Revolución #188, 10 de enero de 2010


"Tuve que detenerme y reflexionar sobre el delito que cometí..."

El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos recibió esta carta de un lector que está preso:

Estimado PCR:

Primero, déjenme pedir disculpas por mi mala letra. Esa no es excusa para hacerles leer o tratar de descifrar mi letra. Mis sinceras disculpas, trataré de escribir con cuidado.

Gracias por su periódico. Lo recibí hoy. Quisiera tener dinero para ayudarles, pero correré la voz sobre los abusos contra nosotros en estas prisiones imperialistas. Estuve leyendo el periódico y tuve que detenerme y reflexionar sobre el delito que cometí. Mi víctima fue una mujer, le pegué varias patadas por una transa de drogas que salió mal, por suerte yo no llevaba ninguna arma. Pero al leer su artículo sobre la mujer en la sociedad, pues esa es la sociedad carcelaria a la cual pertenecemos. Las mujeres sufren mucho más brutalidad que nosotros en este centro de salud mental. Tengo 27 años y he estado en la prisión varias veces desde los 17 años y, por primera vez en mi vida, el sentimiento de culpa me dejó un agrio sabor de boca. Siento horrible por todo el dolor que le causé a mi víctima y por las cicatrices que le dejé. Favor de dejarme pedir disculpas por la brutalidad que esos cerdos corruptos inculcan en nosotros, nos convencen de que el sistema amerikkkano es la utopía máxima. Y como dijo su artículo, cada 15 segundos se maltrata a una mujer. Nosotros como pueblo necesitamos ponernos de pie y luchar contra la injusticia a la que nuestras esposas, madres e hijas se enfrentan. No estoy en una prisión súpermax. Vivo en una prisión de salud mental. Cuando entré en la prisión por primera vez en 1999, tenía una mente equilibrada. Ahora, 10 años más tarde, tras estar varias veces en aislamiento por conducta "problemática", he perdido toda la razón. Pierdo mi sentido de lo real y luego me vuelve. Los psiquiatras mantienen a mí y a mis camaradas pacientes fuertemente medicados. Cuando se descubre un medicamento nuevo, lo ensayan en nosotros, en mí también. Si no queremos ser sujetos, nos rocían el Sable Rojo, un agente químico ("que no es dañino"), así dijeron que se llama. No tiene efectos secundarios ni de larga duración. Nos rocían hasta que se nos ampolle la piel debido a ese "juguete" legal cuya finalidad es sacarnos de la celda. Si puedes aguantar siete períodos de cinco minutos de eso, entonces descargarán choques eléctricos hasta que te pongas más dócil.

¿En qué clase de utopía hacen eso a los propios y luego se ríen de ello? En esta utopía imperialista amerikkkana de fantasía.

Por favor, sigan enviándome la publicación.

También ¿pueden enviarme una literatura marxista y de Lenin y Mao, para ayudarme a crecer? No serán en vano sus donaciones y su apoyo a este revolucionario joven pero todavía fuerte.

Viva la Revolucion (discúlpenme mi ortografía)

XXXX

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond