Revolución #135, 13 de julio de 2008

Observaciones de un lector sobre la “Respuesta del PCR a las ‘Nueve cartas’ de Mike Ely”


Nota de la redacción:

Hace unos meses, colocamos en nuestro portal una polémica titulada: “¿Atascado en el ‘horrible presente capitalista’, o forjar un camino hacia el futuro comunista?”, escrita por un grupo de escritores del PCR para responder a “Nueve cartas a nuestros camaradas: Más allá de la nueva síntesis de Bob Avakian”, de Mike Ely.

Los siguientes párrafos al comienzo de la polémica dan una buena idea de los puntos principales que aborda:

Mike Ely y las “Nueve cartas” se equivocan con respecto a cada cuestión importante, y son un ataque oportunista y sumamente carente de principios contra el Partido Comunista Revolucionario y su dirección.

Sobresale no simplemente el hecho de que Mike Ely y las “Nueve cartas...” se equivocan en cuanto a las concepciones políticas y la estrategia, la filosofía y la ideología, la dirección comunista y las contribuciones de Bob Avakian. Sí hace todo eso, pero lo que más asombra es que ¡NI SIQUIERA estamos hablando del mismo proyecto!

Hace poco, recibimos unas observaciones sobre nuestra polémica, y las colocamos también en nuestro portal. Las escribió alguien que lee Revolución y que conoce la historia del PCR, EU, y del movimiento internacional en general. Sus observaciones contribuyen a resaltar los puntos principales de la polémica y, por eso, en consideración a nuestros lectores, las publicamos a continuación en la versión impresa del periódico, con unas notas. (Las observaciones se refieren a ciertos puntos que aborda “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, partes 1 y 2”, de Bob Avakian, que está en revcom.us, y la respuesta a Mike Ely y las Nueve cartas, “¿Atascado en el ‘horrible presente capitalista’, o forjar un camino hacia el futuro comunista?”, también en revcom.us, pero por ahora en inglés).

 

Primero que todo, se trata sin lugar de dudas de otra ronda contra el menchevismo1 : la descarada capitulación y la rebelión reaccionaria contra una línea, visión y dirección comunista revolucionaria aún más cabal que hace 30 años, en un tiempo en que los horrores de este sistema y la necesidad de deshacernos de él se manifiestan y se sienten en formas más sangrientas y devastadoras que en aquel entonces (por ejemplo, en la “crisis alimentaria” y la creciente hambruna de muchos países que ahora vemos en los titulares) y en que tenemos a nuestra disposición avances cruciales en la teoría de la revolución comunista y la ruptura hacia un mundo completamente nuevo, con los que podemos bregar (y los que podemos desarrollar más), mientras también está en marcha la lucha para capacitar a las masas y dirigirlas a transformar todos esos avances en una fuerza material, la cual ha empezado a tener éxitos (aunque está lejos todavía de lo que se necesita). Su respuesta es realmente una nueva arma crucial en esta lucha de vida o muerte. Es muy cierto que él [Mike Ely] (y sus compinches) se ven obligados y seguirán viéndose obligados a atacar al PCR y haciendo todo lo posible para destruirlo, además de tratar de “echar al suelo” y desacreditar a Bob Avakian y meter una cuña entre él y las masas, porque todo el proyecto de ellos depende de que no haya una línea y fuerza comunista que forja un camino verdaderamente revolucionario hacia el futuro. Eso es su único propósito. No tiene nada de nuevo, pero pretende hacerlo de una manera más sutil, de disfrazar con más astucia la esencia de su línea y su camino (al menos por un rato) con el eclecticismo2 y de traficar con los prejuicios anticomunistas, el relativismo posmodernista y las ilusiones democrático-burguesas, y presentar la claudicación como una “alternativa revolucionaria” que puede “funcionar”.

