Revolución #191, 7 de febrero de 2010


Un año de Obama… ¿el cambio en que usted aún cree?

Hace poco más de un año millones de personas en los Estados Unidos recibieron con esperanza la toma de posesión de Obama. Durante años observaron con asco mientras Bush ignoraba la enorme oposición popular y lanzó la guerra contra Irak sin justificación alguna. Observaron cuando ocupó a Afganistán y declaró que Estados Unidos tenía el derecho a ir a la guerra contra cualquiera, incluso el que tuviera la mera posibilidad de constituir una “amenaza”. Vieron las fotos de Abu Ghraib y algunos escucharon los cuentos provenientes de Guantánamo… observaron mientras trituraban los derechos básicos que se supone sean garantizados por la Constitución… y vieron el país lanzado rápidamente en una dirección que les daba asco.

Los imágenes en esta página ilustran lo que Obama ha hecho acerca de esos ultrajes. En casi cada caso, ha acatado el curso que trazó Bush en primer lugar. En los atroces casos de Afganistán y Pakistán, incluida su utilización de proyectiles no tripulados al estilo del Viejo Oeste para asesinar a el que quiera (y en el proceso también matar a veintenas de personas más), ha marchado “a paso veloz” por el sanguinario y peligroso camino que emprendió Bush.

En algunos casos, Obama “solamente” ha mantenido las medidas tomadas por Bush, pero lejos de ser “neutral”, eso hace que la situación sea mucho peor. Por ahora, lo que constituyeron ultrajes sin precedentes perpetrados por Bush —por ejemplo, las intercepciones electrónicas generalizadas sin orden del tribunal, la suspensión del habeas corpus (el derecho a tener un juicio) a instancias del presidente o la alegación de que el presidente puede prohibir juicios porque podrían revelar “secretos del Estado”— se están transformado en la norma y en el estatus quo; de no tener precedente, estos ultrajes se han vuelto precedentes para el futuro.

¿Por qué ha ocurrido esto? Muchos partidarios de Obama dirán que “él tiene que hacerlo”. Tienen razón en la medida en que estén señalando el hecho de que unas fuerzas mayores dictan lo que hace cualquier presidente. Pero no tienen razón en la medida en que tomen esta declaración como excusa para absolver a Obama y a sí mismos de toda responsabilidad.

Durante el mandato de Bush, muchas personas que llegaron a ser partidarios de Obama veían lo que hacía Bush y decían: “Nosotros somos mejores que eso”. “Nosotros” bien podríamos serlo y la manera en que confrontamos estos retos será parte de lo que determina si eso es verdad; pero no cabe la menor duda que NO lo son ellos — esas fuerzas mayores que Obama sí representa en los hechos cuando formule su política. Esa clase de barbaridades, o sea, los crímenes que usted odió cuando Bush estaba en funciones, representa lo que son ellos y su manera de hacer las cosas. Estos crímenes sirven a algo muy específico: “mantener a Estados Unidos como el número uno”, o sea, en una posición de dominio sobre el resto del mundo. Eso es el objetivo que motivó a Bush y lo hace hoy en el caso de Obama, sin importar cuánto difieren uno al otro en su manera de hacerlo. Ilustra ese punto el hecho de que Obama presentó en el marco de dicho objetivo su discurso sobre el estado de la nación de la semana pasada.

Si los ultrajes que hicieron que usted apoyara a Obama no estaban bien bajo Bush, todavía no están bien hoy. Si los abusos hicieron que usted dedicara sus esfuerzos a la campaña de Obama, pues cabe una responsabilidad de confrontar y trabajar para hallar las formas de cambiarlos ahora. Sí, en esto se tendrá que trabajar… y pensar muy duro. ADEMÁS, esto sí podría incomodar, la incomodidad de hacer cosas nuevas y la incomodidad de pensar acerca de este país de maneras que pueden desafiar lo que usted da por sentado en su cabeza, en su manera de vivir y en sus sueños.

Eso requiere una medida importante de valentía. Pero no existe ningún otro camino moralmente viable.

Guerra

Bush aprovechó el 11 de septiembre para librar la “guerra contra el terror”, una guerra ilimitada para forjar un imperio imperialista mayor, que implica cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad en gran escala, incluidas las invasiones ilegales, inmorales e injustas de Afganistán e Irak y la campaña mundial de asesinatos, detenciones indefinidas e ilegales sin el proceso legal establecido y la tortura.

Obama ya no usa las palabras “guerra contra el terror” pero continúa y en muchas formas intensifica la guerra global que Bush inició. Está triplicando la cantidad de soldados en Afganistán, a más de cien mil, y está intensificando la guerra en Pakistán. En 2004-2008, Bush autorizó 46 ataques con aviones no tripulados. En el año que Obama lleva en funciones, ha autorizado al menos 63.

Ha intensificado y expandido las operaciones de la CIA en Afganistán, Pakistán, Yemen, Somalia y otros países.

Continúa la política de Bush de matar a ciudadanos estadounidenses selectos sin un proceso legal establecido con una “lista negra” de ciudadanos estadounidense quienes personalmente ha autorizado que sean asesinados.

Tortura

Bush creó el marco jurídico para la tortura y la llevó a cabo en una escala sin precedentes, a la vez que decía que “los Estados Unidos no comete tortura”.

En su discurso sobre el estado de la nación, Obama dijo: “Hemos prohibido la tortura”. Obama prohibió algunos métodos de interrogación a la vez que permitió que el director de la CIA se reservara el derecho de usarlos. Obama ha luchado a favor de darle inmunidad de los torturadores de Bush y ha continuado las entregas de prisioneros a otros países en que se practica la tortura.

Entregas/Guantánamo

Bush expandió la política de “entregas”, de apresar a personas sin levantarles cargos, llevarlas a prisiones clandestinas y torturarlas e interrogarlas ahí. La cárcel estadounidense en Guantánamo se convirtió en el odiado símbolo mundial de estas prácticas ilegales y brutales.

Obama suspendió formalmente las entregas y prometió cerrar Guantánamo. Pero mantuvo la autoridad de usar las entregas, autorizó que la CIA continuara entregando a sospechosos a otros países para apresarlos, torturarlos e interrogarlos y sigue operando prisiones clandestinas en Afganistán donde los presos están detenidos por plazos indefinidos sin levantarles cargos. Guantánamo sigue funcionando.

Espionaje/Intercepción electrónica

Bush autorizó intercepciones electrónicas y espionaje ilegal en forma generalizada y en masa, incluso contra millones de ciudadanos estadounidenses.

Obama ha dejado intacto el programa de espionaje de Bush y ha acogido la Ley Patriota. Sostiene que la “inmunidad soberana” presidencial quiere decir que no se puede demandar a los funcionarios del gobierno por infringir las leyes federales de espionaje.

Hay un punto donde… la epistemología y la moral se encuentran.

Hay un punto donde uno tiene que decir: No es aceptable no querer mirar algo, o no creerlo, porque incomoda.

Y: No es aceptable creer algo simplemente porque tranquiliza.

Bob Avakian,
presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
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