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Revolución #133, 22 de junio de 2008

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La campaña de Barack Obama:

¿La gente debería sentirse bien acerca de este país?

El  surgimiento de Barack Obama, como candidato presidencial por el Partido Demócrata, presenta importantes cuestiones. Una de ellas, que es un elemento central del mensaje básico de Obama, es si la gente que no se ha sentido bien acerca de este país, ahora tiene algo acerca de lo que sentirse bien: que un afroamericano es el nominado de uno de los principales partidos políticos por la primera vez en la historia del país, y que promueve un mensaje de “esperanza” y “cambio”.

¿Deberíamos sentirnos bien acerca de este país ahora?

La gente está indignada y horrorizada acerca de lo que este país ha estado haciendo. Millones de personas no se sienten bien acerca de este país ahora mismo. Tienen razón.

Veamos un ejemplo básico: la llamada “guerra contra el terror”. Se lanzó esta guerra después de los ataques a las torres gemelas de Nueva York y al Pentágono del 11 de septiembre de 2001, en que resultaron muertas casi 3 mil personas. Bajo el pretexto de esta “guerra contra el terror”, el régimen de Bush:

¿Quién puede olvidar el mono anaranjado, al hombre encapuchado y a la soldada estadounidense con la sonrisa burlona que levanta el pulgar mientras se posa con un cadáver?

Sí, la gente NO se siente bien acerca de todo eso, y NO debería sentirse bien acerca de eso, y muy justamente mucha gente se siente asqueada, enfurecida y muy afectada acerca de eso. Sí, se siente, y debería sentirse, profundamente avergonzada acerca de eso.

Toda una historia…

Bien, es importante entender que nada de eso empezó con Bush. Mucho antes de Bush, Estados Unidos libró guerras y patrocinó guerras de sustitutos en esta región, las que cobraron cientos de miles de vidas desde la II Guerra Mundial2 . La CIA impuso a tiranos como el Cha de Irán y tuvo que ver en el ascenso de Saddam Hussein, mediante golpes de estado militares, y trabajó mediante la fuerza para reprimir a todos los movimientos o grupos nacionalistas revolucionarios o comunistas viables en la región.

Bush institucionalizó la utilización abierta y legal de la tortura, pero antes de eso, la administración de Clinton secuestró y “entregó” a individuos en todo el mundo, y los mandó a países como Egipto consciente y con la esperanza de que serían sometidos a horrendas torturas3 .

El gobierno estadounidense también ha respaldado a otros regímenes opresores como la familia real saudita, y los regímenes de Sadat y Mubarak de Egipto, etc., con enormes cantidades de ayuda militar. Además, como piedra angular de su política general, Estados Unidos ha apuntalado a Israel como estado colono altamente militarizado y lo apoya mientras somete a los palestinos a terror, exilio, matanzas y una ocupación draconiana, a fin de proteger los “intereses” imperialistas estadounidenses en la región.

¿Y cuáles son esos intereses? No son sino la dominación del petróleo de la región, como fuente de superganancias y como arma estratégica en contra de las potencias rivales. Según esa necesidad, los imperialistas estadounidenses necesitan, según sus intereses y su punto de vista, dominar y determinar la política de la región. Durante décadas, estas políticas han hecho que se salieran ríos de de ríos de petróleo del Medio Oriente y que corrieran ríos de sangre a través de esta región.

Se lanzó la propia “guerra contra el terror”, o sea, el “desarrollo creativo” de Bush de todo eso, a fin de proteger más esos intereses, y específicamente para reconfigurar el terreno político y social de la región en plan de vencer los desafíos provenientes de las corrientes del fundamentalismo islámico político y de sus rivales imperialistas a esos intereses. Estos no son los intereses fundamentales de la mayoría de los estadounidenses, ni de los intereses de los pueblos del mundo, pero SÍ SON los intereses de los imperialistas gobernantes que liderean este sistema y están al centro del “estilo de vida estadounidense”.

Y, si tuvieras un poco de conocimiento de esta historia, de los crímenes cometidos y de los intereses detrás de los mismos, NO deberías sentirte bien acerca de Estados Unidos ni de lo que ha hecho.