La respuesta de ustedes es excelente porque pone al descubierto y derrota el llamamiento de Mike Ely a dar la vuelta y correr hacia el pantano, y también porque hace nuevas rupturas con el economicismo3 y el eclecticismo (que es revisionismo) en nuestras filas, forja mayor claridad y unidad en torno a la nueva síntesis de la teoría y la metodología comunistas (como, luchando mucho y aprendiendo a aplicar mejor la ciencia, posiblemente entre las nuevas fuerzas que son tan necesarias). Es un aporte muy importante; contribuye mucho a una ampliación de los puntos clave de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad y, al compararlos directamente con las formulaciones de Mike Ely, agudiza y profundiza la ruptura con el economicismo (y el eclecticismo), que hoy es una lucha continua para el movimiento comunista internacional y para las nuevas fuerzas avanzadas que hay que unir a él.

Por ejemplo, su respuesta muestra el reformismo de la formulación de Ely: “Una organización revolucionaria tiene que integrarse, en su nombre y sin intermediarios, a las luchas populares y, a la vez, unirse a una variedad de otras organizaciones (o iniciarlas). Y tiene que atraer el pensamiento de la gente hacia soluciones comunistas, concebidas creativamente, a este horrible presente capitalista...” [la traducción de las citas del documento de Ely son de Revolución]. Al leer esa formulación, no es obvio inmediatamente que él esté hablando de “soluciones” que no sean la revolución, es decir, que se hacen dentro del sistema y no mediante su derrocamiento. Ustedes abren camino por entre todo el eclecticismo para mostrar que eso es la esencia de esa formulación, y cómo y por qué es exactamente la antítesis de dirigir a las masas a hacer la revolución comunista.

Lo mismo ocurre con la formulación de que “los comunistas necesitan una cultura de organizar a la gente para librar fuertes luchas en torno a las cuestiones de más importancia de la sociedad. Y necesitamos un nuevo sentido profundamente creativo de cómo llevar los conocimientos revolucionarios a los que quieren cambiar el mundo”. Ustedes resumen la esencia de eso, o sea, que en el mejor de los casos significa que “los comunistas son el motor y los líderes de luchas de masas, y los principios y las metas comunistas y revolucionarios se revelan a raíz de ellas” (una idea que sigue influenciando a muchas personas). Luego plantean las dos líneas respecto a cómo determinar cuáles son las “luchas más importantes”: mediante una evaluación científica de qué cuestiones concentran la naturaleza del sistema y un “análisis de cómo todo eso cuadra con una estrategia de repolarizar la sociedad a favor de la revolución”; o basándose en cuáles luchas atraen a la mayor cantidad de seguidores en un momento dado.

Después, abordan las dos líneas sobre qué “conocimientos revolucionarios” hay que llevar a las masas, y muestran que aquí se trata del economicismo clásico: la construcción de luchas para atraer a gente, sin relación a la revolución y el comunismo, que se convierte en un fin en sí, y el único criterio sea la cantidad de fuerzas atraídas, y a la larga sea “el movimiento lo es todo, el objetivo final nada”. Esclarecen muy bien dónde radica la diferencia en realidad: que no se trata de si los comunistas deben dirigir a movimientos de masas y luchas o no en torno a los problemas importantes de la sociedad; sino que si los dirigen como un fin en sí (y solamente en la medida que grandes cantidades de personas ya estén en movimiento en torno a problemas específicos) o si “dirigen tales movimientos con un trabajo ideológico y político que contribuya a la revolución comunista... con métodos de dirección que se apoyen en las masas y las desencadenen”. Lo que señalan sobre la necesidad de “combatir la tendencia espontánea de las masas a cobijarse bajo el ala de la burguesía” y el ejemplo tomado del movimiento antibélico de “apoyar a las tropas” es muy bueno. Y luego, cómo deslindar los campos en general: abordar todo eso partiendo de la premisa de servir la lucha para la revolución y el comunismo, o subordinar y asfixiar esas metas en cualquier lucha determinada o promover la ilusión de que dichas metas se revelarán espontáneamente o que de alguna manera brotarán orgánicamente de esas luchas, que es “...la esencia de una línea economicista revisionista”.

