóricos (y el debate e investigación que han encendido) han contribuido a resolver el "misterio" de la explosión cámbrica.

Resulta que en las capas de fósiles de más de 540 millones de años sí hay organismos multicelulares, pero son raros y por lo tanto es difícil (pero no imposible) hallarlos. ¿Por qué es difícil encontrarlos en el registro fósil? Bueno, para comenzar, ahora sabemos algo que antes no sabíamos: que el planeta pasó por una serie de profundas y extensas glaciaciones hace de 600 a 800 millones de años, antes de la explosión cámbrica. Esos períodos de glaciación global seguramente no favorecieron la diversificación evolutiva (ni preservación de fósiles) de organismos multicelulares complejos. Pero también se sabe que al final de la última de esas glaciaciones (en que todo el planeta estaba cubierto de hielo) lograron establecerse organismos multicelulares, y de ahí en adelante se extendieron y diversificaron muy rápidamente.

Lo sabemos porque se han encontrado restos de animales (llamados fauna Ediacaran) en capas de rocas fechadas entre 540 y 600 millones de años. Tenían una apariencia extraña (para nuestros ojos humanos) y claramente eran multicelulares. Todavía se debate su clasificación precisa, pero muchos se parecen a los gusanos, corales, estrellas de mar y artrópodos que aparecerían más adelante. El paleontólogo Niles Eldredge está bastante seguro de que se comprobará que son los antepasados directos de los organismos cambrianos, que antes parecía que surgieron "de la nada".

Una de las razones que dificulta encontrar fósiles de las primeras especies multicelulares es que vivían en agua y eran blandas (no tenían esqueleto ni partes duras), y por lo tanto se pudrían sin dejar fósiles. Se ha postulado que hasta hace unos 540 millones de años los mares no tenían suficiente oxígeno para el desarrollo de organismos multicelulares grandes ni para la producción de materiales como carbonato de calcio, necesarios para la formación de huesos y partes duras. Como a menudo sucede en la historia evolutiva de la Tierra, parece que una serie de cambios importantes y extensos de las condiciones ambientales abrió nuevas posibilidades para que la vida evolucionara por caminos evolutivos nunca antes vistos.

Los avances teóricos en biología evolutiva también nos han llevado a examinar desde otro ángulo cómo ocurrió la explosión cámbrica (porque aunque no "salió de la nada" sí es una "explosión": es una ola enorme y bastante repentina --en términos geológicos-- de nuevas especies, muchas de las cuales llenarían los mares por millones de años).

De hecho, la explosión cámbrica nos está llevando a entender mejor el ritmo variable de los cambios evolutivos de gran magnitud que pueden encaminar el árbol de la vida en direcciones radicalmente diferentes. Esos procesos pueden avanzar a paso muy lento por decenas o cientos de millones de años, y de pronto se aceleran y producen una "oleada" o repunte de modificaciones evolutivas de linajes de plantas y animales en unos pocos cientos de miles de años. La explosión cámbrica es un ejemplo. Al nivel de las especies individuales (el nivel donde las especies interactúan con el ambiente local) se dan constantemente modificaciones evolutivas, pero los saltos cualitativos de gran magnitud en la historia de la vida en este planeta (como la aparición y diseminación de los primeros insectos o de los primeros mamíferos) son mucho menos comunes. Cada vez entendemos más que el cambio macroevolutivo no avanza a una sola velocidad, como una bicicleta antigua: en la historia del planeta ha habido épocas de "estasis relativa" a nivel macroevolutivo, con pocos cambios en direcciones evolutivas radicalmente nuevas (aunque las especies que existían seguían evolucionando); esas épocas han sido bastante típicas y han durado decenas o cientos de millones de años. Pero la historia de la vida en el planeta no ha sido solamente un tren lento y gradual; también ha estado salpicada de períodos relativamente cortos en que se han dado muchos cambios evolutivos de gran escala, como la casi simultánea (en una escala de tiempo geológico) aparición y diseminación de muchas familias de plantas y animales nuevas y radicalmente diferentes: repuntes fuera de lo ordinario y concentrados de especiación y diversificación que han encaminado la vida del planeta en nuevas direcciones.

También está resultando claro que esos grandes saltos y puntos de viraje de la historia evolutiva (los que dan origen a nuevas ramas y direcciones en el árbol de la vida) corresponden a épocas de gran cambio y trastorno del ambiente físico existente (por ejemplo, cambios de los accidentes geográficos y el clima) y del ambiente biótico (por ejemplo, grandes cambios de la colección de especies vivas de plantas y animales que comparten el mismo ambiente e interactúan entre sí). Sabemos por experiencia y observación directa en el laboratorio y en la naturaleza que los trastornos ambientales sostenidos, incluso pequeños y a escala "local", pueden llevar a las poblaciones de plantas y animales a generar distintas especies; esto se ve hoy cuando las poblaciones de bacterias empiezan a evolucionar y producen nuevas cepas resistentes en la presencia de antibióticos; o en poblaciones de una especie de pez que compartían un ambiente y divergen en dos especies si una barra de arena u otra obstrucción las separa y no permite que sus genes se crucen por un largo tiempo. Los principios básicos de la evolución son los mismos al nivel "micro" y al nivel "macro".

