Revolución #156, 15 de febrero de 2009


Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Afganistán: La nueva estrategia de los ocupantes: intensificar la ocupación

Nota de la redacción de Revolución: A continuación presentamos pasajes de un artículo del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar que analiza los últimos acontecimientos de la ocupación de Afganistán encabezada por Estados Unidos.

26 de enero de 2009. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Los ocupantes de Afganistán, encabezados por Estados Unidos, han anunciado que pronto presentarán una nueva estrategia. Aunque no divulgarán todos los elementos de la estrategia, se ven algunos de ellos en lo que ya están haciendo:

1. Un enorme aumento de tropas

Washington está decidido a multiplicar la cantidad de soldados en Afganistán. Al parecer, este es el elemento más importante de la “nueva estrategia”. Pese a la oposición de varios países europeos, Estados Unidos seguirá presionando a que sus aliados envíen más soldados y levanten las restricciones sobre el movimiento de sus soldados de modo que puedan participar en los combates en las zonas de guerra. En diciembre, Mike Mullen, el jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, anunció que en el transcurso del próximo año y cacho, más de 30 mil soldados estadounidenses se unirán a la fuerza de ocupación en Afganistán. Con estos soldados y los tres mil ya enviados, el total de soldados de ocupación será de cerca de 95 mil. Tomando en cuenta las empresas particulares de militares, habrá más de 100 mil. Esta es más de tres veces la cantidad de los soldados que invadieron al país en 2001.

La frase “compromiso sostenido” que manejaron el general McKiernan en septiembre y el general Petraeus en enero confirma que Estados Unidos se está preparando para una ocupación de largo plazo. Algunos funcionarios gubernamentales y militares de Estados Unidos hablan de una década o incluso décadas de ingerencia en Afganistán.

¿Qué resultado tendrá? ¿Un gran aumento de soldados y los planes para una ocupación “sostenida” solucionarán el problema de los imperialistas en Afganistán, o simplemente los atascarán en una guerra mortífera? Entre los diversos asuntos en juego más importantes en el conflicto figuran: cómo tales medidas de hecho podrían fortalecer las fuerzas de oposición, cómo podrían modelar la rivalidad entre los imperialistas y cómo podrían generar oportunidades para los otros estados reaccionarios de la región…

2. Lograr que participen otros países en la región

Otro elemento de la nueva estrategia será la participación de los países vecinos, en particular Pakistán, Irán e India, así como Arabia Saudita y los estados del Golfo que se alinearon con el Occidente y financiaron a los fundamentalistas islámicos en Afganistán durante la ocupación soviética. En este sentido, Pakistán e Irán tienen una importancia muy especial, si bien desde ángulos opuestos. El Occidente le encomendó a Pakistán intervenir en los asuntos de Afganistán cuando invadieron los soviéticos. Fue el principal patrocinador del Talibán cuando este tomó el poder y lo apoyó durante su gobierno. El Talibán siguió contando con el apoyo de al menos un sector del ejército y los servicios de inteligencia de Pakistán, incluso después de la invasión estadounidense de 2001, cuando empezaron a combatir contra las fuerzas estadounidenses y de la OTAN. Cuesta imaginar que Washington no estuviera al tanto de esto, pero este siguió apoyando al general y presidente Prevés Musharraf como aliado especial en la “guerra contra el terror”.

Después de que Estados Unidos puso en el poder a Hamid Karzai, Pakistán no podía dejar de entrometerse así no más en Afganistán, o tal vez cabe decir que no podría quedarse de brazos cruzados debido a la complicidad de ese régimen con India. Como Pakistán considera su influencia en Afganistán como un importante factor en su contienda con India, no sorprende que Pakistán haya estado buscando con ahínco impactar en la marcha de los acontecimientos en Afganistán y subvertir cualquier circunstancia que le diera influencia a India ahí. No obstante, las implicaciones de su intromisión van mucho más lejos.

Han hecho que el propio Pakistán se metiera en la guerra y han regionalizado el conflicto. Ha surgido una organización hermana del Talibán afgani en Pakistán y se mueve mucho ahí. Por ello, los ocupantes han llegado a la conclusión de que Pakistán ya está enredado en Afganistán y no puede haber ninguna solución al problema del Talibán afgani sin tratar también con Pakistán. Los dos aspectos se han vuelto inseparables. El general Petraeus dio a entender esta situación diciendo: “‘En muchos sentidos, Afganistán y Pakistán se han convergido en un solo conjunto de problemas y el camino hacia adelante en Afganistán no se cuajará sin una estrategia que incluya a Pakistán y le ayude a este’, y que también tome en cuenta la relación conflictiva de Pakistán con su rival India” (Associated Press, 8 de enero de 2009).

3. Incorporar a las tribus en la guerra

Al parecer, incorporar a las tribus en la guerra de Afganistán y oponerlas a los insurgentes islámicos es otra dimensión de la nueva estrategia. Las fuerzas estadounidenses ya ensayaron tal orientación en Irak bajo el comando del general Petraeus haciendo equipo de sus soldados con los Consejos del Despertar, ex insurgentes sunitas de las zonas tribales. Estados Unidos literalmente compró a algunos líderes tribales para que combatieran de su lado como parte de una coalición flexible o para que al menos espiaran a los grupos de insurgentes sunitas. Cuando parecía que funcionaba esta orientación, Estados Unidos la aplicó más ampliamente a inicios de 2007 contratando a los elementos tribales y ex insurgentes como guardias armados de los invasores en los barrios de la capital y en otras partes.

