Revolución #140, 17 de agosto de 2008


Winnfield, Luisiana

Ejecución por pistola Taser: el asesinato de Baron “Scooter” Pikes por la policía

El 17 de enero de 2008, Baron Pikes, conocido en su familia y amistades como Scooter, estaba caminando por la calle en el pequeño pueblo de Winnfield, Luisiana. Hacía pocos días había celebrado su cumpleaños 21. Un policía blanco se aproximó a Baron, que es negro, y Baron empezó a correr. Otro policía acorraló a Baron afuera de una tienda de comestibles. Inmovilizado en el suelo, esposado, la policía lo torturó brutalmente con siete descargas de 50.000 voltios proporcionados por una pistola Taser.

De acuerdo a los testigos, Baron les decía a los policías: “Por favor, ya me han detenido, no me disparen más”. Los agentes lo llevaron a la estación policial, no al hospital, como lo establecen las reglas policiales, que requieren que las personas que han recibido disparos de Taser reciban atención médica inmediata. En la patrulla, Baron recibió dos disparos eléctricos más, uno de ellos con la pistola colocada directamente en la piel del pecho. Aun cuando Baron tenía espuma en la boca, nada se hizo para que recibiera atención médica. Cuando los paramédicos llegaron a la estación policial 39 minutos más tarde, Baron había expirado.

La tortura y el asesinato de Baron Pikes ocurrieron a plena luz en la tarde, fuera de una tienda de abarrotes y a plena vista del público. Esta brutalidad no solamente tuvo el propósito de castigar a la víctima, sino de aterrorizar a toda la comunidad.

Winnfield es un pueblito de 6 mil habitantes. Es básicamente 50/50 blanco y negro. El 62 por ciento de la población negra vive por debajo del umbral de pobreza en comparación el de 13 por ciento de los blancos.

Kayshon Collins, madrastra de Baron, declaró a Revolución: “Hay un montón de discriminación aquí en Winnfield. No hay muchos lugares a donde los niños negros pueden ir. Y adonde fueren, los policías vienen y los ahuyentan. Hay un parque en la ciudad que tiene una glorieta muy grande y vieja. Las pocas veces que nuestros niños se aproximan a la glorieta, alguien viene y les dice que no pueden permanecer ni alrededor de ella, y que deben irse a la casa.

Encubrimiento y denuncia

Scott Nugent, hijo de un ex-jefe de la policía, disparó con pistola Taser a Baron Pikes ante la indiferencia de otros dos policías. El vocero de la policía declaró al Chicago Tribune que Nugent actuó dentro del marco de su entrenamiento y bajo las reglas del Departamento de Policía de Winnfield.

La policía alegó inmediatamente después del incidente que Baron les había dicho que estaba intoxicado con PCP y crack cocaína y que padecía de asma. Carol Lexing, la abogada de la familia de Baron Pikes, declaró a Revolución: “Cuando dijeron que Baron había consumido PCP y crack y que había ofrecido esa información voluntariamente, sabíamos que esa explicación era imposible según la evidencia mostrada en la manera en que le dieron los toques con la pistola Taser. Dijeron eso para encubrir la realidad, para encubrir el hecho de que le dieron toques eléctricos al punto de causarle la muerte”. Kayshon Collins le dijo a Revolución que Baron no tenía asma y que el doctor en Urgencias no encontró drogas en la sangre de Baron.

La policía también alegó que Baron había resistido su arresto. Pero el reporte de la policía niega que Baron haya ofrecido resistencia. Igualmente manifestó que Baron fue esposado mientras yacía en el suelo, y fue solo más tarde, cuando Baron supuestamente declinó la orden de la policía de ponerse en pie, que Nugent le aplicó el primer disparo.

Tomó seis meses y medio para que el forense emitiera su reporte, que confirmaba las mentiras de la policía. De acuerdo a la abogada Lexing, “uno de los forenses no quería ni siquiera tocar a Baron. Sabía cuál era la verdad y no quería revelarla”. El Dr. Randolph Williams, que ha trabajado de forense del distrito los últimos 33 años y que tiene una reputación de independencia, terminó por realizar la autopsia.

Antes de presentar su reporte, Williams requirió las opiniones de dos nacionalmente reputados patólogos forenses. La autopsia determinó que no había drogas en el sistema de Baron Pikes y que no tenía asma. La muerte de Pikes fue considerada como homicidio. En el certificado de defunción, Williams puntualizó que la causa de la muerte fue “paro cardiaco secundario a electrochoque de 50 mil voltios aplicado por un arma de conductividad eléctrica”. Williams declaró al Chicago Tribune: “Este es el caso de la muerte más innecesaria que jamás he investigado. Baron Pikes no se resistió, no luchó, no agredió a nadie”.

Ecos de Jena

La familia de Baron Pike y la comunidad han organizado varias protestas. La primera tuvo lugar el sábado después del asesinato de Baron.

“No solamente son los negros”, Kayshon Collins manifestó a Revolución. “Muchos blancos se han acercado a mí y me han dado su apoyo para proseguir la lucha. Me han dicho: no bajes la guardia, porque estuvo mal la manera en que ocurrieron los hechos”.

