Revolución #191, 7 de febrero de 2010


De Irán a Indonesia, Chile, Afganistán y todo el mundo:

Las décadas de “servicio” criminal de la CIA

En un mensaje presidencial del 31 de diciembre de 2009 al “personal de la CIA”, Barack Obama elogió como héroes a siete agentes de la CIA que resultaron muertos en un ataque suicida en una base norteamericana en Afganistán. Dijo: “Estados Unidos no podría mantener la libertad y seguridad que valoramos tanto sin las décadas de servicio de los dedicados hombres y mujeres de la CIA… yo conozco de primera mano la excelente calidad de su trabajo porque confío en él cada día”.

La CIA es un poderoso organismo de espionaje con una larga historia de llevar a cabo asesinatos, fomentar golpes de Estado, torturar a personas y otros crímenes alrededor del globo, en el “servicio” del imperialismo norteamericano. Echemos un vistazo a unos cuantos ejemplos, sólo unos pocos de los muchísimos que hay, del trabajo de la CIA que Obama valora tanto como presidente de Estados Unidos:

La CIA en Afganistán

Analicemos la CIA en relación con Afganistán. Para entender por qué la CIA y el ejército norteamericano están en Afganistán ahora, hay que estudiar los antecedentes de la situación actual.

El hecho es que Estados Unidos, y particularmente el “trabajo” de la CIA”, ocasionó el crecimiento del Taliban y Al Qaeda en Afganistán y la difusión del fundamentalismo islámico en toda la región. En 1979 la Unión Soviética invadió a Afganistán. En aquella época la Unión Soviética era un país revisionista (o sea, falso “comunista”), una superpotencia imperialista que contendía en serio con Estados Unidos para dominar muchas regiones del mundo. Estados Unidos provocó a propósito la invasión de Afganistán a fin de darle a la Unión Soviética “su propia guerra de Vietnam”, según Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del entonces presidente Jimmy Carter.

Durante los años 1980 la CIA, en cooperación con los regímenes reaccionarios de Pakistán y Arabia Saudita, llevó a cabo una masiva guerra encubierta en Afganistán canalizando más de tres mil millones de dólares de fusiles y ayuda a los combatientes fundamentalistas islámicos reaccionarios. La estrategia estadounidense era de prolongar mucho más la guerra y empeorar mucho más su violencia, destrucción y costo para los soviéticos. Cuando los soviéticos se vieron obligados a retirarse en 1989, habían muerto más de un millón de afganis y un tercio de la población había tenido que ir a vivir en los campamentos de refugiados. Osama bin Laden empezó en esta insurgencia dirigida por la CIA contra los rivales imperialistas de Estados Unidos y ahí se sembraron por primera vez las semillas de Al Qaeda y el Taliban.

La guerra norteamericana actual en Afganistán nunca ha sido simplemente una respuesta al 11 de septiembre. La invasión de 2001 fue resultado de una década de planeación de Estados Unidos antes del 11 de septiembre con el objetivo de tener más iniciativa y hegemonía en el Medio Oriente y en Asia central. En la estela del colapso de la Unión Soviética (en el cual la derrota soviética en Afganistán había sido un factor importante), los imperialistas estadounidenses se enfrentaron a un nuevo obstáculo contra su dominación de esta región crucial del mundo: los mismos fundamentalistas islámicos que habían promovido en los años 1980. El Taliban es una fuerza reaccionaria que causa horrores al pueblo, pero eso no es la razón por la cual Estados Unidos invadió a Afganistán en 2001 ni por qué Obama ahora está expandiendo muchísimo esa guerra. Y entre las dos fuerzas reaccionarias opuestas, el imperialismo norteamericano y el fundamentalismo islámico, Estados Unidos ha hecho y está haciendo mucho más daño en el mundo, como muestra la lista incompleta de arriba de los crímenes de la CIA.

Sin importar de los papeles específicos de los agentes de la CIA que Obama elogió como “héroes”, no estaban en Afganistán para promover la “libertad y seguridad” para las masas allí. La guerra y la ocupación norteamericana no han llevado sino horror tras horror, con repetidos bombardeos de fiestas de bodas, la tortura y detenciones indefinidas, la continuación de la opresión feudal de las mujeres, etcétera. Ni tampoco se trata en lo fundamental la guerra norteamericana, que lanzó George W. Bush y está expandiendo Obama, de la “libertad y seguridad” de la población de Estados Unidos sino que es una guerra de los gobernantes imperialistas de Estados Unidos en pro de expandir el imperio. Desde este punto de vista del comandante en jefe de esta guerra Obama ensalza las “décadas de servicio” de la CIA y elogia a estos criminales como “héroes”.

La realidad es que la CIA es una organización secreta de asesinos y homicidas en serie a cargado de la brutalidad gratuita contra innumerables millones de personas por todo el mundo. Es parte de una maquinaria más grande de destrucción y matanza en masa que mueven los líderes civiles y los comandantes militares del estado imperialista de Estados Unidos. Nada de esto es ninguna hipérbole. Si cree usted que exageremos, tenga la valentía y la integridad de investigarlo en los hechos. Tenemos la plena confianza que usted encontrará que lo que explicamos aquí es cierto. Luego la pregunta es: ¿cuáles son las implicaciones de esa verdad para decidir qué posición tomar y qué hacer?

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