Respuesta del PCR
Revolutionary Worker #1224, 28 de diciembre, 2003, posted at rwor.org
Cuestiones clave sobre la liberación del pueblo negro en Estados Unidos
Nuestro partido sostiene que el curso de lucha revolucionaria más deseable y efectivo es que el proletariado multinacional, representado por su vanguardia, libre una lucha revolucionaria unificada: una lucha unificada para tumbar a la clase dominante estadounidense; una lucha unificada para establecer, a partir de la igualdad, un estado socialista multinacional en el mayor territorio que sea posible de lo que es hoy Estados Unidos. Esa es la dirección de nuestro trabajo.
Pensamos que establecer repúblicas nacionales separadas no es la solución más liberadora al problema de la opresión nacional y de continuar la revolución para eliminar toda la opresión. Por eso decimos que el proletariado no es partidario de que, en las circunstancias que se pueden prever ahora, se establezca una república afroamericana aparte.
¿Por qué deseamos una lucha revolucionaria unificada?
Para empezar, es una necesidad material . Para realizar la tarea de derrotar a la más poderosa clase dominante del mundo, que tiene una gran cantidad de tecnología y armamento, va a ser necesario librar la lucha más resulta y se va a necesitar el sacrificio de millones de personas. Cuando las condiciones maduren para esa lucha va a ser necesario librar una insurrección armada coordinada seguida por una guerra civil. Si no tumbamos a la clase dominante de Estados Unidos, el pueblo negro no podrá ejercer la autodeterminación.
En segundo lugar, existen condiciones materiales para librar una lucha revolucionaria unificada; las vemos en la estructura de la sociedad, en la "doble opresión" que azota a las masas de las nacionalidades oprimidas, en la composición multinacional de la clase revolucionaria, el proletariado. En nuestro trabajo con el proletariado, en las luchas en que participamos y que iniciamos en fábricas, escuelas o comunidades, vemos que los avanzados de todas las nacionalidades desean la unidad y la aprecian cuando la tienen, y eso es algo que vemos en muchos otros sectores de la población.
Tercero, un estado socialista unificado en el mayor territorio que sea posible será lo mejor para construir el socialismo y una sociedad liberadora. Las avanzadas fuerzas productivas de Estados Unidos son producto del trabajo de los explotados y oprimidos de aquí (y del mundo). Estas deben servir al pueblo, especialmente a los oprimidos y explotados por la pesadilla americana. Los amerindios deben autogobernarse, pero también necesitan tener a la disposición las fuerzas productivas acumuladas por el trabajo de generaciones en Norteamérica. No se les debe excluir de la futura economía socialista planificada y las transformaciones que hace posible.
Creemos que existe una base material para edificar una sociedad liberadora que atienda las necesidades de los explotados y oprimidos de todas las nacionalidades, y que desencadene su energía y creatividad para forjar un nuevo mundo. La fuerza combinada de un sociedad socialista grande y diversa puede y debe ser una poderosa base de apoyo para la revolución mundial, para apoyar las luchas de los explotados y oprimidos de todas partes.
Hablamos de la base material para una lucha revolucionaria unificada. El proletariado multinacional, aproximadamente 70 millones de personas, cuyos sectores más explotados están compuestos de negros, latinos, otras nacionalidades oprimidas y de blancos, es una tremenda fuente de fuerza para la revolución proletaria. Pero el proletariado de Estados Unidos también está dividido como en castas; carece de unidad y tiene enormes brechas de experiencia y conocimiento. Para construir un movimiento revolucionario consciente de clase es indispensable luchar contra estas divisiones.
No basta con declarar la unidad; esta se forja en la práctica. Se puede y se tiene que forjar en las luchas de hoy, en la preparación para tomar el poder y en la lucha misma por el poder. Hoy, la lucha contra la supremacía blanca y el racismo es indispensable, y es crucial para construir el movimiento revolucionario y sentar bases para librar y ganar la lucha armada contra el capitalismo cuando las condiciones maduren.
Como explica el Borrador del Programa , combatimos la opresión nacional y construimos la unidad "desde dos lados". En nuestro trabajo con el proletariado le damos mucha importancia a la lucha contra la opresión nacional: a unir al proletariado de todas las nacionalidades para emprender luchas sobre la brutalidad policial, la acción afirmativa, las campañas de English Only, etc., y a estar en las primeras filas de estas batallas.