Winnfield está a 40 millas de Jena, donde las autoridades amenazaron a seis jóvenes negros, los 6 de Jena, con décadas de prisión por protestar contra ultrajantes ataques racistas, que incluían sogas de linchamiento que fueron colocadas en el “árbol solo para blancos” de la escuela secundaria. Baron Pikes era primo hermano de Mychal Bell, uno de los 6 de Jena.

Carol Lexing, que fue asimismo uno de los abogados de los 6 de Jena, dijo que la lucha para lograr la libertad de los jóvenes de Jena tuvo un impacto importante en los sucesos de Winnfield. El pasado mes de septiembre, decenas de miles de personas de todo el país marcharon en Jena para demandar la libertad de los 6 de Jena. Lexing declaró a Revolución: “Constituyó un signo positivo de estímulo para las gentes que no se rajaran y no se permitiera que se nos arremeta más... Conocen la historia de su pueblo. La gente dice: no dejaremos que la policía trate de ocultar sus excesos barriéndolos bajo la alfombra… No van a creer simplemente en las declaraciones de la policía. Si lo hubieran hecho, nunca hubiéramos sabido lo que ocurrió”.

El capítulo de Winnfield de la Asociación Nacional para el Avance de las Gentes de Color ha planeado una manifestación para el día 18 de agosto, el día en que el policía Scott Nugent apelará su despido.

Pistolas Taser, tortura y muerte

A pesar de que Winnfield es un pueblo pequeño, ha habido 14 incidentes de uso de pistola Taser por la policía desde el primer día que recibieron esas armas. De esos 14 incidentes, Nugent, el policía que causó la muerte de Baron, participó en 12 de ellos y 10 de los incidentes fueron contra gente negra.

Entre las víctimas de Nugent está un joven afroamericano de 15 años que jamás fue acusado de ningún crimen. Joe Heard reveló al Chicago Tribune que Nugent le dio dos toques eléctricos a su hijo en agosto de 2007, después de que Heard reportó a la policía que su hijo se había fugado de la casa y solicitó que la policía tratara de ubicarlo. El padre dijo: “El muchacho se salió a escondidas de la casa para poder estar con una chica… Yo le pedí a la policía que lo ubicara y que lo trajera a casa, y eso es lo que los policías hicieron, pero en pedazos: el chico estaba bien magullado y golpeado. Los policías me dijeron que la próxima vez que se escape, le vamos a tener que disparar”.

Kayshon Collins reveló a Revolución que lo que la policía hizo a Baron fue una forma de tortura. El Dr. Michael Baden, un prominente patólogo forense a nivel nacional al que consultó el forense Williams sobre el caso de Baron, opinó que el uso de una pistola Taser por la policía en el caso de Baron, “podría considerarse tortura”. El Comité contra la Tortura, de la ONU, así como Amnistía Internacional y otras organizaciones, coinciden en que el uso de pistolas Taser en Estados Unidos es una forma de tortura. (En “Tortura con pistola Taser por la policía en Estados Unidos” en revcom.us hay más detalles sobre el aumento del uso de las pistolas Taser en Estados Unidos).

La tortura y el asesinato de Baron Pikes no es un suceso aislado. Los asesinatos y brutalidad de la policía en ciudades en Estados Unidos, el encarcelamiento de grandes sectores de jóvenes afroamericanos, los dogales en Jena y otros lugares, y otros incontables ultrajes racistas, demuestran que la opresión de los negros persiste con una violencia y terror realmente viles.

 

REVOLUCIÓN EN LÍNEA: REVCOM.US

Tortura con pistola Taser por la policía en Estados Unidos

Guantánamo… Abu Ghraib… Bagram, Afganistán… las cárceles clandestinas de la CIA. Estados Unidos opera estos lugares para aplicar terribles dolores mediante el submarino, la brutal humillación de violaciones y abusos sexuales, el aislamiento que destruye la mente y otros horrores contra miles de personas… a nombre de la “guerra contra el terror” que es más bien lo que es la “guerra por un mayor imperio norteamericano”.

En Estados Unidos, la policía ha estado aplicando con mayor frecuencia y de rutina las pistolas Taser —las que ha definido la ONU, Amnistía Internacional y otros organismos como una forma de tortura—, sobre todo contra negros y latinos, y contra personas que participen en protestas y actos de disentimiento.

En junio de 2008, el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) adoptó las recomendaciones del informe de la corporación RAND, de aumentar la aplicación de la pistola Taser como una alternativa “menos letal” a las armas de fuego. El NYPD encomendó el informe tras las masivas protestas contra el vil asesinato policial de Sean Bell en víspera de su boda en noviembre de 2006. El NYPD ha iniciado un programa piloto en que 520 sargentos tendrán esta pistola en el cinto en actos de patrullaje y no la dejarán en su vehículo, tal como había estado haciendo.

El artículo saldrá íntegro en revcom.us la semana entrante.

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