La campaña de Howard Dean

El candidato "antibélico" que apoya la guerra

Obrero Revolucionario #1225, 18 de enero, 2004, posted at rwor.org

Los medios lo llaman "el factor del odio": millones de personas detestan a George Bush. Piensan que la Casa Blanca de Bush es arrogante, monstruosa y estúpida, y que está llena de los directores de corporaciones que andan jodiendo al mundo. Piensan que se debe alejar a tal gente de los altos niveles del gobierno. y, por supuesto, tienen razón.

Por lo general, a esa misma gente la enfurecen los demócratas, que no han hecho nada por combatir los desmanes de Bush. y tienen razón.

Tras el 11 de septiembre de 2001, la Casa Blanca declaró una guerra sin fin contra el mundo y una emergencia permanente en el país. Casi todos los candidatos presidenciales demócratas lo alabaron y apoyaron, a veces con leves quejas: John Kerry, Joe Lieberman, John Edwards y el general Wesley Clark.

En el Congreso los demócratas votaron a favor de darle a Bush permiso para atacar a Irak; aprobaron la Ley Patriota, que hizo trizas las libertades civiles; y no dijeron ni mu ante la avalancha de mentiras que ofreció como pretexto para iniciar la guerra.

Millones de personas, entre ellos gran parte de los que normalmente votan a favor de los demócratas, se sienten sin voz ante todo lo que representa Bush. Esa situación ha generado una indignación que le ha dado mucho ímpetu a la campaña presidencial de Howard Dean (ex gobernador de Vermont), el favorito en las elecciones primarias que se celebrarán en los meses venideros.

Lo que hizo en Vermont

Dean es un demócrata conservador que no hace olas. Es de una familia prominente de la Bolsa (Wall Street) y en Vermont su gobierno se consideraba muy amigo de las corporaciones. Los militantes del Partido Verde de Vermont dicen que es partidario de los promotores y compañías de construcción que quieren convertir las montañas Green en una cadena de suburbios y centros turísticos. Se opuso a las medidas de minería y agricultura propuestas por los ambientalistas, y al Acuerdo de Kioto para restringir el calentamiento global.

Está a favor de más penales y mayores sentencias, y recortó los fondos para pagar abogados de los pobres. Es partidario de la "guerra contra la droga" e incluso se opone a la legalización de la marihuana por motivos médicos.

Pero también tiene ciertas ideas liberales en cuanto a temas sociales. Ante una ola de histeria derechista, apoyó una ley estatal que permite que los homosexuales se casen. Es médico y apoya el derecho al aborto, aunque con ciertas restricciones. Sus rivales están viendo a ver si practicó abortos personalmente. (Que se considere que practicar abortos descalifica automáticamente a un candidato presidencial dice mucho sobre lo reaccionaria que es la política de ambos partidos).

Venias al racismo

Dean se ha pintado como el candidato dispuesto a hablar de temas polémicos y como el único demócrata que hablará "acerca del racismo con los blancos". En una ocasión dijo que quiere ser el candidato de los blancos sureños que ponen la bandera del Sur (símbolo de la esclavitud y el racismo) en su camioneta.

Por supuesto, ¡esa manera de hablar "acerca del racismo con los blancos" no es nada nuevo!

Más tarde dijo que entendieron mal sus palabras y que cree que el Partido Demócrata debe enfocarse en los temas en que están de acuerdo incluso los blancos racistas, como la necesidad de crear más empleos.

Cuando se postuló a la gobernación, dijo que se oponía a la pena de muerte. Pero ahora, como candidato presidencial, dijo que está a favor: "No me molesta que ejecuten a una persona que cometió un delito atroz". Tampoco le molesta que un sistema judicial racista e injusto condene de tales delitos a los negros y a los pobres.

En Vermont los radicales señalan que Dean tildó a los que protestaban contra la ejecución de Mumia Abu-Jamal de "bola de delincuentes".

Todo eso obedece la lógica de que en el clima actual el Partido Demócrata debe evitar el tema de la igualdad y la oposición al racismo.

Se dice que Dean metió la pata cuando hizo un comentario positivo sobre los que ondean la bandera del Sur, pero ¿no será que lo dijo con toda intención? Tendrá que ganar las elecciones primarias en varios estados sureños, como Carolina del Sur, donde Bush dijo algo parecido en 2000. Además, el sistema político exige que los candidatos demócratas prueben que no le hacen venias a los negros. (Por ejemplo, en 1992, Clinton criticó públicamente a la rapera Sista Souljah).

La declaración sobre la bandera sureña es una manera de decir que en estas elecciones se debe aceptar una posición muy reaccionaria sobre la opresión de los negros, con el pretexto, por supuesto, de derrotar a Bush.

Algunas preguntas: ¿Qué posibilidades hay de alcanzar cambios auténticos por medio de un sistema que requiere tales declaraciones?