Los argumentos adicionales desde diversos ángulos sobre cómo y por qué el salto a una conciencia comunista no puede ocurrir espontáneamente son muy buenos: es falsa la insistencia parcial en que la conciencia se desarrolla en el curso de la lucha política (la tergiversación de Mike Ely de la Gran Revolución Cultural Proletaria, en que liquida el papel de la línea y la dirección de un partido comunista de vanguardia); que un conocimiento científico de la contradicción fundamental, la naturaleza del estado, la ruptura con el marco democrático-burgués y el reconocimiento de la necesidad de la revolución y el comunismo no pueden ocurrir espontáneamente, y que representan una ruptura radical con relación a las luchas de masas. Más adelante, muestran que Mike Ely no postula correctamente cómo bregar con los problemas de atraer a la gente a un polo comunista revolucionario hoy (se opone a la investigación profunda de las cuestiones y las lecciones surgidas de la primera ola de revoluciones comunistas), que la dizque “enfoque lineal” del PCR es su propio invento y no del PCR, y en realidad la visión de Ely de la relación entre la lucha y la conciencia es lineal y extremadamente simplista. El análisis del papel de lo objetivo y lo subjetivo en la maduración de un pueblo revolucionario es muy importante, y el análisis de los años 60 para ilustrar que “las corrientes revolucionarias y de oposición” no se transformaron (y no lo harán jamás) “en una conciencia comunista” espontáneamente (y tenemos que bregar con ese punto y comprenderlo y aplicarlo mucho más correcta y conscientemente en nuestro movimiento en general). Al criticar el rechazo de Mike Ely a la ideología, su oposición a llevar la lucha ideológica con las masas y su oposición al mayor énfasis que el “qué hacerismo enriquecido” da al proceso de integrar a las masas al trabajo con las ideas, a las discusiones y polémicas sobre el arte, las ciencias, la filosofía, la cultura, etc., y de bregar con los grandes problemas ideológicos y políticos del comunismo, la dictadura del proletariado y la revolución, este documento deja en claro de una manera muy concentrada por qué esos conceptos son tan cruciales, por qué no puede haber una revolución proletaria sin ellos, y el papel crucial que desempeña una fuerza avanzada, un núcleo que tiene la visión de emancipar a la humanidad, que debe luchar por dirigir y establecer condiciones diferentes en una situación revolucionaria (contrarrestar la gran ola de tendencias pequeño-burguesas), desviar la lucha hacia la toma del poder, y hacer que el nuevo poder tenga un carácter verdaderamente comunista, además de cambiar el terreno al máximo grado que sea posible ahora. Comprender eso y actuar sobre esa necesidad es algo que [Mike Ely] ataca y descarta como “idealista”. La totalidad de esta crítica contribuye mucho a esclarecer por qué no se perfilará ninguna revolución ni comunismo con esta línea [de Ely].

La lucha entre dos líneas sobre la religión es muy aguda y muy importante. Se trata de una fuerte lucha con las masas y exactamente por eso muchas veces el núcleo titubea ante la necesidad de hacerla con la audacia necesaria para tener un debate franco (y/o tiene confusión sobre cómo hacerla). La respuesta a Mike Ely saca a la luz su eclecticismo y lo destruye teóricamente con muy buenos argumentos que tienen una importancia y aplicación más amplias: ¿es la religión “el sentimiento de un mundo sin corazón” o es un gran obstáculo a dejar atrás a este mundo sin corazón?; (las dos formas en que la religión encadena a la gente es una explicación concentrada buenísima); “la necesidad muy sentida de alivio extático y consuelo mutuo en un mundo horroroso” en oposición al hecho de que esas creencias son una cadena y un peso encima de las masas; el cinturón de la Biblia no es el cinturón de los linchamientos porque incluye a las iglesias afroamericanas, en oposición a la realidad de que la Biblia cristiana ha sido una piedra angular de la misma supremacía blanca que produjo los linchamientos, y el hecho de que muchas víctimas estaban y están atadas a ese sistema reaccionario de creencias solo agrava la situación; el supuesto de “respetar” a las personas “conociendo” sus creencias y por qué son creyentes, en oposición a verdaderamente respetarlas retándolas con la verdad, y tener la confianza estratégica de que pueden abrazarla y empuñarla para emancipar a la humanidad, con la expectativa de que se pongan a la altura de lo que son capaces de hacer. La manera en que Mike Ely “comprende” la necesidad que sienten las personas de la religión es prácticamente una “oda” a los beneficios del “bálsamo” que por poco proclama que se trata de algo bueno para el pueblo, una necesidad real (como sostiene Karen Armstrong). Rezuma desprecio, y también embellece la religión hasta que parezca que esas creencias (por lo menos entre los oprimidos) hacen más bien que mal en el mundo.