Desde el lado del movimiento de las nacionalidades oprimidas, el proletariado consciente de clase se esfuerza por unirse a estas luchas... fomenta y ayuda la resistencia sin cuartel contra la opresión nacional... lucha por infundir la línea y el punto de vista de la revolución proletaria en esos movimientos... y se liga especialmente con los luchadores más consecuentes de esas luchas y procura transformarlos de luchadores contra una forma de opresión en luchadores contra todas las manifestaciones de opresión.
El punto de vista de los comunistas, que representan al proletariado revolucionario de todas las nacionalidades, es defender y luchar firmemente por el derecho a la autodeterminación... donde se aplique. En Estados Unidos el pueblo negro tiene ese derecho. Pero defender el derecho a la autodeterminación no quiere decir que recomendamos que se ejerza . Tal como con el derecho al divorcio, que se debe apoyar y defender ya que es indispensable para tener igualdad y unión voluntaria, no implica que el divorcio sea necesario en todos los casos.
Nuestro folleto: "La pura verdad, verdad liberadora", dice:
"El derecho a la autodeterminación es precisamente eso, un derecho.El reconocimiento de tal derecho de la nación negra no es lo mismo que insistir que se separe y forme otro país... El derecho a hacer algo no es lo mismo que tener que hacerlo. Solo quiere decir que otros --especialmente quienes los han oprimido y les han negado sus derechos a lo largo de la historia-- no deberían ser quienes deciden".
Eso lo aplicamos en nuestro trabajo revolucionario hoy. Enseñamos a las masas, especialmente a las blancas, a respetar el derecho a la autodeterminación del pueblo negro y a emprender la lucha por la igualdad de todas las nacionalidades oprimidas. Eso es lo que llamamos enseñar el espíritu de autodeterminación. En el partido nuestros camaradas blancos tienen la tarea especial de combatir el chovinismo de los trabajadores blancos y los camaradas de las nacionalidades oprimidas prestan atención especial a combatir las ideas nacionalistas estrechas de las nacionalidades oprimidas.
Como hemos explicado, no partimos de la idea de que la solución sea establecer repúblicas separadas, pero no descartamos la posibilidad de que surja la demanda de establecer una república afroamericana independiente. Eso se podría poner sobre el tapete en una situación revolucionaria y la lucha por el poder, o una vez que se haya tomado el poder. Es posible que surjan fuerzas negras que propongan la separación y que logren movilizar a importantes sectores de las masas negras para luchar por la independencia.
Apoyar u oponerse a una propuesta concreta de establecer una república afroamericana dependerá de las condiciones concretas del momento, del curso de la lucha revolucionaria para tumbar al sistema imperialista. Sin lugar a dudas, implicará complicadas vueltas y revueltas, pero sean cuales sean las circunstancias debe basarse en los principios revolucionarios.
Habrá que movilizar a las masas negras para resolver la cuestión de si debe establecerse una república afroamericana. Pero el proletariado se opondrá firmemente a decidir esto por medio de la fuerza o la intimidación, especialmente de la nación euroamericana. El método que se debe aplicar es la persuasión y no la coerción. Como dice el Borrador del Programa , el proletariado "se apoyará en las masas, especialmente las masas negras, para resolverlo sin violencia y en aras de la elevada causa de emancipar a todos los explotados y oprimidos".
¿Quién tiene el derecho de hablar sobre estos problemas? En una palabra: todo revolucionario que merezca llamarse así tiene el derecho y, aún más, la responsabilidad de proponer análisis y posiciones sobre asuntos de tanta importancia para la revolución como son la cuestión nacional, la emancipación de la mujer, la posición correcta sobre los inmigrantes, etc.
La validez de una posición no depende de quién la proponga; depende de la línea, o sea, de si el análisis o posición concuerda con la realidad... si representa un punto de vista y programa verdaderamente liberador... si identifica las transformaciones necesarias y posibles en esta etapa del desarrollo de la humanidad. Estos son los criterios para juzgar una posición.
Con respecto a la posición del PCR sobre la autodeterminación NAPO dice: "Ninguna organización, comunista o no, que sea predominantemente blanca tiene el derecho de proponer límites a la autodeterminación de los afrikanos". Ya hemos hablado de nuestra posición sobre la autodeterminación, pero tenemos que decir más sobre nuestro partido y nuestras responsabilidades.