Las bacterias unicelulares primitivas han tenido mucho éxito desde los primeros días de la vida en el planeta. Se suele decir que las "bacterias todavía imperan en la Tierra" (y no solo causan enfermedades; muchas especies de bacterias producen oxígeno en los mares, facilitan el ciclo del nitrógeno en el suelo, y descomponen la madera muerta y otras sustancias orgánicas; ¡la vida que conocemos no sería posible sin ellas!). Las primeras células eucariotas evolucionaron hace mil millones de años de esas primeras bacterias; dichas células, a su vez, son los "ladrillos" de los cuales se derivaron todos los animales y plantas multicelulares.

La evolución de la multicelularidad es fascinante. Parece que los primeros organismos multicelulares evolucionaron como resultado de una agregación o "fusión" de diferentes organismos unicelulares que vivían en los mares antiguos. Hoy un organismo complejo como el ser humano tiene unos 3 mil millones de células, muchas de las cuales tienen funciones especializadas. Pero en cada una de las células de todo animal o planta multicelular todavía se ven las señas de un pasado más simple de la historia de la vida: cada célula contiene unos organelos que producen energía llamados cloroplastos en las plantas y mitocondrias en los animales. Esas fábricas de energía permiten a las células realizar funciones mucho más complejas y diversas que, por ejemplo, las bacterias unicelulares. ¡Pero resulta que los cloroplastos y las mitocondrias eran organismos independientes! En algún momento, por lo visto se fusionaron con otras células primitivas en una relación simbiótica o parasítica... ¡y lo demás es historia!**

Este es un ejemplo de un cambio en el ambiente biótico (el ambiente externo, que incluye todas las otras especies vivas de una localidad) que lleva a una nueva rama en la evolución de la vida. Pero hay otros ejemplos: la acumulación de oxígeno en los mares que permitió la producción de carbonato de calcio, que unos organismos usaron para hacer conchas y otras partes, estimuló una gran "ola" evolutiva de diversificación; el impacto de un asteroide hace 65 millones de años contribuyó a la extinción de los dinosaurios y a la rápida expansión y diversificación de los mamíferos; y en nuestra propia historia, grandes cambios ambientales en África (una serie de sequías que alteraron el ambiente y las fuentes de alimento de los homínidos) estimularon una serie de importantes cambios en la evolución de las especies humanas que fueron los antepasados de nuestra especie actual. Como dice Niles Eldredge:

"Casi sin falta, ya se trate de las bacterias antiguas hace 3.8 mil millones de años o de la evolución del linaje humano en los últimos 4 millones de años, encontramos que los sucesos significativos de la historia de la vida están correlacionados con sucesos significativos de la historia de la atmósfera, los mares y las tierras del planeta".

La explosión cámbrica, nuestra propia evolución humana y otras coyunturas importantes de la historia evolutiva de la vida se pueden explicar por procesos enteramente naturales,sin necesidad de explicaciones sobrenaturales. Pero, ¿el hecho de entender la vida sin dios nos dejará vacíos? De ningún modo. Al captar las maravillas de diversidad y complejidad que la vida puede generar por su propia cuenta, y al reconocer las limitaciones y el potencial de nuestra propia humanidad, debemos sentir asombro, estímulo y humildad. La gente que entiende y aprecia "todo eso" por lo general siente que la ciencia o el arte (o los dos) le llenan el "espíritu" y no sienten la necesidad de una "espiritualidad" basada en superstición, en dioses o en las iglesias del pasado. Un método científico verdaderamente materialista, aplicado a descubrir las maravillas del mundo natural y social, lejos de llevarnos a ver el mundo de una forma gris, fría y aburrida, estimula la imaginación, el propósito y la conciencia transformadora de los seres humanos como no lo puede hacer ningún "ser superior". ¿No vale la pena esforzarnos por ver el mundo así?

NOTAS:

* Los creacionistas afirman que "todos los grupos grandes" aparecieron en ese momento. Eso no es cierto. Los principales "grupos" de plantas y animales (los reptiles, los anfibios, las aves, los mamíferos, las plantas con flores, etc.) aparecieron millones de años más tarde.

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** Esta idea la propuso Lynn Margulis en 1967. Sabemos que los cloroplastos y las mitocondrias eran organismos independientes que se reproducían por separado porque hasta la fecha cada cloroplasto y mitocondria contiene su propio ADN, separado y distinto de la célula que lo rodea, que se reproduce "pasivamente" cada vez que esa célula se reproduce.

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