Revolución #174, 30 de agosto de 2009


Juanita Young:

"Están persiguiendo a mis hijos con la finalidad de hostigar a mí... Pero no me van a callar".

El 8 de agosto de 2009, oficiales del 43º distrito del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York allanaron la casa de Juanita Young, una abierta activista contra la brutalidad policial y la opresión. Más de una docena de oficiales de la policía no uniformados derribaron la puerta y atacaron al hijo mayor de Juanita, James Ferguson (JJ). Le jalaron los pantalones, lo derribaron al suelo y lo pusieron boca abajo contra el pavimento. Le pusieron las rodillas contra el cuello y la espalda a fin de asfixiarlo, le dieron un puñetazo, lo esposaron y le rociaron gas pimienta. JJ vomitaba y tenía varios golpes en su cabeza cuando lo subieron a la patrulla. También abusaron sexualmente de la hija mayor de Juanita, Saran, mientras sostenía su bebe en los brazos. Arrestaron a siete personas incluyendo a dos hijas de Juanita. JJ fue acusado de varios cargos graves, a los otros seis les dieron citatorios por conducta escandalosa.

Esta redada ha sido la última en una historia de ataques y persecución policial descargada sobre Juanita Young y su familia. Juanita es la madre de Malcolm Ferguson, quien el policía no uniformado Louis Rivera baleó y asesinó el primero de marzo de 2000 en el Bronx. Desde entonces Juanita ha estado luchando por justicia para Malcolm y todas las víctimas de la brutalidad policial. Luchó en la corte por años y recientemente un jurado le otorgó 10.5 millones de dólares por el asesinato de su hijo. El gobierno de la ciudad se prepara para entablar una apelación. El año pasado un jurado absolvió a Young de cargos falsos levantados contra ella por policías que la brutalizaron en su propia casa en 2006.

El desafío y la resistencia de Young ante esto ha sido un frente importante en la lucha contra la brutalidad policial, la represión y la criminalización de una generación.

La redada

Era un atardecer cálido de verano cuando Juanita Young, su familia, amigos y vecinos estaban disfrutando un asado afuera de su apartamento en el Bronx. Entre los presentes estaban otros padres de víctimas asesinadas por la policía.

Como uno de los invitados, cuyo hijo fue asesinado por la policía en 2006, lo describió: “La policía venía corriendo y pateando como tropas de asalto”. Después de derribar la puerta, la policía atacó y arrestó a JJ. Cuando estaban metiéndolo en la patrulla sin poder abrir los ojos por el gas pimienta, otros oficiales estaban en el apartamento de Young y obligaron a todos a ponerse bocabajo en el piso. Una hija de Juanita le dijo a Revolución que cuando le preguntaron a los policías por qué los estaba arrestando, éstos le dijeron: “Eso no nos importa, todos ustedes van al bote”.

Un oficial perseguía a la hija de Juanita, Saran Young, como ésta corría por las escaleras con su bebe en los brazos. Cuando Saran pasó su bebe a alguien, el oficial le arrancó la blusa. Ella describió lo que pasó después. “Él me siguió hasta las escaleras y trató de agarrarme duro allá, yo solo quería ir a conseguir otra camisa. Entonces él me estaba agarrándome y tocando uno de mis senos y así que yo le dije: ‘¡Deje de tocarme! ¿Por qué me está tocando? No tengo puesta una camisa. Déjeme traer una camisa y voy a ir con ustedes’”. Le dejaron poner una camisa antes de ser arrestada.

Fue solamente después de varias llamadas de todo el país al 43º distrito que JJ fue llevado al hospital. Él fue puesto en libertad hasta las 4 de la madrugada del martes 11 de agosto. Los otros seis arrestados fueron retenidos por horas antes de que les dieran citatorio por “conducta escandalosa” y los pusieron en libertad.

Varios días después de la redada y los arrestos, Juanita Young le dijo a Revolución que un niño del barrio le había dicho: “Estoy muy asustado de lo que los policías hicieron y de que podrían volver”.

Una historia de asesinatos policiales

Hay una historia particular detrás de esta redada que remonta al asesinato de Amadou Diallo y todo el mundo necesita saber de esto.

El 4 de febrero de 1999, Amadou Diallo, un inmigrante de Guinea de 23 años fue asesinado a tiros por cuatro policías blancos no uniformados en la avenida Wheeler en la sección de Soundview del Bronx. Los oficiales alegan que pensaron que él correspondía a la descripción de un violador y lo siguieron al edificio de su apartamento. No se identificaron. Amadou Diallo no estaba armado. La policía le disparó 41 veces. Aunque Amadou yacía muriendo en el corredor del edificio donde vivía, los oficiales siguieron disparándole, que se evidenció en los agujeros de las balas que atravesaron la suela de sus zapatos. Luego, la policía alegó que él estaba “tratando de alcanzar” su billetera.

En los días después del asesinato de Amadou Diallo miles de personas indignadas salieron a las calles en protesta. Once días después del asesinato aún no habían arrestado a los policías. Finalmente los arrestaron y los acusaron de homicidio. Se trasladó el juicio a Albany, la capital del estado de Nueva York, donde el 86% de la población es blanco. En febrero de 2000 absolvieron a los cuatro oficiales. La gente salió a las calles otra vez para exigir justicia.