En cuanto al concepto de “Vivir en la casa de Tony Soprano”4 , estoy de acuerdo de que se trata de un chovinismo imperialista asqueroso y, otra vez, [Mike Ely] muestra un desprecio hacia la gente y lo que puede llegar a ser y lo que debe llegar a ser, y trata de justificar su adoración de las actitudes espontáneas de las masas, uniéndose con ellas bajo el ala de la burguesía, en nombre de “no culpar a las masas”. Ustedes señalan las consecuencias horribles de eso históricamente en los países imperialistas y el determinismo revisionista que trata de justificarlo (lo deseable es lo posible... lo que ya está pasando).

La crítica filosófica y epistemológica es muy, muy buena. Me parece que desarrolla más puntos sobre la verdadera relación dialéctica entre la teoría y la práctica. Muestra cómo Marx, Lenin y Mao desarrollaron la ciencia, aprendiendo de la práctica humana en un sentido amplio y de gran alcance, y desarrollaron la teoría de modo que “se adelante a la práctica”, y por qué eso es necesario para dirigir la práctica revolucionaria hacia nuevos avances, o no hará avanzar la revolución comunista. Es crucial comprender el último punto de que “dirigir a las masas a hacer la revolución depende de una dialéctica compleja de los ‘jalones’ de los horrores de esta sociedad y de los ‘jalones’ de un mundo radicalmente diferente que es visionario y viable”. Este análisis es lo que sustenta “el qué hacerismo enriquecido”, las “dos piedras angulares” y otros aspectos de esto5 .

Los puntos de vista eclécticos sobre la verdad relativa que niegan el aspecto principal --de que ésta es en general la verdad— son buenos maestros por ejemplo negativo, y en esta conexión la polémica presenta una muy buena argumentación. A un nivel, Mike Ely tergiversa muy crasamente lo que dice Avakian al respecto, y para quien haya leído la obra de Avakian es muy presumido [de parte de Ely] decir que Avakian convierte en un absoluto la verdad relativa y niega la contradicción entre actuar (y dirigir a las masas a actuar) a partir de lo que conocemos como la verdad en un momento dado, y al mismo tiempo aceptar la posibilidad de que estemos equivocados en parte o hasta en la mayor parte respecto a una cuestión dada. Pero, como esta es una contradicción real y como en general el relativismo predomina tanto en la cultura en el mundo hoy, de veras esta es una parte muy importante de la polémica, y aprecio la ironía que ustedes señalaron: Ely dice que Bob Avakian convierte en un absoluto la verdad relativa pero critica a Avakian por romper con las “verdades” heredadas que pueden parecer erróneas, como “la verdad de clase”.

Sobre la cuestión de la ruptura epistemológica de Avakian, primero Mike Ely sostiene que no tiene nada de nuevo que no sepan ya los científicos y luego se le opone mediante una defensa del concepto de la “verdad de clase”, de que “la verdad tiene un carácter de clase” y la cita de Lenin sobre oponer nuestra verdad a la “verdad” burguesa. Pienso que era muy buena la explicación de que la lucha para llegar a la verdad y lo que se acepta como la verdad no implica que la verdad en sí tenga carácter de clase, que no es una y la misma cosa, y de que “constituye un salto lógico incorrecto y al revés”. También contribuye a aclarar esta cuestión el argumento de que la verdad es objetiva, que es verdad para todos y no depende de cuál clase se beneficie de ella, y el ejemplo que se da de la lucha de clases bajo el socialismo. También que las tergiversaciones de la realidad objetivamente no son verdades (por ejemplo, a diferencia de ser verdades “burguesas”). Yo creo que por eso Lenin puso la palabra “verdad” entre comillas en el pasaje citado, pero aún así no es correcto, no es una formulación que hay que defender, especialmente en oposición a la síntesis de Bob Avakian sobre este problema.