…Y un panorama mucho mayor

Como se sabe, el Medio Oriente es solamente una parte del mundo, y lo que acabamos de examinar es solamente un período corto, y una dimensión de lo que confrontan los pueblos del planeta. Pero veamos al mundo. Escoge a un país: Haití, Sudáfrica, México, Vietnam… Dondequiera que veas, encuentras la misma clase de historia. Y cuando analizas más a fondo, encontrarás estos mismos intereses, la maximización de ganancias, impuestos mediante invasiones, golpes de estado, dictadores títeres y masacres de Estados Unidos.

¿Y qué de los propios Estados Unidos? El desarrollo general de este país lo motivó el capitalismo, y se ha desarrollado mediante la explotación más aplastante de millones y millones de personas, generación tras generación, que entregan sus vidas al enorme poder y riquezas de un puñado relativo de personas. El territorio de esta nación, “de costa a costa”, se robó mediante el casi genocidio de los amerindios. Una buena parte de las riquezas de esta nación se produjo con esclavos africanos, secuestrados brutalmente en sus hogares, y a veces asesinados y violados en el proceso. Su trabajo, bajo el látigo del capataz, hizo que prosperara la agricultura del Sur y también sentó buena parte de los cimientos del transporte, industria y comercio del Norte. Aun después del fin de la esclavitud formal, los negros seguían sometidos al Sur del Ku Klux Klan y las leyes racistas Jim Crow, y luego en los ghettos y fábricas del Norte, y hoy con frecuencia los han descartado y criminalizado. Además, hoy, de las plantas procesadoras de carne de Iowa a los campos de Florida y California, millones de inmigrantes viven a la sombra, tachados de “ilegales”, y trabajan en las condiciones más explotadoras.

Piensen en cómo, al servicio de esos intereses, murieron millones, o tuvieron la vida saqueada y mutilada. No, la gente no debería “sentirse bien” acerca de eso, y mucha  gente ahora no se siente bien acerca de eso.

Las grandes riquezas de los gobernantes de este país, extraídas “en el territorio nacional” y de manera aún más vil en el resto del mundo, es hoy la base de la máquina militar más poderosa de la historia universal. Ese poderoso aparato militar, con miles de armas nucleares, impone todo este sistema. De las bases militares en 130 países del mundo a los sustitutos y los gendarmes regionales (como Israel), este aparato militar ha traído muerte y destrucción de Somalia a Nicaragua, y de Irak a Vietnam.

Si no puedes sentirte bien acerca de todo eso, si estás indignado, tienes razón. Pero hay que preguntar: ¿qué se necesitaría para cambiarlo de verdad?

Si Obama fuera presidente, ¿cambiaría todo eso de verdad?

Volvamos a un ejemplo muy saliente de la llamada “guerra contra el terror” y veamos lo que el propio Obama está diciendo acerca de lo que haría como presidente, y qué se vería impelido a hacer si fuera presidente.

Es cierto que Obama se opuso a la invasión de Irak, pero no está llamando a retirarse de Irak ahora. En su discurso de retirada y cronogramas, como escribió el Los Angeles Times hace poco, Obama “se protege de manera cuidadosa, dejando la opción de tener más tiempo, y dejar más soldados ahí, si así lo requirieran los acontecimientos”. Obama dice que, como presidente, “nos retiraremos tan cuidadosamente como que temerariamente entramos”. ¿Deberías sentirte bien acerca de eso? ¿Que él utilice el hecho de que al principio se opuso a la guerra a fin de vacilar sobre una retirada pero dejar las bases para permanecer “si así lo requirieran los acontecimientos”?

Y si Obama lanzara una guerra contra Irán sobre la base de la “prueba” de un programa de armamento nuclear (proporcionada por los mismos mentirosos que inventaron las “armas de destrucción masiva” de Irak), pero solamente después de ofrecerse a “platicar” con el presidente iraní Ahmadinejad, ¿eso debería hacer que te sintieras bien acerca de este país? (Que no se olvide que Obama, en un importante discurso que analizamos la semana pasado, señaló: “Haré todo lo que esté en mi poder para prevenir que Irán obtenga un arma nuclear”, y ¡se apartó del texto preparado para repetir la palabra “todo” tres veces!)