En primer lugar, no es correcto caracterizar al Partido Comunista Revolucionario como una organización "blanca" o "predominantemente blanca". Somos un partido multinacional que se basa en el punto de vista e intereses revolucionarios del proletariado: una clase compuesta de muchas nacionalidades en Estados Unidos y que es una clase internacional. Aspiramos a representar los intereses de los proletarios revolucionarios de todas las nacionalidades. Nuestros militantes proceden de todas las categorías sociales de explotados y oprimidos. Hacemos trabajo revolucionario con las masas, y sectores más amplios, de todas las nacionalidades, y aprendemos de ellas al dirigirlas en la lucha. Nuestro partido pertenece al Movimiento Revolucionario Internacionalista, que está compuesto de partidos y organizaciones de países imperialistas y del tercer mundo.
En segundo lugar, tenemos la responsabilidad de analizar y tomar posiciones sobre una amplia gama de temas enlazados con la revolución y la transformación de la sociedad. Nuestro partido está comprometido a dirigir a las masas a tumbar el sistema capitalista-imperialista. Estamos comprometidos a hacer nuestra parte en la lucha por llegar al comunismo. Asumimos con toda seriedad esta responsabilidad de ser la vanguardia. Tenemos el deber de analizar la estructura y las relaciones sociales de este país. Tomamos muy en serio la tarea de hacer un balance de las lecciones históricas y de aprender de la experiencia revolucionaria de otros países.
Hacer revolución y dirigir una nueva sociedad requieren propósito y dirección unificadas, comprensión de cómo puede funcionar una nueva sociedad liberadora y de las soluciones para superar formas específicas de opresión e impulsar la lucha hacia la plena emancipación. Eso es lo que presenta el Borrador del Programa : una estrategia para conquistar el poder y una visión y plan para construir una sociedad liberadora. Por tanto, invitamos a NAPO y a otros a que comenten otros aspectos del Borrador, como: instituciones políticas, economía, ecología, cultura, etc.
No tenemos el monopolio de la verdad y aspiramos a aprender de otros. Cuando cometemos errores nos proponemos rectificarlos y entender sus raíces.
Tenemos una opinión sobre la cuestión nacional negra y el papel de la autodeterminación en la lucha revolucionaria en este país, que se basa en análisis histórico y social. Llevamos a cabo nuestro trabajo con cierta perspectiva, hacia una solución revolucionaria de la opresión nacional.
NAPO y otros también tienen opiniones e ideas sobre esto. Para NAPO la esencia de la lucha de los negros es la independencia. Pero NAPO ni ninguna otra fuerza política debe borrar la distinción entre tener una opinión y declarar que el problema ya está resuelto (como NAPO lo expresa).
Como hemos recalcado, el problema se resolverá en medio de las condiciones complejas de la lucha y los sacudones revolucionarios y, en última instancia, lo resolverán las masas del pueblo negro. En esas condiciones revolucionarias y a través de todas las luchas que desemboquen en esas condiciones, muchas cosas cambiarán de una manera radical. Mejor dicho, se darán cambios en las relaciones sociales y entre las diferentes nacionalidades. El comportamiento y las actitudes cambiarán. Naturalmente, después de que se tumbe al sistema imperialista y se establezca el poder revolucionario, todavía habrá que llevar a cabo enormes y profundas transformaciones.
Sin embargo, las masas estarán en una situación diferente: tendrán la experiencia de intensas y profundas luchas revolucionarias; habrán forjado unidad y desarrollado la conciencia política. En una situación así se verá si establecer una república afroamericana en el Black Belt del Sur corresponde a los intereses de las masas del pueblo negro, a sus aspiraciones, y veremos si ellas lo apoyan.
La opresión nacional engendra resistencia; engendra movimientos nacionales, dentro de los cuales contienden por influencia y dirección diferentes tendencias, corrientes y fuerzas de clase. NAPO luchará por su programa, como lo harán otros. Pero nadie le puede imponer a las masas su posición, y ninguna fuerza puede reclamar para sí el derecho de decidir cómo se resolverá el problema en nombre del pueblo negro.
Como dijimos al principio, nos alegra la seriedad con que NAPO hizo su crítica al Borrador del Programa . Tanto la crítica de NAPO como nuestra respuesta indican que tenemos profundas diferencias. Pero estamos juntos en las trincheras. Ambos queremos enterrar a esta bestia. Estamos seguros de que si aclaramos problemas clave y bregamos para profundizar la comprensión y la unidad, nos acercaremos más a ese día.