Es muy cierto que Mike Ely trata de desacreditar la nueva síntesis6 sin siquiera tratar su contenido, que simplemente declara “fuera de lugar” toda discusión de las metas estratégicas y trata de justificarse a partir del empiricismo: que “no hay práctica para corroborarlo”, como ustedes dicen. Son muy ciertos los puntos que recalca la crítica sobre los aspectos de la verdad que se pueden poner a prueba y validar (y los que no) y sobre cuál base. Es muy revelador su desdén global por los grandes avances teóricos respecto al comunismo, declarando “fuera de lugar” este asunto y oponiéndolo a una “miseria” (puramente inventada) del trabajo teórico sobre otras cuestiones, y es muy concisa mas muy contundente la respuesta de la polémica acerca de la crucial importancia de abordar profundamente los problemas de la primera ola, de desarrollar la teoría para guiar la sociedad futura y que eso tiene que ver con todo lo que hagamos ahora. La lista parcial de obras teóricas de Avakian sobre los problemas centrales de “nuestra revolución específica” dan en el blanco y encierra un punto de vista distinto sobre lo que son de hecho dichos “problemas centrales”.

Sobre la Cultura de aprecio, promoción y popularización de la obra, el método y el enfoque de Bob Avakian: lo que sobresale es el oportunismo de Mike Ely, de ni siquiera tratar de refutar con ninguna coherencia el contenido de dicha obra, en particular la nueva síntesis. Diría que él [Ely] hasta dice de manera oportunista que defiende ciertas obras y critica al PCR por no prestarles suficiente atención, específicamente Avanzar el movimiento revolucionario mundial: Cuestiones de orientación estratégica y la polémica contra K. Venu, y al mismo tiempo también promueve y trata de traficar con otras fuerzas cuyo camino y línea actuales representan algo completamente opuesto a estas obras, pero sale a relucir su esencia cuando le atribuye al partido un argumento estúpido e incorrecto para luego refutarlo. Aquí rinde pleitesía a todos los puntos de vista anticomunistas, pluralistas democrático-burgueses y anarquistas contra la dirección y los líderes que abundan hoy en día, y riega mentiras sobre el partido con tal de presumir. Su “argumento”, como lo entiendo, es que la línea de las Resoluciones sobre líderes y dirección7 (aunque no las menciona directamente) es cualitativamente distinta y opuesta a la línea actual y a la “piedra angular” de la Cultura de aprecio, promoción y popularización (tal como explica Hacer la revolución y emancipar a la humanidad), lo cual es ridículo. Es absurdo e indignante equiparar la Cultura de aprecio, promoción y popularización (y la línea general sobre la dirección comunista) del PCR con la “jefatura”. Es muy afilada y buena la respuesta que refuta todo eso, explicando que atribuirle la “teoría del genio” al PCR no es sino un invento de Mike Ely, para luego señalar muy claramente cómo Bob Avakian y el partido analizan estas cuestiones. Sostiene que en los hechos lo principal es la unidad entre los dos aspectos, y que Avakian brega con esta contradicción entre los líderes y los dirigidos, entre alentar la mayor iniciativa, crítica y creatividad de los comunistas y en la sociedad en general, y a su vez la mayor unidad de voluntad y acción del partido. En esta conexión, “atraer a que el público en general participe” en el amplio y abierto proceso de bregar con estas cuestiones (y otros asuntos cardinales) es una parte tan importante de la manera de dirigir de Avakian, y el documento la explica. Además, el documento contrasta de manera correcta y concisa las dos líneas: “partir de comprender que el aspecto principal es la unidad, del hecho de que cuanto más los líderes puedan ayudar a otros miembros del partido, así como a las masas, a conocer el mundo, más el partido y las masas podrán ponerse al frente y desempeñar su papel y que hay que apreciar y defender tal dirección, a partir de un profundo aprecio” contra “la manera unidimensional y plana de solo ver el aspecto secundario de las contradicciones, el hecho de que la promoción de líderes individuales puede dar origen a la pasividad y el servilismo y así liquidar el propio papel vital que esa dirección revolucionaria puede y tiene que jugar en el proceso global de la revolución”. La cita de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, sobre el “equipo de científicos”, y cómo eso se refleja en cuanto a epistemología y método, poner sobre el tapete los grandes problemas de la teoría revolucionaria, y aprender de otros de dentro y fuera del partido, y cómo todo eso se opone precisamente a la promoción del servilismo y la obediencia ciega. Sobre todo, creo que las siguientes palabras lo sintetizan todo: “que Avakian ha desarrollado un nuevo marco en que la búsqueda de la verdad puede desenvolverse de una manera cualitativamente más fructífera, y es un marco que construye sobre los cimientos y desarrolla más la ciencia del marxismo. Con la nueva síntesis, cada comunista tiene que abordar los problemas que sacan de quicio sobre la revolución, la transición al comunismo, etc., inclusive las verdades que hacen que nos arruguemos, e invitar a las masas a hacer lo mismo. Si no haces eso, ¿en qué dirección vas?” Luego, muestra cómo y por qué esto es precisamente el “quid”: cómo el economicismo y el revisionismo chocan con la nueva síntesis, y cómo el comunismo vibrante y vivo y la revolución en él concentrada “incomodan muchísimo a su economicismo, y eso es la esencia de las Nueva cartas”.