Si la gente progresista acepta la lógica de Dean y guarda silencio (para "derrotar a Bush"), ¿qué injusticias tendrá que aceptar?

Si le dicen que hay que forjar alianzas con las corporaciones y con los sectores racistas del Sur, ¿qué aliados y posibilidades tendrá que traicionar?

Cómo ganar la guerra que supuestamente no le gusta

Dean condena la manera en que el gobierno de Bush ha librado la guerra de Irak y las mentiras que ofreció como pretexto, y por eso es el candidato demócrata más popular. Pero nunca ha condenado la guerra en sí.

Hace poco el senador John Kerry recordó que el 6 de octubre Dean endosó un proyecto de ley para darle a Bush permiso para atacar a Irak.

El 15 de diciembre dijo: "Las dificultades y tragedias que enfrentamos en Irak demuestran que esta administración inició la guerra en un momento y con una estrategia erróneas, sin planificación o ayuda suficientes y a un precio excesivo. Una administración dispuesta a cooperar con otros hubiera podido tumbar a Saddam y reconstruir el país a un costo menor y con menos riesgo".

Además, ahora dice que se debe continuar la guerra y derrotar a la resistencia.

El 2 de julio, un corresponsal de la emisora National Public Radio le preguntó: "¿Qué haría diferente en Irak en la posguerra?"

Dean contestó:

"Ahora no podemos retirarnos. No podemos permitir que reine el caos o que tome el poder un gobierno fundamentalista, porque crearía terreno fértil para Al Qaeda. Lo primero que haría es invitar a 40,000 ó 50,000 soldados de los países árabes, de nuestros aliados musulmanes, de la OTAN y de la ONU. Antes de la guerra el general Shinseki dijo que no teníamos suficientes soldados, y la administración no le hizo caso. Tiene razón. Es una lástima que no le hizo caso a sus propios expertos militares. Tenemos que despachar más tropas para mantener el orden. Tenemos que pedir pericia de los que saben controlar a los países donde reina el desorden y crear instituciones democráticas. Tendremos que quedarnos mucho tiempo en Irak; no podemos irnos".

Dice que "las tropas tienen que regresar" pero que no hay una manera de retirarlas ahora "y cumplir nuestra responsabilidad".

O sea, la "estrategia de salida" de Dean es la misma que la de Bush o del general Wesley Clark: reemplazar a algunos soldados estadounidenses con soldados iraquíes y de países aliados. Pero dado que los demás países no van a despachar soldados a pelear en una guerra que no se puede ganar, hay que mantener al ejército en Irak para aplastar la resistencia.

Su plan es atrincherarse, despachar más tropas, aplastar la resistencia e imponer un gobierno títere. Dice que esa guerra no cuadraba con los intereses imperialistas de Estados Unidos, pero que ahora esos mismos intereses exigen quedarse y ganar.

No es una posición antibélica. Incluso si viene acompañada de críticas de Bush, es una posición a favor de la guerra.

Cómo dirigir el imperio

"Busco devolver a América a su debido lugar en el mundo como líder moral. Somos la única superpotencia. En asuntos exteriores y militares nuestra política debe ser que América dirija al mundo, no que se opone a él".

Del website de Howard Dean

"Dean dijo que en algunos casos la diferencia entre él y Bush es de tono y temperamento".

Washington Post, 14 de diciembre

Al nivel fundamental, Dean es partidario de la dominación mundial estadounidense, por la fuerza de las armas. Su crítica de la camarilla de Bush es que no la defiende adecuadamente, que ha dejado al país más aislado, no más poderoso.

Muchas veces ha dicho que apoya todas las guerras recientes de Estados Unidos: el golfo Pérsico, Yugoslavia y Afganistán. En junio de 1998, defendió el bombardeo de Irak por el presidente Clinton: "No creo que hubiéramos podido forjar una coalición internacional para invadir o bombardear a Saddam". "Como presidente", agregó, "no dudaría en despachar a las fuerzas armadas a defender a nuestro país, nuestros aliados o nuestros intereses nacionales".

Apoya el concepto de "ataques preventivos": "No cabe duda de que un país soberano tiene el derecho de librar una guerra preventiva contra una amenaza inminente a la seguridad nacional". Critica la "doctrina de Bush" porque extiende ese "derecho" a amenazas potenciales.

El 21 de diciembre le dijo al Washington Post que apoya amenazar a Corea del Norte y se opone a levantar las crueles sanciones económicas contra Cuba.

En su website dice que se opone a recortar el presupuesto militar (que ha alcanzado un nivel grotesco) y que quiere aumentar el presupuesto de "seguridad de la patria" (más vigilancia, más militarización de la frontera, más policías y más histeria sobre "seguridad").

Lo que sobresalen son las similitudes entre Dean y Bush.