¿Deberías sentirte bien acerca de este país si, tal como Obama ya ha prometido, mantiene su apoyo incondicional a la violenta represión israelí de los palestinos y a la agresión militar israelí contra otros países, y a que Israel conserve su arsenal de hasta 150 armas nucleares, y que, además, Obama celebre algunas reuniones con la Autoridad Palestina?

¿Por qué algo de eso sería una razón para sentirse bien acerca de este país? Pero, esos son precisamente los límites del cambio que promete Obama.

Obama, que quede claro, se está postulando a la presidencia de Estados Unidos. Eso quiere decir ser presidente de un imperio que chupa la sangre de miles de millones de personas y que utiliza la máquina militar más terrible de la historia para imponerlo. Cuando Obama habla del “cambio”, habla del cambio al servicio de todo eso y a fin de conservarlo. Hay que prestar atención al contexto general en que Obama habla de la ocupación de Irak y la “guerra contra el terror” en general. Cuando lo haces, lo escucharás hablando acerca de cómo llevar a cabo la dominación militar, económica y política estadounidense del Medio Oriente. Y si llegara a ser presidente, presidiría un sistema global de capitalismo-imperialismo, en contienda con otros países capitalistas, que reprime a cualquier oposición mediante las estructuras económicas y políticas que imponen eso, y de recurso fundamental mediante amenazas de violencia militar o la utilización de la misma. Ese marco define los términos para el que se postule a la presidencia, al ejecutivo en jefe, de ese sistema. Obama no puede colocarse por encima de eso, y no quiere hacerlo.

El imperio —sus consecuencias por todo el planeta, y lo que se requiere para mantenerlo— no es nada acerca de que sentirse bien.

Necesitamos un cambio revolucionario, fundamental

Pero esa es la pregunta que hay que contestar: ¿quieres vivir en un imperio en que el gobernante sea capaz de hacerte “sentirte bien” acerca de los crímenes (o al menos “aceptarlos”), los cuales necesariamente acompañan el mantenimiento de un imperio; o quieres vivir en un mundo sin imperios?

La campaña de Obama no se trata y no se puede tratar de solucionar en lo fundamental las cosas que hacen que millones de personas no se sientan bien acerca de este país. Pero una parte importante de lo que se trata la candidatura de Obama, y por qué ha llegado hasta donde haya llegado hasta ahora con el aval del orden establecido, es que se trata de desviar la furia de modo que la gente se sienta bien acerca de este país.

No se trata de que no se pueda hacer nada acerca de las cosas que los gobernantes de este país han hecho o están haciendo, en este país y en todo el mundo. Sí se puede, pero únicamente fuera de los mortales confines de un sistema que no permite nada salvo participar en la elección ritual de quién presidirá los siguientes cuatros años de opresión.

Lo que todo esto ilustra con aún más contundencia es que necesitamos un sistema radicalmente diferente y nuevo, y una revolución para crear ese sistema.

No necesitamos el cambio que nos permiten, y en el cual nos dicen que debamos creer, que no cambia nada en lo fundamental. Necesitamos un cambio revolucionario, fundamental.   

1. Si bien el mundo sabe de Abu Ghraib y Guantánamo, una buena parte de esta red de tortura sigue oculta, en cárceles europeas secretas, barcos de la armada estadounidense y bajo contrato mediante “entregas” a otros regímenes. Hace poco, el organismo de derechos humanos Reprieve dijo que “por su propia admisión, hoy el gobierno estadounidense tiene a cuando menos 26 mil personas presas sin juicio en cárceles secretas, y según los datos, hasta 80 mil han pasado ‘por el sistema’ desde 2001”.[back]

2. La guerra entre Irán e Irak, de 1980 a 1988, la inició Saddam Hussein con el aval de la administración de Carter en plan de debilitar a la República Islámica de Irán. Estados Unidos fomentó la guerra, con ayuda militar en distintos momentos para ambos bandos. El saldo de muertos de la guerra abarca de cientos de miles de soldados a extensas muertes civiles. Ver “Estados Unidos e Irán: Una historia de dominación imperialista, intriga e intervención, parte 6, Los años 80: Doble juego, traición y matanza en el golfo Pérsico”, de Larry Everest, en revcom.us.[back]

3. Ver “Outsourcing Torture: The secret history of America’s ‘extraordinary rendition’ program”, de Jane Mayer, The New Yorker, 14 de febrero de 2005.[back]

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