En conclusión, la orientación básica de Mike Ely, “esto no ha funcionado y no funcionará”, y tratar de hallar lo que crea que atraería de manera más rápida a una mayor base de masas (sin mencionar que no serviría para la revolución comunista) es la clase más crasa de pragmatismo y economicismo. Ely plantea muy claramente que el número de personas es el único criterio.

 

1. El “menchevismo” se refiere a una facción que se escindió del Partido Comunista Revolucionario (PCR) en 1978 en apoyo a los revisionistas de China que tomaron el poder después de la muerte de Mao Tsetung, y a una línea política economicista. Se llamaban mencheviques porque su línea política e ideológica hace eco de un grupo ruso de hace muchos años que se llamaba comunista pero sostenía un conjunto de posiciones filosóficas, ideológicas, políticas y organizativas opuesto a los preparativos que Lenin estaba haciendo para una revolución socialista.[back]

2. “¿ATASCADO EN EL ‘HORRIBLE PRESENTE CAPITALISTA’, O FORJAR UN CAMINO HACIA EL FUTURO COMUNISTA? Una respuesta a las ‘Nueve cartas’ de Mike Ely” contiene una cita de Lenin, de El estado y la revolución, que es muy aleccionadora en cuanto al eclecticismo: “Se suplanta la dialéctica por el eclecticismo: es la actitud más usual y más generalizada ante el marxismo en la literatura socialdemócrata oficial de nuestros días. Estas suplantaciones no tienen, ciertamente, nada de nuevo; pueden observarse incluso en la historia de la filosofía clásica griega. Con la suplantación del marxismo por el oportunismo, el eclecticismo presentado como dialéctica engaña más fácilmente a las masas, les da una aparente satisfacción, parece tener en cuenta todos los aspectos del proceso, todas las tendencias del desarrollo, todas las influencias contradictorias, etc., cuando en realidad no da ninguna noción completa y revolucionaria del proceso del desarrollo social” (nuestro énfasis).[back]

3. “¿ATASCADO EN EL ‘HORRIBLE PRESENTE CAPITALISTA’, O FORJAR UN CAMINO HACIA EL FUTURO COMUNISTA?” explica: “El economicismo, al que se opuso muy especialmente Lenin en ¿Qué hacer?, es una tendencia que dirige a los comunistas a centrar su atención, y la de las masas, en las luchas inmediatas (muchas veces en la esfera económica) con la idea de que se trata de una etapa particular que les permitirá adquirir mucho apoyo de entre las masas; y que después de hacer eso, sostiene, solo se puede hablar de temas más amplios. De hecho, esa noción no tiene nada de nuevo –se ha puesto en práctica muchas veces y en cada caso ha conducido a abandonar y a la larga, a traicionar los objetivos de la revolución y del comunismo— y las consecuencias de aplicarla en los países imperialistas han sido de las más graves. En lo político, esta línea y esta tendencia, que primero Lenin refutó contundente e incontrovertiblemente en ¿Qué hacer? y que ahora Mike Ely defiende, trazan un camino a la claudicación ante el imperialismo, para llegar a ser otro peso más encima de las masas”.[back]