Malcolm Ferguson, el hijo de Juanita Young, estuvo presente. El día del veredicto sobre los asesinos de Diallo, Malcolm participó en una de las marchas en el barrio al 43º distrito que bloqueó el tráfico a la hora pico en una carretera importante. Estuvo entre los arrestados por su participación en esta protesta.

Luego, el 1º de marzo, a solamente unas cuadras de donde mataron a Amadou y cinco días después del veredicto de inocente para los cuatros oficiales, un policía no uniformado abatió a tiros al mismo Malcolm Ferguson. Ese día cinco policías encubiertos de vivienda que hacían una patrulla contra la drogas irrumpieron en un complejo de apartamentos en busca de Ferguson y tres otros. El policía Louis Rivera persiguió a Ferguson, lo atrapó y le pegó una bala en el lado izquierdo de la cabeza. La sangre encontrada en el cañón del revolver probó que Rivera le disparó a quemarropa.

Desde ese día y de manera audaz y sin tregua, Juanita Young ha luchado contra la brutalidad y asesinato policial y la criminalización de una generación. Este sistema la ha acosado sin piedad por su valor persistente. Legalmente ciega, Juanita recibe una pensión por invalidez y ayuda pública. En 2003 el dueño de su apartamento, un ex policía, la desalojó sin aviso y durante el desalojo, ella fue arrestada en su propio hogar. Para asegurar que no hubiera ningún malentendido sobre el motivo, un oficial le dijo: “Hoy no vas a ninguna manifestación”. La arrestaron una vez más en 2005 en una protesta contra la guerra, y otra vez en 2006 cuando llegaron con una ambulancia a la casa de Young por una de sus hijas.

Después del último ataque, la redada del 8 de agosto en su propio hogar, Juanita Young le dijo a Revolución: “Están persiguiendo a mis hijos con la finalidad de hostigar a mí. Es como si me estuvieran diciendo: ‘Hemos matado a uno y podemos llevárnoslos todos’. Pero no me van a callar”.

Esto no es aceptable

Inmediatamente después de la redada, Juanita Young y su comité de apoyo convocaron a una rueda de prensa y a una manifestación en contra del terror policial. El 10 de agosto de 2009 la gente se reunió frente a su casa para manifestarse contra los ataques y condenarlos. Marcharon desde allí hasta la comisaría 43 donde tuvo lugar otro mitin.

Junto con los revolucionarios y activistas, los jóvenes del barrio participaron, montaron en bicicletas y llevaron letreros. La gente coreó: “Fuera las manos de Juanita Young” y “Únanse con nosotros. Alto a la brutalidad policial”. Algunas personas salieron de las casas y de los multifamiliares para unirse a la marcha, especialmente jóvenes.

Carl Dix del Partido Comunista Revolucionario y fundador de la Coalición del 22 de Octubre para Parar la Brutalidad Policial dijo: 

“Es inaceptable que traten a nuestros jóvenes, que son nuestra esperanza para el futuro, como una generación criminalizada, culpables hasta que se pruebe lo contrario, si es que sobrevivan lo suficiente para probar su inocencia. No es aceptable que la gente diga: Pues nuestros jóvenes deberían aprender a mostrar respeto y cortesía cuando se vean enfrentados a la policía. Deberían mirar hacia el suelo y no tener la frente en alto con orgullo. Deberían mostrar docilidad y sumisión. ¿Por qué ustedes no les dicen que le bajen el tono y hablen suave ante la autoridad, que se muestren solícitos o serviles? ¿Por qué no les dicen que refrenen su dignidad humana hasta que se vaya el policía? Miren, yo no aceptaré eso y ustedes tampoco lo deberían hacer... 

“No es aceptable que esta hermana Juanita Young sea el blanco de la policía por ponerse de pie y condenar la injusticia. Miren, y les digo, soy un revolucionario y lo he sido toda la vida. Creo que un sistema que hace esto a las masas en este país y en todo el mundo carece de valor y es necesario deshacernos de él por medio de la revolución. Creo que eso tiene que suceder y creo que puede suceder. Yo sé que no todos están de acuerdo con eso pero eso es lo que creo yo y les diré que lo creo y por qué si quieren hablar de ello. Pero cualquiera que sea su opinión, tienen que decir que no está bien que mientras una madre prepara barbacoa al aire libre, una docena de tiras derriben la puerta, golpeen y arresten a sus hijos y le arranquen la camisa a su hija mayor. Está mal y no es aceptable que esta comisaría de la policía arreste a su hijo tres veces en tres días. Así que no me digan que nuestros jóvenes anden mal. Y yo sí desafío a nuestros jóvenes a que dejen algunas cosas que están haciendo, como pelear e incluso matarse unos a otros, y que se unan y luchen contra este sistema. Los desafiaré a que hagan eso — Luchar contra el poder y transformarse a ustedes mismos y transformar a otros para la revolución”. (Vea el video en inglés a YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=CaaGmqnkELo). 

La próxima audiencia ante el juez para los arrestados es el 14 de septiembre. Busque las últimas noticias en revcom.us. 

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