Además, Dean es firme defensor de Israel y dice que su posición se asemeja a la del Comité América-Israel sobre Asuntos Públicos (el grupo sionista conservador de cabildeo muy amigo del gobierno derechista del primer ministro Ariel Sharon).

Apoya la táctica de enviar escuadrones de asesinos a atacar a los palestinos: "Déjenme decirlo sin pelos en la lengua: apoyo los asesinatos selectivos. Son combatientes enemigos en una guerra e Israel tiene todo el derecho de matarlos antes de que maten a israelíes". Condena a Irán y otros países que "apoyan el terrorismo palestino".

Incluso apoya la construcción de una cerca para aislar a las zonas palestinas de Cisjordania: "De los planes de la cerca que vi hace un año y medio. concluí que la cerca es cuestión de seguridad".

Apoya las maniobras de Israel y Estados Unidos para destronar a Yasir Arafat como dirigente palestino: "No creo que vamos a ver la paz en el Medio Oriente mientras que Arafat detente el poder. En esto estoy de acuerdo con el presidente". (Jewish Week, octubre de 2003)

Hay tan poca diferencia que Dean ha alabado al secretario de Estado Colin Powell (importante arquitecto de la guerra contra Irak) y sus asesores dicen que quieren que continúe en su puesto si Dean gana.

Por supuesto, ofrece algunas críticas. El 21 de diciembre le dijo al Washington Post:

"Creo que Estados Unidos tiene que dirigir trabajando de la mano con nuestros aliados en aras de nuestros intereses comunes, en vez de defender nuestros intereses unilateralmente. Mi programa es claro: primero, fortalecer nuestras fuerzas militares y servicios de espionaje, garantizar que nuestras tropas tengan la mejor capacitación y equipo posibles y comprometernos a darles el debido salario y prestaciones. Segundo, reconstruir nuestras alianzas, que el actual gobierno ha dañado".

Esto no significa que Dean rechaza los ataques unilaterales o que piensa que Estados Unidos debe subordinarse a las alianzas o instituciones internacionales. Solo quiere decir que, como muchos sectores de la clase dominante, piensa que la política de la camarilla de Bush ha aislado al país innecesariamente.

Dean y el resto del Partido Demócrata proponen atraer a otras potencias a desempeñar un mayor papel en la defensa de un orden mundial dominado por Estados Unidos.Dicen que tiene que hacer ciertas concesiones para compartir el peso de librar la guerra y defender el imperio.

La camarilla de Bush, por el contrario, dice que debido a la superioridad militar, Estados Unidos no tiene que hacer concesiones a las demás potencias.

O sea, es un debate entre los imperialistas sobre cómo gobernar su imperio.

¿Resistencia o subordinación?

Fred Barnes, perro de ataque del Partido Republicano, escribió hace poco que en 2004 se decidirán "la guerra contra el terrorismo y la de Irak". Para él lo peor de todo sería que "se ponga en peligro la hegemonía estadounidense en el mundo", y pide que todas las figuras políticas (incluso los Clinton, que odia) lo impidan.

Esto da una idea del miedo que tienen de lo que podría pasar en los meses que vienen.

La política oficial anima a la ciudadanía a apoyar a un candidato u otro como paladín de sus intereses y esperanzas. Así, algunos creen que la campaña de Howard Dean es una manera de oponerse a la guerra de Irak y a las medidas agresivas de Estados Unidos por todo el mundo. Dean se pinta como luchador y opositor al gobierno de Bush.

Pero los maoístas dicen: cuidado de embarcarse en un barco pirata porque ondea una bandera amiga.

Franklin Foer, columnista de la revista New Republic,escribió el 23 de diciembre: "Los partidarios más razonables de Howard Dean dicen que hasta la fecha su campaña ha sido un juego de manos. Ha aprovechado el odio hacia Bush y la oposición a la guerra, pero en realidad Dean no es izquierdista como algunos de sus partidarios, sino centrista. Una vez que gane la nominación del partido explotando la indignación de la izquierda, se desplazará al centro".

Si llega a la Casa Blanca, se dedicará a la defensa del imperio y a la dominación militar, e incluso a conquistar a Irak y librar la guerra sin fin contra el mundo en nombre de la "guerra contra el terrorismo".

Una pregunta: ¿Qué significará si el movimiento de resistencia se subordina a un programa electoral demócrata fundamentalmente pro guerra y pro imperialista, y si desperdicia así sus energías y recursos?

Dean es un demócrata conservador que no hace olas.

La declaración sobre la bandera sureña es una manera de decir que en estas elecciones se debe aceptar una posición muy reaccionaria sobre la opresión de los negros, con el pretexto, por supuesto, de derrotar a Bush.

Ahora dice que se debe continuar la guerra y derrotar a la resistencia.

Apoya la táctica de enviar escuadrones de asesinos a atacar a los palestinos.