4. De “¿ATASCADO EN EL ‘HORRIBLE PRESENTE CAPITALISTA’, O FORJAR UN CAMINO HACIA EL FUTURO COMUNISTA?”: “[El presidente del PCR Bob] Avakian usa el ejemplo de 'Vivir en la casa de Tony Soprano' para señalar que la mayoría de la población de Estados Unidos tiene condiciones de vida que en general son muchísimo mejores que las del resto del mundo, y se da cuenta en cierto grado que ese nivel de vida se debe en gran parte a los crímenes de los gobernantes de todo el mundo y del parasitismo extremo del imperialismo, una cadena alimenticia internacional en que Estados Unidos está en la cima. Y como la familia de Tony Soprano, la gente de Estados Unidos no quiere examinar esa realidad con mucho detenimiento, ni confrontarla ni actuar a partir de esa obligación, porque hacerlo lo haría muy incómodo llevar ese 'estilo de vida'. Y más allá de esa cuestión, Avakian habla de las personas que se oponen conscientemente a los crímenes de guerra de Estados Unidos, pero que en cierto momento de la lucha contra la 'guerra contra el terrorismo' se rajaron, porque les resultaba muy difícil y posiblemente muy peligroso. Aunque Avakian reconoce la importancia de la lucha que se ha librado y las verdaderas dificultades con que se topó, señala con relación a todo eso que 'Rehusar oponer resistencia a los crímenes contra la humanidad es en sí un crimen'”.[back]

5. La charla de Bob Avakian, “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”, describe la importancia del periódico Revolución y de una cultura de aprecio, popularización y promoción en torno a Bob Avakian como las dos piedras angulares del trabajo del PCR, juntos con un paquete global de trabajo comunista necesario para gestar un pueblo revolucionario, tal como forjar “una gran resistencia política a las principales maneras en las que la naturaleza explotadora y opresiva de este sistema se concentra en las medidas y acciones de la clase dominante y sus instituciones y dependencias” y solucionar los problemas de integrar a las masas en la “labor revolucionaria significativa”.[back]

6. “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad” contiene la siguiente explicación concentrada de la nueva síntesis: “Esta nueva síntesis abarca reconfigurar y recombinar los aspectos positivos de la experiencia hasta la fecha del movimiento comunista y la sociedad socialista, mientras se aprende de los aspectos negativos de esa experiencia, en las dimensiones filosóficas e ideológicas tanto como las políticas, y así tener una orientación, método y enfoque científicos con raíces más profundas y firmes, no solo en cuanto a hacer la revolución y conquistar el poder, sino también, sí, en cuanto a satisfacer los requisitos materiales de la sociedad y las necesidades de las masas populares, con una base cada vez mayor, en la sociedad socialista —para superar las profundas cicatrices del pasado y continuar la transformación revolucionaria de la sociedad, mientras al mismo tiempo apoyar activamente la lucha revolucionaria mundial y actuar conforme con el reconocimiento de que la arena y la lucha mundiales son las más fundamentales e importantes, en un sentido global— junto con abrir cualitativamente más espacio para dar expresión a las necesidades intelectuales y culturales del pueblo, entendidas en el sentido amplio, y posibilitar un proceso más diverso y rico de exploración y experimentación en los campos científicos, artísticos y culturales, y en la vida intelectual en general, con mayor campo para la competencia de diferentes ideas y escuelas de pensamiento, y para la iniciativa y creatividad individuales y la protección de los derechos individuales, con espacio para que los individuos interactúen en la ‘sociedad civil’ independientes del estado—todo en un marco general cooperativo y colectivo y al mismo tiempo a la medida que el poder estatal se mantiene y se sigue desarrollando como un poder estatal revolucionario al servicio de los intereses de la revolución proletaria, en el país en particular y por todo el mundo, donde este estado es el elemento dirigente y central de la economía y la dirección general de la sociedad, mientras el estado en sí se transforma continuamente en algo radicalmente diferente de todos los estados previos, como una parte crucial del avance hacia la abolición posterior del estado al llegar al comunismo a nivel mundial”.[back]

7. Las partes 1 y 2 de las “Resoluciones de 1995 sobre líderes y dirección” están en revcom.us.[back]

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond