Revolución #164, 17 de mayo de 2009
HAY QUE VER:
Las tortugas pueden volar
Las tortugas pueden volar es una película de Bahman Ghobadi disponible en dvd. Ghobadi es el mismo director de otro provocador largometraje llamado La hora de los caballos ebrios.
Las tortugas pueden volar es una historia maravillosa, cautivante y muy conmovedora.
Se ambienta en la frontera de Turquía con Irak en la víspera de la invasión y ocupación estadounidense de Irak en 2003. Los niños kurdos son los personajes principales — sus vidas, su trabajo muy peligroso y sus juegos.
Todos tratan de obtener noticias de la inminente invasión estadounidense. Al mismo tiempo la gente no se da cuenta pero lucha por comprender “¿qué es Estados Unidos?”
El personaje principal es un niño de 14 anos a quien todos llaman Satélite (Soran Ebrahim). Él funciona como los ojos y los oídos de todos los aldeanos de la región, los ojos y los oídos hacia el mundo fuera de la aldea, los ojos y los oídos hacia la invasión. Él es en quien todo el mundo se apoya para entender qué deberían hacer cuando esta ocurra.
A través de su relación con algunos de los otros niños que han experimentado los horrores de la guerra a manos del ejército de Saddam Hussein —por medio del muy arriesgado trabajo que todos deben realizar para subsistir y dar forma y sentido a su vida—, paso a paso comienza a entender lo que significaría la invasión estadounidense… y entonces esta ocurre.
Satélite es uno de los pocos actores reales en esta película. Lo que hace mucho más fuerte este largometraje es la participación de cientos de personas que se interpretan a sí mismas. Desde el comienzo uno se identifica con estos niños, su vida, sus historias, su humor y su humanidad — en medio de una situación en la que no encajan, ni ellos ni ningún otro ser vivo.
El nombre de Satélite es una metáfora en el relato. Sus habilidades le fueron heredadas por su padre, es capaz de instalar antenas parabólicas y tiene conocimientos técnicos. La historia se desarrolla alrededor de él y tres huérfanos que conoce de otra aldea, especialmente Agrin —una niña que captura tu atención desde la primera escena— en esta ella se encuentra al borde de un precipicio, después salta y deja sus zapatos atrás — es hasta después cuando uno comprende lo que la llevó a este precipicio.
Esta película no te la puedes perder.
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