Al principio, el general McKiernan negó que hubiera intención de aplicar esta orientación en Afganistán… Pero se puede decir que se va a aplicar aquí una “afganistanización” de la orientación que aplicó Estados Unidos en Irak.

De hecho, ya se ha probado a manera de ensayo en algunos lugares. Está a punto de aplicarse en Wardak, en las afueras de Kabul, donde se dice que el Talibán tiene presencia en el 80% de la provincia. Según Estados Unidos y la OTAN, si el plan funciona, tienen la intención de extenderlo a otras zonas en el sur y el sureste donde el Talibán es más fuerte…

El plan ha suscitado profundas preocupaciones en muchos sectores, entre ellos el gobierno afgani. Temen que suma al país en una guerra civil, siendo la consecuencia principal la brutalización de la población civil…

Como resultado, se está esfumando hasta la hipocresía de liberar a las mujeres que era un elemento tan central de las promesas de los invasores, y hablar tanto de “darle poder” a la mujer está en conflicto con el objetivo del actual aumento de soldados de dar poder a los líderes tribales, clero y comandantes (que a veces pero no siempre son las mismas personas) y el “dominio tradicional sobre la gente en las comunidades”, o sea, las odiosas y ampliamente odiadas relaciones sociales opresivas que representan e imponen.

4. Negociar con el Talibán

Otra dimensión importante de la nueva estrategia serían los esfuerzos de atraer al Talibán y otros insurgentes islámicos para que participen en negociaciones. Las medidas diplomáticas en ese sentido ya llevan más de dos años en curso, pero en los últimos meses el gobierno afgani así como los de Pakistán y Arabia Saudita las han acelerado. Este fenómeno podría constituir una reacción al creciente coro de diplomáticos europeos, comandantes de la OTAN y funcionarios del gobierno afgani, en particular Karzai, que sostienen que no es posible ganar la guerra en términos militares y piden charlas con los oponentes fundamentalistas del gobierno. Hasta ahora, Estados Unidos se ha opuesto a estas medidas, al principio con la justificación que su posición es tan fuerte que no necesita hacerlo, y hoy con la justificación de que no cuenta con una posición lo suficientemente fuerte como para negociar. Esta situación podría cambiar…

Es obvio que los gobiernos afgani y paquistaní están buscando usar elementos de negociaciones en paralelo con otros medios para derrotar o contener al Talibán. Tal vez Estados Unidos así como el Talibán están renuentes a divulgar tales medidas, pero es muy poco probable que no tenga ninguna ingerencia uno o el otro bando. Los aliados, el gobierno afgani y algunos expertos, diplomáticos y hasta oficiales militares estadounidense han estado presionando a que Estados Unidos muestre flexibilidad. En este sentido, se dice que el embajador estadounidense en Afganistán ha tenido un papel. “Los diplomáticos de la OTAN dicen que también se evidenciado un cambio progresivo de la posición de Estados Unidos sobre la manera de tratar con el Talibán, en buena parte gracias al embajador estadounidense en Kabul, William Word, que ha llevado justificaciones a Washington a favor de más flexibilidad” (Internacional Herald Tribune, 30 de octubre de 2008).

Según un informe de Shola Jawid, el órgano del Partido (Maoísta) Comunista de Afganistán, reimpreso en el Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar (25 de febrero de 2008), desde 2007 se han llevado a cabo negociaciones de bajo nivel entre el Talibán y los ocupantes, y que antes de eso se llevaban a cabo charlas no oficiales entre el Talibán y el gobierno e incluso directamente entre el Talibán y algunas fuerzas ocupantes. Además, voceros del Talibán han confirmado los informes de que este se está distanciando más de Al Qaeda, que se podría interpretar como una señal para allanar el camino hacia el proceso de negociaciones.

No obstante, hoy nadie cree que tales negociaciones pongan fin pronto a la guerra. Todavía queda un largo trecho por recorrer. Ningún bando quiere que termine la guerra sin que haya logrado una ventaja militar indisputable. En estos momentos, ambos bandos quieren negociar únicamente de modo que se fortalezca su posición en los combates. Por ende, este no será un elemento importante ni serio de la estrategia general, al menos no por ahora.

Un panorama general

Los principales elementos de la llamada nueva estrategia ya están en vigor y se pueden divulgar de manera formal ahora que el nuevo presidente estadounidense Barack Obama está en funciones.

El aspecto más importante de la nueva estrategia es su objetivo de consumar la invasión y oprimir a la población de Afganistán en beneficio de los intereses del sistema imperialista mundial. Este objetivo va contra los intereses de la gente en todo el mundo. No queda ninguna duda de que todos los aspectos de la estrategia son extremadamente reaccionarios y que se combinarán su aplicación con engaños y conspiraciones contra la gente. Desde luego que es posible que los imperialistas logren algunos éxitos en contener al Talibán y en impulsar sus esfuerzos por controlar más partes del país, pues pese a sus combates contra los ocupantes, en general la población odia al Talibán.  La población ya ha vivido esa clase de gobierno y brutalidad y de seguro no quiere volver a vivirla.

Los principales elementos de la nueva estrategia son los mismos factores que han constituido la causa de la inestabilidad, las guerras reaccionarias y la opresión y miseria de la población por más de tres décadas. Implican una intensificación de la ocupación.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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